Tegucigalpa, HONDURAS. “Una tasa de 57 homicidios por cada 100,000 habitantes representa un importante descenso, si tomamos en consideración que el año pasado ese indicador se ubicaba en 68; en el 2013, en 75; y a inicios de la década era de 87”, expresó en un comunicado de prensa Omar Rivera, el director de la oenegé de derechos humanos Alianza por la Paz y la Justicia (APJ).
“Honduras ya no es ni el primero, ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto, ni el quinto país más violento del mundo”, afirmó el presidente hondureño Juan Orlando Hernández, al avalar las cifras, quizá con un exceso de optimismo, ya que muy pocos países en el mundo tienen tasas arriba de 50 homicidios por cada 100,000 habitantes.
El portavoz de la Policía Nacional, comisionado Leonel Sauceda, detalló en declaraciones a medios locales que en “2015 se registraron 844 homicidios menos en comparación con los ocurridos en el 2014, lo cual significa una reducción del 14 %”.
Sin embargo, Rivera advirtió que “el gobierno no debe olvidar que esta cifra a finales de año es 10 veces más elevada que el promedio mundial y cuadruplica la media de las Américas”.
Es “claro que es un índice que se aleja de los 90 homicidios por cada 100,000 habitantes que reportó Venezuela al 31 de diciembre de 2015 (cifras no oficiales) y la tasa de 103 que reporta El Salvador, pero aún se siguen teniendo insoportables niveles de violencia, criminalidad y delincuencia en Tegucigalpa y San Pedro Sula, y la región noroccidental del país”, afirmó.
El presidente reconoció que “falta mucho por hacer”, pero que Honduras “va por el camino bueno” en la lucha contra la delincuencia que emprendió desde que asumió el poder, el 27 de enero del 2014, reforzando los organismos represivos del Estado.
Por su parte, la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, Migdonia Ayestas, dijo a la agencia AFP que a ellos aún les “falta convalidar las cifras de diciembre”. Detalló que con los datos hasta noviembre la tasa era de 56 homicidios por cada 100,000 habitantes y que “a diciembre proyectamos que pudo haber llegado a 60”.
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