Es la tarde del 14 de mayo y la reunión que está por comenzar es trascendental para Norman Quijano, alcalde capitalino y candidato presidencial de Arena, y para el partido de derechas también. En esta lujosa casa de San Salvador se tomará decisiones fundamentales para el partido que gobernó durante 20 años El Salvador y que pretende en 2014 recuperar la presidencia perdida en 2009. Aunque solo faltan poco más de ocho meses para la elección, hay quienes en este exclusivo grupo de decisiones estratégicas están insistiendo aún en que debe valorarse la posibilidad de cambiar al candidato presidencial. Al final, todo se resuelve cuando uno de la docena de personas reunidas anuncia su decisión de lanzar un salvavidas a una candidatura que a nivel de encuestas no acaba de convencerles. Una decisión de este grupo de millonarios que se comunicará posteriormente a la cúpula del partido.
Estos miembros del conocido como Grupo de los 20, o G20, a pesar de no ser parte formal de Arena, están reunidos en la casa de Francisco Calleja para decidir el cómo y cuándo del apuntalamiento de la postulación de Quijano. Incluso para decidir que Quijano siga siendo candidato. Porque una de las grandes preocupaciones que tienen es el escaso tiempo para la elección del 2 de febrero de 2014, y claro, siendo Arena un partido de oposición, y con un gobierno del FMLN con un pobre desempeño en el área económica y en la de seguridad pública, apenas pueden digerir que Quijano, su candidato, no les garantice nada ocho meses después de haber sido postulado oficialmente candidato presidencial.
Tres de los reunidos han llevado sus propios estudios e intentan hacer ver al resto que la situación es difícil pero aún se puede solventar. Hace dos meses y medio LPG Datos mostraba que la intención de voto por partido político se mantenía sin un cambio sustancial de tendencia, y en la medición correspondiente a imagen del candidato, Quijano había acusado un pronunciado desplome en su saldo entre opiniones favorables y desfavorables: de un 62.4 % registrado en agosto de 2012, había caído a la mitad, a solo 34 % en noviembre. Y claro, si miran que la encuesta también muestra que la mitad de los salvadoreños prefiere que llegue otro partido a la presidencia de la República en 2014, no pueden aceptar que su ungido no levante vuelo. La situación se complica más porque a la lucha se agregó en febrero pasado el expresidente de Arena y expresidente de la República Antonio Saca, quien rápidamente parece disputar con éxito la clientela en el electorado de derecha.
La minoría de los presentes invitan a analizar bien los números y a pensar en un cambio; pero la mayoría insiste en que ya no hay tiempo para maniobrar, aunque sí reconocen que se necesita un golpe de timón y que están dispuestos a tender la mano. En la reunión están presentes el presidente de Arena, Jorge Velado, y el candidato Quijano. Entonces el presidente del Grupo Poma, Ricardo Poma, se dirige al grupo. Dice que si hay cambios que ejecutar, estos no deben llegar al extremo de sustituir a nadie. Entonces dice que propondrá a una persona para que se haga cargo de reenrumbar la campaña. Y presenta a Francisco Flores, expresidente de la República entre 1999 y 2004, quien hace apenas 10 años se había convertido en una de las figuras menos apreciadas dentro de su mismo partido Arena.
Poma indica que Flores mostrará la ruta a seguir para que el partido recupere vigor. De acuerdo con cinco empresarios y dirigentes areneros que más tarde conocerán lo que aquí se está fraguando, la figura de Flores y su diagnóstico es lo que muchos de los financistas del G20 anhelan ver y escuchar. “Fue en la casa de Paco Calleja que Ricardo (Poma) impone a Paco (Flores). Lo presenta como diciendo que él es el que va a salvar la situación”, explica a El Faro un empresario que conoció de esa reunión y de lo que ahí se habló. Esta versión la corroboran las otras cuatro fuentes consultadas por este periódico, incluidas algunas de la dirección nacional de Arena.
Una mano amiga
Ante el G20, el expresidente Flores dibuja rápido los errores que dice haber detectado en la campaña. Hay que mejorar la imagen del candidato y eso pasa, básicamente, por mejorar la calidad de las asesorías e incrementar la calidad de la publicidad. Nada de eso puede llevarse a cabo sin dinero, así que Poma ofrece los primeros 2 millones de dólares para la nueva fase, y acompaña su oferta con un pequeño reclamo: si nadie más en la mesa contribuirá al financiamiento de la campaña, él se encargará de mover sus influencias para recabar la meta trazada desde el último trimestre de 2012 para la campaña: 25 millones.
Poma sabe que la mejor manera de imponer su criterio es através de una fuerte suma de dinero. Mandos medios del partido y empresarios que se relacionan habitualmente con el G20 dicen que esa es una conducta típica dentro de este círculo de grandes financistas: “Nadie critica si no va a involucrarse de lleno. Los que están dispuestos a involucrarse tienen que ayudar en términos de dinero también. Y por eso es que cuando alguien como él hace una oferta, y nadie lo refuta, se entiende que él es el que se va a involucrar más”, dice Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), que aclara sin embargo que él no ha participado en ninguna de estas reuniones. Otro gran empresario y exfuncionario de una de las administraciones areneras explica que las decisiones en el G20 se toman bajo una especie de síndrome del caballo ganador: “Solo se le apuesta al que parece que está ganando; no hay chance de voltear a los lados”.
Poma parece ser el gran ganador de la jornada. Su criterio acaba de consolidarse en el G20 gracias a la ayuda incuestionable del nuevo asesor de la campaña de Quijano. Pero lo ocurrido esta tarde del 14 de mayo tampoco ha sido producto de la improvisación. Es el desenlace de un lento y silencioso movimiento que el empresario comenzó el año pasado, desde cuando Quijano fue ungido oficialmente como candidato en septiembre. En cuanto a Francisco Flores, la información sobre su involucramiento en la candidatura del alcalde capitalino no es tan clara. Durante buena parte de 2012, ante la opinión pública parecía que era Armando Calderón Sol el expresidente más interesado en que Quijano consolidara su nominación. Salía en los medios de comunicación, pedía abiertamente la presidencia del partido para Quijano, y algunos lo acusaban de excesivo intervencionismo en el proceso interno...
Pero ahora todas las fuentes consultadas aseguran que el verdadero artífice, a partir de la segunda mitad del año pasado, fue Flores. Ya para agosto, después de un proceso de nominación bastante convulsionado lograba un nada sorpresivo triunfo, colocándose oficialmente en la silla de candidato.
Por eso la movida de la dupla Flores-Poma en la reunión del G20 en mayo fue interpretada por diputados, fundadores, dirigentes y empresarios como el manotazo que un jefe da sobre la mesa cuando quiere zanjar la discusión de una vez por todas.
Con su consolidación en el G20, Poma también provocó que las últimas voces disonantes con el proyecto Quijano se callaran para siempre. Los últimos exponentes de aquella incómoda idea, con gran influencia y peso en el partido, habían sido los tres empresarios que al inicio de la reunión en la casa de Calleja -propietario de la cadena de tiendas Super Selectos- estaban decididos a promover siquiera el debate sobre la sustitución de Quijano. Estos habían sido contagiados por la pequeña pero insistente célula de detractores de la candidatura que incluso hace dos meses pagaron encuestas y estudios propios para comprobarle a los grandes empresarios del G20 que el alcalde no despegaba y que a lo mejor era válido pensar en una reemplazo. Uno de sus últimos esfuerzos había sido pagar un focus group al consultor suizo-venezolano Alfredo Keller -colaborador habitual de Arena- en el que preguntaron a los participantes si creerían un eventual anuncio de que Norman Quijano debía abandonar la candidatura por enfermedad. El hallazgo fue impactante: el 78 % de los ciudadanos creería un anuncio así.
Ya el año pasado, en agosto, estos mismos políticos habían intentado hasta el último minuto que el partido reconsiderara la elección de Quijano pues denunciaban que su nominación no se ajustaba al perfil ni al mecanismo que había sido diseñado para tal fin.
El expresidente Armando Calderón Sol también fue parte este grupo de detractores, según los empresarios consultados por este periódico. El exmandatario lo niega y precisa que desde el año ha pasado no ha querido involucrarse activamente en nada. Pero según algunas versiones, Calderón Sol incluso participó en una reunión en el nivel 20 de la Torre Futura, donde funcionan las oficinas del Grupo Agrisal, propiedad de Roberto Murray Meza, a principios de mayo, en la que el expresidente planteó sobre la mesa la idea de que Norman Quijano debía ser sustiuido por el actual candidato a vicepresidente, René Portillo Cuadra. Murray, que para entonces ya estaba en sintonía con Poma y buena parte del G20, señaló que sustituir a Norman Quijano era inviable y que en vez de estar saboteando la candidatura lo que había que hacer era apoyarlo.
El G20 en realidad no es un grupo integrado por 20 empresarios. Son menos, alrededor de 15, pero aquella fue la cifra a la que los areneros intentaron llegar después de la crisis tras haber perdido la presidencial de 2009 y tras haber sufrido una enorme cantidad de fugas de quienes a la postre formaron el partido Gana. La idea era fortalecer el partido y recuperar la robustez económica que se había fugado con quien condujo a Arena a su máxima derrota: Antonio Saca, el presidente que heredó un partido con seis millones en deuda a Rodrigo Ávila, candidato presidencial de 2009.
Ahí fue donde jugó un rol importante de rescate el G20. A él pertenecen los empresarios Enrique Altamirano (Grupo Editorial Altamirano), Juan Carlos Eserski (TCS), Tomás Regalado Dueñas (Compañía Azucarera Salvadoreña), Alejandro Dueñas (Grupo Dueñas), Ricardo Sagrera (Grupo Hilasal), Roberto Kriete (presidente de Avianca-TACA), Ricardo Poma (Grupo Poma), Jorge Zablah (tabacalera Philip Morris) , Juan Federico Salaverría (Publicidad Comercial), Francisco Calleja (Grupo Calleja, propietario de Super Selectos), Ricardo Simán (Grupo Simán), Raúl Álvarez Belismelis (Coex), Carlos Enrique Araujo, Saúl Suster y Roberto Murray Meza (Grupo Agrisal).
Los estragos del huracán Norman
“Yo acumulé muchos negativos después de los procesos de ordenamiento”, admite el candidato presidencial, cuando se le pide que precise por qué tuvo que aparecer Francisco Flores en su campaña electoral. El alcalde cree que el despeje de ventas callejeras que impulsó en la calle Arce, de San Salvador, en octubre del año pasado, le reportó demasiados efectos adversos a su imagen.
Lo que no olvida Quijano es la amarga desazón que le provocó haberse dado cuenta, en noviembre, que en un lapso de 90 días su popularidad se había reducido a la mitad. En agosto la diferencia entre las opiniones positivas y negativas que los salvadoreños tenían de él era de 62.4 puntos, pero en noviembre, después de los desalojos, bajó a 34 puntos. Para empeorar el cuadro, sus principales contendientes, Antonio Saca y Salvador Sánchez Cerén, reportaban por esos días una leve mejoría en sus respectivos números, en segundo y tercer lugar, respectivamente.
Aunque Quijano se mantuvo adelante como cabeza del pelotón, sus números de aceptación no volvieron a ser iguales. Su paso en el centro como un huracán le habían causado mella. Para colmo, la bandera de Arena, que es por la que votarán los ciudadanos, también bajó, así que los desalojos de ventas del alcalde capitalino habían provocado que Arena pasara, por primera vez en la contienda para 2014, a ocupar el segundo lugar debajo del FMLN.
“Aunque el margen se hizo más pequeño, siempre me mantuve arriba. Para eso son las encuestas, para tú poder valorar cómo te están percibiendo los ciudadanos”, dice ahora el alcalde, dos meses después de aquella hora crucial.
El 5 de mayo, en vez de asistir a un evento en Tonacatepeque al que había sido invitado por el alcalde Tito Herrera, el alcalde capitalino visitó al expresidente Francisco Flores en la casa de este. Quería desayunar con él.
—Yo lo busqué ese domingo en la mañana para desayunar en su hogar. Desayunamos y casi almorzamos también, conversando de la marcha de la campaña, de cómo estábamos viendo las cosas..
—¿Y cómo estaban las cosas?
—Estábamos viendo todo. En esa ocasión le pedí que me ayudara, le pedí que se quedara un tiempo en El Salvador y me dijo que, atendiendo a mi petición, que se iba a quedar un par de meses.
El regreso de Flores a la primera línea de batalla no causaría sorpresa de no ser por el pasado que tuvo con su mismo partido durante y después de su gestión en el gobierno. Con solo decir que Flores fue el primer expresidente de la República que no se ganó el título de presidente honorario al terminar su mandato, ya es decir mucho en un partido acostumbrado a mostrar a sus expresidentes como trofeo. Fue hasta que Arena entró en crisis en la disputa interna con Saca, en 2009, que un grupo de fundadores y otros dirigentes redactaron cartas en las que pedían al nuevo Coena de Alfredo Cristiani que otorgara la presidencia honoraria a Flores, quien a mediados de 2004 había salido prácticamente disparado del país al terminar su quinquenio.
El exmandatario se había dedicado a recorrer el continente a bordo del América Libre Institute (ALI), el tanque de pensamiento que había creado junto a personas como Juan José Daboub, secretario técnico de la presidencia 1999-2004, y Miguel Ángel Simán, hoy coordinador del plan de gobierno de Quijano. Sus apariciones en suelo salvadoreño casi fueron nulas, y mientras en su partido le achacaron en 2003 la peor derrota legislativa en su historia, además se granjeó descontentos por medidas como la dolarización, la privatización de las pensiones y el amago de concesionar algunos servicios de salud que provocaron un caos en el sistema nacional de salubridad.
Flores podrá tener detractores por su manera particular de conducirse -“A Francisco Flores nunca lo he conocido como democrático, republicano, representativo, ha dicho Gloria Salguero Gross”- pero no hay nadie dentro del partido que se atreva a dudar de su inteligencia. Incluso empresarios ajenos a la estructura del partido pero que son parte de los tradicionales contribuyentes de Arena creen eso: “Hay que reconocer lo que es, el tipo es inteligente, y hay que valorar a la gente por lo que puede contribuir. Yo tengo críticas a su gestión, pero él no es el candiato y hay que encontrar las diferencias entre Norman y él”, dice Javier Simán,el presidente de la ASI.
Jorge Velado, presidente del partido, cuenta que en una reunión Flores dijo que los expresidentes de Arena son como un precioso jarrón chino: no pueden estar en la sala... pero de igual manera nunca se sabe qué hacer con él ni dónde ponerlo. “Los expresidentes son la reserva estratégica del partido”, dice Velado.
Un lugar para Paco
En mayo, la alarma por los números de Quijano era generalizada. “Era una vergüenza”, dice un miembro de la Comisión Política, para describir el sentimiento en la casa arenera.
El Faro solicitó una cita con Ricardo Poma, por medio de su asistente, pero hasta el cierre de este artículo no había contestado.
Las primeras acciones de Francisco Flores fueron modestas, y habían iniciado dos semanas antes de la reunión en la casa de Calleja: apenas unas reuniones con comités de trabajo y algunas personas claves como Jorge Velado, presidente del partido, para empaparse de la situación. Pero fue en cuestión de días que Flores ya había encontrado tres explicaciones al empantanamiento de la candidatura.
La primera tenía que ver con la agencia de publicidad contratada para la campaña. Hasta la reunión de mayo con el G20, la agencia era la de Manuel Meléndez, el publicista que llevó a Quijano a la alcaldía en 2009, pero que además había trabajado las contiendas presidenciales desde 1984 hasta 2004. La falla que detectó Flores fue que Cinco Inversiones, S.A. de C.V. hacía la parte creativa pero también la parte estratégica de la publicidad, lo cual limitaba la capacidad de las producciones. Era Meléndez, junto al exguerrillero Marvin Galeas, el principal estratega de la publicidad. Y eso había que modificarlo.
Por eso en la reunión en la casa de Calleja, el G20 acordó repartir parte de la publicidad a la agencia Publicidad Comercial, de Juan Federico Salaverría padre, uno de los miembros del G20. Así surgieron dos de los spots claves que marcarían la campaña bajo la influencia del “factor Flores”: la del “gritón”, la primera; y la segunda, la relacionada con el nuevo posicionamiento de Quijano en torno a la tregua entre las pandillas. Esta vez, el alcalde daba un tajante “no a la tregua” después de un desconcertante zigzag que a través de los meses lo había llevado a decir que estaba en contra, hasta decir que la misma lo que necesitaba era mayor robustez moral y logística.
Una segunda falla que encontró Flores, según una de los profesionales que conoció detalles de esa reunión, que la imagen del candidato estaba muy descuidada. No solo habían sido los mensajes erróneos de Quijano -como por ejemplo decir que quitaría los vasos de leche y los uniformes, o como dijo al periódico La Razón, que este gobierno era de corte “revolucionario-marxista”-. También era el hecho de permitir que en una entrevista, en la que de por sí el candidato prefirió evadir los temas trascendentales, sucedieron cosas como que el candidato tuviera en la mesa de su despacho de alcalde un cubreescritorio de la empresa de uno de sus principales adversarios políticos -el Grupo Samix, de Saca- o como que tuviera a la vista de los periodistas un caja de vitaminas con ginseng.
El tercer obstáculo para despegar, según la evaluación Flores, eran los asesores más cercanos a Norman. Manuel Arrieta, expresidente de ANDA y amigo de Quijano; Manuel Meléndez y hasta entonces el jefe de campaña, el exdiputado Julio Gamero, eran los que juntos tomaban las decisiones en la campaña. Si el partido quería revivir había que hacerlos a un lado, decía Flores. No se trataba de sacarlos ni mucho menos, si no, solo asignarles un rol más modesto. “Uno de los grandes aportes fue que el expresidente Flores puso las piezas en su lugar”, dice Jorge Velado.
Arrieta, por ejemplo, a pesar de ser el vicepresidente de campaña, ahora está viendo casi en exclusividad el financiamiento. Por otro lado, Gamero, quien tiene el cargo de jefe de campaña, es el que de ahora en adelante no hará otra cosa que no sea ayudar a coordinar la agenda y las visitas del candidato al terreno donde hace campaña. “Ahora es Norman quien tiene la última palabra en todo”, asegura Velado.
Asesores como el español Antonio Sola seguirán contratados, monitoreando de cerca -aunque en el extranjero- el desempeño de la carta tricolor. Sola tiene en su palmarés haber dirigido las campañas del mexicano Felipe Calderón, en 2006; la del haitiano Michel Martely, en 2010; y la del guatemalteco Otto Pérez, en 2011. Sola también trabajó en la campaña de Rodrigo Ávila, Saca y Francisco Flores.
Según lo dos fuentes dijeron a este periódico, Arena está por contratar a un gurú del marketing político en los próximos días. 'Son de esos carísimos', explicó una de las fuentes.
Mientras tanto, la ciudadana argentina Cecilia Nicolini y la española Sheila Trujillo, seguirán siendo las dos consultoras de que seguirán velando por la imagen del candidato. Ellas son las que, entre otras cosas, se aseguran de imprimirle al candidato los guiños necesarios para que sus mensajes sean más eficientes.
Un día después de aquella reunión con el G20, el 15 de mayo el nuevo papel de Flores se ventiló en público gracias a la publicidad que dieron los diputados con los que el exmandatario se reunió en la sede del partido, el Coena en el Flor Blanca, para darles a conocer la nueva estrategia. Flores, acostumbrado a estar tras bambalinas, quiso salir de la sede del partido escondido en la camioneta de Jorge Velado. Fue inútil. Su nuevo rol en la campaña había sido revelado.
Quien paga el mariachi...
De regreso en la reunión del 14 de mayo en la lujosa casa de San Salvador, la cita parece ir terminando y Jorge Velado y Norman Quijano se disponen a abandonar la casa. Entonces interviene la voz de Roberto Murray Meza: “¡Momento, momento, ¿para dónde van?! Aquí esto no ha terminado, sigamos viendo los números.”
El llamado de Murray Meza es para que los miembros del G20 continúen sentados. Velado y Quijano dejan la reunión y lo que siguió en la casa de Calleja tiene dos valoraciones distintas, según las fuentes. Hay quienes aseguran -incluso uno de los empresario reunidos- que nada más hubo una especie de tertulia entre amigos, pero otras sostienen que en ese momento fue cuando con mayor detalle se discutió los números de Quijano en las encuestas. Después, y para finalizar la reunión, la decisión fue darle tiempo 'al factor Flores'.
Hay quienes sostienen que en pocos días Flores logró recaudar 3.4 millones de dólares para la campaña, pero Velado dice desconocer esa información.
—Lo que sí le digo es que el giro que ha dado la campaña ha entusiasmado mucho a los donantes.
—¿Los millones han fluido con mayor agilidad desde la llegada del expresidente Flores?
—Los millones solo ayudan a que se haga el trabajo de la mejor manera, pero esto no es una cuestión de recursos sino de capacidad, honradez.
El vicepresidente de campaña, Manuel Arrieta, también reconoce que todos los giros en la campaña han sido positivos, pero matiza el efecto Flores. “No es que todos los donantes van a dar el primer día, sino que se van a sumar poco a poco. Ahora sí es cuando van a empezar a dar más dinero por la necesidad de la misma campaña”.
¿Pero por qué Arena está teniendo problemas para conseguir el dinero como sí lo hacía antes? Es un problema de confianza. Desde que Saca dejó en bancarrota al partido, y Cristiani se hiciera a un lado -en febrero pasado-, Velado se ha esforzado por explicar a los grandes empresarios que el dinero que entra al partido se está gastando de la manera más transparente posible.
Pero también es un asunto de vacíos como el que dejó Alfredo Cristiani, quien abandonó el Consejo Ejecutivo Nacional en febrero. Cristiani, después de 2009, dio la cara por el partido y permitió ser la garantía para nuevos acreedores y otros financistas. Cuando él pasó a la Comisión Política -una instancia más estratégica que operativa- en febrero anterior, el vacío que dejó fue hábilmente ocupado por Ricardo Poma, explica un empresario muy cercano al G20 y exdirigente arenero.
Eso explica por qué con su aporte inicial de 500 mil dólares hace nueve meses, Ricardo Poma tomó el liderazgo del G20. En aquel entonces era aún demasiado temprano para saber el comportamiento de Quijano contra otros contendientes. Nueve meses después, y ante las evidentes muestras de que el candidato estaba flaqueando, Poma tuvo que hacer uso de su poder de convocatoria para mantener a flote la candidatura de Quijano. La nueva promesa de 2 millones que hizo Poma en la reunión del G20 ya habla, por lo menos, de que la campaña se mantendrá a flote.
Las dificultades de Arena para conseguir dinero también se muestran en el hecho de que Jorge Velado colocó dentro de la dirección de asuntos económicos del partido a Alejandro Poma (sobrino de Ricardo y ejecutivo del Grupo Poma) para que fiscalizara el gasto de los 500 mil dólares donados por el emporio familiar en septiembre. Velado ha sido por años el gerente general de la división automotriz del Grupo Poma.
Otro aspecto que permite dimensionar la falta de fondos en las arcas tricolores es la llegada del nuevo director de asuntos económicos del partido, Mauricio Interiano, un empresario relativamente joven que ha sido gerente general de Microsoft para Centroamérica y República Dominicana. Tradicionalmente, el tesorero del Coena ha sido un empresario de altos kilates. Guillermo Sol Bang, el mismo Ricardo Poma, Eduardo Zablah-Touché son solo un trío de personas que han tenido dicho cargo en diferentes momentos de la historia del partido. Tenían que tener la suficiente confianza para agarrar el teléfono y pedir, como quien le pide a un amigo, el depósito adeudado o un adelanto del donativo. Este personaje era el que acompañaba al presidente de la República -cuando Arena estaba en el gobierno- y al presidente del partido a las cenas con los grandes donantes cuando estaba a punto de comenzar una campaña. Un empresario exintegrante del Coena que pidió el anonimato explicó que Interiano difícilmente reúne ese perfil. “¿Cómo va a llamarle él a Ricardo Poma para pedirle plata, que urge?”
Quizás lo que permite explicar la llegada de Interiano al cargo es que él pertenece, al igual que Alejandro Poma, a un grupo ciudadano denominado “Grupo 300”, que ha decidido recaudar en un mediano plazo 2.5 millones de dólares. Por ahora, cada uno de sus miembros, incluyendo sus 10 fundadores, abona una cuota de 100 dólares mensuales aunque hay gente que abona menos. Entre los fundadores de esta agrupación hay empresarios de entre 40 o 50 años como José Carlos Mejía (gerente general de Buffalo Wings), Rubén Moreno (director de Moreno Research), Rodrigo Valiente (director comercial de la Droguería Santa Lucía) y Marcelo Olano (director del centro de negocios Espertha). El Faro conversó con uno de sus coordinadores, quien explicó que el propósito no es endosar los 2.5 millones al partido Arena. Lo que buscan, según explicó, trasciende la coyuntura electoral. El objetivo es fomentar liderazgos y ser un nicho del cual instituciones que influyen en el país -como los partidos políticos, las instituciones de gobierno- puedan reclutar gente proba y capacitada sin distinción de ideología partidaria. Para pertenecer al grupo, el integrante tiene que estar de acuerdo con el decálogo del mismo.
El Grupo 300 está apoyando con personal al Mi Plan País, el proyecto que ejecuta Miguel Ángel Simán y del que se desprenderá el plan de gobierno de Quijano. “Más adelante, cuando estemos mucho más consolidados, podremos pensar a quién endosar el dinero que por ahora es bien poco”, explicó un coordinador.
Mientras el dinero ya parece estar fluyendo, Quijano ya parece respirar más tranquilo porque apenas hace dos semanas, tras las ocho semanas de trabajo de Francisco Flores, Arena montó una conferencia para anunciar a toda pompa que Quijano había aumentado dos puntos puntos en la intención de voto y que eso ya lo separaba por cuatro puntos de Salvador Sánchez Cerén, del FMLN.
Para el Coena eso era una muestra inequívoca de que iban por el buen rumbo... justo las mismas palabras que han expuesto los adversarios de Quijano: que Sánchez Cerén ha repuntado y que Antonio Saca ha repuntado.
Quijano confirmó a El Faro que Francisco Flores ya es libre de seguir con su trabajo de consultor internacional. Que ya hizo su trabajo por la candidatura. 'Yo soy el jefe de mi campaña, y yo siempre busco el apoyo de aquellas personas que a mi criterio por su experiencia me pueden aportar (...) Las veces que sea necesario lo voy a buscar a él'.
*Con reportes de Carlos Martínez y Carlos Dada.