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'Es imposible que el FMLN no escuche al presidente'

Cauteloso, va poniendo sus banderas con toda la sutileza de la que es capaz: si Medardo González cree que este no es un gobierno del Frente, Óscar Ortiz lo matiza; si González está convencido de que el próximo candidato presidencial debería de ser un militante consagrado, él cree que no es momento de cerrar posturas; si el coordinador general duda sobre el liderazgo que Mauricio Funes dentro del partido, Ortiz no. El alcalde tecleño prefiere asomarse cauteloso al escenario interno del FMLN, pero a aquellos que esperaban que “ordenara su pensamiento”, como José Luis Merino, les recuerda que sus planteamientos siguen intactos.


Miércoles, 25 de noviembre de 2009
Carlos Martínez y Sergio Arauz

Óscar Ortiz, alcalde de Santa Tecla, a la derecha, durante un mitin de la campaña electoral de Mauricio Funes en San Juan Opico, La Libertad.
Óscar Ortiz, alcalde de Santa Tecla, a la derecha, durante un mitin de la campaña electoral de Mauricio Funes en San Juan Opico, La Libertad.

¿Cuál es su diagnóstico del momento que vive su partido?
Yo diría que la complejidad de la situación económica y social tenemos que aprovecharla para demostrar que, con toda la experiencia que hemos acumulado, somos capaces de enfrentar con éxito estos retos.

Me llama la atención el plural inclusivo que ocupa para hablar del gobierno. ¿El FMLN sí es gobierno?
¡El FMLN es el partido de gobierno! Y tiene la principal responsabilidad de contribuir a que este gobierno no solo sea exitoso, sino que sea capaz de cumplir cada una de las grandes ofertas que le hizo al pueblo salvadoreño.

¿Para usted este sí es el primer gobierno del FMLN?
Partido de gobierno. Sin duda está claro que las elecciones las ganó el FMLN como el partido que convocó a esos miles de votantes con un tremendo valor agregado: que era una candidatura que entusiasmó y que esperanzó al electorado salvadoreño como es el caso de Mauricio Funes.

Si somos insistentes en este punto es porque percibimos una diferencia de concepciones: para el secretario general del FMLN, Medardo González, este no es un primer gobierno del FMLN, sino que es el gobierno de Mauricio Funes. De hecho dijo a El Faro “Somos el partido que ganó las elecciones, pero no somos gobierno”. Es evidente que hay distintas formas de concebir la manera en la que el Frente se ve incluido en el gobierno.
Cada quien tiene una manera de presentar un planteamiento, pero creo que el fondo es el mismo. Yo estoy de acuerdo, Mauricio es el presidente y eso siempre se dejó claro que al presidente hay que permitirle que haga su trabajo constitucional y como partido somos respetuosos de esas reglas del juego y por lo tanto yo siempre he dicho que vamos a colaborar y a contribuir desde el partido para que se haga una gestión exitosa.

Pero más allá de la mera retórica de cómo se exprese esto, creo que la forma a través de la cual se expresa cercanía o distancia con el gobierno revela la manera en la que distintos líderes del partido ven vertido el ideario del FMLN en el gobierno. Para Medardo González está claro que no está gobernando, que no es su gobierno. Parece que para usted se siente más cercano.
Yo no trato... quiero evitar que se vaya a ver como que es una... yo he platicado con Medardo y no he encontrado una diferencia de contenido de fondo. No me pondría en ese plano.

Medardo González subrayó que este es un gobierno de alianza entre el Frente y Mauricio Funes, un gobierno en el que se armó una plataforma y hubo un acuerdo. Pero la aspiración del partido es que el próximo sea el partido el que gobierne, que no sea necesario tener un aliado.
Pero eso... no sé de qué manera eso se puede explicar. Nosotros hoy somos una fuerza política fundamental en el marco de las enormes responsabilidades de gobierno que tenemos. En el futuro lo que pueda pasar serán discusiones de futuro, pero hoy por hoy el enorme reto que tenemos es que esto funcione bien en beneficio de nuestro país y en beneficio de nuestros ciudadanos. Yo no me metería a discutir si dentro de cinco o siete años quién va a ser, si es de adentro o de afuera.

¿Pero eso no es definitorio de la concepción con la cual se está en el gobierno?
Pero es que independientemente de quién esté en la presidencia, sea de adentro o de afuera, un militante o un aliado, lo que está claro es que tendrá un mandato constitucional y que él va a ser el presidente, el principal liderazgo en el gobierno, independientemente de cuál sea la valoración que uno tenga de la persona.

¿No es imperativo pensar ahora mismo como partido en ese siguiente paso: definir si la próxima apuesta será alguien de dentro o de fuera?
Yo creo que no es lo más trascendente ahora. Lo más importante ahora es gobernar bien.

¿Mauricio Funes es un líder del partido o es un mero socio?
Es un líder nacional y por lo tanto es una persona que tiene una voz importante no solo dentro sino fuera del partido. Que Mauricio no es parte de una estructura de conducción o de una estructura orgánica del partido, eso está claro, pero Mauricio está haciendo el trabajo que le corresponde, que es su papel como presidente, que para eso fue que lo elegimos.

¿El partido debería de escucharlo y tomarlo en cuenta para decidir su rumbo?
Es que son dos cosas distintas. El partido no puede estar pegado... el partido tiene incluso otras funciones que no le podemos estar pidiendo al gobierno y no le podemos estar pidiendo al gobierno funciones que son propias de un partido. La magia, para mí, que es lo que hemos estado haciendo ahora, es saber separar, no solo las competencias sino el papel de cada actor.

A lo que me refiero es a esto: evidentemente este ha sido uno de los eventos más transcendentales en la historia del FMLN y lo consiguieron por medio de un socio que se llama Mauricio Unes. ¿Cuánto Mauricio Fnes ha conseguido permear al FMLN como institución, y cuánto el FMLN le reconoce como una voz importante? ¿Cuánto capital político tiene dentro del partido?
En la medida en que Mauricio mantiene un capital político importante al frente del gobierno, de una u otra forma también es un capital político que, proactiva y positivamente, el partido recibe también y eso está claro...

¿Eso está claro?
Sí, claro, porque en la medida en que nuestra gestión está bien calificada, la gente sabe también que de una u otra manera hay un partido de gobierno que está acompañando todo ese esfuerzo y la gente es sabia en ese sentido y yo creería que en la medida en que ese capital político se fortalece y se consolida, pues sin duda alguna es ventajoso para nosotros y por eso creo que es un binomio indivisible.

Pongámoslo así: Mauricio llegó al poder en un carro rojo, un carro que no era de él. Ahora que Mauricio Funes llegó al gobierno, ¿tiene derecho a cambiarle de color al carro o a moverle el timón?
No es el papel del presidente, ni creo que lo vaya a intentar. El papel de Mauricio, desde mi perspectiva, es el que está jugando: garantizar ser un excelente presidente.

¿Al terminar su período sólo le quedaría decirle al partido “ha sido un gusto, señores, nos vemos”?
Eso habría que preguntárselo a él. Pero su principal misión es garantizar una conducción nacional del país acertada.

Usted siempre se ha planteado dentro del FMLN como alguien que busca renovar, transformar. Parece que las elecciones marcaron una pausa en ese debate sobre renovar o no. ¿El partido ha sido renovado lo suficiente como para que usted esté cómodo con lo que ve?
¿Qué más señal de renovación es el hecho de que Mauricio Funes hoy sea presidente? ¿Qué más señal de renovación es el hecho de que ahora estemos trabajando por construir un gobierno de unidad nacional?

Renovado suficiente, pues.
Señales, he dicho. Señales...

Ja, ja, ja. Dentro del partido, usted ha sido muy enfático y lo hemos visto pelear por algunas definiciones con las que no se sentía satisfecho. ¿La presidencia de Mauricio Funes puede ser vista como un alto en un camino que no le gustaba o como un verdadero cambio de ruta?
La dirección del partido hizo audazmente lo que tenía que hacer. En política todas las señales cuentan. Yo creo que es una dinámica hacia adelante.

¿Qué es 'adelante', dónde queda “adelante”?
Bueno, que hayamos ganado la presidencia de la República.

Le veo mucho más cómodo en el partido de lo que lo miraba hace algún tiempo.
¿Cómo no voy a estar cómodo? ¡Ganamos las elecciones! Ya no estamos en la oposición.

Hace algún tiempo nos decía José Luis Merino que usted y el actual canciller Hugo Martínez deberían de “ordenar su pensamiento” o si no que ahí estaban las puertas. No miro a ninguno afuera de la puerta, hasta se miran contentos. ¿Eso quiere decir que ya ordenaron su pensamiento?
Yo nunca... son raras las ocasiones en que he tratado de polemizar a escala personal.

Óscar, ¡si usted compitió directamente con Schafik Hándal!
Pero nada personal. Mi planteamiento ahí ha estado siempre, invariable, pero alimentándose siempre. Yo he revisado muchas de las cosas que he venido diciendo en los últimos 10 años y casi te puedo asegurar que eso ha variado muy poco.

Será entonces que el que ha cambiado es el partido, pues.
Eso ya es una interpretación.

Ja, ja, ja.
Tú me hiciste una pregunta y yo te contesté. Si ustedes de manera meticulosa van investigando y armando, se darán cuenta de que en general mis argumentos siguen siendo estratégicamente bastante similares.

Usted quería cambiar el partido. ¿Lo logró?
El punto de partida no es ese, el partido ha ido madurando, creciendo, cualificándose, ganando más experiencia y ha ido interpretando cada vez con mayor profundidad qué es lo que se requiere en cada momento político-coyuntural. Creo que se han tomado muy buenas decisiones en términos estratégicos. Eso tiene que ver con la posición en la que ahora estamos.

Volviendo a mirar hacia el futuro. En aquella entrevista en que José Luis Merino asumió el papel de vocero del partido, nos decía: “El plan de gobierno de Schafik Hándal es menos que socialdemócrata, pero hay una hoja de ruta que nos conduce hacia el socialismo”. Aplicado esto a las actuales condiciones, podría leerse así: “Llegamos al gobierno, pero llegó Mauricio, no nosotros. El próximo paso en la hoja de ruta será que el gobierno sea del partido'. ¿Le gusta esa dirección?
Si en el partido tenemos tres o cuatro o cinco candidatos de cara a 2014 con los que se puede ganar, no tengo ninguna duda de que esa va a ser la ruta. Ahora, si no los tenemos, te vas a tener que preguntar con quién vamos a volver a ganar. Yo me sentiría totalmente cómodo con que tuviéramos tres o cuatro o cinco mujeres o hombres con una gran proyección de liderazgo nacional y aceptación de los electores, espero que así sea...

Lo que dice es que esto no puede ser un asunto cerrado. Si el partido no tiene el perfil de candidato necesario, pues ni modo, a abrir las puertas.
No vas tener otra opción, es que si no los tenés vas a tener que buscar...

... afuera.
Vas a tener que buscar quién mejor te resuelva en el tema de la coyuntura. Yo creo que nosotros vamos a tener candidatos, pero eso no se puede decir por determinismo, eso hay que trabajar y tenemos años para trabajarlo, no creo que sea el tema de ahora, en política los tiempos cuentan.

¿Se ve en el abanico de posibilidades por las que el partido debería de apostar?
No creo que sea siquiera el momento de estar planteando la posibilidad de quién o cómo.

Sigfrido Reyes parece estar interesado.
No lo he escuchado, pero para el caso no veo que sea un pecado. Desde mi perspectiva, el reto es garantizar que podamos hacer bien las cosas en el gobierno.

Para adentro del partido, a corto plazo, ¿qué viene?
Bueno, vamos a una convención interna, que va a ser más política este año, más política en el sentido de que vamos a analizar el período en el que estamos para potenciar nuestra capacidad de contribución en todas las áreas que el partido tiene como reto. Seguro que el próximo año tenemos que plantearnos los procesos internos.

Mauricio Funes generó un movimiento político y expectativas, convenció a personas dentro del partido de que él era el líder para ganar. ¿Cuánto de este capital político debería de ser incluido en la toma de decisiones institucionales del partido? ¿O deben de ser tajantes y decir: “usted es el gobierno y nosotros somos partido, nosotros nos entendemos del partido”?
El partido es uno, pero siendo uno, hay una cantidad impresionante de militantes que estamos asumiendo distintas responsabilidades públicas y no es contradictorio. Y esas responsabilidades públicas son un nutriente para el partido.

Otra vez: ¿Mauricio Funes debe de ser escuchado a la hora de las redefiniciones partidarias?
Es imposible que no escuchés al presidente, querer hacer esa diferencia no tiene sentido, el presidente es un actor clave en cualquier escenario de toma de las grandes decisiones, él es el que está al frente de las grandes políticas públicas.

Estamos hablando de partido.
Bueno, no tiene por qué meter al partido y a Mauricio en una dinámica interna del partido.

Óscar, ¿A Mauricio Funes hay que incluirlo en las decisiones estrictamente partidarias o no?
¡No podés hacer ese esquema de cerco mecánico porque no existe! En política querer establecer esos muros es imposible, es un binomio difícil de dividir.

¿Es difícil entonces separar los frutos que coseche Mauricio Funes de los frutos del FMLN?
Es muy complicado, si algún artista me lo hace y me lo dibuja, tal vez repensaría bien el tema, pero no veo cómo se puede separar.

Tal vez un artista no, pero Medardo González sí lo hace.
No he escuchado a Medardo.

Pero nosotros sí, y él hace una diferenciación muy clara en esto.
Casi me adelanto a decirte -y no tengo ninguna duda de que a eso se refiere- que entre lo orgánico, lo institucional del partido y la función de presidente de la república, por supuesto que son dos cosas distintas. Si no, no tendría que haber coordinador general.

No, se refería a su partido. Él decía: Mauricio Funes no es un líder dentro del FMLN. Parafraseando, decía: él no tiene que meterse en decisiones partidarias. Pero a usted sí le cuesta aceptar que Funes no permee en las decisiones del partido.
Es que no me gustan los absolutos, no existen. Hay un tema que es importante, claro, Medardo tiene razón en eso: Mauricio no es dirigente del FMLN, no es miembro de la dirección, de su Comisión Política...

Eso es distinto a no ser un líder.
Bueno, es que el tema del liderazgo, cuando uno tiene que explicar lo que significa liderazgo tiene rápidamente que responder posiblemente cuatro cosas: ¿cuál es la diferencia entre un líder y otras personas?

Cuéntenos.
Uno: la capacidad de ampliar su influencia, liderazgo es influencia. Dos: la confianza que logra crear para llevar su proyecto y visión adelante. Tres: es un tejedor de esperanza. Y cuatro: tiene una gran capacidad de convocatoria. Todo tiene que ver con un intangible, yo puedo ser parte de una cuestión orgánica sí o no, pero no me quita la posibilidad de jugar un papel de liderazgo. El liderazgo es algo más que una responsabilidad mecánica.

Por las características que usaba para definir líder, Mauricio Funes terminaría siendo más líder que el propio coordinador general, Medardo González.
Es que los liderazgos tenés que... es bien difícil mecánicamente decir nombres, el liderazgo se mide en su contexto, cuando hablás de liderazgos políticos tenés que hablar de liderazgos nacionales. Mauricio hoy por hoy es uno de los liderazgos de mayor peso y de alcance nacional.

Incluyendo el partido.
Un liderazgo es transversal.

Hay quienes lo miran a usted como una cuña de Mauricio Funes dentro del partido.
No sé de dónde han sacado eso.

¿No es así?
Yo soy una pieza del partido, y siempre he creído que las ideas que uno tiene, abraza y cree, debe ponerlas al servicio del país, y creo que Mauricio es un liderazgo que hará importantes transformaciones para el país, desde la posición de donde está. Vale la pena apostar por eso.

¿No ve un escenario en el que los diputados o los alcaldes del partido tengan que plantearse la disyuntiva entre respaldar al Ejecutivo o respaldar al partido?
Un escenario sería como hueco, en el sentido de que... es como verlo en blanco o negro. La situación demanda otra dinámica.

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