Una pregunta dirigida al ministro de Defensa, David Munguía Payés, respecto a una fiesta con bailarinas desnudas ocurrida en el centro penal de Izalco, cuando Munguía Payés era ministro de Justicia, causó que el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, acusara a una reportera de televisión, y a los periodistas en general, de tener una intención partidista y de querer desestabilizar a las fuerzas armadas y al gobierno.
El exabrupto de Sánchez Cerén sucedió en la mañana del 2 de marzo de 2016, en una conferencia en la que el gabinete de seguridad anunció la entrega de bonos trimestrales de $150 para policías y soldados destacados en tareas de seguridad, además de otras inversiones financiadas por el impuesto especial para la seguridad aprobado a finales de 2015.
En la conferencia, transmitida en vivo por el estatal canal 10, estuvieron, además de Munguía Payés, el actual ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde; el director de la Policía, Howard Cotto; el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres; el secretario de Gobernabilidad, Hato Hasbún; y el secretario de Comunicaciones, Eugenio Chicas.
El gobierno enfrenta una crisis después de que La Prensa Gráfica publicara un vídeo de una fiesta en la que mujeres desnudas aparecen bailando para entretener a un grupo de pandilleros en el penal de Izalco, Sonsonate. Un día después de esa publicación, el director de Centros Penales dio una conferencia de prensa en la que confirmó que esa fiesta ocurrió entre el 24 y el 25 de septiembre de 2012, durante el apogeo de la tregua. Este proceso, que redujo los homicidios de 14 a cinco diarios, fue impulsado por el ministerio de Justicia de Munguía Payés en marzo de ese año y nació de una negociación entre el gobierno y las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha para reducir los homicidios a cambio de beneficios carcelarios.
La prisión de Izalco es, después del penal de Zacatecoluca (La Paz), la más segura del país. Durante la tregua, iniciada en marzo de 2012 y prolongada hasta inicios de 2015, esa prisión estuvo ocupada por miembros de las dos facciones del Barrio 18 (Sureños y Revolucionarios).
El actual director general de centros penales, Rodil Hernández, atribuyó al exdirector de Centros Penales, Nelson Rauda, la responsabilidad por la fiesta, que inclusive contó con una discoteca móvil. Hernández, que era el subdirector en aquel momento, negó haber tenido conocimiento de la autorización para la fiesta, supuestamente celebrada en honor a la Virgen de las Mercedes, de acuerdo con una carta revelada por la Dirección General de Centros Penales (DGCP).
Hernández dijo que compartir esta información con los medios y con la Fiscalía era un ejercicio de transparencia. Aunque en la misma conferencia, amenazó con investigar a las fuentes que filtraron a La Prensa Gráfica las grabaciones.
Un día después, y dado que en la conferencia estaba presente Munguía Payés, la periodista de Canal 6, Paola Alemán, le dirigió la siguiente pregunta: '¿puede un director general de penales, por si sólo, autorizar ingreso de prostitutas a un penal?'. Fue entonces cuando el presidente Sánchez Cerén se adelantó a Munguía Payés y le pidió a la periodista “más respeto para sus funcionarios. Vayan a la Fiscalía a preguntar sobre sus investigaciones”, dijo.
Alemán le contestó al presidente que no era una falta de respeto preguntar a Munguía Payés sobre algo que sucedió cuando él era el jefe del Ministerio de Justicia y Seguridad, entidad a la que está adscrita la DGCP. “Tiene un propósito partidista su pregunta, le pido a los periodistas más ética”, dijo Sánchez Cerén, disgustado por la aclaración que se le solicitó a su ministro.
La defensa del presidente Sánchez Cerén a Munguía Payés evidencia el aprieto que le significa a este segundo gobierno del FMLN desligarse de la tregua, cuando entre sus filas tiene al padre de ese proceso. En septiembre de 2012, Munguía Payés relató a El Faro que el pacto con las pandillas para reducir los homicidios a cambio de beneficios carcelarios se diseñó en su despacho. Ese mismo mes, se sabe ahora, ocurrió una fiesta con nudistas, un hecho que se suma -o debería sumarse- a las investigaciones que la Fiscalía está haciendo sobre el proceso y los funcionarios que lo apadrinaron.
Sánchez Cerén, que se desligó de la tregua hasta el séptimo mes de su gestión, en enero de 2015, cuando dijo que no negociaría con criminales, intenta ahora alejar a su gobierno no solo de la tregua, sino de todo lo que la ensombrece, como los videos de la fiesta con nudistas. El problema es que Munguía Payés, quien aceptó haber participado del diseño del pacto del gobierno con las pandillas, debe responder si supo o no supo de la autorización que hiciera su director de Centros Penales para dejar entrar bailarinas nudistas a la cárcel de Izalco.
En la conferencia, después del intercambio entre Sánchez Cerén y la periodista, Munguía Payés habló. El general comenzó agradeciendo la defensa de su comandante en jefe y luego condenó el “manejo morboso” que se está haciendo sobre el tema e hizo un llamado a que el país se una en torno a la seguridad... Pero nunca contestó la pregunta original.
En la conferencia, Sánchez Cerén defendió dos veces a su ministro de Defensa, que está en el gobierno desde que Mauricio Funes asumió el poder con la exguerrilla FMLN en 2009. Previamente, Ezequiel Barrera, periodista de La Prensa Gráfica, ya le había preguntado si mantendría en el gabinete a las personas involucradas en la tregua.
Para contestar, Sánchez Cerén también se lo tomó personal. El presidente le dijo a Barrera que en las propias encuestas de La Prensa Gráfica, la Fuerza Armada es una de las instituciones mejor evaluadas. “Al ministro de la Defensa lo valoro por las opiniones de la población, tengo una alta valoración de él”, dijo Sánchez Cerén al defender la permanencia por casi siete años de Munguía Payés en el Ejecutivo.