Más de 500 agentes del nivel básico de la Policía Nacional Civil (PNC) llegaron a las puertas de Casa Presidencial para reclamarle al presidente Salvador Sánchez Cerén que cumpla sus promesas. '¡Que salga el nuégado!', le gritaron, haciendo alusión a un mote con el que se le llama al presidente en redes sociales. Un agente de escala básica gana cerca de $400 (menos descuentos de ley), y por eso exigen una mejora salarial, bonos y el cese al acoso laboral por los jefes policiales. Esta es una protesta que bien pudo haber pasado sin penas ni glorias, pero cobra relevancia cuando en el conflicto del Estado con las pandillas -que data desde enero de 2015, cuando las pandillas asesinaron 7 agentes, el gobierno dio fin a la tregua, anunció la persecución a las pandillas y autorizó a sus agentes para que disparen 'en cumplimiento del deber'- los policías han sido el principal frente de batalla del gobierno. En 2015 murieron más de 60 agentes, hubo una docena de delegaciones atacadas, y fueron acosados y perseguidos en sus comunidades. Hartos, el 27 de enero incluso convencieron a los agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), designados para bloquearlos con barricadas, para que se unieran a la marcha que terminó frente a los portones de Casa Presidencial.