La Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa (2012-2015) relegó la discusión del anteproyecto de Ley de cultura, una ley sin precedentes en la historia del país, para priorizar la discusión de otras mociones que van desde la aprobación de feriados como el día nacional contra el consumo del gluten, el del camote, o la entrega de distinciones honoríficas a un exdiputado, payasos, deportistas, un defensor de perros callejeros y un motociclista de enduro.
De 102 sesiones efectuadas en el periodo que recién culminó en mayo, El Faro descubrió que la propuesta insignia del FMLN en la rama cultural, y que pretende convertirse en un parteaguas que reinvindique el arte y la cultura como factor de desarrollo y crecimiento para la sociedad salvadoreña, significó solo el 5% de los temas a discutir en la agenda de la Comisión. El Faro hizo un análisis de las sesiones para descubrir cuán prioritario fue el tema para los diputados de todos los partidos políticos, pero encontró que el anteproyecto de ley tuvo poco espacio si se compara con el resto de mociones que los diputados propusieron para ser discutidas en el trienio legislativo. El anteproyecto de ley, propuesto en noviembre de 2012, solo fue sometido a consideración en 24 ocasiones y discutido solo en cinco de 102 sesiones realizadas en todo el periodo. De hecho, el partido que la propuso, el FMLN, fue el que más obstaculizó su discusión al priorizar otras temáticas sometiendo a discusión, en 127 ocasiones, días feriados, distinciones honoríficas y reconocimientos al patrimonio cultural.
La primera vez que se coló el anteproyecto de ley fue el 26 de febrero de 2013, pero fue hasta el 19 de marzo de ese año que se hizo la presentación oficial a los miembros de la Comisión. Inicialmente estaba programada para una semana antes, el 12 de marzo, pero la diputada efemelenista Lorena Peña (vocal de esta comisión, actual presidenta de la Asamblea y una de las principales impulsoras de la ley), envió una nota disculpándose por no poder asistir a la reunión de ese día y pidió que se le esperara la próxima semana.
El anteproyecto de ley fue superado en tiempo de discusión por otras mociones como aquella en la que se pidió darle una distinción al payaso Pizarrin, famoso por ser uno de los cuatro grandes personajes del programa Jardín Infantil de la Telecorporación Salvadoreña, en un programa para niños que se transmitía cada domingo, en la mañana, incluso en los años de la guerra; o aquel otro que fue prioritario en la discusión para darle una distinción y una pensión vitalicia a Jorge 'El Mágico' González, el futbolista más importante en la historia deportiva de El Salvador.
El análisis del trabajo de los diputados evidencia que si bien la cultura es un tema prioritario para los legisladores, ellos prefirieron priorizar las otras obligaciones de la Comisión, que nada tienen que ver con la promesa del partido oficial, promesa del actual gobierno, apuesta de la actual presidenta de la Asamblea, Lorena Peña, y en definitiva una propuesta que el resto de partidos políticos, sin excepción, han acuerpado en el seno de la comisión. ¿Por qué es importante una ley de cultura? Una ley de este tipo le permite al Estado reivindicarse con el sector artístico desde la institucionalidad y toca factores como el reconocimiento del arte y la cultura como un eje prioritario para el desarollo de la sociedad. La propuesta del FMLN concibe la creación del Ministerio de Cultura para dotar de autonomía a la institución y poder tener voz en la asignación presupuestaria. En teoría, esto significaría mayor margen de maniobra para echar a andar nuevos proyectos, entre ellos el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, que permitirá a las personas con mayor talento artístico el acceso a recursos económicos para ejercer derechos culturales esenciales. Asimismo, establece la creación de un régimen especial de salud del Seguro Social y la entrega de pensiones alimenticias a artistas seleccionados a discreción del Estado para su época de retiro. En la propuesta de Ley de Cultura el Estado también reconoce a los pueblos originarios y se propone que sus tierras sean reintegradas.
Sin embargo, la Comisión de Cultura y Educación tuvo en agenda muchas otras mociones que números sobrepasaron a aquellos que tienen que ver con materias de educación, y que no necesariamente se referían a discusiones sobre el devenir cultural del país. Las agendas dan fe de ello. El enfoque de los legisladores ha estado saturado pero no precisamente por la necesidad de emitir un marco legal para normar la actividad cultural en el país. Mientras que el anteproyecto de la Ley de Cultura logró hacerse apenas de cinco sesiones para su estudio, en el plato de los diputados abundaron temas como el reconocimiento a personajes que ellos consideran que deben recibir una distinción honorífica, como el exdiputado Dagoberto Marroquín, un personaje importante, según sus compañeros pecenistas, por su aporte cultural como 'reconocido músico nacional'. O como el caso de la exvicepresidenta de la República y actual diputada Ana Vilma de Escobar, que según sus compañeros de fracción mereció una distinción por haber sido la primera mujer vicepresidente de El Salvador. Entre los intereses de los diputados también sobresalen la incorporación de días conmemorativos al calendario cívico, como el día nacional de la concienciación sobre los trastornos por el gluten, el día de la calabiuza y la posibilidad de que el día nacional de la oración se convierta en asueto remunerado.
Del total de temas relacionados con cultura, 11.5 % de los 223 puntos de agenda relacionados a las distinciones honoríficas están ligados a personajes que por méritos culturales propios deberían ser reconocidos por el país. De los 197 días que que los diputados discutieron como posibles días nacionales, solo 14. 5 % están relacionados con un contenido eminentemente cultural. Aunque el número de mociones para cada rubro de discusión es abultado, en realidad no se trata de una larga lista de propuestas de discusión, sino la repetición de algunas propuestas por la cantidad de veces que se repitió el nombre de algún postulado para distinción o de alguna de las propuestas de 'día nacional' en las agendas de la Comisión. Entre las que más se repiten están el Día Nacional del cultivo y consumo del arroz, el reconocimiento a Carlos Antonio Sandoval, conocido como 'Pizarrín' y la instauración del Día nacional del payaso salvadoreño (ambas mociones ya aprobadas), hacer del Día de la madre asueto remunerado, y los reconocimientos para Alcira Alonso y Claribel Alegría (entregados). El anteproyecto de Ley, en cambio, tiene 24 mociones, pero fue hasta el 19 de agosto de 2014 que se inició la discusión del articulado en la comisión, lo que se resume a cinco sesiones en las que fue punto único de agenda.
Aunque cada propuesta va acompañada de atestados que justifican por qué se debería de aprobar una distinción, día en el calendario cívico o declaratoria de patrimonio cultural, hay algunas que por su propio peso no deberían de necesitar de mucho estudio. Entre ellas está el Día de la calabiuza, que pretende dar carácter nacional a una de las tradiciones más importantes de Tonacatepeque, que cada 1 de noviembre da vida a una de las leyendas populares salvadoreñas: la carreta chillona; el día de la madre como asueto remunerado; el Día de la poesía; y el Día nacional contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Entre los personajes con actuaciones culturales claras a los que el órgano legislativo consideró dar una distinción destacan la escritora Claribel Alegría, el poeta José Roberto Cea, el payaso Pizarrín y la maestra de danza Alcira Alonso.
Existe, además, una categoría en la que casi el 100 % de las mociones de los distintos partidos son aterrizadas: las declaratorias de patrimonio cultural. El FMLN y Arena son prácticamente los interesados en que se resguarden sitios e inmuebles que han sido importantes en la historia de El Salvador: el casco de la hacienda El Gualcho, el Parque Infantil de diversiones, el sector denominado 'Los Ilustres' en el cementerio general de San Salvador, entre otros. Quizá el único desliz en este tema sea la solicitud del diputado Rodolfo Parker para nombrar patrimonio nacional a todas las calles que aún se mantienen empedradas en los 262 municipios del país.
Las nociones culturales de cada partido se enredan cuando entre sus apuestas aparecen temas que en realidad reflejan los intereses de los diputados o de la fracción legislativa en su conjunto. Una revisión minuciosa de las agendas permite ver los temas a los que apuesta cada fracción. Al partido de Conciliación Nacional (PCN), por ejemplo, le importan temas que tienen que ver con la religión -a pesar de que el estado de El Salvador es constitucionalmente laico-, y el deporte. Ha sido el principal promotor de causas como el Día Nacional de la juventud con valores cristianos y que el Día Nacional de la oración se convierta en asueto remunerado, también de que se le entreguen distinciones honoríficas a los jugadores y el equipo técnico del Club deportivo Chalatenango y a su fundador, José Gregorio Martínez, nombre que identifica al estadio de esa ciudad. En este sentido, resulta curioso que el pecenista Reynaldo Cardoza sea diputado propietario por ese departamento y que sea miembro de la comisión de cultura y educación. Respecto al legado cultural importante de algunos personajes, han propuesto al poeta y exalcalde Rodolfo Antonio Castro y al exdiputado Dagoberto Marroquín, este último por ser un 'reconocido músico'. Los dos artistas anteriores comparten un pasado protagónico en las filas del PCN.
La Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), por su parte, cree que es importante que en El Salvador exista un Día del hombre, el Día de la justicia social, un Día nacional del riñón y un Día nacional contra el maltrato de los animales domésticos, así como un reconocimiento para el fundador de uno de los refugios para animales callejeros, José Francisco Batarse Zarzar ( fundador de Arani). El deporte también ha sido un punto de agenda importante para los del partido naranja y han impulsado reconocimiento para los equipos masculino y femenino de baloncesto de San Marcos, y a los jugadores, cuerpo técnico y directivos del Pasaquina Fútbol Club, cuyo presidente es el diputado de Gana por La Unión, Abilio Menjívar.
Arena y el FMLN son los partidos que acumulan mayor número de mociones en estos rubros, algunas más coherentes que otras. En cuanto a calendario cívico, los tricolores son responsables de propuestas como el Día Nacional por la concienciación sobre los trastornos por el gluten, el Día Nacional del cultivo y el consumo de arroz, y el Día del camote. Y entre los personajes que merecen un título han propuesto a Ana Vilma de Escobar, por ser la primera mujer vicepresidente de El Salvador, a Carlos Antonio Sandoval, conocido como 'Pizarrín', y a deportistas varios, como el nadador Marcelo Acosta, el motociclista Jorge 'Kocky' Aguilar (que causó noticia en 2013 al haber participado en el Rally Dakar), la jinete Sabrina Rivera y el futbolista Jorge 'El Mágico' González.
Los efemelenistas, por su parte, han dado su apoyo para llevar a discusión el Día del festival de la piscucha, el Día de la mujer campesina, el Día Nacional de los pueblos indígenas y el Día del payaso salvadoreño. Y entre los merecedores de una distinción están Salvador Alas Romero, exgerente de comunicaciones de la Asamblea Legislativa, monseñor Óscar Arnulfo Romero y los pintores César Menéndez y Augusto Crespín, que ahora forman parte de la Secretaría de Cultura, como director del Instituto Superior de las Artes y la Dirección de Artes, respectivamente.
Una ley que importa pero que no se discute
Noviembre 2012 supuso un reto para los legisladores de la Comisión de Cultura, luego de que la fracción del FMLN impulsara un anteproyecto de ley sin parangón en los últimos años. Si bien la comisión lleva por título 'Cultura y educación', sus asignaciones, según la Asamblea Legislativa, son las 'solicitudes para el otorgamiento de títulos y distinciones honoríficas a departamentos, municipios, ciudades y personas. También establece fechas especiales en el calendario cívico...'. Lo más cercano a propuestas de ley que trastoquen el devenir cultural del país que ha pasado por el seno de la comisión son las reformas a la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural, pero nada de esta envergadura. De hecho, para no entrar de cero a discutir el tema, los diputados de la Comisión recibieron un seminario sobre políticas y legislación cultural en América Latina, y estudiaron (o al menos se les hizo entrega) de legislación comparada de otros países latinoamericanos en materia de cultura y arte.
Sin embargo, la Ley de Cultura está estancada en la comisión de cultura y educación. Han pasado dos años desde que el FMLN le diera iniciativa de ley al anteproyecto preparado el partido y aunque aparece con frecuencia entre los expedientes en estudio, su discusión en el seno de esta comisión representa solo el 5 % de todas las sesiones efectuadas en el periodo (102).
En la nueva legislatura 2015-2018 hay un interés manifiesto de parte de las dos fracciones mayoritarias por aprobarla en lo que resta del año, pero tras tres semanas después de haberse instalado, los diputados aún no han empezado a desmenuzarla. De 281 artículos, la herencia de la legislatura pasada les ha dejado el camino andado hasta el estudio del artículo 33. Para este nuevo periodo, la conformación de la Comisión no mutó mucho, salvo por dos caras nuevas del partido Arena. A pesar de esto, el estudio corre el riesgo de retrasarse aún más, ya que tanto Patricia Valdivieso como Juan Valiente -los dos nuevos diputados en la Comisión- han pedido que se les permita hacer sus observaciones a los 22 artículos que ya se aprobaron. Los acuerdos se tomaron por unanimidad, pero ambos diputados quieren opinar sobre el trabajo de sus compañeros.
Desde la presentación que Breni Cuenca hiciera en marzo de 2013, la comisión esperó todavía ocho meses más para dar el banderillazo de salida a la discusión del anteproyecto. El 19 de noviembre de ese mismo año se justificó un retraso en la discusión dado que se esperó que la Secretaría de Cultura, entonces dirigida por Magdalena Granadino, presentara su propio anteproyecto, el cual fue financiado por la cooperación española. La Secultura, sin embargo, se desdijo del borrador elaborado por el consultor Gonzalo Castellanos y nunca se hizo llegar al seno de la comisión su propuesta. 'No podemos seguir esperando a la Secultura', dijo en ese momento la diputada Lorena Peña, quien se presenta como la principal impulsora de la ley desde su partido.
Ahora bien, hoy que el FMLN preside la Asamblea, y que la comisión está presidida por ellos, ¿por qué no se acelera la discución del anteproyecto? Yohalmo Cabrera, diputado del FMLN, asegura que este tema ha sido y es prioridad para el partido, pero que no pueden hacer nada respecto de las otras propuestas que someten a consideración las demás fracciones. Cabrera, sin embargo, deja de lado una información que se recoge de las agendas de la Comisión: ha sido precisamente el FMLN con 127 mociones el que le ha dado mayor importancia a otros temas.
Instalada la nueva legislatura, y con Lorena Peña al frente de la institución, el discurso de los diputados efemelenistas es que quieren aprobar esta ley este año. Cabrera aspira, incluso, a que dentro de dos o tres meses ya se haya establecido un dictamen favorable para que la discusión baje al pleno. El efemelenista Jaime Valdez, presidente de la comisión, prefiere no adelantar criterio, ya que todo va a depender del consenso que se logre con los demás partidos.
El 2 de junio recién pasado, los diputados acordaron que ante la cantidad de expedientes en estudio, deliberarían primero sobre los relacionados con distinciones honoríficas y calendario cívico, y que reservarían el 16 de junio para el anteproyecto de Ley de Cultura. En ese momento, Patricia Valdivieso pidió que se iniciara de cero la discusión para que aquellos que eran nuevos pudieran participar en el debate de todo el articulado. Valdez y Reynaldo Cardoza le recordaron que los acuerdos se habían tomado por unanimidad con sus compañeros de la legislatura pasada y que no era justo, por el tiempo invertido, que se reiniciara el proceso. Aclararon también que se les haría entrega de material de apoyo para ubicarlos en qué fase se encuentra. Los diputados accedieron con la posibilidad de poder hacer observaciones a lo que ya está aprobado porque, en palabras de Valiente 'que mis colegas de Arena hayan estado de acuerdo no quiere decir que Juan Valiente también lo está'. El diputado tricolor asegura que tiene un interés personal en la aprobación de esta Ley, ya que se comprometió personalmente con Breni Cuenca a que acelelaría el estudio de este anteproyecto en la comisión: 'Breni Cuenca es amiga de la familia y me pidió una reunión para que yo conociera los pormenores de la ley. [...] Y le dije que le iba a dedicar tiempo y que iba a trabajar para que esto saliera lo antes posible. Queria que supiera que sí estaba interesado en apoyar ese proceso y acelerarlo', dijo el diputado Valiente.
Llegado el 16 de junio, el anteproyecto de Ley de cultura logró colarse hasta el final de la agenda y de las dos horas que duró la sesión de la comisión, solo 10 minutos estuvieron dedicados a su discusión. Eran las 11:15 a.m. cuando por fin llegaron a ese punto, ya que los 105 minutos previos estuvieron dedicados a la aprobación del acta de la sesión anterior, la redacción y aprobación del pronunciamiento público que emitiría la Asamblea con motivo del día del maestro y las consideraciones de si se debe o no emitir uno por los 50 años de fundación de la gremial de maestros Andes 21 de junio. A las 11:30, luego de que la asesora técnica de la comisión explicara el contexto de estudio de la Ley en la comisión, la presidenta en funciones, la diputada arenera Lucía de León, dijo a sus compañeros que trasladaran este punto a la siguiente reunión. Todos estuvieron de acuerdo, recogieron sus cosas y se retiraron a almorzar.
Después de que se inició formalmente la discusión del anteproyecto en el seno de la comisión,el 19 de agosto de 2014, la moción estuvo solo cinco veces más en la agenda. Es decir que, hasta la fecha, los diputados han tenido un ritmo de seis artículos por reunión. De seguir así, los diputados necesitarían 41 sesiones más para abarcar todo el contenido de la ley, es decir, por lo menos 10 meses más para emitir un dictamen favorable y que se traslade la discusión al pleno.