En el revistero del Café Monet, cerca de la mesa, hay tres revistas: Vanity Fair, Newsweek y Overnight. En esta última salen fotos de gente sonriendo en los bares más lujosos o en las fiestas más prendidas de San Salvador, y es la que Luiza toma. Cuando se percata de que ponemos atención al detalle, se adelanta a cualquier posible comentario:
La agarré porque yo trabajé ahí.
¿Y cómo va Canal 12 con los mexicanos?
Bien.
¿Vos entraste cuando todavía era administración salvadoreña o ya eran mexicanos?
Ya eran mexicanos.
¿Y qué te dicen tus compañeros: era mejor antes o es mejor después?
Yo creo que siempre se está mejorando en todo sentido, siempre va para mejor. Obviamente hay cosas, que como en toda empresa, no van bien, pero creo que está mejorando.
¿En un plazo de cinco años, dónde te ves?
Tengo 26, o sea, a los 31, me veo trabajando un montón, a lo mejor, quizás hasta casada. O no sé si casada, pero sí, por lo menos, quiero tener un hijo joven, no me importa si soy casada o no.
¿De verdad?
Sí.
¿No te molestaría que la gente comentara “Huy, no está casada y tiene hijos”?
No. A mi abuela le va a costar, pero de ahí no. Mis papás están de acuerdo. Siempre se los he dicho. Pero no sé, a lo mejor me enamoro y me quiero casar, son cinco años, queda muchísimo.
Queda claro que no sos nieta de abuela.
Claro que sí, o sea... tengo una abuelita que es divina, la súper adoro, pero creo que con ella sí tendría, no problemas, pero no estaría de acuerdo. Pero, ¿qué se le va a hacer? Al final es mi decisión, pero sí me veo trabajando un montón y ya con un niño quizás.
¿Pero no casada?
Si estoy enamorada, sí, si no, no.
No es prerrequisito, vaya.
¿No es prerrequisito estar enamorada?
No, estar casada para vivir con alguien.
Para vivir con él, no.
Me llega. Y entonces en la televisión, ¿dónde te vez en cinco años? ¿Te ves acá, en México o dónde?
Me encanta vivir aquí, no me quisiera ir a vivir a otro país. Me encanta México como país de vacación, para salir con mis amigos, con mis jefes he ido un par de veces, pero no a vivir, a una ciudad así de grande. Sí hay más oportunidades y mayor calidad de vida, pero me encanta El Salvador, y creo que sí puedo hacer mi futuro aquí, aunque no necesariamente en la tele.
Si no estás en la tele, ¿qué estarías haciendo?
Yo estudié comunicaciones y saqué una maestría en comunicaciones.
¿Dónde estudiaste?
En la Matías. Pero la maestría va a quedar para mi ego, porque yo no quiero trabajar para nadie. Estoy montando ahorita una empresa y espero seguir con mi empresita, no he abierto ni la primera sucursal, pero quisiera, en cinco años, tener cinco sucursales.
¿De qué es la empresa?
No, todavía no. La pienso abrir en un mes más o menos y ahí voy a hacer la inauguración bonita.
¿Y de qué es la empresa?
Me quiero reservar todos los detalles.
¿Es comercio?
No voy a poner una empresa de comunicaciones, por ahorita no.
Publicidad ni nada de eso.
No, no quiero más estrés en mi vida.
¿Y por qué es estresante?
Ustedes saben, los publicistas...
En la tele salen bien alegres todos ustedes.
Ahh, sí, pero eso no es publicidad, esa es comunicaciones. Sí, a mí me encanta mi trabajo en la tele. Es entretenido, no es aburrido, no estoy sentada en un escritorio. Traté de trabajar así un par de años y la verdad no me era satisfactorio; estar sentada frente a una computadora me aburría, de verdad, aunque estuviera ocupada me aburría haciendo un trabajo tan rutinario. Yo hubiera querido ser arqueóloga o bióloga marina.
Hay un montón de gente que vive de eso, no sé si pagarán bien.
Me hubiera gustado, a lo mejor termino de estudiar y hago eso. Me encantaría, de verdad.
¿Y les pondrías el dedo a las constructoras? Mirá que sobre sitios arqueológicos...
¡Sí! Hay que denunciar lo que hacen en esos lugares.
Mirá, pero cualquiera diría o cualquiera pensaría que la gente que está en televisión se la pasa bien chivo y que gana bien.
Al contrario.
Por lo menos se la pasa chivo.
Sí, eso sí.
Por ejemplo, aquí sentamos una vez a Daniel Rucks y dio a entender que lo hacía, únicamente, por el dinero.
¿Lo hace por el dinero él?
Ajá.
Yo no, porque no me pagan bien, creo que a él quizás sí. Yo lo hago porque me gusta, me la paso bien, me ha abierto muchas puertas, he crecido, pero lo hago porque me gusta. Me siento como en mi casa, he aprendido un montón, conozco mucha gente.
(Luiza nos cuenta que pasó por radio antes de llegar a Canal 12, y que le tocaba cursar turnos maratónicos para ganarse el respeto y algún espacio en la Mil 80. “La radio es mundo de hombres”, dice. El mesero llega y le sugiere un mocachino. Ella pide un capuchino y agua).
¿No te gusta el chocolate?
Cómo no, sí me gusta, pero muy dulce los dejan cuando les ponen chocolate. No me gusta lo... bueno, ya me iba a arrepentir de decir: no me gusta lo dulce, porque me encantan los postres, pero no me gustan las bebidas dulces, me gustan las más simples...
¿Guardás la línea? Bueno, obvio. ¿Pero la guardás vos o te lo imponen?
Creo que si tuviera 50 libras de más, me despedirían...
Ja, ja, ja.
Hago ejercicio porque me gusta...
¿Qué hacés en un día normal?
Me levanto a las 5:30...
¡Eso es un pecado!
Horrible.
Ja, ja, ja.
Es un súper sacrificio. Tengo cuatro años de hacerlo y no me acostumbro. Todos los días es: ¡cinco minutos más, cinco minutos más! ¡Por favor!
Vaya, a las 5:30 te levantás...
No, a las 5:30 suena la primera vez. Me levanto a las 5:45... 5:50 lo más tarde. Estoy en el canal a las 6:30 o 6:40... Me arreglo y desayuno enfrente de la computadora y me arreglo leyendo los periódicos; y a las 10 a las 8 bajo al estudio y empiezo el programa... hasta las 11. Hay una media reunión después, y luego me voy a nadar...
¿Cuánto nadás?
Mil 500 metros...
Está bien.
Y regreso a mi casa como a las 12:30 o 1 p.m...
¿Y qué desayunás, normalmente?
Un sándwich. Desayuno en el canal. Me lo hacen en la casa y me lo como en el canal.
¿Jamón con queso y...?
… Pan integral. Eso de lunes a viernes, ¿veá? Sábado tamalitos, frijolitos... me voy a mi casa...
¿Y almorzás?
Almuerzo.
¿Y qué, una ensaladita o algo así?
Lo que haya en mi casa. Si hay... mirá, me encanta el atún, me encantan las tortillas con queso... tomo agua siempre, me encanta el agua. Nunca tomo gaseosa porque de verdad no me gusta, no es para guardar la línea, no me gusta. Eh, eso almuerzo, lo que haya en mi casa. Si hay pollo, como eso. Una vez a la semana voy a ver a mi abuela, y almuerzo con ella. De ahí me pongo a trabajar porque estoy abriendo mi negocito. Entonces, si tengo qué hacer voy y me organizo en la tarde y a las 6 tengo clases, de 6 a 9, la maestría. Llego a mi casa súper cansada...
¿Y a qué hora te divertís?
Los fines de semana. Me acabo de ir de viaje. ¡Yo tengo vacaciones también, ja, ja, ja! Eso es de lunes a viernes. Bueno, el viernes no tengo clases, solo es de lunes a jueves. Entonces, el viernes ya... bueno ahora voy al cumpleaños de mi hermana, salgo con mis amigos y ya. Los fines de semana solía ir al mar, ahora ya no. Eh...
¿Por qué no?
Tengo bastante de no ir, pero creo que voy a volver a empezar a ir. De ahí, ya... soy bien casera...
(Mauro llega a la plática y se roba a Luiza, para una sesión de fotos afuera del Café. La entrevistada regresa y Mauro se despide, porque sale corriendo hacia otra asignación. “Me saca bonita”, le pide ella)
¿Te gusta que te tomen fotos?
No: me da pena.
¿Y salir en revistas como esta que estás viendo?
Es que yo la traje a la mesa porque yo trabajaba aquí...
Ah, ¿en serio?
O sea, ahora la acaban de volver a lanzar. ¡Quería criticar!
Ja, ja, ja. ¿Y qué hacías ahí?
Ah, todo... yo era la gerente de la revista.
¿De verdad? ¿Y está mejor o peor?
No, creo que esté bien. Ha mejorado.
¿Cuál es el objetivo de esta revista?
Puramente... vanidad...
Completa, al extremo...
… Y... querer ver a la gente, ser metido... ver quién salió, querer ver cómo salió, quién es la modelo.
¿Y te causa algún dilema haber trabajado en algo así? Es decir, yo no podría trabajar ahí.
No. Aprendí un montón... aprendí de mercadeo... no que haya aprendido de la gente que sale... sino que aprendí de mercadeo cómo se vende, cómo se trata a los clientes. Era la primera vez que yo tenía un trabajo así, entonces, por eso aprendí. Y conocí a un montón de gente dueña de empresas que querían publicitarse. No me arrepiento, no me causó ningún dilema...
¿Y trabajar en tele te crea algún conflicto? A mí me parece que el trabajo que hace la gente que sale en tele es básicamente fomentar el consumo. Punto.
¿Fomentar el consumo?
Sí. Y vamos a hablar de un tema, vamos a hablar de otro tema, pero en medio me como una hamburguesa, promociono el Rinso...
Ummm... no... En el programa que yo trabajo, no. Hay menciones y están bien separadas de los temas, y si en el tema se menciona una marca, no la podemos mencionar nosotros, la menciona el invitado. Entonces, yo... si promuevo el consumismo es porque la marca le está pagando a la empresa puramente publicidad, y ese es mi trabajo.
¿Cómo te definirías, entonces? ¿Una presentadora de...?
De entretenimiento (agacha la cara y pone mirada triste).
¡Ja, ja, ja!
¿Y por qué lo decís así, je, je, je? Lo que pasa es que es de entretenimiento porque es un programa en el que hay de todo. Así como hoy hablo de maquillaje, mañana puedo hablar de los delitos de cuello blanco, no es un programa tan superficial porque hay de todo.
Depende del tipo de público al que está dirigido.
Sí.
¿A qué tipo de público está dirigido?
A las amas de casa.
Ya. Sí, porque yo no vería ese programa para enterarme de delitos de cuello blanco.
No, pero sí queremos que las amas de casa sepan a qué se le llama delitos de cuello blanco. Es más, cuando las entrevistas me parecen interesantes yo les saco mi provecho, yo les trato de hacer interesantes a mi nivel, por lo que yo sé, que yo sé que quizás es un poco más que lo que las amas de casa podrían conocer. Entonces darles ese tipo de cosas -no educar, porque no es mi labor educarlas-, pero sí que conozcan un poco más por ver esa sección. Hay temas, obviamente, que me gustan mucho más que otros: a mí me encanta hablar de cosas ocultas, de religión o de política... odio hablar de manualidades y de plantas, por ejemplo, detesto cuando me ponen esos temas... y no es que no me gusten las plantas, pero... o tema de cocina, odio eso...
Si te dijeran que para mañana tenés que preparar un tema de política, ¿qué dirías?
¿Y yo sola voy a hablar de política?
Sí.
No, yo no soy experta en política. Yo podría hacer una entrevista, entrevistar a un político.
¿A quién entrevistarías?
Ay, a Mauricio Funes, es el momento.
¿Y qué le preguntarías?
Le preguntaría... primero, ¿cuál es la diferencia en su vida entre ser político y ser periodista? Y le preguntaría por qué está tan alejado ahorita de los medios... por ahí empezaría, y sé que se pondría algo cerrado y me pondría nerviosa si lo entrevistara... yo nunca me pongo nerviosa, pero él sí me pondría nerviosa, porque es superinteligente y sé que no me va a contestar lo que yo quiero que me conteste, va a evadir la respuesta a su conveniencia. Bueno, no sé, nunca lo he entrevistado y si veo que está evadiendo y evadiendo, sé que tengo que parar en algún momento porque él es el presidente de la República y yo soy solo la periodista... bueno, yo no soy periodista, yo estudié comunicaciones...
¿Y si fuera de religión? Si te dijeran: “Vaya, mañana te toca el tema de religión”...
Es que eso es complicado porque se tocan demasiadas susceptibilidades.
Pero a cada rato llevan religiosos ahí...
Sí, es que yo me les pongo “¿y por qué?”, entonces no les gusta, pero hay mucha gente que me dice que les causo como la impresión de que no creo en Dios, pero sí creo en Dios. Pero según el enfoque de mis preguntas, la gente me ha dicho que creen que yo ni debo ir a la iglesia, y yo no voy a la iglesia pero sí creo en Dios, soy muy espiritual, mantengo una relación con Dios, me comunico con él, leo la Biblia...
¿A misa no vas?
No.
¿Y cómo te comunicas con él?
Oro. Hablo con él, no rezo, no me puedo de memoria ningún rezo...
¿Y no te molesta que la comunicación sea unidireccional?
No, es que... tampoco voy a decirles que él me dice “hijita...”, pero me da la paz y la tranquilidad que ando buscando, a tal punto que me quedo dormida antes de decir “amén”.
¡Ah, ja, ja, ja, esa es paja!
¡Te lo juro, te lo juro! Duermo súper bien... cuando tengo días difíciles, no, pues, pero la mayoría de días de rutina, cuando estoy cansada y todo, empiezo a orar y me duermo antes de decir “amén”.
Vaya, ¿y si te dijera que tuvieras que hacer un programa sobre el problema más grave que hay en este país, de qué hablarías?
De la educación.
¿Creés qué es lo más grave que tiene ahorita el país?
Lo que pasa es que es lo más básico. Quizás más grave ahorita es la delincuencia, la crisis económica...
Vaya, Mauro acaba de ir a hacer fotos de la comunidad Iberia. ¿Vos hablarías de la Iberia?
No la conozco, pero sé que es una de las más peligrosas zonas gobernadas por la MS...
¿Y qué harías ahí exactamente para el programa?
Averiguaría con gente que conozco, que hay ahí, qué pasa… pero hasta donde sé, sé que es un lugar peligroso. Iría con un camarógrafo, obviamente, y me iría así calle, como yo creo que soy, ja, ja, ja.
Pero ahorita no andás calle.
(Inclina la cara y se vuelve a ver ella misma). Es que soy polifacética ja, ja, ja. No, pero ahorita ando un vestidito porque venía a Café Monet. Pero ando un vestido de algodón… ¡pues sí, no iba a venir chulona!
Ja, ja, ja.
El Faro se lo merece…
¿A qué te atreverías? ¿Irías a hablar con los vecinos de la comunidad o buscarías a los pandilleros?
Quisiera hablar con ellos. Hace poco salió en la tele un pandillero todo tatuado, y tenía una calavera. Y alguien dijo: ¿cabe eso en tu programa? Pero no sé dónde me lo preguntaron… ¡ay no! Tengo una malísima memoria, ni se imaginan. Es de lo peor… no sé cómo me gradué, ja, ja. La cosa es que me preguntaron eso y les dije que sí, que sería un súper rating… A mí me encantaría entrevistar a una persona así. ¿Qué podrían hacer? Lo que pasa es que ellos no irían, porque al salir del canal los van a agarrar. Pero a mí me encantaría hablar con un pandillero, conocer si son ellos el problema…
¿Vos qué creés?
Depende de cada caso.
¿Creés el discurso de los anteriores gobiernos?
¿Cuál?
El que dice que las pandillas son la principal causa de la violencia.
Es la educación, te lo mencioné al principio. Me enfocaría en la educación, porque cambiar a las pandillas ahorita…
Entonces si creés que son la causa de la violencia.
Son el principal efecto de una mala educación. Porque en este país la educación pública es malísima, ha sido hasta el momento malísima. Son un efecto de ese mal manejo de la educación.
¿A cuál estrato socioeconómico pertenecés?
Medio.
¿Clase media alta, baja?
Lo que pasa es que no me interesa contestar eso porque la clase social en la que estoy es la de mis papás, sea alta, baja o media. Ha sido de mis papás. Y no es que no esté haciendo mis cosas, pero cuando yo viva sola, y me pague y todo, te puedo decir: a este grupo pertenezco exactamente. Pero mientras tanto pertenezco a este por mis papás.
¿Por qué no te has ido a vivir sola?
Porque no tengo el dinero todavía. Estoy trabajando para ello.
¿Cuánto ganás?
…
¿No te lo puedo preguntar?
No.
¿Por qué?
Porque no.
Ja, ja, ja. Un aproximado.
No, no hace la diferencia.
¿Te alcanza para los dulces, vaya?
Sí. Me alcanza para irme de viaje.
Entonces sí podés vivir sola.
Sí…
¿Querés vivir sola en la San Benito o en la Centroamérica?
No, no quiero bajar de donde me han tenido. Por lo menos esa es la idea, si no, sería mediocre. Me iré de mi casa si puedo comprar una igual o mejor que la de mis papás.
Deberías irte a vivir sola. Es bien chivo.
Me quiero ir a vivir sola antes de vivir con mi pareja.
Sí, y hacés fiestas todos los días.
Ja, ja, ja... me da miedo porque soy bien hogareña. Bien apegada a mi familia. No soy fiestera.
No te creo.
De verdad. No me gusta salir en este país porque me tengo que súper arreglar, ponerme tacones, el maquillaje, el pelo… y yo no me peino. Los fines de de semana no me paso el peine, ando en chanclas.
¿Te da miedo que te vean diferente a como te ven en el programa?
No. Sentís la presión para entrar a ciertos lugares… es que aquí no salgo.
Y entonces, para divertirte, ¿a dónde vas?
A la casa de algún amigo, me voy al mar…
¿No vas de bares?
O sea, no es que nunca vaya, probablemente hoy y mañana salga. Tengo ocasiones específicas, pero no es que cada fin de semana voy a salir. Si no, me quedo en mi casa viendo tele. No, si soy una abuela, la verdad.
¡Ah, simón, ja, ja, ja!
Pero ahorita que me fui de viaje…
Ja, ja, ja, ¡con tacones así!
Ahorita que me fui de viaje salí todos los días, todos los días, y me la pasé súper, súper bien porque estaba en otro ambiente. Porque nadie se fijaba… Salía en chanclas, jeans y camiseta, sin una gota de maquillaje. Y me encanta estar así. Pero aquí, se te quedan viendo...
… Pero, ¿te importa lo que dicen los demás?
Sí, sí me importa lo que dice la gente.
¿Por qué vas a esos lugares? Yo te puedo recomendar un montón de bares donde vamos nosotros y nadie te va a ver feo y nadie te va a pedir licencia para entrar.
Vaya.
Pero tenés que bajar a la San Luis.
No importa.
¿Ahí sí vas?
Sí, o sea, este... Yo conozco abajo, hombre. Del Salvador del Mundo para abajo, cualquier cosa.
Ja, ja, ja. ¿Del redondel Masferrer?
No, del Salvador del Mundo. Yo soy medio hippie.
¿De verdad?
Lo que pasa es que no me puedo encasillar en una cosa. De verdad, me considero una persona súper polifacética porque cuando hacía teatro me dijeron: “Ahora tenés el papel de una mujer medio sexy, con tacones y minifalda, posesiva y mandona”. Y me sentía bien en ese papel. Y luego, estábamos ensayando un papel en el que era una muñeca, que era con un vestido así (con sus manos dibuja el contorno de un vestido bombacho) y con las chapitas. Y me sentía bien, también en ese papel. Y me adaptaba y se veía bien en escena. Ese era mi personaje. Pero así puedo ser en la vida. Si hay un momento en que yo tenga que ser súper formal y elegante, lo hago; pero también aprovecho los momentos de relax y de estar tranquila…
¿Y te comés una pupusa en una esquina?
Sí, claro que sí. ¡Sííííí, ja, ja, ja! (De repente, quizás de tanto sentir escepticismo, se pone irónica) No, mirá, no voy al baño, no hago nada.
Vaya, entonces irías hasta la Iberia y sí te gustaría buscar a un marero.
Sí, me encantaría.
¿Por qué nunca hablan de esas cosas en el programa? Por lo menos las veces que yo he pasado viendo el programa siempre hay un religioso, o siempre están hablando de las astralidades de Max Brannon…
… Ja, ja, ja. Andá a entrevistarlo a él…
… No sé, cosas así.
No, ya no lo invitan a él. Lo que pasa es que no podemos repetir tanto los temas. Y en religión hay muchos temas. En política, hay muchos temas. El marero es un tema nada más. Llevan consejeros familiares, llevan pastores, llevan curas…
¿Sexólogos?
Sexólogos, ginecólogos…
¿Y estás de acuerdo con el aborto?
¿El aborto?
Sí.
Yo no estoy de acuerdo.
¿Con el derecho a decidir?
Estoy de acuerdo con el derecho de decisión pero no estoy de acuerdo con que se decida abortar.
Entonces, no estás de acuerdo con el derecho a decidir de cada persona.
Estoy contradiciéndome, pero no estoy de acuerdo con el aborto para nada porque es una vida, porque es un asesinato, porque se puede, creo, salir adelante. Creo que todas las mujeres podríamos tomarlo como una opción pero creo que después las consecuencias de esa decisión es, mucho más allá del dinero y del daño físico que se puede hacer… A mí las cosas mentales, esas persecuciones en la mente sí me dan miedo. A mí me gusta vivir en paz.
¿Y con las bodas entre gays estás de acuerdo?
Fijate que estoy de acuerdo no en que se casen… bueno, estoy de acuerdo con que ellos puedan tener los derechos que tienen las personas casadas en pareja, como una pensión, que si se muere su pareja al otro le quedan los beneficios y todo. Pero que se casen o no se casen es…
¿Cuál es el problema si se casan?
Ninguno, tal vez el de criar hijos.
¿Por qué?
No es que sea problema sino que no creo que sea necesario para que sean felices. Ellos, muy pocos quieren tener hijos. Si lo pueden hacer, si lo logran, qué bien, pero que se casen para tener hijos…
¿Ese punto de vista te lo trae una concepción religiosa?
Religiosa, no: es muy mío. Creo que ellos deberían de tener los mismos derechos que tenemos las parejas heterosexuales.
Vaya, pero un derecho que tienen las parejas heterosexuales es casarse por lo civil, por ejemplo.
Sí, que se puedan casar por lo civil… a ellos no les interesa decir ante la sociedad “están casados” y tomarse fotos vestidos de blanco. O sea, son parejas contadas en el mundo. Lo que les interesa es velar por sus derechos, estar bien, asegurar su futuro, poder…
¿Y por qué no hacer una familia?
Mirá, lo que pasa es que la sociedad es bien difícil y demasiado… van a sufrir, creo, los niños. Por la crítica…
¿No sufriría más un niño estando en la calle que viviendo con una familia de padres gays?
Sí, estoy de acuerdo… puede ser. Pero es complicado, cada caso va a ser diferente. Pero yo sí estoy de acuerdo con que se les apruebe los derechos.
Ok, ok...
También tengo dos muy buenos amigos que son gays. Conozco muchos más, pero dos son muy buenos amigos. He ido una vez a una discoteca gay y me la pasé súper bien. Son súper respetuosos, son creativos, yo los admiro un montón, son súper fieles, te aconsejan como una mujer y te ven como hombre. Entonces, funciona.
¿A vos te gusta que los hombres sean machos o que sean más o menos?
Fijate que yo soy bien tradicional. Yo soy posesiva y me gusta dominar, pero me aburro cuando me encuentro un hombre así. Yo quiero un hombre que me ponga en mi lugar y que me diga: “No, mirá mamaíta, calmate que así se van a ser las cosas”. De vez en cuando, todo en equilibrio.
¿Le cocinarías?
Sí, pocas veces, pero sí.
¿Le plancharías?
O sea, si me dice: “Amor, me tengo que ir, por favor planchame esa camisa”, sí. Pero, pero no voy a ser la muchacha…
(Luiza nos cuenta que tiene tres tatuajes, pero solo nos enseña dos. Uno en el pie derecho, que dice “Acta non verba” (acciones y no palabras), y una pequeña estrella verde en la muñeca).
En la espalda tengo una cruz celta.
¿Por qué una cruz celta?
Es habilidad, equilibrio, balance, es neutralidad, es felicidad y tristeza. De ahí salió la cruz nazi, pero no es la cruz nazi. La otra vez Max Brannon me dijo: “¡Me encanta tu tatuaje!” y yo “mmmmmm, nooo, pero no es lo que usted cree, nada que ver”.
El titular de la plática con él es “Sí, soy un facha”.
¿Y eso qué significa?
Un fascista.
Aaaah, sí, él está súper a favor de los nazis, pero yo no, de ahí derivó, pero no significa eso. Siento que me da equilibrio.
¿Bailás samba?
Soy brasileña, pero no me gusta bailar... o sea, bailo y más o menos sé cómo se baila.
¿Naciste allá?
Sí, mi mami es brasileña y mi papá es salvadoreño. Pero yo soy chiquita.
Ajá...
Es que mi mamá es bien alta y.... sí, pero no me gusta bailar.
Pero eso se trae en la sangre.
El ritmos sí, se trae en la sangre, pero a veces bailar es como... ¡aaay, no! ¡Tengo que tener un par de tragos!
Ja, ja, ja.
Esas son de las cosas que me dan más susto en el programa, cuando me dicen “ponete a bailar”, no me gusta.
Sí, se ven algo fingidos.
Sí… yo soy transparente, pero también soy actriz, así que...
Hiciste teatro también.
Sí.
¿Y te gusta más el teatro que la tele?
Bueno, que la tele ha ayudado un poquito, porque... no es que esté fingiendo todo el tiempo, pero para mí es como una puesta en escena. Yo me siento súper cómoda y natural, pero sí es para mí una puesta en escena... pero el teatro... esos nervios, esa emoción antes de salir a escena, la concentración, el lograr llorar y hacer llorar y hacer reír a la gente...
¿El teatro fue después de la tele?
Durante y antes.
¿Y en qué obras has estado?
He estado en el Redactor policial, Los de la mesa 10, con Boris Barraza, el sicólogo. A la gente le gusta, él escribe... pero tengo un montón de no hacer. Nos fuimos a Colombia a actuar en un festival callejero de teatro y esa fue una de las experiencias más chivas de mi vida. Porque allá el nivel de cultura de la gente es diferente... iban a ver una obra que no es comedia, porque aquí es horrible, traumante... y allá la sala llenísima, entonces es súper gratificante por lo menos porque sabés que lo que estabas haciendo, aunque aquí no fue apreciado, fue bueno.
¿Te gustaría ser actriz?
¡Sííííííí! Me encantaría, pero aquí nunca podría comprarme mi casita que quiero para irme a vivir sola.
¿Y por qué no probás suerte en México? Sos de la familia TV Azteca, ya tenés el conecte. Por lo menos que te den chance de llegar a un casting.
Ya me están convenciendo ustedes.