Beirut, LÍBANO. Las autoridades locales advierten que los militantes del Estado Islámico siguen presentes en los pueblos cercanos a Kobane, y que será necesaria una importante labor de reconstrucción en esta devastada ciudad, después de más de cuatro meses de combates. Pero la reconquista de Kobane ha privado al Estado Islámico de una estratégica posición muy cerca de la frontera con Turquía. El grupo yihadista declaró un califato a caballo entre Siria e Irak, en las regiones que controla.
Se estima que unas 200,000 personas residentes en Kobane y en los pueblos cercanos han huido hacia la frontera turca, desde que empezaran los combates por la ciudad, el 16 de septiembre.
Las Unidades de protección del pueblo kurdo (YPG) anunciaron el lunes la “liberación” de Kobane. Desde mediados de septiembre, los enfrentamientos dejaron más de 1,600 muertos en la ciudad, de ellos más de 1,000 entre las filas yihadistas, según estimaciones.
“Ya no hay combates en la ciudad, y los yihadistas se replegaron en los alrededores de Kobane”, había precisado a la AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman. “Los kurdos siguen persiguiendo a combatientes escondidos en el extremo este de la ciudad, en particular en el barrio de Maqtala”, precisó.
Destrucción masiva
Tras una noche de celebraciones, los primeros residentes empezaban el martes a retornar a la ciudad, aunque en pequeño número. “La gente está muy contenta. Está celebrando. La moral es muy alta”, dijo Idris Nassan, viceministro de Exteriores del gobierno local de Kobane, que se expresaba desde el interior de la ciudad.
Pero, añadió, las autoridades locales aconsejan a los residentes que esperen un poco antes de regresar a sus hogares. “Ha habido destrucciones masivas. Al menos el 50% de la ciudad está destruida”, añade.
“Les hemos dicho que esperen y no vengan de inmediato porque no tenemos los medios para hacer frente a sus necesidades básicas. No hay comida, no hay medicinas. No tenemos ni electricidad ni agua”, agrega.
Nassan dijo que el gobierno local hará un llamado de ayuda a la comunidad internacional. “Necesitamos ayuda. Necesitamos expertos para la reconstrucción. También necesitamos armas para proseguir la lucha”, asegura. “Esta es la primera fase, la liberación de Kobane. La próxima fase es la liberación de los pueblos” cercanos, prosigue.
Analistas consideran que la derrota de Kobane supone un frenazo en la expansión territorial del Estado Islámico en Siria, donde conquistó amplias franjas de territorio desde su aparición en el conflicto sirio en 2013.
Las fuerzas kurdas, que iniciaron la batalla con escasez de recursos, consiguieron tomar la ciudad gracias a los decisivos ataques aéreos de la coalición sobre las posiciones yihadistas, que empezaron el 23 de septiembre.
Entre el domingo y el lunes, antes del anuncio de la liberación de Kobane, se produjeron 17 bombardeos contra miembros del Estado Islámico, según responsables de la coalición. El grupo islamista sigue, sin embargo, controlando decenas de pueblos alrededor de Kobane.
Tras la victoria kurda en Kobane contra los yihadistas, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó que su país no quiere que en Siria se cree una zona kurda autónoma, como la existente en Irak, en declaraciones el martes a la prensa turca.
Erdogan calificó de “terrorista” al principal partido kurdo de Siria (PYD), en primera línea en el combate contra el EI, lo mismo que al movimiento hermano del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) que libra desde 1984 una guerrilla en territorio turco. Ankara teme que una victoria de los kurdos en Kobane abra la vía a la independencia de la parte kurda de Siria.
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