Bogotá, COLOMBIA. “Es casi imposible hacer política en Colombia sin recibir amenazas. Ahora, estas amenazas están orientadas a sabotear el proceso de paz”, dijo a la AFP el historiador Jorge Orlando Melo, de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
A principios de febrero, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, la aspirante presidencial Aída Avella y los candidatos al Congreso del partido Polo Democrático Alternativo, Alirio Uribe e Iván Cepeda, entre otros, recibieron amenazas de muerte. Un correo electrónico advertía a estos dirigentes, todos ellos de la izquierda, que si no abandonaban la vida política serían asesinados.
Para Jaime Zuluaga, profesor de la Universidad Nacional y experto en el conflicto colombiano, es frecuente en todo el mundo que cuando un proceso de paz comienza a avanzar se produzcan hechos violentos y explica que esta es un forma que tienen algunos grupos de “saldar cuentas”. “La experiencia histórica nos enseña que no podemos desentendernos, todas estas amenazas hay que tenerlas en cuenta”, enfatizó Zuluaga.
Según Cepeda, tradicionalmente la actividad política para la izquierda en Colombia ha sido una especie de “odisea”. “Desde que soy congresista en 2010 he venido recibiendo amenazas. Aquí el patrón es que estas investigaciones quedan en nada, es un ambiente muy hostil”, dijo Cepeda a la AFP.
Por su parte, la organización de izquierda Marcha Patriótica, denunció que 17 de sus miembros han sido amenazados y que desde su fundación en 2012, una treintena de sus militantes han sido asesinados.
La exsenadora Piedad Córdoba, quien tras ser destituída por una acusación de que se extralimitó como mediadora con la guerrilla, creó esta nueva formación, planteó incluso la posibilidad de disolver la Marcha Patriótica ante los graves riesgos que enfrentan sus miembros.
Un incidente cada 48 horas
Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), organización que realiza un seguimiento y un registro de las incidencias, dijo a la AFP que en Colombia ocurre un hecho de violencia política cada 48 horas. “Desde 2012 se han producido 345 hechos de violencia: 20 asesinatos de funcionarios electos, 293 amenazas, 28 atentados y 3 secuestros”, dijo Barrios.
Entre las personas amenazadas está la candidata presidencial para las elecciones del 25 de mayo Aída Avella, del partido izquierdista Unión Patriótica (UP). Avella volvió a Colombia en 2013, luego de pasar 17 años exiliada tras sufrir un ataque del cual sa lió ilesa.La UP fue creada durante el primer intento de diálogo de paz de las FARC con el gobierno del expresidente Belisario Betancour, en los años 1980.
Se estima que cerca de 3,000 simpatizantes, militantes y dirigentes de esta formación fueron asesinados en ataques de grupos armados, entre ellos dos candidatos presidenciales.
“La violencia política en Colombia tiene 70 años y siempre se ha incrementado en los momentos en los que ha habido negociaciones de paz”, señaló Melo.
En 1948, el asesinato del carismático aspirante presidencial Jorge Eliécer Gaitán desembocó en un periodo conocido como La Violencia, que se extendió durante 10 años, en el cual se enfrentaron milicias de conservadores y liberales.
“Hay que tomar estas amenazas muy en serio. Personas como Aída Avella, Iván Cepeda no son las primeras amenazas que reciben. Sería una señal muy negativa, no sólo para el proceso de paz sino para la democracia”, señaló el profesor de la Universidad Externado de Colombia Frederic Massé.
Para Massé estas amenazas pintan mal para el futuro de la reconciliación tras el conflicto, ya que proyectan un panorama sombrío para los guerrilleros que quieran entrar en política.
Desde noviembre de 2012 se desarrolla un proceso de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien optará por la reelección en los comicios del próximo 25 de mayo y ha insistido en que su intención es conseguir un acuerdo que ponga fin al conflicto armado de casi 50 años.
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