El Salvador / Política

El ‘partido de las libertades’ amenaza con una guillotina a sus diputados

Un partido con un discurso a favor de la libertad de pensamiento y de expresión aplica a sus diputados un reglamento interno que riñe con la Constitución de la República y que les obliga a votar de determinada manera, aunque no estén de acuerdo. Arena amenaza a sus diputados con que no podrán inscribirse en la próxima elección si no votan de forma unificada en el pleno.


Sábado, 18 de febrero de 2017
Gabriel Labrador, Jimmy Alvarado y Nelson Rauda

El diputado se escucha disgustado. Ha pedido la palabra para despotricar contra una compañera de la fracción arenera porque, a su juicio, su rebeldía es una ofensa para la dirigencia del partido y la fracción legislativa. El reclamo del diputado ocurre en una sesión de la asamblea departamental conjunta del partido Arena en La Libertad, celebrada el 14 de noviembre de 2016 en la ciudad de Santa Tecla. El diputado molesto es Ricardo Velásquez Parker, y la diputada contra quien abrió un juicio oral es Karla Hernández. Se le acusa de haber actuado según sus principios. Se le acusa de no haber votado, como le había ordenado el partido, por la emisión de títulos valores, conocidos como bonos, por 550 millones de dólares. 

“Eso fue una falta de respeto con el presidente del partido, con el jefe de fracción y con el resto de diputados”, dice Velásquez Parker.

Para aquellas fechas, el recién juramentado presidente de Arena, Mauricio Interiano, había comprometido los votos de su partido para apoyar el plan del gobierno del FMLN para hacer frente una crisis fiscal que huele a impago. La abstinencia de Hernández para validar un acuerdo pactado por el presidente de Arena no fue la única en la noche de la votación, pero como Hernández y Velásquez Parker comparten cuna política en La Libertad, es hacia ella contra quien el diputado dirige su reclamo, aunque en el audio nunca se escucha que aluda a ella directamente. 

Un grupo de dirigentes, alcaldes y militantes asienten cuando Velásquez Parker habla. Karla Hernández, ausente en ese reunión, no puede defenderse. El diputado prosigue y amenaza: “Eso incluso va a tener repercusiones en primarias porque está en el reglamento, yo colaboré en la redacción del reglamento”.

Velásquez Parker se refiere al reglamento interno de la fracción de Arena, aprobado a inicios de la legislatura 2015-2018, y que obliga a todos los diputados a votar distinto a sus convicciones personales si el grupo (y el partido) así lo decide. Un reglamento que, según un grupo de diputados de Arena consultados por El Faro, es inconstitucional. Un reglamento que, se quejan, los convierte en 'borregos'. 

La ira del diputado Velásquez Parker bien pudo haber arrancado cuatro días antes de la reunión en la departamental de La Libertad. A las 11:02 p.m. de la noche del 10 de noviembre, 73 diputados del FMLN, Gana, PCN, PDC —incluyendo 27 de Arena— aprobaron los 550 millones de dólares que pedía el FMLN. Esa noche, la diputada Karla Hernández marcó abstención y lo mismo hicieron dos diputadas más. Una cuarta diputada, Silvia Ostorga, decidió no apretar ningún botón en su consola.

Antes de la votación, Hernández había intentado persuadir a sus colegas de bancada de que no votaran a favor. Ella decía tener una auditoría que mostraba que el gobierno no usaba el dinero de manera eficiente, que no había razones para endeudar más al país. Pero el llamado fue en vano.

Con su abstención, estas cuatro diputadas habían violado el reglamento al que alude Velásquez Parker, que establece que la fracción votará en el pleno lo que la mayoría de sus diputados decida en la reunión de fracción. En este caso, Arena había decidido aprobar los bonos pues ese había sido el resultado de un acuerdo entre el Ejecutivo y todos los partidos, pero cuatro diputadas se salieron del cerco.

Aquellas cuatro abstenciones significaron un descalabro para la imagen y credibilidad de un partido que aún tenía problemas para superar la conflictuada elección interna de autoridades que había dividido el partido en dos bandos. Además, el nuevo presidente, Mauricio Interiano, apenas tenía mes y medio en el cargo, y le convenía una buena dosis de respaldo de su partido y sus diputados para mostrar una institución cohesionada. El acuerdo que el mismo jueves 10 de noviembre Interiano había suscrito por la mañana junto al presidente de la República obligaba a todos los diputados de todos los partidos a votar por los bonos esa misma noche. 

Por eso, cuando la pantalla en el Salón Azul mostró cuatro diputados de Arena se estaban absteniendo, el jefe de los diputados areneros, Alberto Romero, levantó el auricular de su escritorio y llamó a cada una de las que habían votado de manera diferenciada. Minutos después, solo Silvia Ostorga, diputada de Sonsonate, pidió la palabra en el pleno para pedir que su voto a favor fuese incorporado al conteo oficial.

Así como la actuación de Ostorga fue corregida inmediatamente por el jefe de fracción de la bancada, en la reunión en La Libertad, celebrada cuatro días después de la plenaria, es Velásquez Parker el que pide poner en cintura a la otra diputada rebelde.

“Yo necesitaría que tengamos una reunión como [asamblea] departamental y con los diputados para que se analice esto, porque yo no me puedo sentir cómodo si alguien tiene licencia para hacer lo que le da la gana, porque yo no tengo licencia para hacer lo que me da la gana”, dice.

¿Por qué Arena, un partido que se define en sus estatuos como interesado en promover las libertades del individuo, quiere evitar que sus diputados voten distinto? Es una cuestión de imagen, aseguran algunos diputados y dirigentes.

“Si el partido quiere mejorar su aceptación entre la ciudadanía, debe mostrar una imagen de cohesión, y debe saber administrar las diferencias de pensamiento que son normales en cualquier partido”, dice Ernesto Muyshondt, diputado y director de relaciones internacionales del Coena. Juan Valiente, en una entrevista de enero, señalaba la necesidad del partido de evitar “votaciones ambivalentes que le dejan a la población un mensaje agridulce porque no saben realmente cuál es y qué es lo que está detrás de las posiciones de cada uno de los diputados”.

Hay razones adicionales para que el partido esté interesado en acallar a los que piensan distinto. Esas razones son los fantasmas de la división y de la disidencia. Arena, desde 2009, vive traumatizada por el transfuguismo —20 diputados, entre propietarios y suplentes, y un buen número de alcaldes y concejales han abandonado Arena desde entonces—, y ser acusado de traición es el equivalente a perder el apoyo de las bases y estructuras para mantenerse en el cargo. Y en tiempo electoral eso es la muerte política. Arena convocará a elecciones primarias internas el 1° de marzo próximo con el objetivo de elegir a los que competirán para ser alcaldes y diputados entre 2018 y 2022, a nivel nacional.

Mauricio Interiano celebra junto a sus contendientes, el triunfo de las elecciones internas del partido ARENA para elegir al nuevo presidente del COENA, en la sede del partido ARENA, en San Salvador. 28092016/ Foto El Faro: Víctor Peña
Mauricio Interiano celebra junto a sus contendientes, el triunfo de las elecciones internas del partido ARENA para elegir al nuevo presidente del COENA, en la sede del partido ARENA, en San Salvador. 28092016/ Foto El Faro: Víctor Peña

Consultado a tres meses de aquella reunión en Santa Tecla, Velásquez Parker asegura que más que la independencia de criterio, importa más la cohesión: “No es una imagen lo que estamos buscando. Me preocupa la institucionalidad. Intentamos mantener cohesionada la pureza ideológica de principios y objetivos del partido. Si alguien se sale de ese marco ideológico entonces no debería estar en Arena”.

Diputados a la guillotina

El viernes 13 de enero, en uno de los pisos superiores del Hotel Terraza, en la colonia Escalón de la capital, los diputados y la dirigencia del Coena se encerraron para discutir, según la convocatoria a dicha reunión, una planificación política y la estrategia de comunicación del partido.

La reunión fue por la mañana y alcanzó las cuatro horas, pero en lugar de planificar estratégicamente cuál sería su rol como oposición, los diputados aprovecharon el tiempo para reclamar a Alejandrina Castro, Karla Hernández y Patricia Valdivieso, las tres diputadas que marcaron ‘abstención’ en la votación de los 550 millones de dólares, dos meses antes, en noviembre.

El Faro habló con seis diputados que estuvieron presentes esa mañana. Tres de ellos confirmaron que buena parte del tiempo, la reunión consistió en criticar a las tres legisladoras, criticar que habían incumplido el acuerdo del partido y de la fracción de que todos los diputados debían de votar todos igual. “Ahí está la puerta”, les mencionó una diputada. Otro diputado les recriminó que no haber votado a favor de los 550 millones respondía a una estrategía de “grupos de poder y grupos de interés” de afectar a la presidencia del partido.

Quienes pidieron la palabra para reclamar fueron, entre otros, Carmen Elena Calderón Sol, Carlos Reyes y Edgar Escolán Batarsé, aunque también hubo otros diputados como Norman Quijano, quien pidió comprensión para ellas debido a que el tiempo había demostrado que las razones por las cuales no apoyaron la emisión de 550 millones de dólares en bonos eran válidas. Valdivieso y Hernández dijeron a El Faro que no darían comentarios al respecto.

Tras cuatro horas de reunión, Mauricio Interiano habló con las tres diputadas que habían sido el centro de ataques durante la jornada. Durante 20 minutos, Interiano y las legisladoras debatieron en torno a un concepto: lealtad. “Va a haber ocasiones en las que necesitaré que todos los diputados voten juntos, ¿cuento con ustedes?”, preguntó Interiano. Una de las diputadas señaló que no haber votado por los 550 millones respondió a un criterio técnico, alejado de si había o no lealtad.

—Necesito sus votos -insistió Interiano.

—¿Lo que querés son borregos? -replicó otra de las diputadas.

Palabras más, palabras menos, aquella reunión terminó como comenzó. Interiano, por un lado, pidiendo lealtad; y por otro, alguna de las diputadas exigiendo que se les respetara su libertad de pensamiento. El Faro pidió una versión de lo acaecido en esta reunión del Hotel Terraza al presidente Interiano, pero este se excusó de tener una agenda apretada y dijo no poder atender, por el momento, la solicitud de este periódico.

Consultado sobre esa reunión, el diputado Donato Vaquerano dice:

—De lo que se habló es de aplicar el reglamento interno, y es público y lo podés ver.

—¿Puede llegarse a ese escenario de que alguien que incumpla se le prohiba inscribirse para reelegirse como diputado?

—Nosotros hemos hablado de la aplicación del reglamento interno de la fracción; ahí están sanciones y todo.

—Y alguien que no acate va a...

—¡El reglamento interno, el reglamento interno!

—¿Va a poder competir alguien que incumpla?

—Todo lo que está en el reglamento interno es lo que nos va a regir a nosotros.

El reglamento interno de la fracción de Arena establece, de entre varios temas administrativos y logísticos, la posibilidad de abrir procesos sancionatorios para los diputados que cometan faltas disciplinarias, como aquel que pedía el diputado Velásquez Parker. En el reglamento hay faltas leves, graves y muy graves. “Los diputados del grupo parlamentario están obligados a cumplir a cabalidad las tareas exigidas por la condición parlamentaria que ostenta o derivadas de dicha actividad”, reza el artículo 24 del reglamento de la fracción.

Según el reglamento, en su artículo 29, hay un equipo de coordinación que llevará un registro de todas las infracciones que un diputado cometa. Y esa información también estará disponible para la cúpula del partido. “El partido Alianza Republicana Nacionalista, por medio del Concejo Ejecutivo Nacional, tendrá acceso a la documentación disciplinaria obrante en el archivo referido anteriormente para la evaluación anual del trabajo de cada diputado y para los demás usos que considere pertinente”.

En el caso de los diputados que busquen la reelección en el cargo, esta información será crucial para que el Coena decida si ameritan competir en las internas que se celebrarán en julio próximo. “El resultados de las internas debe tomarse en cuenta pero el Coena debe aplicar los filtros finales”, explica el diputado Muyshondt.

Para dos diputados que han sido objeto de críticas y “regaños” de sus compañeros por haber votado distinto a como habían acordado en la fracción, que existan este tipo de requisitos van en la línea con que el partido quiere que el próximo grupo parlamentario 2018-2022 sea sumiso a la “línea de la dirigencia”. “Va a quedar evidenciado que es una fracción de borregos si no sigo me dejan competir”, dice este legislador, quien pidió el anonimato porque considera que los reclamos por votar diferenciado ya se han reducido respecto a meses anteriores.

A Muyshondt se le preguntó si consideraba que ante estas disposiciones, los diputados podían sentirse en libertad para opinar sobre ciertos temas, en público, según sus convicciones y no según la conveniencia del partido:

—Creo que sí… siempre y cuando se haga utilizando las instancias internas.

—¿Pero dónde queda la libertad de pensamiento y expresión hacia afuera?

—Si me he sometido a un partido, aunque no comparta plenamente lo que se ha acordado, mi deber es apoyarlo porque esa es la decisión de la mayoría.

Los dardos y las críticas de los areneros hacia los diputados que votan de manera diferenciada han sido una constante en esta legislatura. Por ejemplo, cuando Johnny Wright, otro diputado de Arena, fue el único que se abstuvo de votar a favor del fiscal general Douglas Meléndez, en enero de 2016, porque, según dijo, el proceso de selección había sido irregular. En aquella ocasión, durante una reunión en la sede central del partido en la colonia Flor Blanca, en San Salvador, hubo legisladores que le exigieron que se retractara de su postura y que pidiera una disculpa pública. Unos meses antes, Wright había insinuado que algunos de sus compañeros tenían intereses oscuros al promover la reelección del entonces fiscal Luis Martínez .

Otro diputado que ha tenido discusiones internas con colegas de su partido ha sido Juan Valiente; por ejemplo, cuando este pidió, utilizando la Ley de Acceso a la Información Pública, una lista completa de los empleados de la Asamblea Legislativa. “Hubo compañeros que me dijeron que no debería pedir esa información”, dijo a El Faro. Este periódico también supo, por boca de otros diputados, que a Valiente también le hicieron reclamos por una entrevista que concedió a El Faro a principios de año en la cual señalaba que al partido era incoherente por proponer un discurso de austeridad, pero no acompañarlo con acciones concretas.

En los últimos días, la cúpula del partido también ha intentado controlar las expresiones de algunos de sus sectores. El viernes 10 de febrero, a las 10 de la mañana, el Coena recibió en su sede a la Juventud Republicana Nacionalista (JRN), juramentada en diciembre de 2016. La reunión sirvió, según explicaron dos miembros de la juventud que hablaron con este periódico bajo condición de mantener el anonimato, por no estar autorizados para ejercer vocería institucional, para que las diferentes direcciones y coordinaciones de la juventud expusieran su plan de trabajo.

En esa reunión, Sherman Calvo, el director de comunicaciones del Coena , informó a los jóvenes que “cuando vayan a decir algo a nombre del partido, tiene que haber un filtro que es el Coena”, según recordó una persona que estuvo en la reunión. El regaño de Calvo tenía un trasfondo: el 13 de enero, la JRN publicó un video en ocasión de la conmemoración de los Acuerdos de Paz. Ese video causó molestia en la cúpula porque fue publicado en la página de la JRN sin que antes alguien del Coena lo pudiera ver, con un mensaje distinto de la línea institucional.

Por eso, en la reunión del 10 de febrero, Calvo pidió una reunión con Andy Failer, un miembro del equipo de Johnny Wright Sol que es director de comunicaciones de la juventud arenera. El Faro buscó a Failer para una versión de lo ocurrido pero este prometió una entrevista para la siguiente semana.

Paolo Lüers, columnista de El Diario de Hoy, reveló en un artículo el episodio de Calvo en el que pedía ser el filtro de las publicaciones de la JRN. Al día siguiente, en una columna publicada por La Prensa Gráfica, Calvo admitió que en la reunión hablaron del uso de redes sociales pero matizó el tema de la censura previa. “Siendo figuras públicas, deben respetar los estatutos, principios de ARENA y la Constitución de la República sobre todas las cosas”, dijo Calvo en su escrito.

Las reacciones en Arena no se hicieron esperar. En Twitter, Johnny Wright compartió la nota de Lüers con una sorna respecto a la campaña de comunicaciones del partido: “Y eso que solo están dando el primer paso”. Velásquez Parker, quien desde el episodio en la reunión de la departamental parece haberse envalentonado, respondió a Wright con una imagen en la que se leía la frase 'divide et impera' (divide y vencerás). Alejado de este enfrentamiento, el diputado Muyshondt compartió la columna de Calvo con un mensaje enigmático: “Cuidado con mentiras seductoras que conducen al fracaso”.

Hay voces en el partido que consideran que ha habido un avance en la manera en cómo el partido administra las diferencias. “Cuando el diputado Wright votó en abstención en el caso del fiscal Douglas Meléndez, las declaraciones que dieron algunos diputados de Arena fueron incendiarias. La semana pasada votó en contra de la prórroga de las medidas extraordinarias y las reacciones son de mucha cordialidad, normalidad. Creo que hay un proceso de maduración del partido en un partido genuinamente liberal y democrático”, dice el diputado Juan Valiente.

Muyshondt cree que no hay un partido de borregos porque como diputados tienen reuniones donde pueden expresarse libremente y discutir la diferencia en sus posturas. 'Los espacios internos para que los miembros del partido discutan sus diferencias sí existen', dice, y añade que eso vuelve innecesario que alguien exprese críticas públicamente hacia otro arenero.

Desde el anonimato, sin embargo, otros diputados hablan de una prohibición expresada en un reglamento que riñe con la Constitución.

Un reglamento que obliga lealtad

El reglamento de la fracción de Arena establece que los temas se discuten en privado en las reuniones del partido y en esas discusiones se decide por mayoría cómo se va a votar en el pleno. Esta norma interna ha generado conflictos, porque algunos diputados consideran que hay escenarios en los que no pueden estar de acuerdo con la votación que se decide al interior del partido y porque consideran que votar por algo en lo que no creen -aunque exista un reglamento en el partido- viola el artículo 125 de la Constitución, que establece que no debe haber un mandato imperativo que haga a diputados votar en contra de su voluntad.

Dos diputados de Arena que hablaron con El Faro bajo condición de anonimato, porque temen que no les dejen competir en las próximas elecciones, aseguraron que el artículo del reglamento interno que los obliga a aceptar el criterio de la mayoría de sus compañeros a la hora de votar puede considerarse inconstitucional, porque vulnera preceptos como que los diputados se deben al pueblo salvadoreño y no a un partido político.

En público, algunos diputados manifiestan que a los diputados de Arena deben permitirles votar a conciencia. Los diputados Orlando Cabrera y Jorge Escobar citan la Constitución y dicen que no debe existir ningún mandato imperativo que los obligue a votar por iniciativas de ley en las que no creen, pero confirman que las reuniones de fracción sí tienen su peso a la hora de decidir el voto.

“El partido no le exige a nadie que vote o que no vote, pero por eso vamos a reuniones, vemos un tema y lo estudiamos. Si alguien no quiere votar, no pasa nada”, dice Escobar. Al ser consultado sobre la calidad de democracia interna que hay en Arena, Candray dice que Arena tolera el disenso y respalda la opinión de Escobar de que los diputados no deben someterse al imperativo de nadie. “Pensar que los diputados deben votar como robots es tener una mentalidad dictatorial. Una vez un diputado es elegido no se debe a ningún partido político, se debe al pueblo salvadoreño y es dictatorial hacer a un diputado que vote porque una cúpula se le ocurre que vote de tal manera”.

Carlos Reyes dice que en Arena hay democracia interna, pero lo reduce a un objeto tangible: el reglamento interno del partido, el mismo con el que Velásquez Parker promueve que no haya disenso. “Lo importante es que en Arena se practica la democracia y se permite que pueda haber discusiones, pero al final se le dice a la gente: mire nuestro reglamento dice que las decisiones se toman por mayoría. Ese es el reglamento interno que hemos aprobado: esa es la democracia”.

El diputado Velásquez Parker, en cambio, es de la idea de que todos los diputados deben honrar en el pleno de la Asamblea Legislativa su juramento con el partido Arena. “Debemos mantener una democracia de libre debate al interior de la fracción, pero una vez la mayoría toma decisiones, vamos a respetar la voluntad de la mayoría”. Dice que quienes no se acoplan a este tipo de directrices son diputados 'libertinos' con intereses mezquinos.

—¿No considera que el reglamento de Arena riñe con el artículo 125 de la Constitución? -preguntó El Faro al diputado Velásquez Parker.

—No se está violando el artículo 125 de la Constitución porque parte del requisito sine qua non es que estamos en una democracia representativa y al estar en una democracia representativa, ¿qué represento yo después de representar a todos los salvadoreños? A Arena.

Desde 2015, con la aprobación de su reglamento, los diputados de Arena deciden si respaldarán un dictamen o no mediante una votación interna en el grupo parlamentario. La postura que obtenga el respaldo de la mayoría de diputados, es la que debe ser respaldada por todos en la sesión plenaria. 'Si me he sometido a las reglas de un partido, aunque no esté de acuerdo con la decisión que se haya tomado, debo apoyarla. Lo importante es enviar un mensaje de cohesión', dice Muyshondt.

Este dirigente hace una salvedad para los temas donde puede invocarse el 'voto de conciencia'. El reglamento lo define así: 'Se entenderá por voto de conciencia la decisión que adopte el diputado de votar a favor, en contra o abstención que tenga por objeto aceptar o rechazar una medida adoptada por la mayoría, fundamentada en los valores y principios personales tales como los de orden espiritual, religioso o moral'. El aborto, la pena de muerte, el matrimonio entre personas del mismo sexo, son temas que caben en esta categoría, según los areneros.

Aunque para diputados como Velásquez Parker, los votos de conciencia en un partido como Arena no deberían de existir pues todos sus miembros deberían compartir el mismo marco de referencia.'La gente que votó por mí en el entendido de que iba a defender lo que Arena defiende. Si yo no lo hago, mi votante a lo mejor hubiera pensado votar por otra persona', dice.

Velásquez Parker forma parte del grupo de diputados jóvenes que se incorporó a la presente legislatura y que junto a grupos conservadores ha abrazado causas como reformar el Código Penal para imponer penas de 30 a 50 años contra las mujeres que aborten y la reforma constitucional para que quede plasmado de forma literal en la Constitución que el matrimonio sólo puede darse entre un hombre y una mujer así nacidos. Aunque dice promover el debate dentro de la fracción, el diputado dice que en el partido solo hay cabida para personas que comparten los principios y objetivos del partido Arena.

Si en la cúpula del partido el presidente de Arena, el Coena y el jefe de la bancada piden cohesión, lealtad, una imagen de unidad, en la llanura este llamado es interpretado por diputados como Velásquez Parker como una cruzada, amparada en un reglamento cuestionado, contra los diputados infieles.

“No somos un partido de macho sin dueño”, dice. “Intentamos mantener cohesionada la pureza ideológica de principios y objetivos del partido. Nadie debería salirse de esos principios y objetivos y si alguien se sale de ese marco ideológico entonces no debería estar en Arena. Hay otros partidos que podrían acogerlos”.

Cuando se le pregunta qué opina sobre aquellos diputados que retan al partido para que este se abra en temas espinozos, él también abre las puertas para que se vayan. 'Si una minoría tiene pretensiones diferentes a lo que aspira, cree, busca, demuestra y defiende el cristianismo y la gloriosa fuerza armada, que haga su partido y vea cómo le va, pero en mi partido estamos intentando coincidir con la pretensión de estas instituciones', dice.

No votar de forma unificada en la Asamblea Legislativa significa para el diputado que hay un intento directo y sistemático por debilitar la cohesión del partido y por debilitar su ideología . “Cualquier voz que me venga a persuadir a votar diferente tiene interés en debilitar a mi partido, en debilitar mi futuro político, más que en hacerme un favor al decirme haga usted lo que le dé gana”.

El Faro habló en dos momentos con el diputado Velásquez Parker. La primera vez fue el 16 de febrero, y en esa entrevista negó que haya pedido un proceso disciplinario contra Karla Hernández. “Es falso. Jamás he promovido un proceso disciplinario en el partido”, dijo. Un día después se le contactó vía telefónica, a través de un asistente, para mostrarle el audio en el se le escucha quejarse de compañeros de fracción. Diversas fuentes consultadas en Arena aseguran que Velásquez, en ese audio, se refería a Karla Hernández. Parker matizó entonces sus palabras de la primera entrevista: “El contexto (del audio) es un llamado a la institucionalidad basado en los principios, valores y objetivos del partido”, mandó a decir a través de su asistente.

La rebelión continúa

El 9 de febrero, 77 diputados aprobaron extender las medidas extraordinarias para combatir a las pandillas -que vencían el 31 de marzo de 2017- por un año más hasta el 31 de marzo de 2018. Arena expresó que no estaba demostrado que los logros que presumía el gobierno del FMLN en materia de seguridad tuvieran relación con las medidas extraordinarias, criticó la poca fiscalización y la poca transparencia en el uso de los fondos y acusó al gobierno de usar las medidas para hacer campaña de cara a las próximas elecciones legislativas y municipales.

A pesar de todos estos argumentos en contra, todos los diputados de Arena dieron sus votos para prolongar las medidas extraordinarias. Todos, a excepción de Johnny Wright. “Yo no acompañé la decisión de la fracción de acompañar las medidas extraordinarias. Debo reconocer que, al votar contrario al partido, violé las reglas de la fracción”, dijo.

Wright restó credibilidad a las medidas extraordinarias, a las que calificó como campaña llena de pura retórica al igual que lo fueron el Plan Mano Dura y el Plan Súper Mano Dura durante los gobiernos de Francisco Flores y de Antonio Saca: “Esto es pura retórica y tiene que parar”.

—¿Hubo alguna advertencia de la fracción para los diputados que votaran de forma diferenciada?-preguntó El Faro.

—La fracción está tan unida como siempre ha estado, aunque haya diferencias de opinión. Tendré que asumir las consecuencias de mis acciones, pero considero que vamos a seguir trabajando de la mano.

—¿Teme acciones disciplinarias?

—Son asuntos internos del partido. No puedo anticiparme a algo que no sé cómo se va a desarrollar. Yo lo que quiero es que mi planteamiento quede claro. Creo tener la razón, pero no me creo dueño de la verdad. Hay que argumentar lo que uno cree y apostarle a lo que uno cree.

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