El vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, sale de un acto organizado por los jóvenes de la organización MedioLleno. Este sábado fue la primera vez que coincidieron él y los otros tres candidatos a la presidencia para 2014. Ha respondido ya las preguntas de la prensa y se dispone a salir del salón. Ha estado sonriente y amable durante toda la sesión.
—¿Cómo evaluaría el estado de la alianza que realizó el FMLN con el presidente? Hay funcionarios que hablan de que él apoya al expresidente Saca —le preguntó El Faro hace una semana. Sánchez Cerén deja la sonrisa y frunce el ceño.
—Lo más importante es garantizar buenos resultados de este gobierno... -responde, mientras sigue caminando. Acelera el paso.
—Si las elecciones fueran este domingo, ¿por quién cree que votaría el presidente Funes?
Desvía la mirada hacia otro lado, como quien es atraído por algo más interesante en otra dirección, y responde:
—Yo creo que evidentemente él… -titubea- no dudo… -titubea de nuevo- va a votar por el partido que lo llevó al gobierno.
Dos titubeos en una breve respuesta. El primer silencio fue corto pero incómodo y el gesto de confusión que hizo al escuchar la pregunta bien podría ilustrar el caso de una persona que no tiene certeza de qué responder ante una interrogante cuya respuesta desconoce. En su partido hay sospechas de que el presidente tiene otra opción electoral.
A menos de un año de las presidenciales de 2014, el partido FMLN no da por sentado que tiene el apoyo del ciudadano al que llevó a la presidencia, y en el gabinete de gobierno hay quienes sospechan que Funes tiene una especie de romance furtivo con Antonio Saca, el expresidente del país y de Arena que le entregó la banda presidencial en 2009.
Si el presidente no tiene comprometido su apoyo al FMLN, y si ha sido harto explícito en hacer campaña contra Arena, las opciones disponibles serían el expresidente Saca y el coronel René Rodríguez Hurtado. Pero sobre este último, hasta ahora el gobernante ha sido mucho más que indiferente, y en cambio, respecto del candidato de la alianza Unidad, el movimiento formado por los partidos de derecha Gana, PCN y PDC, pareciera que Funes ha hecho algo más que maniobras casuales.
El escenario es de tres actores y tiene este contexto: el presidente ha dicho públicamente que el adversario a vencer en los próximos comicios es Arena, con su candidato Norman Quijano. También ha dicho que él llama a votar en 2014 por aquella opción que prometa continuar con los cambios –sus programas sociales- que ha hecho su gobierno. La opción que le ha tomado la palabra, casi al pie de la letra, se llama Antonio Saca y su movimiento Unidad. Uno habla de profundizar los cambios y evitar volver al pasado y el otro responde que el pasado son los partidos políticos y las extremas. Además, Saca ha dicho que él ofrece mantener los programas sociales principales introducidos por esta administración. Además, en marzo pasado, uno de los funcionarios de máxima confianza de Funes llegó a Washington, D.C., donde se reunió con representantes de la comunidad de salvadoreños en Estados Unidos. El mensaje que escucharon los presentes convenció a muchos de la intención de Funes para 2014...
Cambio de amistades
Desde hace unos meses, el partido del que Sánchez Cerén es ya un ícono viviente -es el último miembro de la otrora comandancia general de la guerrilla FMLN-, ha empezado a relativizar la alianza con Funes. Los diputados de la bancada hablan del gobierno del cambio sin resaltar la figura de Funes en sus discursos. Después de cuatro años de gobierno, los anuncios de la radio y la televisión pagados por el partido ignoran el nombre del presidente. El FMLN se reivindica como partido de gobierno sin el presidente como principal baluarte. Su página oficial, su periódico oficial y los voceros del partido anunciaban, por ejemplo, que iban a celebrar los cuatro años de gobierno del FMLN, a secas. Y así lo hicieron el fin de semana. El presidente Funes fue a la Asamblea Legislativa a dar su discurso de 4o. aniversario y el FMLN salió de la Asamblea Legislativa, después, a disfrutar su fiesta. Fue apenas este domingo cuando la publicidad sobre los cuatro años en el gobierno incluyó un spot con imágenes del presidente en su discurso ante los diputados.
—¿Cómo evalúa la alianza del presidente con el FMLN? -preguntó El Faro a Sánchez Cerén.
—Lo más importante es garantizar buenos resultados de este gobierno y para ello debemos trabajar con el presidente…
'Debemos', dijo. Tras una breve pausa, tras pensar la siguiente parte de su respuesta, siguió:
—El presidente felicitó a la Asamblea Legislativa y nosotros sentimos que con la aprobación de la Ley de Asocios Públicos Privados (LAPP)… la iniciativa fue presentada por el FMLN. Es parte del compromiso de nuestra fracción trabajar de forma coordinada con el presidente en todas aquellas iniciativas que son de mucho interés para el país.
El presidente felicitó a toda la Asamblea, no particularmente a la bancada del FMLN. Una interpretación a la respuesta de Sánchez Cerén es que desde su bancada, el FMLN impulsa proyectos del Ejecutivo que cree que también interesan a la agenda del partido. De hecho, antes de aprobar la LAPP, Funes aclaró que si el FMLN se oponía, él buscaría los 43 votos para aprobarla: “Buscaré los votos entonces en otras fracciones parlamentarias. La ley se aprueba con 43 votos”, dijo, cuando el FMLN estaba regateando su apoyo.
La relación del partido de gobierno con el Presidente comenzó a desgastarse incluso antes de asumir el gobierno con sucesivas descalificaciones del presidente electo a figuras relevantes del partido, y luego, desde el inicio de la administración hubo palabras altisonantes especialmente en dirección de la Presidencia de la República hacia los efemelenistas. Y hace un año, alrededor de abril, se terminaron de agravar las cosas cuando el partido decidió en secreto su candidaturta presidencial. Y luego el FMLN sorprendió designando como candidato a vicepresidente a Óscar Ortiz. El gobernante no fue tomado en cuenta para estas decisiones.
'Óscar Ortiz intentó pedir cita con él, el presidente le dijo más de una vez que no. Ni siquiera lo recibió', cuenta un funcionario del partido que habló con Óscar Ortiz de su nominación y que pide que no se revele su nombre por temor a que lo despidan del cargo público que ocupa.
A principios de octubre de 2012 Mauricio Funes empezó a sentir una especie de decepción con el partido que lo llevó al poder. Esa fue la palabra -'decepción'- que empezó a ocupar el círculo cercano al presidente, ese ante el que Funes se quejó de haber sido marginado de la elección de la fórmula presidencial del partido que lo llevó al gobierno.
En ese entonces aún no estaba definida la candidatura de Saca, y Ortiz intentaba consultar al presidente para incluirlo en la decisión y para sentarse frente a su partido con la carta de que Funes lo respaldaba.
Desde ese tiempo, el tono de las habituales conversaciones entre la dirigencias del FMLN y Funes se han limitado a lo básico: entendimientos legislativos para lograr aprobaciones de proyectos en los que ambos están de acuerdo impulsar. Pero el acuerdo no siempre ha aparecido. Por el contrario, una de sus mayores diferencias quedó en evidencia a inicios de 2010, cuando Funes apenas tenía medio año de gobierno. En enero de ese año el presidente acusó a los diputados del FMLN y al partido de ser 'populistas e irresponsables' por eliminar la cuota básica de telefonía residencial. El gobernante, quien se había declarado 'amigo' del multimillonario mexicano Carlos Slim, dueño de una de las operadoras telefónicas con mayor cuota de mercado en El Salvador, rechazó la reforma a la ley.
Amigo de Funes habla sobre 'la tercera fuerza'
La idea de que el presidente le estaba apostando a la candidatura de Saca viene desde el año pasado, pero se agudizó y empezó a ventilarse en público después de una reunión ocurrida a inicios de marzo de este año. La cita ocurrió en un restaurante de Washington D.C., Estados Unidos, el Lauriol Plaza.
La cita fue convocada por Leonel Flores, director del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y uno de los amigos más cercanos al presidente. Flores es visto en el sector de salvadoreños en el exterior como un representante del presidente y uno de los líderes de esta comunidad que apoyó en la logística del movimiento Amigos de Mauricio, organización que trabajó en la campaña presidencial pasada en favor de Funes.
Durante la cena, a la que asistieron una decena de influyentes rostros salvadoreños residentes en Estados Unidos, Flores hizo una especie de análisis del escenario político de cara a las próximas elecciones. Dijo a los asistentes que lo mejor era no casarse con ninguna de las opciones electorales, que había que unir el movimiento de salvadoreños en el exterior y hacerlo fuerte para luego estudiar cuál de las candidaturas ofrecía mejores beneficios para el sector de expatriados.
“No nos dijo que había que apoyar a Tony Saca, pero habló de la extremas, dijo que no eran buenas”, explica Arturo Castellón, uno de los asistentes a esa cita en el Lauriol Plaza. Las extremas están identificadas por el movimiento Unidad, de Antonio Saca, como los partidos Arena y FMLN, así que en aquella cena varios creyeron entender que el mensaje era apoyar a una opción que no estuviera representada por ninguno de los dos principales partidos salvadoreños. Castellón fue amigo del director del Seguro Social y ahora parece distanciado de él. En las últimas elecciones de alcaldes y diputados, en 2012, Castellón hizo campaña electoral con Arena y fue candidato a alcalde de San Miguel.
También despertó suspicacias en la audiencia el mensaje de la invitación a la reunión: “Con la incursión de una tercera fuerza política, el nuevo equilibrio de los poderes, la aprobación del voto en el exterior y el estallido de las nuevas tecnologías, los hermanos salvadoreños en el exterior, sobre todo aquellos que residimos en EE.UU., tenemos ahora una pequeña oportunidad para cambiar el futuro de nuestro país'.
El director del Seguro Social aseguró a El Faro que nunca dijo que había que apoyar a Saca. “Dije que era importante que los salvadoreños, la diáspora, estuviera unida, que era importante organizarnos mejor”.
Las interpretaciones de lo ocurrido en esa reunión se sumaron al mensaje público reiterado que, repentinamente, comenzó a dar el presidente Funes. “Hay que votar por aquel candidato que prometa mantener los cambios”, empezó a decir hace un año. Y, sorprendentemente, eso ocurría después de que el vicepresidente, Salvador Sánchez Cerén, dijera que los salvadoreños no veían los cambios prometidos sencillamente porque el presidente Funes no los había implementado. Sánchez Cerén aseguró que Funes soslayaba la agenda de gobierno del partido. Para terminar de cerrar el círculo, una vez Saca manifestó su interés en ser candidato, fue adoptando poco a poco el discurso de Funes: ofrecía mantener los cambios en favor de la gente que había hecho este gobierno.
A todo esto, los efemelenistas ya tenían claro que aquel Mauricio Funes al que llevaron a la silla presidencial con apoyo de un movimiento ciudadano llamado Amigos de Mauricio, había cambiado a sus aliados originales y se había acercado a su predecesor y a su entorno a tal punto que estos eran una influencia importante en las decisiones de gobierno.
La renuncia de Álex Segovia
Aunque Funes nunca ha aceptado esta alianza a ninguno de los ministros o funcionarios que le han preguntado, lo cierto es que uno de sus amigos y funcionarios más cercanos, Álex Segovia, el secretario técnico de la Presidencia, estuvo a punto de renunciar cuando creyó que Funes le había dando su apoyo al expresidente Saca.
El Faro habló con un funcionario que suele conversar con el presidente sobre estos temas. Aceptó hablar a cambio de que no se revele su identidad.
—¿La apuesta del presidente es Tony Saca?
—Él no ha dicho nada. No está apoyando al FMLN, eso es claro. Y cuando le preguntan si es cierto lo de Tony, él dice que no le ha empeñado su apoyo.
—Una cosa es hacer una alianza y otra es apoyar la candidatura de forma oculta para guardar las apariencias.
—Puedo decirte esto y vos sacás tus conclusiones: el presidente ya le ha reclamado al Secretario Técnico de la Presidencia, lo hizo frente a un grupo de gente. Le reclamó a Álex Segovia por aspiraciones políticas, le quitó poder y le quitó el apoyo a la Unidad por la Defensa y Profundización de los Cambios… Pregunta si siguen activos, ya no. Luego Álex amenazó con renunciar, pero las aguas se calmaron.
—No entiendo.
—El presidente quitó del camino a su amigo Álex Segovia. Y Segovia le reclamó por Tony Saca. Eso te voy a decir, sacá tus conclusiones.
El Faro pidió hace unas semanas una entrevista a Álex Segovia y este respondió que estaba interesado en hablar, pero explicó que iba a salir del país y que posteriormente iba a explicar la situación. Hasta el cierre de esta nota no había puesto una fecha para la entrevista.
El presidente Funes dio una breve declaración a El Faro sobre la pregunta muy precisa de por quién votaría en la próximas elecciones. Respondió que el voto es secreto.
—Presidente, una pregunta...
—No, hoy no hay preguntas -respondió este sábado, sin perder el semblante de quien se sabe el centro de atención de decenas de cámaras, reporteros y periodistas contenidos por la valla de escoltas de seguridad.
—Solo un segundo, presidente...
—Ya no hay segundos...
—Minutos, entonces...
—Tampoco.
Funes, quien se prepara para dar su informe de labores ante la Asamblea Legislativa, entra en conversación con Sánchez Cerén, quien a todo esto lo ha observado con una sonrisa de oreja a oreja. El vicepresidente parece asombrado con la capacidad de evasión del presidente que ha logrado mantener a todo un ejército de periodistas callados, observándolo como un boxeador que está por entrar al ring. El vicepresidente y él vuelven a callar.
—¿Por quién va a votar, presidente? -pregunta El Faro.
Y entonces Funes, que hasta ahora se había mantenido mirando de manera juguetona a uno y a otro lado, sonriendo a uno y otro de los de su círculo íntimo, vuelve a ver al periodista, a escasos dos metros de distancia, mientras una sonrisa se le dibuja como entendiendo que la pregunta lleva trampa.
—El voto es secreto -responde, sin conceder al menos la cortesía a su compañero de gobierno, de decir que en 2014 votará por él. Luego vuelve al bamboleo del caminar de un lado a otro, displicente.
El Faro llevó una carta a Casa Presidencial hace dos semanas con una petición formal de entrevista al mandatario. Desde marzo de 2009, cuando ganó la elección, este periódico ha hecho sucesivas peticiones de entrevistas y los temas a discutir se van acumulando mientras Funes se sigue negando a hablar con El Faro.
Para el vicepresidente y candidato presidencial del FMLN es muy subjetivo preguntar sobre una alianza entre Mauricio Funes y el expresidente Saca, ese presidente de Arena que fue el contrincante que en alianza con Funes derrotaron en 2009. “Hasta ahora no veo indicios de que haya una alianza. Él lo que quiere es terminar su periodo electoral bien calificado y necesariamente eso beneficia también al FMLN”.
A diferencia del vicepresidente, Saca habla con una sonrisa en el rostro cuando se le pregunta sobre su alianza con el presidente Funes.
—¿El presidente Funes y usted son aliados políticos? -le preguntó El Faro a Saca durante la apertura de una de sus Casas de Unidad.
—Eso más bien que coincidir, fíjate, es respetar las cosas buenas que el país ha hecho y es lo que yo quiero hacer como futuro presidente de El Salvador otra vez, respetar las cosas buenas que se han hecho. No se trata de un pacto.
A Saca no parece disgustarle la idea. Se extiende en comentarios y lanza un guiño al presidente:
—Si yo fuera presidente de la república y tuviera una candidatura como la de Tony Saca, con todas esas cosas, ¡yo votaría por Tony Saca, seguro que sí!
Cierto es que Saca, el FMLN y Funes, actores con intereses diferentes, pero que pueden converger, comparten un único adversario común: Arena.
Otro punto en común entre Saca y y Funes son sus seguidores legislativos: los diputados del PCN, PDC y Gana. En febrero de este año, el plan de los aliados del expresidente Antonio Saca pasaba por fusionar su nombre al de su sucesor, de tal manera que el gobierno de uno parezca el seguimiento del otro. Los dirigentes de Gana, PCN y PDC han construido una alianza que tiene como meta dar seguimiento a los programas sociales de Funes, quien bien podría pensar en buscar su propia reelección en 2019 para dar continuidad a un eventual segundo quinquenio de Saca.
—Los diputados de CN, Gana y PDC también creen que el presidente Funes es su líder, y usted ya está aliado con ellos -dijo El Faro al expresidente Saca.
—Yo no sé si tienen de aliados al presidente Funes y al presidente Saca. Nosotros lo que tenemos es una visión…
—Ellos ya son sus aliados…
—Bueno, sí, claro, nos están apoyando, pero yo no soy gobierno... Ahora, si el presidente de la república se identifica con esto, qué bueno que la mayoría de los salvadoreños nos identificamos en esto.
* Con reportes de Gabriel Labrador