El incidente más grave de la jornada de protestas protagonizada por veteranos de la Fuerza Armada y de la guerrilla del FMLN se produjo sobre la carretera Panamericana, en jurisdicción de Santa Cruz Michapa (Cuscatlán), 27 kilómetros al oriente de San Salvador, cuando agentes antimotines dispersaron con gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes, precisó una portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC).
Los siete veteranos detenidos en Santa Cruz Michapa, según la Policía, serán acusados por “desórdenes y resistencia a la autoridad”.
Los desmovilizados, tanto del ejército gubernamental como del ahora gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), iniciaron la madrugada del miércoles la protesta interfiriendo el tráfico automotor en carreteras estratégicas cerca de los puestos fronterizos con Guatemala y Honduras.
Según el presidente de la Coordinadora de Veteranos de la Fuerza Armada, Manuel Rodríguez, el cierre de rutas es por la negativa del Gobierno del presidente Mauricio Funes y de la Asamblea Legislativa a “sentarse a negociar” las demandas de los desmovilizados de la guerra civil (1980-1992).
También el miércoles, y para demandar la aprobación de la uqe ya han bautizado como Ley del Veterano, los otrora combatientes realizaron una manifestación que, custodiada por la PNC, salió de la plaza Divino Salvador del Mundo, con destino a la Asamblea.
Los desmovilizados piden que en la ley se les asigne una indemnización de 5,000 dólares y una pensión “acorde al costo de vida”, la cual debería incluirse en la partida presupuestaria del próximo año.
El presidente de la Asociación de Veteranos de Guerra de la occidental ciudad de Santa Ana, el sargento Jesús Aguilar, declaró a la agencia AFP que confía en que la Comisión de Defensa del Congreso “adopte un compromiso serio” y someta a la aprobación del pleno la ley de beneficios esta misma semana.
Aguilar dijo que la protesta que se podría prolongar hasta el viernes la dirigen sargentos y negaron que los generales, coroneles y otros oficiales retirados participen en la conducción del movimiento porque ellos reciben “buenas pensiones”.
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