José Miguel Antonio Menéndez Avelar, conocido como “Mecafé”, creó en Panamá dos empresas offshore dirigidas formalmente por prestanombres, que volvieron invisibles durante los últimos años cuentas bancarias y movimientos de dinero a través de Bahamas. Documentos internos del bufete Mossack Fonseca, revelados como parte de la investigación de los conocidos como #PanamáPapers, evidencian además que una empresa panameña del amigo y financista del expresidente Mauricio Funes comparte prestanombre con Latin American Spas Inc, empresa perteneciente a Ada Mitchell Guzmán Sigüenza, madre del hijo menor del expresidente. La filtración muestra también que la otra offshore de Mecafé otorgó poderes a uno de los directivos originales de la empresa Subes El Salvador, contratista del sistema de transporte público impulsado por el actual gobierno del FMLN.
El cómo constituyó las empresas, de entrada, resulta complicado. Está diseñado para que lo sea.
El registro de Panamá es casi público. Cualquiera puede digitar nombres y en la pantalla aparecerán miles de empresas con los accionistas y directivos reales. No todos eligieron constituirlas con la ayuda de la firma legal Mossack Fonseca. Sí lo hizo José Miguel Antonio Menéndez Avelar, conocido como “Mecafé”, amigo personal y financista del expresidente Mauricio Funes. Gracias a Mossack Fonseca, el empresario y exfuncionario salvadoreño pudo ocultar durante los últimos tres años su nombre como accionista y apoderado de dos sociedades offshore creadas en Panama: Headford Business S.A. y Rayne Services Corp.
Mecafé, dueño en El Salvador de Cosase, una empresa de seguridad privada que durante la administración Funes se benefició de millonarios contratos con instituciones gubernamentales, eligió a Mossack Fonseca, especializada en crear telarañas de compañías shell (o empresas coraza) y fabricar juntas directivas ficticias, para ocultar algunas de sus actividades financieras. Pero la masiva filtración de millones de registros internos de la firma, y la posterior investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), iniciada por el diario alemán Süddeustche Zeitung, y desarrollada por más de 100 medios de comunicación de todo el mundo, incluido El Faro, ha permitido desenredar la madeja que lleva hasta él.
Para llegar a Mecafé hay que cavar. La pieza más importante en su estrategia de opacidad es el bufete salvadoreño Rusconi, Medina y Asociados, socio de la firma regional Central Law. Muchos de los socios del bufete aparecen como clientes en documentos internos de Mossack Fonseca, lo que sugiere que la creación de sociedades offshore en Panamá es un servicio habitual de este bufete a sus clientes. Los abogados de Rusconi Medina no son los dueños de las empresas que trabajan con la firma panameña, sino sus intermediarios, la conexión entre El Salvador y Mossack Fonseca. El abogado Luis Alonso Medina, uno de los propietarios de Central Law El Salvador, aparece como cliente de Mossack Fonseca —o intermediario— en 34 compañías offshore que operan o han operado en Panamá o las Islas Vírgenes Británicas.
Las comunicaciones internas en Mossack Fonseca indican que Medina viajó a Panamá en junio de 2012 para cerrar la compra de una sociedad creada el 24 de noviembre de 2011 en el despacho de la firma panameña. Se trataba solo de un cascarón. Entre las prácticas habituales de Mossack Fonseca está tener sociedades ya creadas, con directiva incluida, a la espera de un dueño.
La sociedad Headford Business S.A., con un capital autorizado de $10,000, fue constituida ante el notario Juan José Ferrán y asentada en registro público panameño con el número 214417. Nació a partir de otras dos sociedades, Cheswick Inc. y Eastshore Inc., dos de las muchas empresas shell que Mossack Fonseca ha usado para crear decenas de offshore. La nueva junta directiva fue formada por los panameños José Jaime Meléndez, Yenny Martínez, Hercibelle González, Jaqueline Alexander y Verna de Nelson.
Verna Elizabeth Lee de Nelson, de 52 años, es una empleada de Mossack Fonseca, del área corporativa. Su nombre como directiva aparece en más de 16,000 compañías, activas e inactivas, inscritas en Panamá. Es, evidentemente, una prestanombres.
Junio de 2012 fue un mes ocupado para la junta directiva de Headford, que desde su creación en noviembre de 2011 no había tenido actividad. El 11 de junio de 2012 el director presidente de Headford, José Jaime Meléndez, un oficinista, y la directora Yenny Martínez, secretaria, comparecieron ante el mismo notario para otorgar un poder a favor del salvadoreño José Miguel Antonio Menéndez Avelar, Mecafé.
Once días después, los directores Meléndez, Martínez y González firmaron otro acuerdo en el que autorizaban a Headford para abrir una cuenta en el FPB Bank Inc. de Panamá.
Los acuerdos de la junta directiva para otorgar poder a Mecafé sobre la sociedad, así como para abrir la cuenta en el FPB panameño, fueron enviados por Mossack Fonseca a la oficina del abogado Luis Alonso Medina en Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, en El Salvador.
El Faro llamó a Medina para preguntarle por la naturaleza de sus servicios a Mecafé y su relación con Mossack Fonseca. Se le escribieron correos electrónicos a dos cuentas diferentes e incluso se visitó las oficinas de Central Law en Santa Elena. No hubo respuesta del abogado o su firma para este reportaje.
El acuerdo más llamativo de Headford, sin embargo, estaba por venir. El 11 de septiembre de 2012, tres meses después de haber adquirido la sociedad offshore y el poder a nombre de Mecafé, el abogado Medina solicitó un nuevo poder a nombre de un tercero. Un documento que de entrada es irregular.
Medina escribió a Amauri Bautista, un abogado de Mossack Fonseca: “De parte de Headford Business, me urge un Poder similar al anexo. Datos: a favor de Luis Roberto Sandoval Ayala, conocido por Roberto Sandoval. Debe ser emitido con fecha de Febrero de 2012. Favor indicarme el costo y cuándo podría estar listo. No necesito apostillas”.
Era septiembre de 2012, pero Medina quería que el poder para Roberto Sandoval luciera como si hubiera sido emitido siete meses antes. Mossack Fonseca cumplió y emitió un nuevo acuerdo, de su junta directiva pantalla, para las 10:00 am del 6 de febrero de 2012. La emisión de documentos, digamos, retroactivos, fechados antes del día en el que fueron realmente emitidos, es otro de los servicios habituales de Mossack Fonseca a sus clientes.
Ahora, ¿quién es Roberto Sandoval? Luis Roberto Sandoval Ayala, según consta en el documento único de identidad, enviado por el abogado Medina hacia Mossack Fonseca, es un hombre moreno, de 33 años, nacido en Candelaria de la Frontera (Santa Ana), de ocupación motorista, y reside, según consta en el poder emitido a su nombre, en la Colonia Las Margaritas, de Soyapango.
A él, la Junta Directiva de Headford le autoriza a “administrar la sociedad sin limitación alguna”, según el acta de esa reunión celebrada supuestamente en las oficinas de Mossack Fonseca.
En esas fechas, tanto en febrero como en junio de 2012, Roberto Sandoval, el motorista de Candelaria de la Frontera, aparecía en la junta directiva de otra empresa en El Salvador.
En San Salvador, el 28 de abril de 2011, ante el notario Alberto Ulloa, Rafael Augusto Zerbino Stajano, 56 años, y Horacio Vicente Fernández Ambielle, 60 años, uruguayo, administrador único de Subes Uruguay, constituyeron la empresa Subes El Salvador. El nombre, tanto como en Uruguay, proviene de Sistema Único de Boletos Electrónicos (Subes), y es la empresa que en El Salvador se dedica, a través de tarjetas electrónicas prepagadas, a cobrar por el uso del Sistema Integrado de Transporte Metropolitano de San Salvador (Sitramss), el proyecto insignia de las dos últimas administraciones del FMLN, publicitado como solución para problema histórico de transporte público en San Salvador.
Subes El Salvador, según los datos del Centro Nacional de Registros, nació con un capital semilla $3 millones. La nueva junta directiva, necesaria para autorizar obligaciones arriba de $100,000, estaba formada por el presidente José Mauricio Cortez Aguilar, un abogado salvadoreño; el vicepresidente José Eduardo Villanueva Barahona, hondureño, ingeniero industrial; el segundo vicepresidente Alejandro Gustavo Valle, argentino, ingeniero mecánico; el secretario Isidro Antonio Carballo Acevedo.
Y los directores suplentes: Silvia del Carmen Escamilla Delgado; Suleyma Mayandi Morales Salinas, de ocupación secretaria; Emilio Martínez Ramos, electricista; y Luis Roberto Sandoval Ayala, un motorista de Candelaria de la Frontera.
Roberto Sandoval, director suplente en la junta directiva de Subes El Salvador, es la misma persona a la cual Headford Business, la sociedad offshore de Mecafé, otorgó un poder irregular en septiembre de 2012. Sandoval se mantuvo en la junta directiva de Subes hasta el 11 de abril de 2013.
El spa y las transacciones de Rayne
Las sociedades offshore son empresas creadas en países donde éstas no tienen actividad económica. Muchas de ellas, miles, como lo demuestra la filtración de Mossack Fonseca, fueron creadas para mantener a sus propietarios en el anonimato, para funcionar con documentos apócrifos y para realizar transacciones bancarias sin el control de autoridad alguna.
En septiembre de 2012, tres meses después de adquirir Headford, Medina cotizó con Mossack Fonseca otra offshore para Mecafé. En el mismo destino que la anterior: Panamá.
Rayne Services Corp. fue inscrita el 17 de julio de 2012 en el registro público panameño, bajo el asiento 133361. Fue creada a partir de las sociedades panameñas Dubro Limited S.A. y Aliator S.A, otras empresas shell de Mossack Fonseca que permiten comprender el esquema de prestanombres, e indirectamente la conexión hasta el spa de Ada Mitchell Guzmán Sigüenza, una mujer que mantuvo una relación personal con el expresidente Funes durante sus años de gobierno, para el que éste gestionó un pasaporte diplomático en aquellos años y que, según reflejan las declaraciones de Probidad del exmandatario, tiene un hijo con él.
Los directores de Rayne, la nueva sociedad de Mecafé, eran los panameños Paulo Ruiz, Yadira de Boutaud, Yakeline Pérez, Yenny Martínez y Hercibelle González. Hercibelle y Yenny son las mismas personas que aparecen en la junta directiva de Headford, la otra offshore de Mecafé.
Hercibelle aparece como directiva en otras 9,020 empresas en Panamá; Yenny, en ocho. Son, evidentemente, prestanombres.
La confirmación de la compra de Rayne, como se sustenta en correos entre empleados de Mossack Fonseca, fue el 12 de septiembre de 2012. Sin embargo, una vez hecha la transacción -por un total de $458-, las acciones a nombre de José Miguel Antonio Menéndez Avelar, Mecafé, fueron emitidas con fecha anterior.
El acta de la junta directiva de Rayne que contiene el acuerdo para emitir 100 acciones, de $100 cada una, a favor de Mecafé, afirma que este fue tomado el 19 de julio de 2012.
El procedimiento fue similar al de Headford. Tras vender a precio de saldo las acciones a Mecafé, la junta directiva acordó, el 30 de octubre de ese mismo año, permitir que Rayne abriera una cuenta con el FPB Bank Inc.
Pero, a diferencia de lo sucedido en Headford, el destino de la cuenta de Rayne está más claro. En noviembre de 2012 Luis Alonso Medina, el abogado del despacho Rusconi, Medina y Asociados que tramitó las dos offshore para Mecafé, intercambió varios correos con Edison Teano, uno de los abogados de Mossack Fonseca.
Según estos correos, en poder de El Faro, Medina quería una solución para enviar dinero desde empresas offshore en Luxemburgo y Panamá a empresas offshore en Panamá y una regular en El Salvador. Teano le presentó las Escrow, cuentas bancarias manejadas por sociedades de Mossack Fonseca en Bahamas, que funcionan bajo una premisa que le explica en los correos: “recibir fondos y, una vez se cumpla la condición que se establece en el contrato, enviar los fondos a los destinatarios finales”.
Teano añade: “Nuestros honorarios por este servicio son de 1.25% de los montos que sean enviando a través de nuestra cuenta”.
La respuesta de Medina contiene un detallado perfil del uso estimado anual que tendría la cuenta: seis transacciones internacionales con cantidades máximas de $900,000, dos transferencias locales con cantidades máximas de $600,000 y transferencias internas -entre sociedades- de hasta un máximo de $50,000.
Los envíos, según el perfil de uso, serían hechos por Railway International Trading Corp y Rayne Services Corp. La primera es otra sociedad offshore creada en Panamá por el despacho Infante y Pérez Almillano; la segunda, la sociedad de Mecafé.
Medina explica a Teano en sus correos que los envíos serán por “ingresos por servicios prestados, comisiones, etc” y “el retiro será paulatino de acuerdo a las necesidades”.
A partir de aquí el entramado de gestiones se vuelve más complicado. Porque está diseñado que así sea.
A finales de 2013, Medina solicitó a Mossack Fonseca el cambio de agente residente -la administración de la sociedad- para Headford Business. La sociedad pasó a ser controlada por el bufete CPA/Tax Chambonett y Asociados. El acuerdo, incorporado al registro panameño en enero de 2014, muestra como nuevo presidente de la junta directiva a Raúl Elías Berrío Castillo, un empleado de CPA.
Ese acuerdo quedó guardado en los registros de Mossack Fonseca.
En octubre de 2015, otra ejecutiva de Mossack Fonseca inició un trámite para incorporar una sociedad administrada por CPA a la lista de clientes de Mossack Fonseca. Estaba previsto que utilizaran a las mismas sociedades Dubro Limited S.A. y Aliator S.A, con las que se creó Rayne Services, para recibir a la offshore panameña World Product Supply Corp.
Esta última serviría para la creación de dos nuevas sociedades que, en resumen, desvanecerían los fondos de la colombiana Paola Riviere, dueña en Cali de una empresa de productos botánicos.
Mossack Fonseca inició el proceso, pero se topó con un problema. El departamento de Quejas de la firma panameña encontró una coincidencia que requería más papeleo: la operación incluía a una persona que, según los registros de Mossack Fonseca, estaba expuesta políticamente: Ada Mitchell Guzmán Sigüenza.
Berrío Castillo, presidente de la junta de Headford Business, la sociedad de Mecafé, era también director en World Product Supply Corp. Nada extraño para un empleado de un bufete con prácticas similares a las de Mossack Fonseca. Nada extraño para un hombre que aparece como directivo en otras ochenta compañías, incluida Latin American Spas Inc.
Edwin Ovidio Benítez, del Departamento de Quejas de Mossack, lo describió en un correo: “La información encontrada muestra que (es) director de la compañía Latin American Spas Inc, la cual es propiedad de Ada Mitchell Guzmán Sigüenza, relacionada con el expresidente de la República de El Salvador, Mauricio Funes (2009-2014)”.
Este vínculo, la participación de Berrío Castillo en Latin American Spas Inc, ya había sido revelado por El Faro el 26 de mayo de 2014 en un reportaje titulado “El presidente Funes, una cadena de favores y un spa”, una investigación que demostraba cómo allegados del empresario Miguel Menéndez, Mecafé, habían escalado posiciones dentro del gobierno Funes, y la ayuda que Mecafé había correspondido para que Guzmán Sigüenza equipara un spa en una colonia residencial de San Salvador.
Ese spa no está abierto al público hasta el momento, pero el balance en los registros salvadoreños muestra que Latin American Spas efectuó operaciones financieras por más de un millón de dólares en 2015.
Lo que la filtración de Mossak Fonseca muestra ahora es que Mecafé y Latin American Spas, la empresa de Guzmán Sigüenza, se valieron de los mismos directores ficticios, y el mismo sistema de empresas matrioska, para crear y mantener sus empresas offshore en Panamá. El Faro pidió una entrevista con José Miguel Menéndez a través de su oficina y le escribió por correo electrónico para preguntarle por sus empresas en Panamá, pero no obtuvo respuesta.
El expresidente Funes dedicó, un día después de hacerse pública la investigación global de los #PanamaPapers, numerosos mensajes en su cuenta de Twitter @FunesCartagena para hablar del escándalo internacional desatado por el trabajo de investigación liderado por el ICIJ.
“Para quien pregunta sobre las firmas offshore: son sociedades creadas por ricos y poderosos para esconder fortunas y evadir impuestos locales”, escribió Funes el lunes 4, a las 13:26 horas. “Develan comportamiento que debe ser investigado con el fin de erradicar prácticas de evasión de responsabilidades tributarias”, agregó después.
A esa hora, la información sobre las empresas offshore de Mecafé, miembro del movimiento “Amigos de Mauricio”, financista de su campaña, funcionario y contratista de su gobierno, y sobre el pretanombre que comparte con Ada Mitchell Guzmán, aún no era pública.