Tras meses de darle seguimiento, ayer viernes las autoridades de Guatemala capturaron al salvadoreño Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias El Repollo, cuando llegaba a su residencial en las afueras de la ciudad capital de ese país. Las autoridades salvadoreñas habían pedido a sus vecinos que vigilaran los movimientos de Ulloa, y ayer les solicitaron que lo capturaran. “Nos aparece como líder de una estructura de lavado de dinero y narcotráfico en El Salvador, y entendemos que los estadounidenses lo investigan por haber movido unas 16 toneladas de cocaína hacia ese país”, explicó la noche del viernes el ministro de Gobernación de Guatemala, Mauricio López Bonilla.
Ulloa aterrizó hoy a las 11 de la mañana en la base militar de Ilopango en un vuelo de la Fuerza Aérea guatemalteca. Según autoridades de aquel país, el traslado se hizo por aire 'para evitar los riesgos que podía provocar moverlo por tierra”. Tanto fuentes salvadoreñas como guatemaltecas coinciden en que Ulloa Sibrián es alguien a quien hay que tratar con especial interés.
El presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, fue informado ayer mismo por la tarde, durante su gabinete semanal de seguridad, sobre la captura de un importante “capo salvadoreño”, a quien incluso el ministro de Gobernación llegó a llamar “el Chamalé salvadoreño”, en referencia al capo guatemalteco que fue capturado en marzo de 2011, y que controlaba gran parte de los departamentos del Pacífico de ese país.
Junto a Ulloa fue capturada una mujer, a quienes las autoridades de Guatemala identifican como Ana Lorena Pérez Otera Velasco. Ambos, según el ministro de Gobernación, estaban en una situación migratoria irregular en aquel país, por lo que decidieron deportarlos a El Salvador como vía para ponerlos en las manos de las autoridades salvadoreñas lo antes posible. La deportación fue solo una excusa para llevarlo ante los salvadoreños. Las autoridades migratorias se basaron en que tanto Ulloa como Otera Velasco habían reportado entradas a Guatemala desde El Salvador, pero no salida del país. Además, en el caso de Ulloa, en el registro de propiedad guatemalteco aparecen dos viviendas a su nombre, ambas en la carretera hacia El Salvador, por lo que las autoridades le atribuyen haber estado viviendo en ese país sin informar al respecto.
Una fuente de Gobernación confirmó a El Faro que durante el papeleo de migración en Guatemala, todo el tiempo estuvieron presentes agentes de la organización policial internacional Interpol, algo que con frecuencia ocurre cuando las autoridades estadounidenses requieren a un narcotraficante de peso atrapado en Centroamérica.
El subdirector de investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC) salvadoreña, Héctor Mendoza Cordero, confirmó hoy mismo que Ulloa había aterrizado en Ilopango. También explicó que el caso ha sido construido por la División Antinarcóticos de El Salvador.
“(A Ulloa) lo veníamos investigando desde hacía varios meses. Tanto Guatemala como Honduras nos han apoyado en este seguimiento. Sin embargo, por el perfil de esta persona, es muy arriesgado hablar en este momento. No puedo dar más detalles”, dijo Mendoza Cordero, que no quiso confirmar ni negar que Ulloa sea requerido por Estados Unidos.
Una fuente de la dirección policial salvadoreña que pidió el anonimato por no tener autorización a comentar el caso, explicó que la cifra de las 16 toneladas dada por el ministro guatemalteco “se acerca a lo que nosotros (la PNC) tenemos. Lo cierto es que lo que él trasegaba a Estados Unidos era una gran cantidad, hablamos de toneladas”.
En Guatemala, la investigación estuvo coordinada con la Dirección General de Inteligencia Civil, algo que solo ocurre cuando se trata de casos importantes. Según la información recolectada por los guatemaltecos, Ulloa es dueño en El Salvador de la empresa JE Inmobiliaria S.A. de C.V.
Según la nota publicada por el periódico Prensa Libre de Guatemala, Ulloa era también el dueño de diferentes propiedades en ese país, y utilizaba camiones para ocultar la cocaína en los tanques de combustible en el tramo de Panamá hasta Guatemala.