Centroamérica / Migración

Sentimientos encontrados entre los cubanos aún varados en Costa Rica

La salida del primer grupo de 180 cubanos varados en Costa Rica desde noviembre despertó sentimientos encontrados de esperanza entre los que permanecen en el país centroamericano, y angustia para los que no disponen de los 555 dólares requeridos para viajar hasta el sur de México.


Miércoles, 13 de enero de 2016
Marco Sibaja (AFP) / El Faro

Un nutrido grupo de migrantes cubanos alojados en un campamento de La Cruz, en la frontera norte de Costa Rica, se concentra para escuchar las instrucciones en los minutos previos a que varios buses se lleven al aeropuerto a las primeras 180 personas que volaron la noche del 12 de enero a San Salvador, por la oposición de Nicaragua a permitir que transiten por su territorio. Foto Carlos González (AFP).
Un nutrido grupo de migrantes cubanos alojados en un campamento de La Cruz, en la frontera norte de Costa Rica, se concentra para escuchar las instrucciones en los minutos previos a que varios buses se lleven al aeropuerto a las primeras 180 personas que volaron la noche del 12 de enero a San Salvador, por la oposición de Nicaragua a permitir que transiten por su territorio. Foto Carlos González (AFP).

Liberia, COSTA RICA. Los primeros emigrantes isleños que intentan llegar a Estados Unidos salieron la noche del martes en un vuelo a El Salvador, desde donde siguen en bus a Tapachula, en el sur de México, para continuar el trayecto por su cuenta.

El viaje hasta esa localidad mexicana, coordinado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM), de la ONU, tiene un costo de 555 dólares (en primera instancia se dijo que serían $535), incluyendo transporte terrestre y aéreo, alimentación, impuestos y seguro médico.

“Esto es una bendición, si todo sale bien en este viaje pronto podremos salir los demás”, dijo Joel González, de 34 años, administrador de un hospital en la ciudad oriental cubana de Holguín. Alojado en un albergue de la Iglesia metodista en la ciudad costarricense de Liberia, 200 kilómetros al noroeste de San José, González dice estar ansioso por llegar a Estados Unidos para comenzar a trabajar y mandar a buscar a su esposa e hija cuando tenga residencia.

A su lado, el coordinador del albergue, Wesnier Cuenca, quien trabajaba en un restaurante en Isla de la Juventud, se muestra preocupado por la incertidumbre sobre cuándo podría continuar su camino. “Yo vengo con mi esposa y mi hija de tres años, y tengo cuatro hijos más en Cuba, necesito trabajar para mandarles algo”, comentó Cuenca, de 47 años.

Pero su mayor consternación es la falta de alimento en el albergue, que ha sido sustentado por la Iglesia metodista y que, según él, no ha recibido ayuda del Gobierno costarricense, como otros albergues.

“Tenemos arroz para tres días y más nada. No sé qué vamos a comer si esto se sigue alargando”, advirtió, apuntando que en el grupo hay cinco niños y dos mujeres embarazadas que no tienen leche para tomar.

A pocos kilómetros del lugar, en un albergue de la iglesia Bethel, Yandy Herrera se muestra consternado sobre la posibilidad de salir porque no tiene cómo pagar el traslado a México.

“Tengo 4,000 colones en la cartera (unos $7.50), no puedo ni siquiera llamar a mi familia en La Habana porque es caro, cuesta más de un dólar el minuto. Este (Costa Rica) es un país VIP, todo es muy caro y no nos dan permiso de trabajo”, se quejó.

Haciendo cuentas, dijo que además de los 555 dólares por llegar a Tapachula, necesita 350 dólares para atravesar México y 150 más para llegar a Las Vegas, donde pretende radicarse junto a sus amigos Julio César Vega, Héctor Mayea y Antonio Machado, que lo acompañan en el albergue.

La víspera, la directora de Migración de Costa Rica, Katia Rodríguez, dijo a los isleños congregados en la localidad norteña de La Cruz, cerca de la frontera con Nicaragua, que buscaran el dinero requerido para pagar el viaje, y que quienes dispusieran de los recursos tendrían prioridad en salir de Costa Rica en los siguientes vuelos, que deberán reanudarse la próxima semana.

“Si es así, ni modo, vamos a ser los últimos”, lamentó Herrera, quien trabajaba en restauración de antigüedades en la capital cubana.

Los emigrantes cubanos quedaron varados en Costa Rica luego de que en noviembre, Nicaragua les cerrara el paso para continuar su recorrido por tierra hacia Estados Unidos.

© Agence France-Presse

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