Seis miembros de la facción Revolucionarios del Barrio 18 murieron la tarde de este sábado en un tiroteo en el que participaron policías y soldados destacados en el área rural del municipio de Santiago Nonualco, en La Paz. La versión policial dice que seis policías acompañados de nueve militares se enfrentaron a más de 15 pandilleros reunidos en una casa rural.
La Fiscalía General de la República (FGR) también confirma que el grupo de pandilleros atacó a una cuadrilla de policías y soldados cuando estos últimos llegaron a una casa de la hacienda Tihuilocoyo, del caserío La Tequera, en el cantón Las Guarumas, con el propósito de inspeccionar a quienes estaban ahí.
Las autoridades agregan que al menos unos 10 pandilleros huyeron y otros dos resultaron heridos. En el lugar del enfrentameinto, ocurrido a 30 kilómetros al este de San Salvador, las autoridades incautaron ocho armas, siete de ellas de grueso calibre: tres fusiles M16 (dos del tipo A2 y uno A1); una subametralladora Uzi 9 milímetros; una carabina A130; dos escopetas; una pistola y una arma artesanal.
La Policía Rural había recibido una llamada telefónica en la que se les informó que un grupo de gente armada se encontraba al interior de una casa en la hacienda Tihiulocoyo, y a las 12:40 de la tarde, seis policías y nueve soldados llegaron al lugar y fueron atacados a balazos, según información oficial.
Este año, los enfrentamientos entre miembros de la Fuerza Armada, la PNC y pandilleros alcanzaron una cifra récord. Para agosto, fecha del último conteo disponible, habían ocurrido 168 enfrentamientos entre pandilleros y autoridades, con un saldo de 35 agentes policiales fallecidos. En esos mismos enfrentamientos, 18 soldados también fueron asesinados, según reportes del ministerio de Justicia y Seguridad.
Por el lado de las pandillas, un centenar de ellos han resultado muertos en esos enfrentamientos, según denuncias hechas por Raúl Mijango, vocero de las pandillas y mediador de la tregua que entre marzo de 2012 y principios de 2014 desplomó la frecuencia de homicidios en el país.
La cifra de policías asesinados en enfrentamientos con delincuentes se triplicó en un año. Para diciembre de 2013, hace un año, los tiroteos con pandillas y otras bandas criminales dejaron un total de 11 agentes fallecidos.
El año pasado, el entonces ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo, rechazó que los enfrentamientos fueran operaciones sistemáticas de las pandillas. “Queremos nosotros entender de que no se trata de un plan destinado en cuanto a que cuanto policía miren lo ataquen; de momento no tenemos una total evidencia de eso”, decía Perdomo.
Este año, el panorama ha empeorado. La Policía estima que cuando los pandilleros los atacan, no se trata de hechos casuales, si no de una dinámica que parece planificada. Mauricio Ramírez Landaverde, director de la PNC, dijo en noviembre que las pandillas han mutado y que parte de esa mutación es que han obtenido mayores facilidades para conseguir armas con las cuales atacar a las pandillas. “A lo largo de los últimos años ha sido una mutación progresiva, las estructuras delincuenciales han ido mutando y en ese proceso se van especializando en algunas modalidades delictivas”, dijo el jefe policial.
Siete meses antes, en abril, el aumento de la cantidad de enfrentamientos con delincuentes incluso había llevado a la Policía a girar un comunicado interno, a nivel nacional, en el que a todos los policías se les hacía ver que no sería investigados si quitaban la vida a un delincuente. En octubre, llegaron nuevas reformas penales en el que ese espíritu quedaba más explícito.
En el departamento de La Paz, la violencia es particularmente cruenta. En Zacatecoluca, la cabecera del departamento, hasta el 22 de octubre de 2013, habían ocurrido 26 asesinatos y a la misma fecha de 2014 había ya 81, es decir, más del triple. A mediados de 2014, ya había casi tantos muertos como el año más violento de todo el quinquenio presidencial anterior. La explicación oficial de esta situación es que la ruptura del Barrio 18 en dos facciones, la Revolucionarios y los Sureños, ha ensortijado más el problema.
Pero a este enfrentamiento también se suma la acción policial. En abril, por ejemplo, se conoció de la muerte de cinco presuntos pandilleros que, según la versión oficial, también se habían enfrentado a tiros con la Policía. Sin embargo, en unas imágenes difundidas a través de la página de Facebook “Valor Policial El Salvador”, algunos de los los fallecidos parecían estar descansando en hamacas en el momento de los disparos. “Hoy en día ya no nos podemos dar el lujo de esperar a que los pandilleros disparen primero”, dijo un agente policial a El Faro, cuando este periódico le hizo ver que los pandilleros no parecían estar en posición de ataque.
Otra página en Facebook, de nombre 'Héroe Azul El Salvador' hizo alusión a los seis fallecidos en La Paz. 'HACIENDO PATRIA. Final de 6 de los 15 mareros que intentaron emboscar a 10 militares y 6 elementos de la Policía Rural en hacienda Tihuilocoyo, de Santiago Nonualco, La Paz. Junto a los cuerpos de Óscar Ofilio González, Jesús Ernesto Ayala, Juan José Ábrego Ramírez, Arnoldo Josué Pineda, Marvin Antonio Paredes, Raúl Armando González Mejía, entre las edades de los 19 y 25 años', decía el escrito que acompañaba cinco fotografías de los fallecidos. Esta página de Facebook suele publicar información sobre operativos y actividades policiales.
Desde su cuenta de Twitter, ayer mismo, la Policía se dedicó a informar del enfrentamiento que dejó los seis supuestos pandilleros fallecidos. Pero también se dedicó a compartir las felicitaciones de internautas que celebraban que la PNC hubiera acabado con la vida de los delincuentes. “Felicitaciones!!! Que ni se meta a investigar (la Fiscalía) estos policías son heroes de la patria. Que la Asamblea los honre (sic)”, decía un tuit escrito por el usuario @mariojaviersv. La cuenta oficial de la PNC reenvió ese mensaje a sus 66 mil seguidores y le colocó un favorito.
Desde marzo de 2012 las pandillas Barrio 18 y la mara Salvatrucha declararon una tregua cuya vigencia es puesta en duda debido al incremento de los asesinatos y los incesantes casos de extorsión que cometen esos grupos.
En un inicio la tregua redujo los asesinatos de un promedio de 14 a cinco a diario, pero en la actualidad ese promedio ha subido a once.
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