El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, afirmó este jueves que la “oportunidad” que brinda la tregua que en marzo de 2012 sellaron las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 –auspiciada por el Gobierno– debe ser aprovechada para que, a través de planes sociales, se desarticulen esos grupos criminales, que aún no alcanzan el poder de los cárteles de la droga.
“Estamos a tiempo y es una oportunidad que no podemos desaprovechar”, dijo Funes, al hablar sobre la tregua, que ha disminuido el número de homicidios diarios en el país de 14 (en los meses previos a la activación de la tregua) a 6. Estas declaraciones las dio en un foro sobre seguridad ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), celebrado en Washington, la capital estadounidense.
Funes viajó en la tarde-noche del miércoles a Estados Unidos, donde permanecerá hasta el viernes. En su apretada agenda destaca una entrevista con el secretario de Estado, el demócrata John Kerry, en el que está previsto que también se aborde el tema de la tregua.
“Las pandillas en El Salvador, integradas por 60 mil miembros, en su mayoría pobres, aún cuando son estructuras organizadas para delinquir, no han evolucionado al punto tal de convertirse en estructuras criminales como los cárteles de la droga”, señaló el mandatario.
Los líderes de las maras aún no han acumulado las riquezas y el poder de los capos de la droga, “por lo que nosotros tenemos la oportunidad y capacidad de ofrecerles una oportunidad económica rentable que los aleje del mundo criminal”, expresó.
La tregua, alcanzada en marzo de 2012, cuando El Salvador era el segundo país más violento del mundo después de Honduras, “no puede estar sometida a la voluntad de las partes, sino a una respuesta institucional y estructural que comience a desmontar las causas de la violencia”, manifestó.
Un pandillero que se dedica al narcomenudeo, a cobrar extorsiones o a robar, puede obtener unos 600 a 700 dólares al mes, y sustituir ese ingreso para un país de renta media como El Salvador “no es complicado”, destacó.
Funes insistió en que Estados Unidos y Europa deben hacer su parte para reducir el consumo de drogas, si se quiere combatir efectivamente a los grupos narcotraficantes, que usan Centroamérica como ruta para mover la droga desde los países productores de Sudamérica.
“De nada servirán esos esfuerzos (...) si antes Europa y Estados Unidos no tratan en profundidad el tema de la drogodependencia de sus millones y millones de adictos”, afirmó.
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