Carlos Canjura es un académico que ha dedicado los últimos años de su vida a formar jóvenes en ciencias y matemáticas. Durante décadas estuvo en la Universidad de El Salvador hasta llegar a ser parte de la oficina de planificación de la casa de estudios. Compitió contra Rufino Quezada y toda un ala del FMLN para presidir el alma máter, pero no fue nombrado rector. Salvador Sánchez Cerén lo designó para encabezar uno de los ministerios más importantes y que en esta administración ha asumido el compromiso de duplicar el presupuesto para lograr la ejecución de nuevos programas sociales.
Canjura tiene el reto de cumplir con las ambiciosas promesas que el FMLN hizo durante la campaña presidencial. Promesas que van desde entregar a cada niño una computadora, crear una universidad en línea hasta la propuesta de gradualmente cerrar brechas de cobertura para escolarizar a todos los niños y adolescentes.
En esta entrevista hace un diagnóstico del sistema educativo ya no desde la posición de académico de la Universidad de El Salvador, ya no desde el programa de jóvenes talentos al que dedicó 17 años de su vida a formar a algunas de las mentes más prometedoras en ciencias, ahora lo hace desde una posición donde puede comenzar a transformar lo que en el pasado cuestionó: la falta de aspiración de los programas académicos a formar a plenitud las competencias y capacidades de la niñez y la juventud salvadoreña. Ha dejado claro que su principal apuesta será mejorar la calidad de la educación, lo cual implica, en sus propias palabras, mejorar la formación de los maestros y dignificar esta profesión.
¿Cómo fue que usted se convirtió en ministro de Educación?
A mí me consultaron si yo estaba en la disposición de participar en el gobierno. Dije que sí en el área que había dedicado mi vida, dije que con gusto. Meses más tarde me informan que el profesor (Salvador Sánchez Cerén) me había seleccionado para dirigir este ministerio.
Usted ha afirmado en diversas entrevistas que se va a comprometer a mejorar los indicadores de calidad del sistema público. ¿A qué se refiere?
La calidad está íntimamente asociada a los propósitos que se tienen. ¿Cuáles son los propósitos nacionales con los que queremos educar a los jóvenes? Desarrollar en el joven la capacidad de convivir con su entorno, con su comunidad. Esa es una aspiración de todo el sistema educativo, lograr futuras generaciones que tengan la capacidad de convivir, de compartir, de ser solidarios y de ser personas al servicio del bien común. Eso no es fácil de lograr. La prueba es la sociedad nuestra de ahora, que le resulta difícil aportarle al desarrollo de los otros. Por ahí va una ruta de medición.
¿Qué indicadores podría definir?
Los niveles de convivencia social en todos lados. Porque los centros escolares también terminan siendo retratos de lo que somos como sociedad. En los centros escolares se refleja los descuidos que hemos tenido a lo largo de los años. Todo este problema de violencia que tenemos es producto de los descuidos que hemos tenido como sociedad en atender el desarrollo de los niños y de los jóvenes en el país, en esa dimensión en la que estamos hablando. Hay otra dimensión importantísima: se debe lograr el desarrollo de capacidades para producir. Esa es una segunda componente importantísima para evaluar la calidad con la que hacemos las cosas. Producir tiene sus condicionantes de conocimiento que están asociadas con ciencia y tecnología.
¿Qué rol va a desempeñar el Viceministerio de Ciencia y Tecnología durante su administración?
Sabemos que nosotros como país tenemos un rezago científico-tecnológico. Avanzar en esta dirección es importante. Desde la gestión anterior se creó este viceministerio con el propósito de permear todo el sistema educativo de ciencia y tecnología e incluso desarrollar proyectos que permitan transitar por toda la ruta productiva y de ver cómo esos resultados son incorporados al sistema educativo. En la Universidad de El Salvador yo tenía a mi cargo un programa cuyo propósito es aportarle al país jóvenes que tengan muy buena formación en ciencias y tecnologías, que es una de las debilidades que tenemos en nuestro país. El porcentaje de jóvenes que buscan las áreas científicas es muy bajo. Y siendo las ciencias el soporte de muchas carreras, estas se arriesgan cuando no se desarrolla ciencia, se arriesga la calidad de las carreras que están asociadas a ellas, las ingenierías, por ejemplo. Una matemática, una química, una física, una biología no bien hecha arriesga la calidad de ingenierías, la calidad de farmacias, la formación de profesionales en las áreas médicas. Se arriesga mucho la calidad de esas carreras.
¿Qué planes hay para el viceministerio de Ciencia y Tecnología?
Acaban de realizarse un foro sobre robótica y un campamento de robótica en el que participaron seis países: México, Costa Rica, Uruguay, Corea, Taiwán y nosotros. Este es un tema que se ha venido impulsando en este viceministerio. Lo estamos introduciendo al sistema educativo. Esa es un área que ya está bastante introducida en 385 escuelas. Claro, el número de escuelas que tenemos es 5 mil 200, pero creo que hemos avanzado bastante en este campo. La idea es contagiar a todo el sistema educativo de estos temas como los parques tecnológicos.
¿Qué son los parques tecnológicos?
Son centros donde se desarrollan ciertas capacidades investigativas, productivas en diferentes campos. En Zacatecoluca hay un parque tecnológico dedicado al montaje de computadoras, con desechos computacionales. Estamos pensando en ensamblaje de computadoras para traducirlos en espacios productivos para el país, zonas de trabajo para los jóvenes. Queremos involucrar a toda la juventud.
¿Han definido un grupo poblacional al cual pretenden acercar estas oportunidades?
Está pensado para estudiantes de tercer ciclo y bachillerato, empujar por ahí. En esta gestión queremos enfatizar la necesidad de que nuestros jóvenes desarrollen habilidades para el trabajo a partir del tercer ciclo de educación básica. Ahí está ese importante sector que actualmente está emigrando del país. Los que están emigrando son jóvenes y, bueno, recientemente niños, habría que preguntarse cuál fue el fenómeno, porque sí hubo algo extraordinario que hizo que hubiera una invasión masiva de niños a Estados Unidos. Darles atención a los jóvenes de tercer ciclo y bachillerato permitiría reducir un poco este problema de la migración que tanto dolor de cabeza le provoca a la sociedad salvadoreña. Este fenómeno ocurre por la debilidad del sistema educativo para desarrollar capacidades productivas.
Si uno ve el país no ve muchos espacios para iniciativas productivas innovadoras. ¿Qué planean hacer para que esta iniciativa no se quede solo en las escuelas?
Bueno, los parques tecnológicos tienen la vocación de incidir en el aparato productivo, generar esas capacidades para producir. Claro que nos interesa que eso incida en el sistema educativo completo, pero ya los mismos parques tecnológicos son centros productivos. Los centros que montamos y que vayamos a montar en el futuro tendrán la vocación de apoyar al sistema educativo. Pero esto genera capacidades que abre potencialmente oportunidades para crear empresas en esa dirección. Habrá que generar toda esta zona en el área de emprendimiento y esperar que las empresas tanto las nacionales como las internacionales en la medida que vean jóvenes listos para producir en cierto campo y en cierta dirección, sean estimulados a invertir, porque los inversionistas invierten donde hay capacidades instaladas. Estos son modelos que van intentando conectar el mundo cognitivo con el sistema educativo, asociando zonas de producción al sistema educativo nacional. Ese es el objetivo último del parque tecnológico y de toda la política que está detrás del Viceministerio de Tecnología.
¿Cómo se materializa la creación de capacidades productivas?
En el mundo y en cualquier parte del mundo se hace matemática. No es por gana de molestar a los jóvenes, sino porque por ahí se comienzan a desarrollar sus capacidades para producir. No se enseña física por las ganas de incomodar a los jóvenes. Se introduce química, física y biología porque por ahí están las capacidades para producir. Acá hay un conocimiento matemático elemental que sirve para hacer transacciones elementales de mercado. Pero cuando hablamos de producir otro tipo de productos, una silla, una mesa, esta puede estar bien o mal hecha de acuerdo con el grado de conocimiento que haya acumulado alguien. No digamos una computadora. ¿Qué hay detrás de un botón?
Y sobre el tema de la calidad, ¿es posible en cinco años sentar las bases para…?
No. Yo no digo que sea posible en cinco años. Digo que es un propósito educativo. En estos cinco años hay que aclarar que magia no hay. Hay resultados después de que una sociedad se esfuerza durante décadas para que su pueblo sea un pueblo educado, culto y productivo. Es por esfuerzo de décadas que se logra. Aquel que crea que de aquí a un año este sistema educativo va a ser una maravilla está hablando cosas falsas. Lo que debemos hacer es estar permanentemente atentos a que nuestros jóvenes se formen de la mejor manera posible.
Entiendo que en cinco años no se pueda arreglar un sistema educativo que durante años se ha quedado rezagado en comparación con la región. ¿Pero cuáles son los compromisos que usted asume para mejorar la calidad del sistema educativo?
La calidad de un sistema educativo está íntimamente asociada a la calidad de sus docentes. Tenemos mora, mucha mora.
¿Cuál es su diagnóstico de la planta docente nacional?
Bueno, la planta docente nacional tiene los problemas que ya he planteado. Uno, tiene un alto porcentaje de personal graduado en áreas para las que no están preparados. Los profesores de ciencias y matemáticas están en un porcentaje muy bajo. Eso quiere decir al final que un buen porcentaje de nuestros jóvenes son atendidos en estas áreas sin que el maestro haya desarrollado esas competencias. Eso ha pasado por muchos, muchos años. El gran reto nuestro es inyectarle al sistema educativo un programa agresivo de formación permanente de maestros que permita asegurar que podemos reproducir en la planta docente nacional el recurso que necesita el sistema educativo, en la cantidad y la calidad requeridas. La formación en los campos de las ciencias es casi inexistente, un porcentaje muy bajo está preparado en esos campos. El grueso son de Ciencias de la Educación, de Letras y de Sociales, que es un componente importante en el sistema educativo. Pero el área de ciencias anda por debajo. El estudiante tiene una formación desequilibrada y esa formación desequilibrada pues obviamente termina limitando las capacidades productivas.
Usted dice que durante mucho tiempo los niños han sido atendidos por maestros que no dominan las competencias en ciencias y matemáticas. ¿Qué implicaciones ha tenido esto en el sistema educativo?
Las implicaciones son casi inmediatas. Si nuestra planta docente nacional tiene muy pocos profesores en física, química, biología y matemática, obviamente el soporte en el área científica de nuestros niños y de nuestra juventud va a ser bien pobre. Eso limita las capacidades de incidir positivamente en el desarrollo de estos jóvenes en capacidades productivas. Porque todo lo que es producción está asociado a ciencia, técnica y tecnología. Si estas zonas no se desarrollan dentro del sistema educativo, las posibilidades de producir en el país se reducen y producir es la única forma de generar riqueza, y generando riqueza es la única forma que se puede salir de la pobreza. Esa es la consecuencia primera: si no hay ciencia, si no hay tecnología, si los jóvenes no se preparan en estos campos, vamos a tener una sociedad con pocas capacidades de producir. Si hay pocas posibilidades de producir, vamos a tener pocas posibilidades de salir del estado de pobreza que tenemos.
¿Qué otras implicaciones ha tenido descuidar a los maestros?
Los maestros al final de cuentas son los profesionales que toma una sociedad para educar a sus niños y a sus jóvenes. Si descuidamos a los profesores, estamos descuidando la formación de nuestros niños. Desde hace ya muchos años, perdimos la capacidad de darle seguimiento estrecho a la formación de nuestros maestros. Hemos debilitado de manera severa la profesión de maestros dentro del concierto de profesiones. Los requisitos de ingreso a las carreras de profesores hasta hace poco se modificaron. Para aspirar a esta carrera se debía de tener al menos la media de la PAES. Antes de eso, ningún requisito. Ese es un primer problema. Por muchos años mantuvimos programas de formación de maestros con muy poca aspiración. Si vemos los programas de formación de maestros que hemos tenido, cuento de 2012 para atrás, tremendamente débiles.
¿Cuáles deben ser los requisitos ideales para aquel joven que desea aspirar a la carrera de profesorado?
El sistema educativo pretende desarrollar las capacidades en los niños y jóvenes del país. Una legítima aspiración es que sean estimulados por los profesionales mejor calificados que haya. Si a las carreras de profesorado ingresan porque simplemente no lograron entrar a las carreras más demandadas, que no entran a medicina, a ingenierías, a derecho, entonces se van por default a estas carreras, pues lo que estamos haciendo es comprometer la formación de nuestros niños y jóvenes. Es legítimo aspirar a que el sistema educativo se alimente de profesores que provengan de los jóvenes más destacados del país para que estos jóvenes más destacados le inyecten a los niños que vienen atrás mayores niveles de aspiración. Es lo que han hecho muchos países. En Europa, por ejemplo, ser profesor universitario tiene una exigencia altísima. No es así recién graduado que sale de la universidad el que va a aspirar a ser profesor. Lo que ha hecho Singapur es que no aceptan candidatos a profesores que no están en el último decil del resultado de bachillerato, es decir, el 10 % mejor es el único que puede aspirar a ser profesor. Eso nosotros no lo tenemos. Tampoco tenemos las condiciones para que a estas carreras acudan los estudiantes más distinguidos, porque lo que les espera en el sistema educativo tampoco es tan promisorio. Si un joven -sobre todo si es listo- se percata de lo que le espera en su desarrollo profesional como profesor, es probable que diga que no. A lo mejor dice sí, si tiene una profunda vocación de maestro. Porque el maestro salvadoreño, bueno, ahora ya pasa de 500 a 1,000 dólares de sueldo a 30 años plazo. Claro, si un joven muy bien preparado y con la mejor vocación para hacer docencia lee ese futuro, es probable que desista. Necesitamos que la carrera de docente sea más atractiva para los jóvenes.
¿Cómo se puede hacer más atractiva?
Generando mejores condiciones para los maestros del sistema. Primero asegurar que tengan un mejor desarrollo profesional, sistemáticamente ofrecido por el sistema. Segundo, asegurar que tiene condiciones laborales razonables. Porque no es nada extraño que un profesor para llenar sus necesidades básicas tenga que hacer uso de dobles turnos. Significa un esfuerzo muy fuerte que también significa comprometer el servicio que le ofrecen a los niños y a los jóvenes. Tenemos que mandar signos de que la carrera de profesor la sociedad la va a estimar más. Si no, se da un ciclo perverso: gente no muy bien formada que se encarga de formar a los niños. Entonces estos niños que se formaron mal después son los profesionales y así mal formados y mal formados vamos cayendo en niveles educativos cada vez más bajos. Hay que provocar cierta inflexión para estimular que los jóvenes opten por las carreras de profesorado, pero no como última instancia para ofrecerle al país lo mejor de ellos.
¿Qué mecanismos institucionales planean implementar para atraer al mejor talento humano a las carreras de profesorado?
El ocuparse de la formación permanente del maestro. Hacer del maestro alguien que permanentemente se está preparando, no solo desarrollando todas las capacidades para servir mejor a las futuras generaciones, sino estimulando la participación de él en el desarrollo integral del joven, de la familia, de la comunidad, que es algo que debemos construir y que es parte de la tarea del sistema educativo. Tiene que ocuparse de recuperar la responsabilidad que tiene la familia y la comunidad en la formación de sus jóvenes. Por otro lado, se deben dar señales de que va a ser estimulado profesionalmente desde el punto de vista salarial.
¿Se prevé cambios en el escalafón?
Claro que sí. Si no se dan signos de esa naturaleza, lo más probable es que los estudiantes con mejores calificaciones nunca van a aspirar a la carrera de profesor. Sería fatal si no lanzamos ideas de ese tipo.
¿Qué cambios?
Lo que podamos hacer en este quinquenio no solo depende de las visiones sino también de las realidades desde el punto de vista financiero. Vamos a hacer todo lo posible por estimular la carrera de profesor, por mejorar los ambientes escolares, que los profesores y los estudiantes estén en condiciones más dignas que las que tenemos ahora, mejorar sus salarios, sus condiciones de salud. Estas mejoras no solo pueden ser desde el punto de vista salarial, sino también a través de los estímulos sociales y que son igualmente válidos para el reconocimiento social de una profesión.
Cuando habla de falta de aspiración en los programas de formación de los maestros, ¿a qué se refiere?
A la calidad que nosotros tenemos. Si nosotros hablamos de matemáticas hay un conocimiento matemático que circula en el mundo en los sistemas educativos, y los países de referencia andan muy, muy por arriba de lo que se exige en los niveles de formación de nuestros maestros. Eso ya nos pone en desventaja.
¿Cómo se refleja esa disparidad con los países de referencia?
Eso se refleja a la hora de participar en eventos internacionales. Tenemos una cierta tradición de participar a nivel internacional a partir del programa de jóvenes talentos, que por cierto no es representativo del sistema educativo nuestro. Es lo que mejor está preparado en estos campos a nivel nacional y aun así la participación, cuando uno entra a ese campo a nivel mundial, y no solo de El Salvador sino también de América Latina, es tremendamente baja. El mundo de la ciencia, de la matemática, de la química, de la computación, está dominado por Corea, China, Japón, Taiwán, India, Rusia, Alemania y Estados Unidos. Las diferencias son muy notables. La mejor manera de ver cómo estamos es estimulando la participación internacional en las que se prueban los sistemas educativos. Tuvimos una participación, me parece, en la prueba PISA en el 2007 y 2008 y nos ubicamos en los últimos lugares.
¿Qué tiene contemplado hacer para mejorar esos indicadores en matemática, física, química y biología?
La única manera es insistir en la calidad de los docentes. Ya tenemos el plan para atacar ese tema de aquí al 2021. Espero anunciarlo pronto. Es un esfuerzo que vamos a hacer con los maestros de todo el sistema educativo nacional.
¿Nos puede adelantar un poco sobre ese plan?
Trataremos de construir especialistas en cada una de las disciplinas, personal no solo en las áreas de ciencias, especialistas necesitamos en todas las áreas del saber humano. Porque igual que tenemos deficiencias en especialistas en el área de matemática, química y física, también lo tenemos en historia. No creamos que el problema lo tenemos resuelto para darle cobertura a nivel nacional. Tenemos que construir ese recurso. A eso nos vamos a dedicar, a construir ese núcleo de especialistas que demanda el sistema educativo. Incluimos temas que el sistema ha dejado de atender: el teatro, la música, las artes plásticas, la educación física, las áreas tecnológicas y técnicas, el idioma inglés. Todo eso requiere construcción de núcleo de especialistas para poder atender lo que el país requiere. En diciembre va a empezar.
¿Es un plan cuyo peso principal recaerá en atender la formación de los docentes?
Es que la calidad del sistema educativo es la calidad de sus docentes. Todo sistema educativo sano intenta que la siguiente generación sea mejor que la anterior. Eso pasa porque los maestros se lo propongan. Para eso deben estar además de bien formados, conscientes de la misión que tienen con las futuras generaciones. Ese es el tema central: la calidad de los docentes.
¿Cómo será ese programa agresivo de formación permanente de maestros?
Hay muchas áreas en las que somos deficitarios. Yo sí creo que nuestros niños y jóvenes deben enfrentarse con la música, el teatro, pero cuando uno imagina el sistema educativo, uno se da cuenta de que no tenemos personal suficiente para atender una aspiración de esas en el sistema educativo. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es construir ese recurso para que los niños se encuentren con alguien que realmente les puede inspirar en esas áreas: pintura, deportes, diversas expresiones artísticas, la musical, que tiene un componente muy importante. Todo eso no existe. No existe ningún sistema de generación de cuadros docentes en estas áreas. Pretendemos en estos cinco años dejar montado un sistema de formación de maestros que incluyan todas esas áreas que hemos dicho. Las que tenemos, por supuesto, ahí están, pero a aquellas en las que somos deficitarios en calidad, y que son nuestro punto débil, también tenemos que apostarles.
¿Tiene un plan para enfrentar a los niños y jóvenes con la música y el teatro? ¿Lo ha trabajado ya con la Secretaría de Cultura?
El Ministerio de Educación cuenta con el programa de arte, cultura, recreación y deporte. Se impulsan estrategias educativas en los centros escolares vinculadas con la expresión artística, la promoción de la cultura y las prácticas deportivas. 2,371 centros escolares han sido invitados a propiciar la mejora de los ambientes de convivencia. Lo hacen con la asistencia técnica del personal del Ministerio. Se les da materiales recreativos, deportivos, de artes plásticas, artes escénicas y especialmente de música. En esta nueva gestión, el Ministerio va a continuar impulsando el programa de arte, cultura, recreación y deporte a nivel nacional.
Sobre las áreas deficitarias en formación, ¿puede hacer un ránking entre las asignaturas que están en números rojos?
Matemática, física, química y biología. Los programas están ahí, pero hay una aspiración de subir la calidad.
¿Y cómo están ciencias sociales y lenguaje?
Pues yo sostengo que no tan bien. Pero el grueso que entra al sistema educativo está formado en esas áreas.
¿En qué va a consistir este programa agresivo con el que se va a dejar montado este sistema de formación docente?
Lo primero que vamos a hacer -y yo espero que lo podamos hacer ya a finales de este año- es tomar lo mejor de cada una de las áreas que tiene el país para formar un núcleo de especialistas. Sueño con poder formar, en diversas áreas en donde el número sí se requiere que sea fuerte, unos 300 profesores, a los más distinguidos de nuestro país, que sean atendidos estos maestros por verdaderos expertos en las diferentes áreas, expertos en matemáticas, física, química, biología, música, teatro y educación física. Esperamos, con ese grupo de expertos, ir formando una base de especialistas que sirvan para atender a todo el sistema educativo, para apoyar la formación de toda la planta docente nacional.
¿300 especialistas?
Si logramos formar 300 especialistas, pienso que es un número que nos daría la posibilidad de atender al sistema educativo si son geográficamente distribuidos y así darle seguimiento a todo el tema en las diferentes especialidades. Cuando imaginamos el número de escuelas que tenemos -son más de 5,200 escuelas-, darle seguimiento a lo que se hace en ellas es importante. He declarado que en mi gestión mi prioridad va a ser el aula y la prioridad del aula quiere decir: vamos a estar atentos a cómo se está llevando a cabo el proceso educativo, cómo camina ese proceso de aprendizaje en los niños y niñas del sistema. Si logramos formar a esos núcleos que nos permita darles seguimiento creo que vamos a hacer un gran aporte al desarrollo educativo nacional si logramos dejar sentado ese sistema de reproducción de calidad. Esto arranca desde los sistemas universitarios, porque es de donde se toma para formar especialistas. La Universidad de El Salvador es la instancia más importante. Es la única universidad pública. Debemos hacer un esfuerzo importante porque esta sea de calidad.
Usted conoce muy bien a la Universidad de El Salvador. ¿Puede hacer una lectura de lo que usted considera que implica mejorar la calidad de esta universidad?
Cuando hablamos de problemas nacionales, me imagino el problema del agua, de la energía y de la seguridad alimentaria, porque esos son temas nacionales que nos van a servir para generar los parámetros y los indicadores de calidad. Eso es lo que queremos resolver. Si resolvemos eso, entonces estaremos haciendo una educación de calidad. Para resolver estos problemas gruesos del país, se necesita el concurso de muchos, pero tiene que haber un grupo de especialistas que ataquen las diversas facetas que tienen cada uno de estos temas. ¿Qué se imagina alguien de la protección del agua? Alguien que lo haga interviniendo sociológicamente, sí, se necesita, pero también se necesita a alguien que conozca cómo el agua se va filtrando en la tierra, que sepa cómo están los niveles de nuestros mantos acuíferos, cuál es el seguimiento que se le da y ahí empieza uno a imaginar físicos e ingenieros. ¿Cuál es el grado de calidad que tiene esa agua que está en los mantos acuíferos? Empieza a imaginar a los químicos que deben darle seguimiento. Cuando nosotros seamos capaces de crear esos núcleos, que seamos capaces de perfeccionar para atender a esos problemas vamos a estar aportándole al futuro del país. Hasta el problema de violencia, que tiene que ver con cómo se superan estos estadios anómalos del ser humano. Se necesitan buenos educadores y buenos sicólogos, cantidad de recursos que vayan atacando ese problema.
¿Cuáles son los principales obstáculos para que la UES se consolide como este centro donde los especialistas generen estas ideas de cambio?
La Universidad tiene varios problemas. Hay un problema de administración, que es bastante delicado. Las instituciones educativas deben priorizar precisamente eso. En la Universidad se desarrollan tres funciones fundamentales: la docencia, la investigación y la proyección social. Tiene que impulsarse las tres áreas. Cuando hay una administración que hace que los procesos sean tan lentos, la investigación se viene abajo, porque la investigación no puede estar esperando procesos que llevan muchos meses. Esos son los procesos administrativos que hoy tenemos como Estado y como Universidad. Porque los problemas de administración que tenemos como Universidad son los mismos. Están los propios que se generan en el Estado por toda su normativa que hace bastante difícil, porque están basadas en la desconfianza en los que dirigen. Es una tranca.
¿Me podría dar un ejemplo?
Un ejemplo es que, bueno, como sospechamos que el que dirige va a malversar los fondos, le colocamos una serie de condicionantes para comprar cualquier producto. Esas condicionantes hacen que los procesos sean lentos. Si estuviéramos normados sobre la base de la confianza, el fulano compraría de acuerdo con el grado de urgencia que tiene y el control viene después. Eso debiera significar que el que malversa es severamente sancionado. Pero cuando le ponen la cantidad de trabas que se le pone, el que va a malversar sabe saltarse todas las trabas que le ponen. Es el que mejor conoce toda esa ruta. La administración es un peso fuerte.
¿Cuáles son las prioridades a la hora de definir un presupuesto para que la UES mejore sus indicadores de calidad?
En el país tenemos una larga historia de poco esfuerzo presupuestario por el tema educativo. Es una larga historia. Somos de los países que menos invertimos en educación. Tenemos que plantearlo a la sociedad. Ni siquiera regionalmente somos distinguidos en el esfuerzo que hacemos en el tema educativo. Y la región centroamericana tampoco es distinguida… yo fui secretario de planificación de la Universidad en los años 90 antes de los Acuerdos de Paz y el presupuesto de la Universidad venía siendo rebajado porque durante la guerra se mantuvo desde los 80. El presupuesto de la UES era el mismo. En aquel momento teníamos el 3.5 % del presupuesto de la nación y hoy la UES tiene el 1.4 %. Eso aproximándolo al decimal mayor. En realidad es un 1.37 % y algo. Entonces, uno se explica muchas cosas. Creo que la UES tiene muchos problemas. Tiene serios problemas administrativos, tiene problemas de los ejercicios docentes no plenamente responsables.
¿Cuáles son los principales problemas de la UES? Ya mencionó la administración y el tema de los docentes.
Las universidades se identifican en general por la generación de conocimientos que hacen. Eso supone investigar. Eso está débil. No nos confundamos. No estoy diciendo que no se investiga. Es más, la Universidad de El Salvador es la que más investiga en el país. Pero está lejos de investigar en las capacidades que tiene instaladas ahí. Hay que hacer esfuerzos para que la comunidad académica de la universidad dirija su mirada a la investigación. Tiene que hacer un mejor esfuerzo por asegurar que sus procesos de aprendizaje sean más eficientes. Yo diría una docencia que sea más responsable.
¿Qué sucede en este momento con la docencia de la UES?
Bueno, está haciendo menos de lo que se puede hacer. Tenemos por ejemplo niveles de reprobación muy altos que abordados seriamente no son solamente responsabilidad de la comunidad estudiantil sino también de conductas que se asumen como patrones en la Universidad. Hay patrones en los que si alguien reprueba al 80 % de la población tiene la sensación de que el responsable es el estudiante. Esa es casi una cultura nacional. Creo que cuando eso ocurre, hay que asumir los retos. Los excelentes maestros se prueban con esa población que tiene problemas para adquirir el nivel que uno les exige. Llevarlos a ese nivel es el reto de todo maestro. Es un tema que no es tan común en la docencia no solo en la Universidad sino en todo el sistema educativo, el compromiso del docente porque el joven aprenda. No hablo de maquillar resultados. Se puede fácilmente decir: 'Como reprobó el 80 %, vamos a hacer una curvita sin compromiso de aprendizaje'. Eso ocurre en todo el país. Ocurre en todos los niveles. Refleja una docencia poco responsable, poco comprometida.
¿Cómo se mejora eso?
Ahí es donde necesitamos gente muy competente. Hay que esforzarse en construirla. En cualquier campo que nosotros imaginemos, tenemos un número insuficiente de verdaderos expertos. Imagina en historia. ¿Ya pasaste lista de los verdaderos historiadores que hay en el país? ¿Verdad que son bien poquitos? ¿Y cómo podemos reproducir historia en el sector educativo si son 5,200 escuelas? Si queremos reproducir historia con cierto grado de calidad, tenemos que formar especialistas nuestros en el tema de historia para diseminarlos estratégicamente a nivel nacional para que se formen los buenos maestros.
¿Qué compromisos asume de cara a estos cinco años para mejorar la calidad de la UES?
Vamos a inyectarle la aspiración de formar cuadros al más alto nivel. Vamos a iniciar programas de doctorados en las áreas que se denominan duras, doctorados en historia y en las diferentes áreas. Nosotros hemos renunciado al tema de doctorados y hay obviamente una declaratoria de no aspirar a tener la más alta calidad. Cuando no tenemos doctores y no tenemos en la mente la construcción de doctores, prácticamente declaramos que estamos bien y entonces el país no crece. Ese es un tema que lo vamos a impulsar en la UES. Vamos a inyectar los programas de doctorado en los diferentes campos.
¿Qué hay del tema presupuestario?
Como siempre, es cierto que con mucha voluntad se pueden hacer muchas cosas, pero esa voluntad tiene topes si no hay recursos suficientes para hacerlo. Pero con pocos recursos se pueden hacer cosas interesantes. Pero sí hay un tema de presupuesto no solo para la UES sino para todo el sistema educativo. Aunque hemos avanzado un cacho en la participación en el Producto Interno Bruto (PIB): nosotros estamos destinando el 3.4 %.
Según el programa de gobierno que presentó Sánchez Cerén, se aspira a incrementar el presupuesto de educación hasta llegar al 6 % del PIB en este quinquenio.
Se aspira a que sea el 6 %. Pero eso requiere de decisiones de la sociedad, de los diferentes actores, del sector político, empresarial, de la sociedad misma.
Si vemos el tema presupuestario, eso está ligado a la voluntad política y en este país el presidente tiene mucho poder a través de su ministro de Hacienda para destinar recursos. ¿Ha tenido la oportunidad de reunirse con el presidente para conversar sobre este tema?
Hay una reforma fiscal pendiente (esta entrevista se hizo días antes de que la Asamblea Legislativa hiciera las últimas reformas tributarias, que incluyen tasar algunas transacciones financieras y que los periódicos impresos paguen impuesto de renta. Con ellas, el gobierno prevé obtener recursos adicionales de 100 millones de dólares al año). A mí me parece que ya debiéramos estar pensando en un sistema educativo que llegara al otro año al 4 % del PIB. Si fuera posible, ya estaríamos dando pasos. Pero esto tiene que ver con concepciones, con prioridades.
¿Qué ha conversado con el presidente Sánchez Cerén?
Bueno, este tema que sí está. No es que lo hayamos discutido a profundidad pero sí está presente en la plática de cómo invertir más en educación.
¿Qué le ha dicho él?
Lo que ocurre es que no solo depende de él, del presidente. Una reforma fiscal no es tan fácil que pase en una Asamblea Legislativa. Eso significa los ingresos al Estado. Si el volumen no es suficiente, de ese 100 % podría representar el mismo porcentaje para educación o podría representar un porcentaje más alto.
¿Qué le ha manifestado sobre esa iniciativa programática?
Él la conoce perfectamente. Está comprometido con esto. Todos estamos comprometidos. Todos los que tenemos alguna idea metida nuestra (en el programa de gobierno) estamos comprometidos con esto. Está comprometida la universidad en línea para tener a los jóvenes que no logran ingresar a la universidad y que no tienen la posibilidad de inscribirse en una universidad privada. Está comprometida y estamos trabajando en eso para ver cómo montamos eso de aquí a 2015 y estarle ofreciendo a los jóvenes de aquí al 2016 una universidad en línea.
¿En qué va a consistir la universidad en línea? ¿Cuál va a ser la población objetivo?
La población que sale de bachillerato. Del sistema educativo nuestro están saliendo casi 90 mil estudiantes año con año. De los casi 25 mil estudiantes que aspira a ingresar a la UES, solo 10 mil entran a la UES. De ahí 15 mil se quedan sin ingresar. Ahí hay estudiantes que obviamente que si no ingresan a la UES no ingresan al sistema universitario. Alguna opción deberíamos tener para ellos, opciones con más facilidades. Hay temas como por ejemplo un estudiante del interior del país tiene costos elevados de estar en la universidad incluso en la UES, aunque pague un cachito, su estadía aquí es cara. Si quiere estar en la UES, en Chalatenango que viva, ya le sale caro trasladarse.
Pero, ¿qué hay del tema del acceso a internet?
Ese es un tema que tenemos que resolver. La universidad en línea es una buena alternativa para atender a estos jóvenes y asegurar que desde la UES se inscriban y que se lleve control para reducir los costos universitarios.
¿Qué costos va a tener? ¿Lo tienen definido ya?
Hay que preparar material para los diferentes cursos. Vamos a ocupar este año y lo queda de este año 2015 para organizar bien esa universidad.
Uno de los retos es mejorar la capacidad productiva.
El reto nuestro es una sociedad educada. Eso tiene dos componentes: uno que tiene que ver con la convivencia social y el otro con la capacidad productiva.
Usted dijo esto hace unos cuantos años: “Cuando uno ve la currícula nacional, uno ve lo que los líderes de un país quieren para sus ciudadanos”.
Claro.
En años anteriores, ¿qué es lo que los líderes han querido para sus ciudadanos?
Lo que se ha venido haciendo en el programa de jóvenes talentos evidencia que la currícula nacional puede llevarse mucho más allá que lo que se ha estado pretendiendo llevar. Los niveles de exigencia en los programas de formación de nuestros jóvenes, el estándar de los niveles de conocimiento en las diversas áreas es relativamente bajo, muy, muy elemental. Al convocar a los estudiantes al programa de jóvenes talento, de entrada, el nivel de exigencia es otro y cuando los estudiantes toman la prueba olímpica en el área de matemática se enfrentan con problemas que nunca los han tratado en el sistema educativo. Sin embargo, el nivel de participación y el nivel de resultados están por encima de lo que se les está demandando. Bueno, es una debilidad. ¿Y cómo es eso? Si educar significa lograr que el joven desarrolle todas sus capacidades. Eso es al final de cuentas lo que uno se propone cuando educa, lograr desarrollar a una persona en todas sus capacidades. Los resultados están ahí. Los estudiantes son capaces de alcanzar buenos niveles, no medidos localmente sino medidos internacionalmente. Si nos propusiéramos alcanzar otro nivel, los estudiantes podrían alcanzarlo. Para proponernos mejorar el nivel, de nuevo, tenemos que asegurar que nuestra planta docente nacional alcance otro nivel. Ahí el gran esfuerzo en estos cinco años, el corazón del esfuerzo va a estar ahí.
¿Qué le dice la currícula nacional? ¿Para qué se ha estado preparando a los jóvenes?
Yo como vengo del área de matemática, veo una pobre aspiración en el programa de las matemáticas. Cuando uno ve los programas, lo que se pretende es poco. Obviamente lo estamos modificando. Si ves lo que aparece en los libritos que ha sacado el Viceministerio de Ciencia y Tecnología, son otros los niveles de exigencia. Por ahí hay que empezar, por asegurar que los maestros desarrollen conocimientos con otro nivel. Si eso no se logra, al aula nunca va a llegar nada. Los maestros son el foco principal. Hay otras áreas, el ambiente de la escuela es fundamental, la misma infraestructura educativa. No es lo mismo estar en una escuela que tiene condiciones para hacer deportes y distintos tipos de recreación, que tenga el número de aulas básicas para atender a toda la población. Tenemos mora en ese campo. Aceptamos como infraestructura cualquier par de saloncitos y lo tenemos acumulado durante tanto tiempo que tenemos un porcentaje alto en el que el número de aulas es menor que el número de grados. Eso ya es una aberración.
La cobertura en educación básica parece haber sido prioridad en las administraciones anteriores, pero si uno compara con la teoría, uno podría decir: ¿por qué no se hizo de manera diferente? Por ejemplo, se ha comprobado que de 0 a 6 años es cuando un niño desarrolla el vocabulario, la memoria lógica matemática y la capacidad para aprender, pero ese nivel históricamente ha tenido la cobertura más baja. De 0 a 3 años la cobertura es del 1.8 % y parvularia es del 53.8 %…
Eso tiene historia. Aquí vendieron la idea de que el niño debía entrar a la escuela a los 7 años. La escuela así fue concebida. Eso se ha venido modificando. A la parvularia se le fue dando un poco más de atención y aquí no hay que esconder que pudo haber intereses para que de los 7 años se empezara, porque obviamente atender para abajo era incrementar costos, así como muchas decisiones que tienen que ver con decisiones económicas. Porque de repente quitamos el tercer año de bachillerato, ¿y por qué? Porque a lo mejor era un tema de costos. Bueno, igual puede ser que se ha vendido la idea de que el niño empezara la escuela después de los 7 años pensando en una idea de costos. Eso hay que corregirlo.
Dice James Heckman: “En hogares desventajados donde hay mucha incidencia de pobreza comenzar a invertir en niños de 4 a 6 años es muy tarde. Es necesario que desde los 0 hasta los 6 años se invierta a través de una intervención de calidad”. ¿Es posible realizarlo en El Salvador?
¡Es que no debemos preguntarnos si es posible! ¡Debemos hacerlo! Porque justamente ahí es donde podemos anticipar graves problemas que puede tener una sociedad. ¡Cuando nosotros permitimos como sociedad que nuestros niños de 0 a 3 años entren a la zona de desnutrición, lo que estamos haciendo es arriesgando el futuro del país! ¿Qué va a ser de esos niños 15 o 21 años más tarde? Si le ponemos atención a ese rango de edad, vamos a estar garantizando tal vez no la ausencia de problemas, pero sí una reducción significativa dentro de una o dos décadas más tarde.
¿Cuál es la meta de su administración en el tema de educación inicial?
Justamente en la gestión anterior se inició la atención con los niños desde la gestación hasta los 3 años. Ya empezamos con el tema de educación inicial. Yo pretendo en este periodo llevar al 50% de atención en esa población, porque sí estamos todavía con una atención muy baja. Pero de nuevo nos topamos con ese tema y lo tenemos que abordar coordinadamente. Tenemos que aprovechar la infraestructura que tenemos nosotros en el Ministerio de Educación en todo el territorio nacional como la infraestructura que tiene desarrollada el Ministerio de Salud. Obviamente es una combinación entre educación y salud la que requieren los niños de 0 a los 3 años o de los menos 9 meses a los 3 años.[1]
Una de las propuestas que más se difundió durante la campaña fue la iniciativa de un niño por computadora. ¿Cómo este tema está integrado con su estrategia para mejorar la calidad?
No hay ninguna duda, porque ahora esto es un instrumento valioso ir formando la lógica. Aspiro a que cada niño tenga una computadora aunque sea así en términos de teléfono, un modelo muy elemental, una computadora muy elemental. Pero que sí lo tenga para poder buscar y encontrar la información que requiera. Me parece que es una aspiración más que legítima, que todos los niños tengan esa oportunidad.
¿Qué metas se ha trazado en estos cinco años para ese programa en específico?
Pues lograr esa meta que todos los niños del sistema educativo desde primer grado en adelante tengan su computadora. Incluso si pudieran tenerla en parvularia, porque no te has dado cuenta que a los niños de tres años les ponés una herramienta de esas y aprenden a una velocidad impresionante. Le cuesta la décima parte de lo que le cuesta a un cipote de 15 años.
También se dice que con la educación de tiempo pleno se va a aumentar el número de horas en la escuela, para que ya no sean 5 y puedan ser 8. La interrogante que genera preocupación es la situación de aquellos centros escolares en los que asisten niños en la mañana y otros en la tarde. ¿Cómo planean afrontarlo?
Ese es un problema que debemos resolver. No hay ninguna duda de que allá por los años 80, se decidió hacer de cada escuela dos escuelas. Hacemos turno en la mañana y turno en la tarde, dos escuelas en el mismo espacio. Hoy tenemos que caminar en la ruta de recuperar, porque en los 4 o 5 horas que se dediquen en la escuela de ahora se ha reducido la educación prácticamente a las cuatro áreas básicas: lenguaje, sociales, matemática, ciencias naturales, obviando una dimensión de todo lo que significa el arte para el hombre, todo lo que significa la educación física, lo que significa el desarrollo de capacidades para el trabajo. Para eso debemos tener tiempo también.
Usted decía hace tres años que la PAES no era un recurso con el que se pudiera hacer un diagnóstico del sistema educativo. ¿Por qué no?
La PAES es una prueba de cuatro horas donde se les hace 30 preguntas de cada especialidad. Yo me imagino en matemática 30 preguntas en una hora quiere decir que el estudiante debe responder cada pregunta en dos minutos. En dos minutos los problemas de matemáticas son o fáciles o muy fáciles. Yo debo aspirar a que un estudiante de matemática pueda resolver un problema que le exija 15 minutos. Porque con 15 minutos yo sí puedo confiar primero en que leyó bien, segundo en que buscó la estrategia para resolver el problema, se dio cuenta de que las herramientas que necesitaba eran tales y tales, y que las debía conjugar de tal forma para derivar en el resultado. Pero lo mismo que te estoy diciendo en matemáticas puede ser en literatura, ¿verdad? Yo puedo dar un parrafito de Cien años de Soledad a una estudiante para que me lo analice y ella va a necesitar dos minutos…
¿Tiene planeado hacer cambios en la PAES?
Primero, solo porque ya no hay tiempo porque ya la PAES de 2014 está encima, pensamos desdoblar la prueba en dos días[2], a efectos de poder tener la oportunidad de esto que te estoy señalando. Vamos a meter problemitas complejos para ver cómo y qué tanto el estudiante ha desarrollado esa capacidad de penetrar en lo complejo.
[1] La iniciativa forma parte de la Política de Atención a la Primera Infancia con la que buscan garantizar salud y educación desde temprana edad. Tiene dos componentes: la vía institucional, a través de unidades de salud y centros escolares, y la comunitaria, a través de visitas de técnicos de la primera infancia a las madres para realizar talleres sobre los cuidados que deben tener cuando están embarazadas, cuando el niño nace y durante los tres primeros años de vida. El MINED prevé solo implementar la vía comunitaria utilizando casas comunales y asignado técnicos de la primera infancia para las comunidades debido a que no tiene suficiente presupuesto. Leer documento en este enlace.
[2] Sobre la PAES, el 8 de octubre se examinarán las asignaturas de Matemática, Estudios Sociales y Cívica y las habilidades socioemocionales. El 9 de octubre se examinarán las asignaturas de Ciencias Naturales y Lenguaje y Literatura (este es el cambio que mencionó el Ministro).