El Ágora /

'Me mordió la tercera serpiente más venenosa del mundo'

Cuando en Kill Bill, la película de Quentin Tarantino, una mamba negra muerde a uno de los villanos, este se retuerce en el suelo y de la boca le saltan espumarajos, se pone rojo como un tomate, salta como un pez fuera del agua y, en cuestión de segundos, muere lleno de dolor. José Bolaños es menos drámático, cuenta que le mordió una temible “black mamba”, como el que cuenta que ha sido cagado por un pájaro. Un inconveniente.

 

Llega con una enorme serpiente con cabeza de diamante sobre el pecho... bueno, en realidad una serpiente estampada en su camisa negra. Llegó vestido para la ocasión. El señor Bolaños tiene un aire de rudo y lo alienta con una excesiva tacañería en cualquier gesto que denote alguna emoción. Ha estado en Paruguay, Brasil, Bolivia, Sudáfrica, Australia... siempre haciendo lo mismo: cuidando, criando y mostrando a los animalitos que más le gustan -que, dicho sea de paso, son los que menos le gustan a la mayoría-: serpientes, lagartos, cocodrilos, sapos y ranas.

 

Asegura que jamás aceptaría un show como el de Steve Erwin, el famoso cazador de cocodrilos que terminó cazado por una mantarraya. Asegura que estos famosos agarradores de fieras, en realidad trabajan en un ambiente más controlado del que parece y que a él los reflectores no le gustan. Llega acompañado de su esposa, a la que conoció en un romántico criadero de esos bichos temibles.


Viernes, 27 de noviembre de 2009
Carlos Martínez y Mauro Arias / Fotos de Mauro Arias y Antoinette Bolaños

 

José Roberto Bolaños con una enorme cobra real en el banco de veneno del Australian Reptile Park, en Gosford, New South Wales. Foto cortesía Roberto Bolaños
José Roberto Bolaños con una enorme cobra real en el banco de veneno del Australian Reptile Park, en Gosford, New South Wales. Foto cortesía Roberto Bolaños

¿Cuál fue?
La taipán de la costa.

¿Y esa vez sí requeriste antídoto?
No.

¿Y que sos inmortal, compadre?
No. Habrán sido un par de mordidas.

¿Las australianas son hasta 100 veces más venenosas?
La primera en el mundo es la taipán del interior, que por cada 0.0025 mg de veneno mata un ser vivo de un kilogramo. Entonces necesitarías, si son 100 kilogramos, 0.25 miligramos.

¿Cómo lo podés traducir en gotitas?
Un cuarto de una gota.

¿Eso mata una persona?
Sí.

La que te mordió a vos no era tan venenosa.
La segunda más venenosa es la serpiente café del este, la tercera es la que me mordió a mí.

¿Cómo fue?
Le estaba dando de comer en el zoológico. Estaba en la jaula. Agarrás pinzas largas, ponés la comida cerca, la mueves un poquito, entonces la culebra salta y muerde. Pero en lugar de morder a la presa me mordió a mí.

¿Se inflamó?
Daña la sangre y el sistema nervioso. El dedo estaba completamente adormecido. Inmediatamente me puse la venda, fui al hospital, me pusieron el suero y todo. Querían poner antiofídico y dije que no.

¿Por qué?
Porque te vuelves alérgico y después ya no lo podés usar. Prefiero esperarme hasta que sea necesario.

Pero en los programas que veo en la tele plantean que te muerden y que la gente se pone negra y echa espuma por la boca.
Hay un montón de especies que pueden causar mucho daño. Especialmente las que tienen veneno sicotrópico, que es el que daña las células y el tejido. Lo que produce es necrosis, descomposición del tejido.

Como si estuvieras muerto en vida.
Sí.

¿Hay que amputar ese órgano?
Algunas veces, sí. La mayoría de las veces hay que hacer un raspado. Te ponen un antiveneno y la parte muerta hay que rasparla.

¡Eso dolerá un huevo!
Esas sí duelen.

¿Estuviste en Australia y luego en Sudáfrica?
No, al revés.

¿Cómo llegaste a Sudáfrica?
Estaba trabajando en Brasil en una empresa de turismo que tenía una finca en un campamento en Pantanal. Y los dueños necesitaban a alguien que entrenara a sus guías porque no sabían nada sobre serpientes. Ahí hay caimanes, anacondas, serpientes venenosas y no venenosas. Querían entrenarlos para mostrar a los animales sin correr peligro. Me encargué de enseñar a los guías y asimismo tenía grupos a mi cargo. Los llevaba a mostrarles caimanes, agarrarlos, agarrando anacondas, enseñárselas y todo. Una vez llegó un sudafricano al que el dueño de la empresa le dijo que había un tipo loco en el campamento de ellos. El tipo fue, porque le gustaban las serpientes. Y él tenía una finca, bueno, tiene una finca, y me invitó porque quería montar un parque de reptiles. Me fui a Sudáfrica.

Ya.
Luego a una empresa de Indonesia, luego me dijeron que había un cliente en Arabia Saudita y fui allá.

¿A hacer lo mismo?
No. Allá fui a una tienda de mascotas con criadero. Pero no eran solo reptiles, sino también mamíferos, perros, gatos, primates, aves exóticas, roedores y pequeños mamíferos.

¿Y luego?
Me fui a Sudáfrica otra vez. A construir un parque de reptiles. Me falló con el acuerdo y renuncié. Me fui a otro parque de reptiles que ya estaba armado y ahí la conocía ella (a su esposa).

Okay.
Renuncié al parque en Sudáfrica y contacté a uno que sale en Animal Planet, pelirrojo, con barbita. Y él me dijo que contactara a la gente en Australia.

José Roberto Bolaños ordeñando una taipán de la costa, en el Australian Reptile Park, para el programa de antídotos de parque. Foto cortesía Roberto Bolaños
José Roberto Bolaños ordeñando una taipán de la costa, en el Australian Reptile Park, para el programa de antídotos de parque. Foto cortesía Roberto Bolaños

¿Nunca te ha interesado estar en esos shows?
Nunca. Si me invitaran, posiblemente dijera que sí, si estoy en la parte de atrás, donde nadie me ve.

Pero detrás habrá un montón de gente…
La mayoría de estos shows plantan los animales. Los llevan en una cubetita. Los colocan, viene el tipo y los agarra.

¿Es todo una farsa, pues?
No.

Pero no te venden a un tipo que agarra un animal en la vida natural.
La verdad es que lo está haciendo.

Ja, ja, ja...
Lo que está haciendo es lo que está diciendo. La diferencia es que no te dicen que ese animal ha estado en un zoológico antes.

Y por lo tanto, que es menos peligroso.
No.

¿No?
La mayoría no se acostumbra al contacto con la gente. Pitones sí, serpientes venenosas no.

¿Nunca?
No podés tomarte el riesgo de domesticar a una.

Pero si la criaste desde que sale del huevo…
Y si cuando sale del huevo te pica, adiós.

¿Desde que sale del huevo ya es venenosa?
Antes de salir del huevo.

Imposible intentar domesticarla.
Hay técnicas para manipular serpientes venenosas sin utilizar herramientas.

¿Cuál es esa técnica?
Tener mano firme, no saltar ni asustarte y conocer el lenguaje corporal de las serpientes.

¿El animal te advierte: estoy enojado, te voy a atacar?
Sí. Si es un animal silvestre que colectaste hoy no vas a ir a hacer eso, porque seguro te muerde. Pero si es un animal que lo agarraste, lo pusiste en una caja, y lo dejás sacar el estrés y después tratás, podés hacerlo.

¿Cómo advierte una serpiente?
Una víbora sisea. La cobra abre el capuchón, la mamba negra abre la boca. Todos te dejan saber antes de atacar. La mamba negra, por ejemplo, se agarran con una pinzas, apretás, las pinzas cierran, y así podés agarrarla de la cabeza.

¿Cómo le explicás a una serpiente que no sos amenaza? ¿Moverte lento?
Sí. Depende de cual vas a tratar de tocar. Lo mejor es no tratar de tocar ninguna.

De acuerdo.
Porque si no sabés qué culebra es, te puede morder, pero si son movimientos bien lentos, no acercarse demasiado, nunca arrinconar una serpiente.

¿Nunca arrinconarla?
No. Es el peor error que la gente comete.

¿Aquí en El Salvador tenemos culebras venenosas?
Sí.

¿Mortales?
Sí.

¿Cuáles?
Varias especies. El tamagás, el timbo, la víbora larga, es… no me acuerdo el nombre científico.. cascabel, coral, hay unas cinco o seis.

¿Entonces los campesinos tienen razón de machetearlas cuando las ven?
No, no hay razón. Si vos vas al campo y encontrás una serpiente y vas caminando, esa culebra no se te va a tirar encima y va a empezarte a atacar, nada.

Pero digamos que por prevención: “Mis hijos pueden pasar por aquí, se puede subir a mi cama, mejor la mato”.
La mejor solución es la educación. Educar a la gente de cuáles serpientes son venenosas y cuáles no. Yo te tengo un ejemplo. ¿Qué pasó en Australia hace años? Empezaron a colectar un montón de serpientes en estado silvestre y mataron un montón más, pensando que eran serpientes cafés y eran pitones. Hubo una sobre oblación de ratones y los ratones se acabaron los cultivos. Se comieron un montón de huevos de aves. Hicieron desastres. En Haití tenían serpientes venenosas y empezaron a traer mangostas para reducirlas. La mangosta lógicamente si tiene una boa o una cascabel va a atacar a la boa, porque la cascabel es venenosa, si lo muerde lo puede fregar. Se acabaron las no venenosas y las venenosas siguieron ahí. Se comieron a las serpientes no venenosas y hubo sobrepoblación de ratas y ratones. La rata y ratón se comían la caña de azúcar, se comían los huevos de pájaros, sobrepoblación de insectos. Así que insectos, roedores y mangostas comiendo caña de azúcar. Toda el azúcar se arruinó.

Lo entiendo, pero me parece que en general los salvadoreños no tenemos buenas relaciones con los tipos de animales que a vos te gustan.
Hace aproximadamente 10 años, la primera tienda de mascotas que entraba al país, que era “mascotas exclusivas”, la de los chapines, traía serpientes y todas se vendían.

¿Por qué debería ser permitido que en algún lugar del mundo se vendan estos animales? ¿Estás de acuerdo?
Sí, si son cuidadas en cautiverio. Es igual que la iguana. La iguana verde de El Salvador es una de las mejores mascotas del mundo. El Salvador exporta 15 millones de iguanas al año.¿Cuánto dinero hay en este negocio? Es un buen negocio, hay un montón de dinero en él, debería de ser permitido siempre y cuando las reglas estén claras.

Ante tus ojos este país no está desahuciado, por lo que veo, ¿tiene posibilidades de preservar su fauna?
Sí. La cuestión es esta: la educación es una parte muy importante en la preservación. Entonces, si educás a la gente de cuáles animales hay en El Salvador, cuáles animales son beneficiosos y cómo son beneficiosos, la gente va a empezar a protegerlos un poco más. Las serpientes, por ejemplo, si no tuviéramos ninguna serpiente hubiera sobre oblación de pájaros y de roedores, incluyendo tacuazines y ardillas. ¿Por qué creés que hay tanta ardilla ahora en San Salvador? Ya no hay ninguna serpiente, no hay depredador. Halcones, todos los gavilanes, todos esos los mataron, quedan pocos en las montañas.

¿Qué te hace pensar que este país puede tener futuro en la conservación de sus especies? ¿Qué signos has visto de que eso todavía puede ser posible?
Hay bastante área verde.

¿Hay?
Sí. Incluyendo cafetales. Los cafetales son perfectos hábitats para un montón de animales. El tenguereche bobo, que por un tiempo pensé que ya se había extinguido en El Salvador, que es una lagartija que no mucha gente ha visto. Encontré un lugar en El Salvador donde hay abundantes. Vas ahí y en dos días podés recolectar 100.

¿Cuál es su animal preferido de la fauna salvadoreña?
Muy difícil, difícil. Hay un par de lagartijas en El Pital que me llamaron mucho la atención, Desastis moreleti, es pequeñita, bonita, no muerde ni nada y es bien rápida para correr cuando se asusta, pero es bien bonita y es bien rara. Las otras son lagartijas del mismo género, pero son arborícolas.

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