Para millones de guatemaltecos la primavera ha vuelto. Esa ha sido una de las consignas más repetidas en los últimos días en las avenidas y plazas del país centroamericano, por la llegada del partido Movimiento Semilla al poder.
Desde la resistencia indígena, que pasó 105 días en protesta permanente frente al Ministerio Público para defender los resultados de la elección, después de que el organismo dirigido por Consuelo Porras secuestrara cajas con actas y votos; hasta los miles de ciudadanos que llegaron desde temprano el 14 de enero a la Plaza de la Constitución, en el centro de la capital, para saludar y escuchar al nuevo presidente en el mismo lugar en el que se manifestaron decenas de veces en contra de la corrupción y en defensa de la democracia.
La jornada del domingo 14 de enero inició con la sesión solemne en el Congreso, que debió ser breve y protocolaria, pero conforme pasó el tiempo se tensó ante el atraso en la constitución de la nueva legislatura y su junta directiva, encargada de juramentar a bernardo Arévalo en el cargo. Al final, a altas horas de la noche, Semilla se hizo con la presidencia del legislativo y Arévalo, recibió la banda presidencial ante cientos de invitados que esperaron más de nueve horas en el teatro nacional. Después, se dirigió al plantón de las comunidades indígenas frente al MP para agradecer su lucha, y culminó con un discurso desde uno de los balcones del Palacio Nacional de la Cultura, frente a la multitud. Por meses pareció que no iba a suceder, pero Guatemala tiene nuevo presidente.
Luz Emilia Ulario Zavala es alcaldesa de la alcaldía indígena de Santa Lucía Utatlán, Sololá. El viernes 12 de enero de 2024, a dos días de la toma de posesión de Bernardo Arévalo, dio su último discurso a los acampados frente al Ministerio Público: 'En este lugar es donde comienza la corrupción que ha corrompido a nuestro país. Por eso hemos resistido. Porque cuando el fiscal Curruchiche secuestró las papeletas de las elecciones vimos que nadie levantó la voz nosotros, las comunidades indígenas, sentimos el llamado de defender la democracia de nuestro país', dijo luego a El Faro.
Romelia Rax, Angelina Mo Choc, Margarita Mo Choc y Vicenta Mucu son de Santa Maria Cahabón, en Alta Verapáz. En lengua maya quekchí explican que no siguen a ningún partido político pero un motivo mayor las mueve a protestar: 'Aquí estamos para defender la democracia de todo lo que la ponga en peligro. De este nuevo gobierno lo único que esperamos es que nos tome en cuenta y no nos mienta como los anteriores. Nuestras comunidades son muy pobres. Necesitamos que nos presten atención', dijo Margarita Mo Choc.
El 13 de enero, a 24 horas de la ceremonia de toma de posesión presidencial, vecinos de Retalhuleu descansaban, extenuados por el viaje. Aldo Catalino, al centro, llegó con poco dinero y la intención de dormir en la Plaza de la Constitución. Dijo que lo único que quería era lograr ver al presidente al que eligió.
Diversas Comunidades de Población en Resistencia (CPR) movilizadas durante la guerra civil guatemalteca se mantienen vivas a pesar del desplazamiento forzado y siguen articulando a sus miembros y familias. Una representación de la CPR-Sierra, una región del sur de Retalhuleu, llegó a la capital el 13 de enero para esperar en la Plaza de la Constitución el juramento del presidente Bernardo Arévalo.
Ever Loayes, de 33 años, es originario de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, a más de 200 kilómetros de ciudad de Guatemala. Viajó cada viernes hasta la capital durante el tiempo que duró el platón frente al Ministerio Público porque, según él, la protesta ayudaba a defender el voto con el que Arévalo llegó a la presidencia. Su llegada al poder representa, dijo, una esperanza para los jóvenes y las comunidades indígenas.
La noche del sábado 13 de enero se concentraron en la Plaza de la Constitución miembros del Movimiento Ciudadano del Sur de Guatemala para celebrar una vigilia religiosa y pedir, entre rezos y cánticos, por la vida del presidente Bernardo Arévalo y por que la transición del mando se lograra de forma pacífica.
Los miembros de la familia Domínguez viajaron desde Retalhuleu y pasaron más de 24 horas en la Plaza de la Constitución para esperar el discurso del nuevo presidente. Al centro, Joel Domínguez consuela a su hijo, que llora por el frío de la madrugada del lunes 15. Minutos después llegarían a un balcón de la plaza los recién juramentados Bernardo Arévalo y Karin Herrera.
La banda maya de rock Sobrevivencia actuó frente al Ministerio Público la noche del sábado 13, la última antes de que el plantón de grupos indígenas levantara su campamento. Los músicos interpretaron sus canciones originales y terminaron coreando con los presentes: 'El pueblo, unido, jamás será vencido'.
En las horas previas a la llegada del ya presidente Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera a la plaza, centenares bailaban. En las bocinas se escuchaba ''La primavera ha llegado, es lo que estábamos esperando''. Miles de simpatizantes de Arévalo y Semilla resistieron el frío y un atraso de más de nueve horas en la ceremonia de traspaso de mando.
Pasada la medianoche, ya entrando en el 15 de enero, Bernardo Arévalo juró el cargo de presidente de la República de Guatemala para el periodo 2024-2028. En su primer discurso dijo que no iba a permitir la intolerancia y la arbitrariedad en el Ejecutivo, y agradeció a los jóvenes guatemaltecos y las comunidades indígenas que hicieran posible el cambio de poder: ''Es gracias al liderazgo ancestral, a los cuatro pueblos de quienes no dejo de aprender y valorar diariamente, consciente de las deudas históricas que debemos resolver'', dijo.
Eran casi las tres de la mañana cuando el presidente Arévalo y la viceprecidenta Herrera llegaron alPalacio Nacional de la Cultura y se dirigieron por fin a los miles de simpatizantes que los esperaban en la Plaza de la Constitución. Terminaba una jornada de incertidumbre pero también de celebración para una mayoría de guatemaltecos.
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