Por undécimo año consecutivo, madres procedentes de El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua atravesaron México para preguntar por el paradero de sus hijos. Ellas buscan a los migrantes centroamericanos que se perdieron en un camino de más de 5 mil kilómetros hacia los Estados Unidos. Este año la caravana estuvo conformada por 38 mujeres y dos hombres. De nuevo se reunieron con funcionarios, visitaron morgues y cementerios y pasearon por la ruta del migrante cargando las fotografías de sus desaparecidos. Se estima que cada año, por México pasan 250,000 indocumentados buscando la frontera norte. Aunque la caravana es un acto simbólico contra la impunidad y una protesta contra la falta de respuestas y apoyos del estado mexicano, a través del apoyo de organziaciones no gubernamentales ya han logrado reencuentros. En esta ocasión, cuatro madres se reencontraron con sus familiares, y una más se topó con su pariente de manera fortuita.