Quito, ECUADOR. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue reelegido este domingo en primera vuelta para un segundo mandato de cuatro años, con una victoria arrasadora que celebró con miles de partidarios en las calles de Quito. “Esta revolución no la para nadie”, señaló Correa ante sus simpatizantes en la Plaza Grande. El mandatario obtuvo 56.9% de los votos, según los resultados parciales pero oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Con el 71% de las actas electorales escrutadas, el banquero Guillermo Lasso, el principal rival del gobernante socialista, obtenía el 23.1%, mientras el expresidente Lucio Gutiérrez se quedaba con poco más de 6.5%.
En las presidenciales anteriores, celebradas en 2009, Correa también ganó en primera vuelta con 52% de los sufragios, frente a 28% de su entonces principal contendiente, Lucio Gutiérrez. Lejos de desgastarse, el respaldo hacia el carismático líder ecuatoriano se ha robustecido.
Correa “ha triunfado, ha logrado la reelección y eso merece nuestro respeto y reconocimiento, vamos a felicitarlo a él y a su organización por haber logrado esto”, dijo Lasso en un discurso en Guayaquil en el que reconoció la derrota.
El presidente compareció ante partidarios que colmaron la Plaza Grande quiteña junto con su candidato a la vicepresidencia, Jorge Glass, hasta hace poco ministro de Sectores Estratégicos. Tanto la Plaza Grande como la sede del oficialista Alianza País (AP), adonde Correa acudió luego, estaban teñidas del color verde de esa agrupación.
“Lo que me gusta de Correa es su ideología, su forma de llevar con mucha sutileza y elegancia la presidencia de nuestro país”, declaró a la AFP en la explanada Marta Tobar, y agregó que el presidente “arrasó con todos los otros candidatos”.
Primeras felicitaciones oficiales
Los primeros en saludar su victoria fueron los gobiernos de Colombia, Cuba y Nicaragua. La toma de posesión de Correa está prevista para el 25 de mayo.
El gobernante, en el poder desde 2007, fue confirmado como presidente en 2009 en comicios anticipados tras la promulgación de una nueva Constitución, como hiciera previamente su aliado y líder venezolano Hugo Chávez, a quien dedicó ayer el triunfo.
“Valga la oportunidad para dedicarle esta victoria a ese gran líder latinoamericano que cambió Venezuela”, exclamó Correa. El mandatario ha adelantado que radicalizará su proyecto de izquierda, que califica como revolución ciudadana.
Los ecuatorianos también eligieron a sus representantes al Congreso, pero al cierre de esta nota aún no trascendían los resultados. Según la encuestadora CMS, el oficialismo obtendría una mayoría absoluta, con entre 60% y 65% de los 137 escaños.
Actualmente AP tiene el principal bloque, pero no alcanza a ser mayoría absoluta, por lo que Correa se planteó como objetivo consolidar su fuerza en el Legislativo para sacar adelante proyectos pendientes y otros con los que este crítico del neoliberalismo dice que hará “irreversible” su proceso.
Este triunfo “le da una legitimidad enorme” a Correa, declaró a la AFP Santiago Basabe, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, quien consideró que el resultado “desbordó las expectativas del oficialismo”. “Si la tendencia es similar en la Asamblea, se facilitará la aprobación de leyes pendientes”, añadió Basabe, indicando que Correa podría tener la tentación de impulsar una reforma constitucional para establecer la reelección indefinida.
Sin embargo, el presidente ha asegurado que el mandato conseguido el domingo será su último periodo.
La falta de una mayoría legislativa no le ha permitido al gobierno ver aprobadas normas como la ley de comunicación, que plantea un nuevo reparto de frecuencias de radio y televisión y más regulaciones.
Esa ley es impulsada por el oficialismo en el marco de una pugna que Correa mantiene con un sector de la prensa privada, por la que fue acusado por oenegés internacionales de atentar contra la libertad de expresión.
En contrapartida, en agosto el mandatario concedió asilo al fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, quien está alojado desde junio en la embajada de Quito en Londres para evitar una posible extradición a Estados Unidos, donde es sospechoso de espionaje tras haber filtrado información secreta.
El presidente también se propone desarrollar la minería a gran escala, una cuestión que se vislumbra conflictiva por el rechazo de sectores indígenas.
Correa es el mandatario ecuatoriano que más ha durado en el cargo desde 1996. Entre ese año y 2007, Ecuador –de 15.5 millones de habitantes– tuvo ocho presidentes, tres de ellos derrocados. Su gran aceptación es el resultado de la estabilidad política y económica del país, así como de los proyectos sociales y de infraestructura que ha desarrollado con los fondos del petróleo.
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