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¿Quiénes son José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda?

La vergonzosa fuga del exalcalde de la ciudad mexicana de Iguala y su esposa acabó la madrugada de este martes en un barrio popular de Ciudad de México, donde se escondían alejados de los lujos que les ganaron el apodo de la ‘Pareja imperial’.


Miércoles, 5 de noviembre de 2014
Carola Solé (AFP) / El Faro

Jose Luis Abarca, alcalde de Iguala (Guerrero, México), posa junto a su esposa, María de los Ángeles Pineda. Foto Jesús Guerrero (AFP).
Jose Luis Abarca, alcalde de Iguala (Guerrero, México), posa junto a su esposa, María de los Ángeles Pineda. Foto Jesús Guerrero (AFP).

Ciudad de México, MÉXICO. La pareja más buscada de México por la desaparición de 43 estudiantes el 26 de septiembre en Iguala pudo marcharse de esa ciudad tres días después del crimen, sin que ninguna autoridad los reclamara.

Con el avance de las investigaciones México fue descubriendo, entre el asombro y la indignación, cómo este matrimonio tenía el control de una ciudad a 200 kilómetros de la capital sin importar los nexos con el cártel local Guerreros Unidos que le habían detectado al alcalde José Luis Abarca y su esposa, hermana de poderosos narcotraficantes.

En Iguala, muchos no lograban explicarse cómo el niño que empezó vendiendo sombreros de paja y ropa en la calle se convirtió en un magnate de este importante centro joyero y en 2012, sin apenas experiencia política, en alcalde de una de las principales ciudades del empobrecido y violento estado de Guerrero.

Al ahora revocado alcalde, algunos le reconocían su tesón pero otros no podían evitar mirar de reojo a su esposa, la exuberante María de los Ángeles Pineda.

Desde prisión, miembros del cártel narcotraficante Guerreros Unidos describen a esta mujer de tez clara y cabello castaño no sólo como una aliada sino como la “principal operadora de actividades delictivas” desde la alcaldía de Iguala (140,000 habitantes).

De hecho, la fiscalía acusó a la pareja de ordenar el ataque de sus policías municipales contra decenas de estudiantes la noche del 26 de septiembre, causando seis muertos y 43 desaparecidos, presuntamente para evitar que los jóvenes sabotearan un acto público de Pineda, que tenía intención de suceder a su esposo en la alcaldía en 2015.

Esta fulgurante carrera política al amparo del narcotráfico concluyó la madrugada de este martes cuando fueron capturados por policías federales en el empobrecido e inseguro barrio capitalino de Iztapalapa.

“¿Qué traes, basura?”

Conmocionados y avergonzados de que Iguala sea el escenario de este escándalo internacional, los vecinos usan principalmente dos palabras para describir a la pareja: soberbia y prepotencia.

María, trabajadora de una pequeña joyería que también vende dólares a los comerciantes para que paguen a los proveedores de oro, recuerda el desprecio con el que Abarca la trataba cuando le iba a vender billetes hace unos cinco años.

“¿Qué traes, basura?”, asegura que le espetaba Abarca cuando le llevaba billetes de uno, cinco o diez dólares. “Era un déspota, todo lo que fueran menos de 100 era basura para él”, recuerda.

Un mesero de un afamado restaurante de Iguala también rememora como el alcalde, que siempre marcaba músculos con sus camisas de manga corta apretadas, bromeó con él una vez señalando a los policías que lo acompañaban: “Los traje para que te levanten (secuestren)”, explica que le dijo con sorna. Abarca es incluso acusado de asesinar personalmente a un líder campesino el año pasado.

Pero era la primera dama local, siempre con vestidos y accesorios finos y presidenta de un centro público de protección a la infancia, quien verdaderamente mandaba dentro y fuera de la alcaldía con su trato frío y altivo, aseguran muchos vecinos de la ciudad. “Les teníamos miedo”, zanja una funcionaria.

Un trabajador ajeno a la política

La familia de Abarca que permanece en Iguala da una visión muy diferente del exalcalde, a quien medios mexicanos señalan de ser dueño de 17 propiedades en la ciudad, incluido un imponente centro comercial.

“Es una persona de trabajo, de muchos retos. Él ha hecho su dinero y estaba económicamente muy bien antes de ser presidente municipal”, dijo a la AFP su hermana Roselia.

Hijo de humildes comerciantes y el tercero de cinco hermanos, Abarca dejó a medias sus estudios de Medicina y, centrado en los negocios, entró en la política en 2012 “invitado por gente que buscaba un cambio” para Iguala considerando que él era “ajeno a esa política sucia”, explica esta directora de escuela.

“No tenía ni idea de donde se iba a meter, la política es lo más nefasto”, lamenta Roselia, que recuerda cómo su hermano conoció a Pineda de “jovencito”, cuando ella llevaba vestidos confeccionados por su mamá al negocio de los Abarca.

Sobre las acusaciones contra Abarca por vínculos con el narcotráfico, Roselia tiene claro que “él quería a su esposa, no a sus hermanos”.

© Agence France-Presse

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