En sus últimos 151 días de gestión, la presidencia de Alfredo Cristiani (1989-1994) utilizó 5 millones 539 mil 537 dólares con 41 centavos de la partida de gastos reservados, con lo cual se convierte en la séptima administración a la que se le confirma el uso de la billetera secreta de Casa Presidencial con propósitos y destinos desconocidos. La presidencia Cristiani sacó de esa billetera un promedio de 36 mil 685 dólares diarios al final de su gestión.
La confirmación del uso que le dio a la partida secreta la primera presidencia conquistada por Arena está en un informe de la Unidad Financiera Institucional (UFI) de la Presidencia de la República. Incorporado al expediente judicial donde se acusa al expresidente Antonio Saca (2004-2009) de malversar 301 millones de dólares, el documento detalla montos sustraídos, cantidad de cheques emitidos y nombres de funcionarios a quienes se les asignó dinero con propósitos desconocidos entre enero y mayo de 1994, los últimos meses de Cristiani en el poder.
Además de Alfredo Cristiani, en esos meses la presidencia también emitió cheques a nombre del vicepresidente Francisco Merino (actual diputado del PCN) y dos funcionarios más del gabinete: el director del Organismo de Inteligencia del Estado, Mauricio Sandoval; y el secretario de Comunicaciones, Ernesto Mauricio Altshul.
El expresidente Cristiani y dos de los receptores han dicho a El Faro que el dinero se utilizó para la negociación de los Acuerdos de Paz, el trabajo del Organismo de Inteligencia del Estado y de la Secretaría de Comunicaciones.
En 1994, según la UFI, la Presidencia tuvo 86 millones 219 mil 720 colones (9.86 millones de dólares, según el cambio de la época) de gastos reservados. Ahora se sabe que el 58 % de esos fondos lo ocupó la administración Cristiani. El 42 % restante fueron desembolsados a partir del 1 de junio de 1994, bajo la administración de Armando Calderón Sol (4 millones 336 mil 793 dólares con 49 centavos). Un informe de la Presidencia de Sánchez Cerén, de febrero de 2017 , ya había revelado el monto total de gastos secretos de 1994, pero no había detallado lo que le correspondía a la gestión saliente y entrante.
A largo de los 12 meses de 1994, el área financiera de Casa Presidencial emitió 106 cheques con montos que van desde los 50 mil colones hasta los 3 millones de colones, es decir, entre los 5 mil 700 dólares y los 343 mil dólares.
Hasta ahora, gracias a peticiones de acceso a la información, la Presidencia había revelado el uso de gastos secretos en seis administraciones: desde Calderón Sol, el segundo presidente de Arena (1994-1999) hasta Salvador Sánchez Cerén, el segundo presidente del FMLN (en sus primeros dos años de gobierno: de 2014 a 2016). En una práctica que no respetó ideologías ni colores, junto a Francisco Flores (1999-2004), Antonio Saca (2004-2009) y Mauricio Funes (2009-2014), estos cinco expresidentes utilizaron, en conjunto, 956 millones de dólares de manera discrecional a lo largo de 23 años.
Antes de este informe, la Presidencia había dicho que era imposible determinar si la administración de Cristiani había utilizado fondos públicos para gastos secretos. ¿La razón? El extravío de la documentación contable de la época. “Los periodos solicitados superan la responsabilidad de resguardo por lo cual no se encontraron los documentos físicamente”, confirma el informe de Capres a la Fiscalía. Los movimientos de los últimos cinco meses de aquella gestión se encontraron, dice el informe, “gracias a la ayuda y autorización del ministerio de Hacienda [que] aperturó el sistema de contabilidad que se usaba en esos años, llamado SICGE (Sistema de contabilidad de los entes)”. Capres dijo que no había encontrado información anterior al 1994 y que haría gestiones para buscar los datos en los servidores de Hacienda.
Empresario agrícola y farmacéutico, Alfredo Cristiani fue el segundo presidente electo en el marco del conflicto armado salvadoreño (1989) y fue el primer candidato que llevó a Arena al poder Ejecutivo, que retuvo en 20 de los últimos 29 años. Cristiani fue el presidente que cerró las negociaciones con la exguerrilla del FMLN para la firma de los Acuerdos de paz en Chapultepec, México, en enero de 1992.
Cristiani confirmó a El Faro a través de una asistente que utilizó gastos reservados durante su gestión y que estos montos fueron destinados “para la negociación de los Acuerdos de Paz”. Según las cuentas de Cristiani, el monto anual “para toda la Presidencia de la República” era de 822 mil 857 dólares con 14 centavos. En las cuentas que la Presidencia envió a la Fiscalía, lo que Cristiani dice que se utilizó en su gestión solo representa tres cuartas partes de lo que salió de Casa Presidencial en los últimos cinco meses de su mandato.
Cristiani: “Era para la negociación de los Acuerdos de Paz”
En 1994, el primer día laboral fue el lunes 3 de enero: ese mismo día, el Ministerio de Hacienda registró que de la cuenta de gastos reservados salieron ocho cheques a nombre de Alfredo Cristiani por un total de 772 mil dólares. Un día más tarde, el 4 de enero, según el Sigce, el presidente recibió 1.19 millones de dólares, divididos en siete nuevos cheques, incluyendo uno de 343 mil 249 dólares.
Alfredo Cristiani recibió directamente el 76.8% de los fondos distribuidos en esos cinco meses, según revela el informe de la UFI, fechado en febrero de 2018. Fueron un total de 35 cheques a su nombre por un valor de 4.25 millones de dólares. Eso significa que de cada mil dólares que su administración destinó para gastos secretos en esos últimos cinco meses, 760 dólares estuvieron bajo su control.
Los últimos cheques de todo su quinquenio los recibió 12 días antes de entregar la banda presidencial: el 18 de mayo, Capres emitió dos cheques a su nombre que sumaban en total 343 mil 249 dólares. En aquellas fechas se afinaba la transición de gobierno para el electo presidente Calderón Sol. Este había ganado las elecciones en una segunda vuelta el 24 de abril; el país convulsionaba por la débil economía heredada de la guerra y por la inestabilidad de algunos grupos afines al FMLN y a los cuerpos paramilitares que desconfiaban del cumplimiento de los Acuerdos de paz. El país, además, descubría el poder de bandas criminales y de secuestradores vinculadas a desmovilizados.
El Faro buscó al expresidente Cristiani el jueves 24 de mayo para preguntarle por el uso de la partida secreta durante su gobierno. El expresidente dijo que no podía conceder una cita por un viaje de emergencia, pero remitió un correo electrónico a través de una asistente. Escribió que, según recordaba, el monto anual para gastos discrecionales era de 822 mil 857 dólares con 14 centavos. Con estos montos quiere decir que, en la versión de Cristiani, su presidencia utilizó 4 millones 114 mil 285 dólares con 70 centavos en gastos secretos. Pero esa es solo su versión, una que difiere con lo que Casa Presidencial informó a la Fiscalía, en su informe de la UFI, en febrero pasado.
En su correo, de fecha viernes 1 de junio, Cristiani envió una lista de rubros en los que se usó el dinero en su gestión, los cuales definió como 'los gastos importantes':
'1. Todo lo concerniente al proceso de negociación; 2. Creación y mantenimiento de la Secretaría de la Familia; 3. Creación y mantenimiento del Batallón Presidencial (cuando llegaron era una unidad de la Guardia Nacional); 4. Gastos ocasionados por los acuerdos de paz como la creación de la OIE; 5. Programas de la Vice-Presidencia; 6. Creación y mantenimiento de la Secretaría de Comunicaciones; 7. Viajes a las reuniones de Presidentes de Centroamérica (Esquipulas 2).'
Eso fue todo. El Faro envió un segundo cuestionario a través de su asistente, el 1 de junio. La respuesta llegó un día después:
−Sobre el monto para gastos discrecionales por año: ¿me puede aclarar si los $822,857.14 por año los recibía directamente él o era el monto por año asignado a toda la Presidencia de la República?
−El monto era para toda la Presidencia de la República.
−¿Me puede precisar si cuando dice 'proceso de negociación' se refiere al proceso de negociación de los Acuerdos de Paz?
−Era para la negociación de los Acuerdos de Paz.
Dos años después de las negociaciones finales y de la misma firma de la paz, en enero de 1994, Hacienda registró que Cristiani recibió 18 cheques por un total de 2 millones 62 mil dólares. Ese mes comenzaba la recta final para las elecciones presidenciales que terminó ganando Arena en segunda vuelta. En febrero, marzo y abril, Cristiani recibió 17 cheques a su nombre por casi 2.2 millones de dólares.
El OIE aparece de nuevo
En la nueva revelación sobre la presidencia de Cristiani, el segundo funcionario que más fondos recibió al final de esa administración fue el primer director del OIE, Mauricio Sandoval Avilés. Publicista de profesión, había trabajado en la campaña presidencial con la que Roberto d’Aubuisson, fundador de Arena, había intentado ganarle, en 1984, al demócratacristiano Napoleón Duarte, quien a la postre fue el gobernante. En junio de 1989, con la llegada de Cristiani, fue nombrado ministro de Cultura y Comunicaciones, la institución que centralizaba la información que expedían los regímenes militares. Pero tres años más tarde, en junio de 1992, se convirtió en el primer director del OIE, una institución que precisamente surgió de las negociaciones entre guerrilla y Gobierno y que quitó al aparato militar las labores de inteligencia, que desde las dictaduras habían sido utilizadas para perseguir y reprimir a los detractores políticos del Estado.
Según el informe de la Presidencia, Sandoval, entonces de 43 años, recibió seis cheques por 943 mil 367 dólares a lo largo de los cinco meses finales del quinquenio Cristiani.
Cuando comenzó la administración de Armando Calderón Sol, en junio de 1994, Sandoval siguió al frente del OIE y continuó recibiendo fondos reservados. Entre junio y agosto recibió cuatro cheques por un total de 570 mil dólares. A partir de septiembre, cambió el método de recepción. Si en la administración Cristiani se habían emitido cheques a nombre de funcionarios, Calderón Sol hizo que los cheques solo salieran a su nombre.
Ahora de 70 años, Sandoval se reserva la información y el detalle del destino de los fondos. El artículo 8 de la Ley del OIE, aprobada en 2001, dice que toda la información que conozca y produzca el organismo serán considerados “clasificados”, y su manejo corresponde al presidente de la República. Sandoval menciona esta ley; y también las Disposiciones generales del presupuesto, aprobadas en 1983 -y que estaba en vigencia en 1994-, para mantener en secreto los gastos que hacía. Esa ley de 1983 le permitía no rendir cuentas sobre el destino del dinero que recibió. Sandoval se limitó a decir que esos fondos sirvieron para el funcionamiento del OIE. “Veo los montos y sí coincide con el presupuesto que tenía para el OIE, cerca de 200 mil de dólares mensuales”, dijo a El Faro. “Tenía un poco más de 2 millones de dólares para el año, y eso se distribuía a lo largo de 12 meses. Había un cheque para cada mes. Durante la administración Cristiani y Calderón Sol así fue”, agregó.
Sandoval y Cristiani se contradicen. El expresidente dijo a este periódico que el monto anual de gastos reservados “para toda la Presidencia” era de 822 mil 857 dólares con 14 centavos anuales. Sandoval, por el contrario, dice que solo la OIE, adscrita a la Presidencia, recibía 2.4 millones de dólares anuales.
El Faro le preguntó a Sandoval si alguien auditaba esos fondos, y respondió que no. “La Corte de Cuentas solo veía si los montos de los rubros en de gastos de Casa Presidencial coincidían con lo que se les había dado”, dijo Sandoval. Sobre los “rubros”, dijo que podía ser cualquier cosa: gasto administrativo, recursos humanos, etc. “Los rubros del OIE, la secretaría de Comunicaciones y el Batallón Presidencial eran los tres más grandes”, explicó.
Las oficinas de la Presidencia que más aparecen mencionadas como receptoras de fondos de la partida secreta en al menos cuatro administraciones presidenciales (de 1994 a 2009) son el OIE y la Secretaría de Comunicaciones. Otros gastos, los mayoritarios, son ambiguos y se han identificado como 'gastos operativos' o 'gastos desconocidos' sin que se sepa quiénes los hicieron o recibieron.
Por ejemplo, entre el 8 de junio de 1994 y el 14 de noviembre de 2006, Casa Presidencial emitió mil 338 cheques por un total de 322.7 millones de dólares de la partida de gastos reservados. De ellos, unos 114 millones tuvieron como destino “Organismo de Inteligencia del Estado” y “comunicaciones”, según lo reveló El Faro en mayo de 2017 cuando publicó los “Order book” que llevaban a mano los empleados de Casa Presidencial para controlar los gastos secretos de la administración Saca. El OIE y su financiamiento es, históricamente, una de las áreas más oscuras de la política salvadoreña, y hasta la Sala de lo Constitucional ordenó en marzo pasado que el Estado debe transparentar su funcionamiento.
Propaganda gubernamental para favorecer a Arena
El tercer funcionario que más dinero de la partida secreta recibió, después de Cristiani y de Sandoval, fue Ernesto Mauricio Altschul, quien para los últimos meses del quinquenio había sido designado secretario de Comunicaciones. Altschul recibió 10 cheques entre enero y mayo de 1994 por un total de 306 mil dólares, la tercera parte de lo que, en el mismo plazo, ocupó Sandoval para el OIE.
Según el exsecretario, la Secretaría de Comunicaciones utilizó gastos reservados para favorecer al partido Arena a través de la propaganda gubernamental.
Al inicio del gobierno de Cristiani, Altschul fue nombrado viceministro de Planificación y Coordinación del Desarrollo Económico y Social. Luego, en febrero de 1990, pasó a ser viceministro de la Presidencia y, dos años más tarde, en junio de 1992, se convirtió en secretario de Comunicaciones.
Altschul asegura no recordar montos del presupuesto que manejaba hace más de 25 años, pero dice que todo el dinero que recibió lo ocupó en actividades encomendadas por la Presidencia. 'Decir que ese dinero uno se lo ha metido al bolsillo es un error, y ese es el ángulo que se le da en los medios. Eso es injusto, no fue así. Ese dinero se ocupó para actividades de la Presidencia', dijo, por teléfono, el viernes 1 de junio.
El exsecretario tampoco recuerda en qué se usó el dinero en los últimos meses de la gestión de Cristiani, pero sí recordó que en los años previos, parte de los fondos secretos se utilizaron para la negociación de los Acuerdos de paz, cuando él se desempeñaba como viceministro de la Presidencia: 'Sí, señor, los gastos reservados se ocuparon para eso también', respondió. Este periódico le repreguntó si podía precisar las actividades que se habían financiado en ese marco, pero se rehusó a dar detalles: 'No le puedo contar, eso no'.
Entre otros rubros, según Altschul, se utilizaron fondos secretos para la propaganda del Gobierno, pero también para mostrar los logros de la gestión. 'Algunas producciones eran con fines partidarios', dijo. Al repreguntarle si con dinero de Capres se pagaron campañas para el partido Arena, matizó su respuesta: 'Lo que digo es que la campaña que se hacía beneficiaba al partido de gobierno'.
Altschul también detalló que el dinero de la partida secreta servía para pagar cabildeos en Estados Unidos. 'Eso era muy importante hacerlo, sobre todo por los hechos de la guerra que habían ocurrido en el país, como por ejemplo el asesinato de los jesuitas de la UCA. Ese hecho casi cortó la ayuda de cooperación que daba Estados Unidos al país, y entonces tuvimos que contratar gente para hacer lobby en las dos cámaras del Congreso', dijo.
En noviembre de 1989, una tropa del Batallón Atlacatl ingresó a las instalaciones de la universidad jesuita y asesinó a seis sacerdotes, una colaboradora y la hija de esta. El expresidente Cristiani y el Alto Mando de aquella época están acusados como autores intelectuales de este crimen.
El Faro preguntó a Altschul por qué era el secretario de Comunicaciones quien pagaba esos cabildeos en Estados Unidos: 'Porque yo le venía dando seguimiento a eso desde que era viceministro de la Presidencia', dijo.
Según Altschul, también utilizó fondos secretos para contratar asesorías para la Presidencia. El Faro le preguntó nombres, pero se negó a darlos: 'No voy a involucrar a nadie más en esto, suficiente con que me involucre a mí', dijo.
Un cheque para el vicepresidente Merino
En mayo de 1994, 300 mil colones –unos 34 mil dólares- podían servir para pagarle un mes de salario mínimo a unos 330 empleados del sector comercio. Esa misma cantidad fue la que recibió, en un solo cheque cargado a la partida de gastos reservados, el entonces vicepresidente de la República, Francisco Merino, quien había ganado las elecciones de 1989 como compañero de fórmula de Cristiani. De los 52 cheques que se emitieron cargados en la partida secreta en los últimos meses de su administración, solo un cheque –de fecha 4 de mayo de 1994- salió a nombre de Merino.
Cuatro años después de dejar el Ejecutivo, Merino se salió de Arena y llegó al PCN, partido que lo impulsó a ser el presidente de la Corte de Cuentas, la institución encargada de vigilar el buen uso del dinero público, y que un año antes lo había investigado por unas ventas ilegales. En 2001, fue detenido por conducir ebrio y por disparar a una agente de la PNC. Hoy día Merino es de un selecto club de diputados que tiene un patrimonio superior al millón de dólares.
El ex vicepresidente acaba de ganar su sexta reelección como diputado, función que ostenta desde el 2000. Consultado por El Faro, dijo que no recordaba en qué había gastado ese dinero y dijo que él no era el responsable de explicar en qué lo había gastado.
−Diputado, un informe de Casa Presidencial dice que usted recibió fondos de la partida secreta, siendo vicepresidente. ¿En qué ocupó ese dinero?
−Si uno lo que quiere es verificar adónde van los dineros públicos, te voy a decir: presidente de la República, secretario privado y ministro de Hacienda del gobierno que sea. Esas son las personas que tiene que explicar cómo, qué cantidades y para qué autorizaron erogaciones.
−Una cuarta figura podría ser el destinatario de una erogación. Le entiendo el punto sobre el presidente, secretarios y ministro de Hacienda, pero el destinatario de la erogación...
−No, el destinatario no puede forzar que le hagan la erogación, eso depende del que tiene la disponibilidad del recurso.
−El informe señala que fue usted quien recibió 300 mil colones.
−Nooo, ¿pero la recibió de quién? Nooo...
−De la partida secreta de la presidencia de Alfredo Cristiani.
−Ah, va... ¿Entonces quién tiene que responder?
−Yo también le voy a preguntar a él [Cristiani]. Pero ahora le preguntó a usted, que lo recibió: ¿en qué se gastó ese dinero?
−Ah, en los destinos de los que él otorgó el dinero. El jefe de gobierno era él, no yo.
Cristiani entra al club de la billetera secreta
Del informe que revela la participación de Alfredo Cristiani en el uso de la partida secreta también se puede extraer este detalle: cada mes, entre enero y mayo de 1994, la Presidencia usó 1 millón 110 mil dólares para fines que no estaba obligada a revelar.
El uso discrecional de fondos públicos de la Presidencia no fue una característica exclusiva de la presidencia Cristiani. Esta práctica estaba avalada por las Disposiciones generales del presupuesto, la normativa de 1983 que evoca el exdirector del OIE para negarse a revelar en qué gastó el dinero que recibió en 1994.
El artículo 57 de dichas Disposiciones establecía que los gastos secretos de la Presidencia iban a estar exentos de cualquier comprobación. El artículo decía así: “Excepciones de la comprobación de gastos. Se exceptúan de esta regla las comisiones de orden político, las comisiones militares y de seguridad (…) y los gastos relativos a los servicios de información militar de carácter secreto, que autorice directamente el presidente, así como los gastos secretos de la Presidencia (…)”.
El nombre de la partida cambió con el paso del tiempo. Entre 1983 y 1996 se conocía como la partida de las “comisiones de orden político y militar”. Luego eso cambió con la implementación, en 1996, durante la administración Calderón Sol, del Sistema de Administración Financiera Institucional (SAFI). Ahí comenzó a denominarse partida de gastos reservados de la presidencia 54315.
El informe que vincula a Cristiani con el uso de discrecional de gastos reservados o secretos ha aparecido en la acusación contra el expresidente Saca. La Fiscalía, ante la pregunta de por qué solo ha procesado en los tribunales a funcionarios de la administración Saca si resulta que también hubo gastos secretos en otros períodos, se ha limitado a decir que sigue investigando. “El caso no está cerrado”, aseguró el fiscal Ricardo Menjívar.
Pese a que la Fiscalía ha dicho que “la investigación sigue abierta”, ya no puede pedir juicio penal contra ninguna gestión presidencial anterior a la de Saca, debido a la prescripción de los delitos relativos a la corrupción que contempla el Código Penal. Sin embargo, el experto en temas de transparencia, Jaime López, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), señala que la Ley de extinción de dominio sí puede utilizarse en esos casos.
“La única explicación que encuentro para que la Fiscalía no investigue hacia atrás en el tiempo es la falta de recurso humano. Debería investigar si los gastos secretos se usaron, como dicen, para temas de inteligencia y de seguridad del Estado, tal como lo han querido justificar o si se usaron para otros fines”, dice López. La Ley de extinción de dominio fue declarada de interés social y público, es decir, que puede usarse incluso a hechos anteriores a su entrada en vigencia, en enero de 2014.
La forma en la que la partida secreta se financiaba se acabó, en teoría, en 2010, cuando la Sala de lo Constitucional declaró ilegal que las instituciones del Estado enviaran los remanentes de los presupuestos a la partida de gastos reservados de la Presidencia. Esa práctica estuvo vigente de 2004 a 2010, según dice la resolución de la Sala. Las administraciones Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén han definido los montos de su billetera secreta en los presupuestos generales de la nación. Sin embargo, ese dinero han podido usarlo sin rendir cuentas.