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Lo que no se vio en la TV del debate Bukele-Zamora

Las cámaras que grabaron el debate del martes por la noche entre los candidatos a la alcaldía capitalina, Nayib Bukele y Edwin Zamora, no captaron cuando ambos contendientes respondieron a la pregunta de quién había ganado esa noche. Tampoco las risas y gestos de las decenas de acompañantes que cada uno llevó a las instalaciones del canal 2 de TCS. Bukele llevó hasta a su propio maquillista, mientras que a Zamora no escatimó en pedirle a sus dirigentes que lo acompañaran. 


Jueves, 29 de enero de 2015
Gabriel Labrador

UN CANDIDATO SIN PARTIDO. “Ya no entramos”, dijo uno de los encamisetados de rojo a uno de sus compañeros, jeans, zapatos tenis, camisa roja, con estampas alusivas al FMLN. “Vamos a ver si todavía se puede”, resolvió uno de ellos, y ambos caminaron hacia la puerta de los estudios del Canal 2 de la Telecorporación Salvadoreña (TCS) a donde su candidato, Nayib Bukele, acababa de entrar con un séquito de hombres de saco y mujeres de tacones que arribaron minutos atrás al estacionamiento a bordo de camionetas, pickups y carros. Cuando la noche del martes Bukele bajó de su vehículo -una Porsche Cayenne- y los flashes de las cámaras se reflejaban en su cabello engominado, los dos encamisetados de rojo dirigieron un corrillo de vivas y aplausos que una decena de hombres y mujeres, igualmente encamisetados de rojo, replicó a viva voz. “Es importante debatir, pero es más importante estar con el pueblo”, dijo Bukele, abriéndose paso, entre los periodistas que lo buscaban para una declaración.

Entre su bajada de la camioneta y su entrada al canal solo pasaron unos segundos. De la cuadrilla de porristas, ocho quedaron fuera, y solo pudieron ingresar instantes después cuando alguien salió a gestionar su ingreso. En la comitiva de Bukele no había ningún alto dirigente del partido de izquierdas, ni diputado, ni alcalde, ni bandera, ni algarabía, ni canción de protesta, ni megáfono... y si no hubiera sido por aquellas camisetas, el equipo de Bukele bien hubiera pasado como una delegación de ejecutivos de empresas que iban a una reunión de negocios. Como ha sido la constante desde que asumió como alcalde en Nuevo Cuscatlán en 2012, la bandera del FMLN tampoco acompañó a Bukele en la noche del debate, en la que precisamente Bukele jugó esa carta, la de su independencia del partido. El FMLN también parece saber que la lucha de Bukele en la capital no requiere el tinte rojo de otras ocasiones. La cuenta oficial de Twitter del FMLN solo emitió dos tuits en la hora y media que duró la transmisión. Menos de 300 caracteres para informar sobre 90 minutos de debate.

Edwin Zamora, el candidato que busca mantener a Arena gobernando la capital, había llegado antes. Había entrado junto a su equipo minutos después de las 7 de la noche. Pero a su ingreso no solo lo acompañaba su equipo técnico, sino también dirigentes, candidatos a concejales y candidatos a diputados para San Salvador. La proporción de acompañantes de ambos candidatos era de dos a uno a favor de Zamora. “Pero nosotros no trajimos militantes”, diría minutos después el presidente del partido, Jorge Velado. También había jóvenes, publicistas de la empresa Tribu DDB -que lleva la campaña de Zamora, y otros contrincantes de Bukele, como el candidato a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán por Arena, Gerardo Barón.

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 Nayib Bukele ingresó al canal junto a su esposa Gabriela Rodríguez de Bukele, su hermano Karim Bukele (izquierda) y su asesor Ernesto Sanabria (derecha). Foto: Fred Ramos
 Nayib Bukele ingresó al canal junto a su esposa Gabriela Rodríguez de Bukele, su hermano Karim Bukele (izquierda) y su asesor Ernesto Sanabria (derecha). Foto: Fred Ramos
 

LOS ACOMPAÑANTES. A su ingreso al canal, Bukele y Zamora eran llevados al set principal donde el moderador Narciso “Nacho” Castillo los esperaba al centro de un largo escritorio que dibujaba una curva. A los acompañantes de ambos candidatos se les permitía llegar hasta una especie de plató con graderías, en una salita aparte del set donde se acomodarían los candidatos. Ese plató tenía sillas dispuestas como las butacas de un cine habilitado para acomodar dos barras contrarias en un estadio. Entre uno y otro bando solo había una hilera de gradas de separación. A último minuto, del lado de Bukele, se sumaron los encamisetados de rojo que habían tenido problemas para entrar. A ellos se les colocó en las últimas filas. La primera fila en el caso de los acompañantes de Bukele estuvo reservada para familiares y socios. Allí estaba Ernesto Castro, un socio de Bukele desde hace varios años en diversas empresas, y junto a él, su esposa, Michelle Sol, la concejal de Nuevo Cuscatlán ungida por Bukele para que la suceda como alcaldesa de ese municipio al suroccidente de San Salvador. En la tercera silla, la sonriente esposa de Bukele, Gabriela, y en los siguientes asientos, aspirantes a concejales como Mario Durán y amigos como Xavier Zablah, este último también ha sido socio de Bukele. Las siguientes filas de asientos fueron ocupadas por aspirantes al concejo municipal de San Salvador pero también de miembros del equipo de comunicaciones del candidato. Las últimas dos filas las ocupaban los encamisetados de rojo. Dos de los acompañantes de Bukele sí siguieron a este hasta el set.

El séquito de Zamora llegó nutrido de rostros de los areneros que con más frecuencia aparecen en televisión, una tremenda coincidencia con la estrategia que minutos más tarde, a lo largo del debate, intentaría desarrollar Zamora al recordar una y otra vez que él se considera un fiel miembro de su partido, que él trabaja en equipo con su partido y que Arena ya gobierna la capital. El primer asiento en la fila de areneros estaba ocupado por Jorge Velado, el presidente del partido Arena, y contiguo a él, la esposa de Zamora, Celina, y luego algunos familiares y candidatos a concejal. En la segunda fila había más familiares, luego dirigentes nacionales de Arena como la diputada Margarita Escobar, Mauricio Interiano y otros aspirantes a concejales y a diputados, y así, hasta que en las últimas filas, los rostros representativos de Arena ya no aparecían. Dos de los asesores de Zamora sí siguieron a este hasta el set.

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Durante las pausas comerciales del programa Debate con Nacho, Edwin Zamora, candidato a alcalde para San Salvador, por Arena, recibe asesoría de Estela Henríquez, su principal asesora de medios, durante el debate del martes 27 de enero. Foto: Fred Ramos.
Durante las pausas comerciales del programa Debate con Nacho, Edwin Zamora, candidato a alcalde para San Salvador, por Arena, recibe asesoría de Estela Henríquez, su principal asesora de medios, durante el debate del martes 27 de enero. Foto: Fred Ramos.

LAS BARRAS. Hubo aplausos y gritos reprimidos de ambos lados cuando Bukele o Zamora asestaban un argumento a su oponente. Fueron Velado, por el lado de Arena, y Erick Rivera, coordinador del equipo de prensa de Bukele, quienes en un par de ocasiones alzaron sus manos en un gesto que buscaba aquietar la efervescencia de risas y rechiflas del público... como cuando Bukele le recordó a Zamora su promesa de construir un monumento a monseñor Romero... o como cuando Zamora dijo que si en cinco años el FMLN no había podido resolver el problema de la delincuencia, menos lo iba a poder hacer en otros cinco. Desde el inicio del debate los acompañantes de los candidatos sacaban sus teléfonos celulares y sobre su pantalla deslizaban un dedo en busca de tuits y posts de Facebook sobre el debate. Entre familiares se susurraban al oído y mostraban las pantallas de sus teléfonos, y luego volvían su mirada a la pantalla. Gabriela, la esposa de Bukele, fruncía el ceño cuando escuchaba al candidato pronunciar una frase con una terminología equivocada. Bukele hablaba de uno de sus proyectos -el 'Centro de Desarrollo Infantil', dijo- cuando gobernó Nuevo Cuscatlán, y su esposa puso cara de reproche. Como si la estuviera viendo, Bukele, en el set, pareció caer en la cuenta y corregía en vivo ante las cámaras: 'A mi esposa no le gusta que le diga así. Ella tiene un centro, es experta en eso'. Celina, la esposa de Zamora, sonreía cada vez que Zamora mencionaba datos o ideas que comprometían al gobierno del FMLN y alguna vez cerró los ojos, juntó sus manos a la altura de su regazo, y parecía orar. “El único en hablar de propuestas ha sido el candidato Zamora”, reaccionaba Velado a medio debate. “La verdad es que los dos han estado bien”, evaluaba Michelle Sol, la heredera de Bukele en Nuevo Cuscatlán. Hacia el final del debate, cuando en la boca de Bukele ya había sonado una infinidad de veces el nombre del municipio que gobernó desde mayo de 2012 hasta agosto pasado, cuando asumió la candidatura para San Salvador, la barra arenera exageraba sus gestos en señal de que las menciones de Nuevo Cuscatlán por parte de Bukele ya eran cansinas. Ana María Rochac, publicista y madre de uno de los más jóvenes integrantes del Consejo Ejecutivo Nacional de Area, también presente en el plató, se llevaba las manos a la frente y exclamaba un “¡aay!”, y otros acompañantes pegaban zapatazos en el suelo como en señal de “ya basta de mencionar Nuevo Cuscatlán”.

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DURANTE LA PAUSA COMERCIAL. El set donde estaban los candidatos estaba a unos 10 metros de donde sus acompañantes los veían a través de televisores. Cada vez que Nacho Castillo anunciaba el corte, una multitud de periodistas abandonaba el plató donde compartían espacio con los acompañantes y los televisores, y salía corriendo a esperar el ingreso al set principal, de unos 8 x 8 metros. Ahí estaban las cámaras, los candidatos y los dos asesores que cada uno podía tener en el set. En cada pausa comercial, lo que no se veía en televisión, es que los candidatos ordenaban sus papeles y recibían instrucciones de alguna de esos asesores. Zamora estaba acompañado de mujeres: Xenia Romero y Estela Henríquez, dos experiodistas. La primera es la jefa de prensa del partido Arena. Estela Henríquez es la asesora de prensa permanente de Zamora, y lo ha sido desde que Zamora llegó a la Asamblea Legislativa tras la elección de 2012. Antes, Henríquez trabajó en el Ministerio de Trabajo bajo la conducción del fallecido ministro Humberto Centeno, del FMLN. Ambas tuitean desde el interior del set, toman fotografías, susurran palabras al candidato, a quien le revisan los documentos y en esas páginas tachan párrafos con ideas ya pronunciadas. Una maquillista de la TCS se une al grupo de mujeres que rodean a Zamora cada vez que hay pausa y retoca con brochas y colores su rostro. La luz del set, blanca, modifica la tez y al rostro de ambos debe oscurecerse con tonos cafés y oscuros.

Del otro lado de la mesa, a Bukele lo atiende su maquillista personal, un hombre de gafas gruesas que lo acompaña en todas sus apariciones de televisión. El maquillista carga en sus manos un pequeño bolso azul con todos los cosméticos. Los dos asesores de Bukele -su hermano Karim y Ernesto Sanabria- también se le acercan en las pausas a hablarle al oído. Sanabria fue parte del equipo de comunicaciones de David Gutiérrez, cuando este fue ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Antonio Saca. También asesoró en las comunicaciones a Saca cuando este fue candidato presidencial por segunda vez en la campaña 2013-2014. Sanabria también fue asesor de prensa del diputado Guillermo Gallegos, del partido Gana. En abril de 2013, cuando este periódico buscó para una entrevista a Herbert Saca, primo del expresidente Saca, sobre una camioneta vinculada a narcotráfico, fue Sanabria el que se comunicó con El Faro y dijo que hablaba en nombre de su amigo Herbert. ¿Y qué hace un personaje cercano a Gana detrás del candidato del FMLN para la alcaldía de San Salvador? “El hombre tiene derecho a trabajar”, respondió Bukele en septiembre del año pasado cuando se le preguntó cómo Sanabria era persona clave de su equipo. Cada vez que hay pausa comercial, Karim se ubica a un lado del candidato y para susurrarle al oído da la espalda a las cámaras y periodistas, como si quisiera evitar que le lean los labios. Sanabria maniobra con dos celulares en sus manos, y se acerca al candidato con alguna frecuencia.

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En enero de 2015, en un debate televisivo previo a las elecciones municipales, el entonces candidato a alcalde por el FMLN, Nayib Bukele, recibía instrucciones del ahora Secretario de Prensa, Ernesto Sanabria, y de su hermano Karim, con saco gris. Foto Fred Ramos/Archivo El Faro.
En enero de 2015, en un debate televisivo previo a las elecciones municipales, el entonces candidato a alcalde por el FMLN, Nayib Bukele, recibía instrucciones del ahora Secretario de Prensa, Ernesto Sanabria, y de su hermano Karim, con saco gris. Foto Fred Ramos/Archivo El Faro.

ZAMORA CAMBIA SU TONO. El candidato arenero fue el segundo en pronunciarse al comienzo del debate, pero fue el primero en cambiar su tono de serenidad y calma. Y fue el más evidente. Del talante calmado y sonriente con el que comenzó, hacia el final del programa, quedaba poco. Zamora pareció poco a poco meterse en un mar de papeles que se pasaba de una mano a otra como en búsqueda de respuestas o argumentos que lanzar a Bukele. Cuando habló de sus propuestas prioritarias, bajó la mirada y la puso sobre sus papeles, como leyéndolos. La modulación de su voz poco a poco se fue alejando la que denota calma y con la que suele vérsele en sus alocuciones en la Asamblea Legislativa. Mientras Zamora incrementaba el volumen de su voz y se apoyaba en su escritorio, Bukele seguía sonriente y relajado en su silla, incluso descansando sobre el respaldo de esta. Zamora señalaba con un dedo acusador, fruncía el ceño, al grado que Bukele lo notó y lo mencionó al aire. 'Cómo cambia un hombre cuando cae en desesperación', señaló Bukele. Después del debate, Zamora se refirió a ese momento ante los periodistas: “Uno puede ser enfático sin alterarse; lo que él dijo de mí, que yo estaba desesperado, fue un ataque, de esos tradicionales que él suele hacer, es tradicional”. Ambos se estrecharon la mano en un breve saludo de cinco segundos, al centro del set, ya con las cámaras apagadas y fuera del aire, y Zamora alcanzó a decirle, a escasos centímetros de su rostro: 'Me alegra que hayamos tenido esta oportunidad'. Bukele solo sonrió y no pronunció palabra alguna. Ambos candidatos parecían posar intencionalmente para la fotografía, como para que quedara registrado el final de aquella noche en la que por fin el concepto de debate se había logrado alcanzar. Luego del estrechón de manos, cada uno se fue a un extremo de la mesa. Zamora salió del set y la barra eufórica se encendió en gritos de '¡Edwin, Edwin...!' A Bukele, los suyos también lo vitorearon, y hubo un momento en que ambos nombres, idénticos en la cantidad de sílabas, sonaban fusionados en un extraño '¡Nawin, Nawin...!' Todos los acompañantes de Bukele abandonaban poco a poco el escenario y los encamisetados parecieron los únicos que querían quedarse para protagonizar un duelo de barras. Uno de los hombres de rojo, al ritmo de la marcha arenera que cantaban los seguidores de Zamora, estiraba hacia el frente su brazo izquierdo y con su puño en alto parecía aguantarse las ganas por estirar el dedo de una de sus manos.

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Edwin Zamora fue recibido con aplausos por miembros de su partido, Arena, al finalizar el debate. Foto: Fred Ramos
Edwin Zamora fue recibido con aplausos por miembros de su partido, Arena, al finalizar el debate. Foto: Fred Ramos

EL FIN. RUIDO Y SILENCIO. Nacho Castillo despidió el programa y al entrar los comerciales, los periodistas inundadron nuevamente el pequeño set de televisión donde los candidatos y sus asesores se encontraban. '¿Quién ganó, candidato?', preguntó alguien a Zamora. Este se regodeó: 'Pfffff, la respuesta es obvia... ¡Yo!', dijo, con una sonrisa enorme. 'Candidato Bukele, ¿quién ganó el debate?', preguntó otro periodista. 'Ah, eso lo deberían decidir los capitalinos', respondió Bukele. Los aspirantes a concejales del equipo del FMLN, los socios del candidato y sus amigos abandonaron el plató solo después de una muy breve celebración en las graderías que se quedó lejos de competir con el barullo que habían armado los areneros. El equipo de Bukele se marchó tal cual llegó, sin mayor parafernalia efemelenista. Los areneros, mientras tanto, se quedaron cantando su marcha y felicitando al candidato y parecían obviar que por las redes sociales ya circulaban hashtags y alusiones a que el ganador del debate había sido Bukele. En las afueras del canal, en el estacionamiento, una brigada de activistas areneros y la batucada ya habían armado otro festín. Con tambores y pitos gritaban el nombre de Zamora y además de equipararlo a una naciente estrella de cine, lo hacían el próximo jefe municipal. Jorge Velado y el resto de dirigentes y candidatos areneros cantaban y bailaban al ritmo de los tambores. Cuando las últimas cámaras de los noticiarios de la Telecorporación Salvadoreña se fueron, los ánimos comenzaron a bajar. 'Que Dios los bendiga por defender el partido, por defender la alcaldía', alcanzó a decir Zamora a la treintena de militantes que desde antes de las 7 de la noche se habían mantenido en los alrededores del canal de televisión ondeando banderas y gritando consignas. La respuesta de estos fue el grito de batalla: 'Edwin alcalde, Edwin alcalde, Edwin alcalde', aunque había otros areneros, en ese mismo momento y lugar, que a lo mejor no estaban convencidos de esa consigna. Un joven de saco y corbata que fumaba un cigarrillo y dos muchachas que lo acompañaban se rehusaron a dar su opinión cuando este periódico se las pidió. '¿Puede ser sin nombre?', preguntó una de las jóvenes. El joven que fumaba zanjó la conversación y dijo que mejor no, que no iban a opinar, que gracias. Alrededor, Zamora y sus acompañantes se subían a sus camionetas y emprendían el camino a casa.

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