El vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, es socio comercial de José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, ligado por varias investigaciones al Cártel de Texis y señalado personalmente por el presidente estadounidense Barack Obama como capo internacional de la droga en 2014. Documentos de acceso público demuestran que ambos, junto al empresario y excandidato a la alcaldía de Antiguo Cuscatlán Rogelio Cervantes, fundaron en el año 2000 una sociedad llamada Desarrollos Montecristo, que se ha dedicado desde entonces a la compra y venta de terrenos en una isla al oriente del país.
Tras confirmar este vínculo, el 17 de marzo El Faro pidió a través de la oficina de comunicaciones de la Vicepresidencia una entrevista con Ortiz para hablar de su sociedad con Chepe Diablo. Su equipo de comunicaciones dijo que Ortiz no daría entrevistas sino hasta finales de mes. Un día después, el viernes 18, El Faro abordó en privado al vicepresidente a la salida de un evento desarrollado en la base aérea de la Fuerza Armada, en Ilopango, que se día se reabría como aeropuerto internacional para vuelos comerciales.
Cuando se le abordó para pedirle directamente una entrevista formal, y en medio de un altercado con su equipo de prensa, que en varias ocasiones trató de evitar que el periodista grabara la conversación, Ortiz respondió que, si no hay nada ilegal en su relación con Chepe Diablo, no tiene por qué dar explicaciones de nada.
—Desde ayer le había llamado por teléfono para platicar sobre un tema que estamos investigando en El Faro.
—¿De qué tema?
—Sobre uno de sus negocios.
—¿Cuál negocio?
—El que usted fundó en el año 2000.
—No, pero no grabés —pide el vicepresidente.
—Cómo no —responde el periodista.
Una de las asistentes del equipo de comunicaciones del vicepresidente intenta quitarle al periodista de las manos el teléfono con el que está grabando, y éste se lo guarda en la bolsa del pantalón. La mujer intenta sustraer el aparato del bolsillo y el periodista se lo hace ver al vicepresidente.
—No, no, calmado, déjalo –le dice Ortiz a su asistente.
El periodista repite “Estoy grabando”, y la asistente de comunicaciones insiste en que no lo haga: “Pues sí, pero la conferencia ya terminó, colega”. El Vicepresidente interviene y acepta el intercambio con el periodista, quien al ver el gesto saca de nuevo el teléfono.
—Dejalo, dejalo. Vení. Explicate, venite.
—Vaya: lo que tenemos es una investigación sobre el negocio que usted fundó en el año 2000 con el señor José Adán Salazar...
—¿Y qué es lo ilegal ahí?
—No, no hay nada ilegal...
—Bueno, y si no hay nada ilegal, ¿por qué estás investigando?
—Es que queremos que nos explique... Porque usted sabe los señalamientos que le han hecho a ese señor...
—¡Ah! ¿Lo han condenado?
—No, pero lo que ha dicho la Casa Blanca es...
—No, ¿pero lo han condenado?
—No, pero Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos...
—¿Entonces es ilegal eso?
—No, pero usted sabe los señalamientos que le han hecho, y eso queremos que nos explique…
—No, es que no tiene sentido. ¿Cómo te voy a estar explicando algo que no es ilegal? ¡Sacá lo que querás!
—Queremos que usted nos cuente, que nos explique...
—No, es que es como que yo te pregunte por el negocio de tu mamá. ¿Cuál es el negocio que tiene tu mamá?
—Pero usted es el vicepresidente, señor. Mi mamá no.
—Vení a hablarme de algo que de verdad...
—Pero usted sabe que esa sociedad sigue activa. Está activa. Sabemos que esa empresa tiene transacciones hasta 2010. También sabemos lo de los terrenos...
Óscar Ortiz, que ya caminaba hacia su vehículo, se da la vuelta y se dirige al periodista:
—Presentámelas (las preguntas) por escrito.
—Tenemos todos los documentos, por eso queremos que usted nos explique...
Un miembro de su equipo de seguridad detiene al periodista, jalándole la mochila. El Vicepresidente se percata e interviene de nuevo:
—¡Dejalo, dejalo, hombre! No vaya a decir después que no lo quisimos atender (se ríe).
—Señor vicepresidente: tenemos los documentos, tenemos las actas, y queremos que nos explique…
—Pero ¿qué tiene de ilegal eso, pues? ¿Tenés alguna cuestión ilegal?
—No…
—Ah, la pu...
—Pero queremos que usted nos explique, porque usted sabe que el señor José Adán Salazar fue nombrado por la Casa Blanca, en el año 2014, como capo internacional de la droga, en la lista kinping.
—Ah, ¿o sea que ya está condenado?
—No, no ha sido condenado, pero usted sabe los señalamientos que le han hecho y queremos que nos explique su relación con él.
—¿Y cómo te voy a estar explicando eso? Es como que le digás a (Joe) Biden que por qué se reunió con el presidente de Guatemala...
—Lo que queremos es pactar una entrevista con usted.
—No, pero tenés que entrevistarme sobre cosas realmente que tengan sentido.
—¿O sea que esta relación, para usted, no tiene importancia?
—Mandámela por escrito (se da la vuelta y se acerca a su vehículo).
—¿No le parece importante que el vicepresidente de la República tenga un negocio con un hombre que ha sido designado capo internacional de la droga?
—Eso sería bueno que se lo dijeras a él, fijate. No, te lo digo porque vos estás diciendo que es un capo internacional...
—No, no. Lo ha dicho Barack Obama.
—No, vos lo estás diciendo.
—Lo ha dicho la Casa Blanca…
Ortiz se sube a la camioneta y se marcha. Los miembros del equipo de Comunicaciones alejan al periodista de la zona y le aseguran que se pactará otro encuentro para hablar del tema.
Más de dos semanas después de este intercambio, el lunes 4 de abril de 2016, al cierre de esta nota, una asistente de comunicaciones de la Vicepresidencia respondió a El Faro que debido a la visita del presidente Manuel Santos de Colombia en El Salvador, el vicepresidente había pospuesto todas sus agendas.