Óscar Ortiz, vicepresidente de la República, calificó como un 'error de proceso” que la empresa Desarrollos Montecristo S.A. de C.V., de la que es copropietario junto a José Adán Salazar Umaña (a) Chepe Diablo y Rogelio Cervantes, esté aún activa en el Registro de Comercio, del gubernamental Centro Nacional de Registros (CNR). Según señaló, 'técnicamente' está desactivada. “Nunca estuvo activa, el director presidente (Salazar Umaña) quedó encargado de hacer los trámites”, dijo en el programa Diálogo con Ernesto López, de Canal 21. Si aparece activa, reponde a “un tema técnico, un error de proceso”, sobre el que no ahondó.
Ortiz afirmó al menos cuatro veces que la empresa está inactiva. 'Nunca estuvo activa'. “Técnicamente está desactivada... son 16 años”. 'Ha estado totalmente inactiva'.'Técnicamente hace años está... no tengo que ver'.
Sin embargo, El Faro confirmó en febrero de 2016 que Desarrollos Montecristo sigue activa en el Registro de Comercio. Según certificó esta entidad gubernamental, si bien la sociedad no registra movimientos después del año 2011, continúa activa, viva, sin que a esta fecha haya modificado su pacto social o se haya desligado alguno de los socios de la misma. El Faro posee un acta extendida a este periódico por la administración de esa dependencia de Estado que confirma que ninguno de los integrantes ha presentado un acta de disolución de la sociedad. Esto significa que cuando el presidente Barack Obama designó en mayo de 2014 “capo internacional de la droga” a José Adán Salazar Umaña (a) Chepe Diablo, Óscar Ortiz, quien recién había sido electo como vicepresidente, mantuvo en silencio que su relación con Salazar Umaña estaba activa.
16 años después, el vicepresidente intentó desligarse de una empresa que dice que nunca funcionó. Para entender más su postura, y ante la negativa a conceder una entrevista, El Faro trasladó a Ortiz una pregunta a través del conductor del programa, Ernesto López.
“Usted dijo que su relación con José Adán no tiene nada de malo. ¿Considera ahora que esa relación es impropia para un vicepresidente?”, leyó López la pregunta. Ortiz calló dos segundos y respondió: “No sé cómo contestar esa preguntar. Hacer esa pregunta es… No entiendo”, dijo el vicepresidente, quien aseguró que no ha visto a su socio Salazar Umaña desde hace años, y que el único con el que mantiene una relación de amistad es con el empresario hotelero Rogelio Cervantes.
Para Ortiz, la revelación responde a un plan orquestado por personas que no especificó. “Es una manera bien maliciosa de como impactar y dañar tu imagen”, dijo al inicio del programa. Para el vicepresidente, la noticia es parte de “una campaña orquestada por alguien, por personas, por X.”
El plan de inversión
El matutino La Prensa Gráfica realizó una entrevista con el vicepresidente para hablar del mismo tema. A este medio le respondió que tiene 12 años de no ver a su socio. “Tengo 12 años de no ver a Adán y mi respeto por cada salvadoreño y salvadoreña, ya lo que los adultos hagan, o lo que ellos proyecten, o lo que ellos planifiquen, o su desempeño, tiene que ver con sus propias prioridades. Es decir, no me corresponde calificar a ninguna persona'.
Ortiz explicó que su comunicación era con Rogelio Cervantes, empresario hotelero que también aparece en la sociedad y con quien dice que sigue teniendo “comunicación normal, de amigos.”
La idea de la sociedad, explicó Ortiz, era invertir en esa parte de la zona costera donde él tenía terrenos, en él sector poniente de la bahía de Jiquilisco. “Después vino el terremoto, yo me convertí en alcalde de Santa Tecla, y prácticamente primero nunca funcionó, porque después del terremoto, simple y sencillamente, se valoró que no tenía sentido por parte del director presidente hacer una cosa, hasta que no se tuviera la certeza que podría pegar.” El director presidente al que el vicepresidente no llama por su nombre es Salazar Umaña.
En sus primeras respuesta, cuando El Faro le consultó sobre Desarrollos Montecristo, el vicepresidente alegó que José Adán Salazar Umaña (a) Chepe Diablo nunca ha sido vencido en juicio, a pesar del señalamiento expreso del Gobierno estadounidense.