El Ágora / Cultura

“Si Lorena Peña dice que está satisfecha con la Ley de Cultura, estamos bien fregados”

Una pifia. Así califica el escritor y abogado Rafael Mendoza el documento que el pasado 11 de agosto aprobó la Asamblea Legislativa bajo el nombre de Ley de Cultura. En enero 2014, Mendoza levantó la mano del entonces candidato Salvador Sánchez Cerén como muestra del endoso de la comunidad artística e intelectual a su candidatura. Dos años y medio después, le toca asumir lo que en aquel momento dice que le dijeron su esposa y amigos: 'Ay, Rafael, sos pendejo. ¿Por qué hiciste eso?'. 


Lunes, 19 de septiembre de 2016
María Luz Nóchez

En la campaña presidencial 2014, la comunidad artística decidió dar un nuevo voto de confianza al FMLN, que prometió por segunda vez, y con mayor vehemencia, reivindicar sus condiciones como trabajadores del arte y la cultura. Los artistas idealizaron en Salvador Sánchez Cerén el capitán que los llevaría, por fin, a la tierra prometida. El barco, sin embargo, naufragó con la aprobación de la Ley de Cultura que nacerá sin Ministerio ni otras cuatro significativas promesas de campaña hechas por el ahora presidente, como la incorporación de los artistas a un sistema previsional con acceso a salud y pensiones.

Escritor y abogado Rafael Mendoza. Foto: Fred Ramos
Escritor y abogado Rafael Mendoza. Foto: Fred Ramos

Que se creara un Ministerio de Cultura y el ente cultural saliera de 'la gaveta de la presidencia', como la llama el escritor, pretendía que la política cultural dejara de utilizarse como un adorno o acompañamiento de eventos presidenciales.'¿Cómo me puedo sentir yo, después de levantarle la mano al tipo, que venga con una vulgaridad como esa? Nooo. Es una falta de respeto para la cultura en general y para la gente que ha trabajado por el arte y que confió en ellos', dice Mendoza.

Mendoza fue el redactor del manifiesto que firmaron más de 300 artistas en señal de adhesión al proyecto cultural del FMLN. 'A mí me lo habían dicho y yo no lo quería creer del todo, porque uno sigue creyendo en la gente, y yo creía que Lorena (Peña) tenía agallas para poder pelear los votos', dice, en alusión al tímido papel y a las excusas que dio el FMLN en la Asamblea Legislativa. Después de leer el documento que se aprobó con 73 votos, sin embargo, no entiende cómo el partido se siente satisfecho con lo aprobado. En esta entrevista, el escritor ahonda en los aspectos más reprochables de la Ley. Después de esto, asegura, si el partido volviera a pedir su apoyo, se limitaría a redactar una carta con todos los desaciertos por los que no lo haría.

La noche en que la comunidad de artistas endosó a la fórmula presidencial, el entonces candidato a la presidencia, Salvador Sánchez Cerén dijo: 'Ustedes serán el centro de las políticas, tenemos muchos retos por cumplir con todos ustedes, pero eso solo es posible en la medida en que el cambio no se detenga. A partir de junio, trabajaremos por impulsar y desarrollar la Ley de cultura...'. Hoy que se ha aprobado la ley de cultura, ¿cómo ve esta promesa: se cumplió a medias, se incumplió por completo o cree que va por buen camino?
Considero que no se ha cumplido, porque, en primer lugar, el despojar a la presidencia de la Secretaría de cultura buscaba en el ministerio la posibilidad de que eso se convirtiera también en una instancia que tuviera mayor capacidad y que fuera más razonable que las cosas estuvieran en manos de una cartera de Estado, que siempre depende del ejecutivo, pero tiene cierta autonomía, que en este momento no se tiene. Fue una promesa de marinero y ni siquiera hay atisbos de que pudiera lograrse algo con este dictamen (Ley de Cultura). Lo he examinado detenidamente y hay cosas que a mí me parece que no son compatibles con ese esfuerzo, con esa promesa y con las esperanzas que se tenían puestas para que esto caminara.

En el gobierno de Mauricio Funes, Usted cuestionó la gestión Granadino y decía que no era un gobierno precisamente del Frente, y que esperaba que a partir del gane de la fórmula presidencial Cerén-Ortiz las cosas cambiaran. Partamos de Ramón Rivas, 2014, a lo que tenemos ahorita con Silvia Elena Regalado, que empezó su gestión este año. ¿Cambió algo?
Fíjate cuándo entró Sánchez Cerén y cuándo se viene a dar por favorable este dictamen. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Qué hizo, mientras tanto, la Secretaría de cultura del Frente para que esto caminara desde el comienzo de la gestión? Nosotros, además de las comparecencias que tuvimos con la Secretaría de cultura, por iniciativa de Eric Doradea, tuvimos una comparecencia de escritores en casa presidencial, un sábado, en donde estuvo Ramón Rivas, Sánchez Cerén, Marcos (Rodríguez), y ahí me tocó a mí de nuevo expresar las inquietudes principales que teníamos los artistas, y yo di incluso algunas sugerencias de lo que se podía empezar a hacer. Y fue Marcos el que se paró a decir que había que pensar que no todo era pedir, sino también dar. Y yo le dije: 'Bueno, nosotros estamos dispuestos a acompañarles a ustedes en lo que nos pidan, como lo hemos hecho hasta ahora. Si nos piden ir a dar un recital y si nos piden colaborar en lo otro lo hemos hecho toda la vida, estamos dispuestos a seguir haciéndolo. Pero ya es tiempo de que también ustedes piensen en nosotros'. Y me acuerdo de eso, porque no solamente fueron las reuniones con la Secretaría, sino que se le dijo en el oído a Sánchez Cerén -ese sábado por la mañana- lo que los escritores pensábamos que debía de ser el apoyo. Y no era dinero lo que se estaba pidiendo, sino ideas, ideas constructivas. Entonces, al ver esto (la Ley aprobada) me doy cuenta de que las cosas siguen igual.

¿La ley aprobada recoge las necesidades vitales de los artistas?
Comencemos por esto: cuando se habla de que el Foncca (Fondo Nacional Concursable para la Cultura y las Artes) va a tener un consejo directivo integrado por 'un representante de la institución del Estado que vele por la cultura del país', no sabemos qué institución. La Secretaría ya no va a poder ser, porque la Secretaría es de la presidencia. Además, todos los ministros van a ser los del Foncca, ¿dónde está la representación de los diferentes grupos de artistas: escritores, música, danza, teatro, otros, aquí?; ¿dónde está en algo tan importante como esto? El presidente del consejo va a ser uno de estos ministros, pero la institución que vele por la cultura, ¿qué organización va a tener? En la presentación que hacen del estudio, mencionan al menos cuatro gremios: Sindicato general de música, compositores e intérpretes, Asociación de grupos y orquestas, y Ascine. Está muy bien que fueran solo esos, pero también está el foro de escritores, del cual era presidente Roberto Cea; está la asociación Alkimia, que es la única que tiene más de diez años de estar presentando recitales sostenidamente... Entonces, de todos estos, ¿dónde se han nombrado representantes para que formen parte de esas instancias que son las que van a controlar la cultura?

Cuya función va a ser adjudicar fondos para ejecutar proyectos...
Exactamente. ¿Entonces, hay respeto al artista? Luego, la Política Nacional de Cultura, ¿quiénes la van a hacer, los ministros esos?

Se supone que existe. La dejaron lista para la nueva administración Alejo Campos y el consultor cubano Lázaro Rodríguez. Cuando Ramón Rivas llegó al puesto dijo que no la iba a tomar en cuenta, pese a que se había hecho como parte de un convenio de cooperación con la Aecid.
Hubo mesas de trabajo durante casi cinco años, en las que participamos muchos, y ahí se recogió una cantidad de insumos que tienen que haber servido para hacer una propuesta mucho mejor estructurada. Fíjate, aquí hay cosas como esta, cuando dice que el Estado 'podrá' crear incentivos. Debería de decir el Estado creará incentivos. Otra: los gobiernos locales podrán celebrar los juegos florales. Si les van a dar fondos y todo, debería decir 'celebrarán', debe ser mandatorio lo potestativo. Si no, como la ley dice que podrán... El presidente del Foncca para mí deberá ser el que escojan sus pares, no debería de ir ya determinado. Hay una cosa que me molestó de lo de la radio (apoyo a la música nacional a través de las estaciones de radio), porque la gente se estaba jactando... No van a tener nada. Dice podrán, entonces la radio si quiere lo hacen, de lo contrario no.

El día de la votación en el pleno, el diputado arenero Ricardo Velásquez Parker propuso que se cambiara a 'deberán' incluir música nacional en el 25 % de su programación. La propuesta solo alcanzó 23 votos. La diputada Lorena Peña dijo que era complicado poner un porcentaje.
¿Quiénes traicionaron entonces el sentir de los artistas? La gente del Frente. A mí me lo habían dicho y yo no lo quería creer del todo, porque uno sigue creyendo en la gente, y yo creía que Lorena tenía agallas para poder pelear los votos. Pero algo está pasando ahí, promesas de otras cosas a cambio, no sé... El dictamen de ley es favorable, pero eso no se convierte en Ley de la noche a la mañana. De aquí pueden pasar seis meses más.

Se supone que ya solo falta que la sancione el presidente para que se publique en el diario oficial. Ya los diputados la aprobaron.

Qué lástima. Yo cambiaría, por ejemplo, ¿por qué tiene que ser el presidente el que proponga el reglamento? El reglamento es más yuca que la Ley.

¿No es porque así se ha hecho siempre? Los diputados se excusaron de crear el ministerio por Ley, de hecho, argumentando que esa era una atribución del ejecutivo.
Ese es uno de los aspectos que no considero adecuados, porque es una comisión jurídica la que tiene que establecer, con base en la Ley, cómo va a ser el reglamento. Ahora, el presidente lo que puede hacer es sancionar o aprobar el reglamento después de que una comisión lo haga. Pero entonces si el presidente dice 'a mí me toca, se lo doy a fulano'. Y no es así, pues tendría que haber estado representantes de las artes en todo ese trabajo.

¿Encuentra algún punto realmente reivindicativo en el documento?
La parte melcocha de la educación, que tienen también que fomentar las artes, y lo del Instituto. Ojalá sea realmente positivo, que no sea solamente cambiar el Cenar de nombre y que se llame instituto. Va a desalojar un poco las universidades de estudiantes que buscan solo las profesiones que existen, y aquí podría haber incluso un máster o un doctorado en música, que no ha existido nunca. Eso me parece bien. Podría incluso convertirse en una institución a nivel centroamericana, como el famoso Catalina de Costa Rica u otros que están en el área. Me parece que es la parte más valiosa de esto. Las demás cosas, como te digo, en ausencia de representantes de las artes dentro de ellos... Es bien rara la estructura. Yo no soy un gran abogado, pero de estructura administrativa entiendo un poquito. La Ley habla de la institución del Estado que va a velar por la cultura, compuesta por una unidad especial, el Observatorio Nacional de cultura, que es una unidad de la institución, llámese como se llame. Pero además el Foncca está adscrito a esa misma institución y es una institución en sí. ¿Cómo una institución está adscrita a otra? Administrativamente suena un poco raro. La Secretaría de Cultura no puede ser porque es de la presidencia y esta Ley no es para la presidencia, es para el país, para la nación.

Escritor y abogado Rafael Mendoza. Foto: Fred Ramos
Escritor y abogado Rafael Mendoza. Foto: Fred Ramos


¿Y entonces?
Es lo que me pregunto yo, ¿qué ente es, por qué lo han dejado así? Por qué no han dicho: 'La secretaría de cultura se convertirá en el ente, pero no de la presidencia'. O sea, quieren mantenerla y hacer sus jueguitos de arte ellos. ¿Cómo es posible que el Foncca, la institución que está adscrita tenga una estructura mejor señalada aquí que la de ese 'ente'? ¿Qué se pretende con esa indefinición?

Los diputados defienden esa indefinición de 'ente' en caso de que más adelante la Secretaría se convierta en ministerio.
No puede ser, porque la Ley es la ley. Si la Ley va a quedar indefinida para que después, si se puede, se haga un ministerio... ¡No puede ser así! Esa estructura indefinida, antojadiza, casi precipitada, no me da a mí augurios de que se haya realmente pensado en que las cosas vayan a mejorar. 'El ente que velará por la cultura del país', como no quisieron poner ministerio, lo han dejado indeciso, no puede ser la Secretaría de cultura de la presidencia, señores, porque la cultura no es del presidente.

Sin embargo, así ha funcionado desde 2009. Antes estaba adscrita al ministerio de Educación...
Por eso, pero como estabamos esperando que llegaran las naves de Asia con esta Ley para que la aprobaran, estábamos a la expectativa y ya ves...ese es el asunto. Lo que hay que hacer es la bulla para que esta cuestión se organice de una mejor manera. Yo les diría: 'señores, cómo es posible que se organice una institución que va a ver los fondos para el arte y que no exista ninguna representación de artistas. Debería de haber al menos un representante de cada gremio: de las artes plásticas, la literatura, el teatro, en fin... Ahí está Jorgelina Cerritos, Rafael Lara-Martínez, a Ramón creo que ya no lo van a tomar en cuenta, porque la cama que le tendieron sí que fue buena. Pero gente como ellos podrían estar integrando ya no un consejo como el de antes, sino el consejo directivo del Foncca.

El día de la aprobación lograron meter a dos representantes dentro de esa lista. Pero hasta ahí, el resto son los ministros.
El ministro de agricultura, ¡qué chi...carajos va a estar haciendo en un consejo de esos!, ¿dime? Si no se trata de la cultura del ministerio. Te puedo aceptar Medio ambiente. Porque, fíjate, todos los balnearios que existen en el país y que han sido fuente de turismo interno durante tantos años, desde los años 50, los creó y dirigió su construcción un gran poeta salvadoreño: Raúl Contreras. Él hizo El rincón de los poetas ahí en Los chorros, y en los Planes de Renderos con las esculturas aquellas. Si alguien pudiera tener un poquito de incidencia en eso, además del de Educación, que tiene que estar en esto, es el de medio ambiente, porque así como ese señor Raúl Contreras se preocupó por dotar esos sitios de cuestiones que tuvieran representación artística, el de medio ambiente podría combinarse con el de educación y los gremios algún tipo de relación con el arte. Por ejemplo: una concha acústica, que es lo que le hace falta al Parque El espino, y hay espacio para que los conciertos de los domingos, como en otros países, un ensamble de cuerdas o algo que la gente llegue... Es decir, hacen falta cosas que solamente las mentes creativas tal vez pueden sugerir, porque están pensando en eso. Pero un ministro del interior, ¿qué carajos va a estar haciendo en eso? Te acepto el de Hacienda por los fondos, el de planificación, porque en cierta forma el arte también necesita planificadores. Te acepto, pero todo un consejo de ministros solo porque sí, ¡no'mbre! Eso te da la pauta de que esto ha sido pensado en una forma de patriarcado oficial.

¿Diría entonces que a esta Ley le han cortado las alas creativas?
Por supuesto. Ese es un borrador oficial, y quiénes son los tipos qué firman esto...

Los diputados de la Comisión de cultura y educación, entre ellos los del FMLN. 
Esto es una ley histérica, ja, ja, ja... ¿Tú ves el Eje 9 ahí? Y era el principal compendio de insumos por el que todos los artistas esperaban que se aprobara la Ley. Mejor que hablemos de otra cosa... de fútbol, si quieren. Los escritores no somos los que más perdemos con esto, porque aunque nos hace falta que nos publiquen, los que más pierden con esto son los músicos y los pintores. ¿A qué músico que haya creado una buena obra le publican sus partituras? Aquí no ha habido tablas de salvación para algunas expresiones artísticas. Ese fondo debería convertirse como en una despensa. Aquí podrían generarse muchas cosas con esto del arte, si los artistas de teatro para promover el teatro popular en los parques de todos los lugares de El Salvador se inventaran algún tipo de entarimado, tramoyas y de cosas que fueron prácticas, se podrían crear pequeñas industrias que vayan suministrando ese tipo de cosas y serían fuentes de empleo. Solamente en San Salvador puede haber diez conchas acústicas, en donde simultáneamente estén grupos y que, como en otras partes, si el Estado no puede pagarles mucho, que la gente colabore. No es ese el estilo, pero si por lo menos el Estado les dice les prestamos la sala tal y estos materiales para armar su toldo, siquiera ese tipo de ayuda hubiera, fuera algo, pero ¿dónde? Claro, tienen que trabajar con programas y proyectos, pero un grupo de ministros no me van a estar haciendo eso, tiene que ser gente que esté metida en el ajo de las artes.

En esa sesión plenaria, Lorena Peña dijo sentirse satisfecha con la Ley.
Si Lorena dice que está satisfecha con la Ley de Cultura, estamos bien fregados. Que me perdonen pero la Ley de Cultura es una pifia. ¿Se va a lograr el instituto? Esta bien, vamos a ver cómo camina cuando venga el pleito de quién lo va a dirigir. La educación debe ser con transversalidad de arte y no está contemplado aquí. Esta Ley debería de tener por lo menos el triple de páginas, donde se incluyera lo que va hacer Educación.

Lo deja muy a discreción del ministerio de Educación.
Una ley discrecional no es una ley. Es una masa de sugerencias. Pero como dicen los españoles: 'Es lo que hay'.

Usted dice que la ley es una pifia, una lista de buenas intenciones que carece de ideas creativas.
Está carente de creatividad, se perdió la oportunidad de asentar en ella aspectos que realmente convirtieran el quehacer artístico en un oficio, en una profesión respetable. Lo único que ofrece posibilidades de que haya algo positivo es lo del Instituto. Ojalá que quede en manos de gente que sepa hacerlo. Aquí hay gente que puede ser capaz de ser maestros. Luis Melgar Brizuela es uno, Luis Alvarenga, Jorge Ávalos... Que no tienen título de doctor todos, no importa. El doctor German Cáceres, el doctor Lara-Martínez, el mismo David Hernández y Ramón Rivas, se le puede rescatar...

Sin duda hay talento, pero muchos de ellos ya han trabajado con la Secretaría de Cultura y han terminado renunciando porque, por distintas razones, no tuvieron oportunidad de hacer mucho.
Hay gente que podría servir como catedráticos, y podría traerse gente de afuera.

Claro, hay personas como el doctor Lara-Martínez que dicen que les gustaría regresar, pero nadie le va a pagar lo mismo que él recibe en el Tecnológico de Nuevo México.
Claro, tampoco creás que a estos maestros les van a pagar la gran cosa. Si le quitan algo a los diputados y a los magistrados, tal vez, pero se pueden conseguir fondos. Todo es que haya el propósito de hacer cosas positivas, pero si no existe ni eso. Yo examiné bien la ley y no veo nada de eso.

¿Considera que es una traición al tiempo que dedicaron los artistas? Ya dijo que la palabra timo no aplica...
Yo no quiero utilizar la palabra traición, porque no se le puede pedir a gente que no tiene una mente organizada que cumpla lo que otros prometieron. Porque una cosa son estos, porque de haber sido yo de esa comisión les hubiera dicho: señores, aquí falta esto, qué estamos haciendo.

Pero hay tres diputados en esa comisión que pertenecen al Fmln, que son quienes se comprometieron con ustedes.
Pero de arte quizá no saben nada. Pues no fueron necesariamente ellos. Yo diría que no es traición, sino una falta de respeto a quienes creyeron en la promesa. Y eso dice bastante. Para mí la traición es más grave, más terrible, pero como una promesa no es un compromiso tampoco. A mí no me traicionaron, simplemente, lo que mi esposa y varios me dijeron: 'ay, Rafael, sos pendejo. ¿Por qué hiciste eso?', cuando yo salí con Sánchez Cerén. Yo creía fielmente en lo que estaba haciendo y que en el manifiesto que me habían aceptado y que me habían pedido leer, estaban creyendo en él. No fue traición, pero se aprovecharon, no de mi ingenuidad sino de mi bondad.

¿Aceptaría otra convocatoria?
No. Simplemente emitiría mi parecer de lo que debería ser el trabajo de la cultura. Un poco de lo que te he hablado, que tiene que ver con proyectos más creativos, que tienen que haber programas que desarrollen gente con capacidad para poder desarrollar programas, que entidades como las que están fundando en la ley esté conformadas por gente que esté metida en el ajo del arte y no que vuelvan a hacer una estructura de lo que yo le llamo el patriarcado oficialista: el Estado soy yo, el Estado manda y así son las cosas. El Estado es la cosa pública, es la sociedad. Entonces, si no se piensa en la sociedad desde el Estado, y en la sociedad están todos los gremios artísticos.

Sacar de la gaveta de la presidencia la institución sería otro...
Sacar de la gaveta de la presidencia, de los podridos muebles de la presidencia, la cultura. La cultura no es de la presidencia, es de toda una nación. ¿Por qué la va a manejar la presidencia?

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