San José, febrero 5. Un partido que lucha por evitar su extinción y otro que se despide del mote de minoría son parte del legado que deja la campaña electoral que culminará con las votaciones del domingo, un escenario mucho más variado para la política costarricense dominada por décadas por el bipartidismo.
Los partidos de Liberación Nacional (PLN) y la Unidad Social Cristiana (PUSC) que se repartieron el poder en el país empezaron a declinar desde que surgió en 2000 Acción Ciudadana (PAC), pero el actual proceso electoral reveló además el novedoso crecimiento del Movimiento Libertario (ML).
La última encuesta divulgada antes de las votaciones dio a la candidata del PLN Laura Chinchilla un 42% de la intención de voto, con una marcada ventaja sobre Otto Guevara, del ML, quien consiguió 23% de apoyo.
Ottón Solís del PAC, hasta ahora líder indiscutible de la oposición, salió tercero con 20%.
Los procesos judiciales por presunta corrupción a los ex presidentes Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez -el año pasado hubo una condena a cinco años de cárcel para Calderón que está en apelación- repercutieron con dureza en el PUSC, que vio caer su apoyo popular al extremo de que su candidato, Luis Fishman, ha cosechado solo un 5.7% de apoyo, empatado con el aspirante del partido minoritario Accesibilidad sin Exclusión (PASE), el diputado Óscar López, quien sacó 5.1%.
La socióloga Montserrat Sagot reconoció que el único grupo consolidado es el PLN, destacó que sobre los resultados finales el panorama no está claro y que mucha gente toma la decisión de voto en los últimos días.
Para el analista político Alberto Cortés la campaña permitió un crecimiento de Guevara en la intención de voto a pesar de que carece de una estructura nacional, en tanto el consultor en derecho y política internacional Francisco Barahona destacó que 'en un futuro próximo el libertario se puede convertir en una alternativa al PLN desde la derecha'.
El ML participa en las elecciones desde 1998; en los comicios anteriores apenas sumó un 8.48% de votos pero junto al crecimiento actual de su candidato, su presencia en el Congreso también va en alza: de dos diputados en 2002, lograron seis en 2006 y la pretensión de Guevara es obtener 20 diputados en esta ocasión.
Cortés resaltó que contra todo pronóstico y cuando 'parecía que el PUSC estaba fuera del juego, logró una activación que evitaría que desaparezca del todo'. La apuesta de los socialcristianos también se fija en el legislativo con el fin de mantener con vida a la agrupación. En el proceso de 2006 obtuvieron cinco escaños.
Otros actores han asomado, como el PASE liderado por el congresista ciego López, y el Frente Amplio, un partido de izquierda. Ambos tienen un diputado en el Congreso y la meta es sumar más.
Entre los miembros del PAC, a pesar de lo que indican las encuestas, todo se resume a un triunfo presidencial y similar éxito esperan para los restantes puestos en juego.
'En la campaña trasanterior fuimos grandes, en la pasada muy grandes y en esta los más grandes', dijo Solís el jueves a periodistas.
El reto para los partidos es lograr que la gente, sobre todo los más jóvenes, lleguen a votar, pues el abstencionismo registró en 2006 un 34.8%. Cuatro años antes fue de 68%.
'Abstenerse es irresponsable, es delegarle la oportunidad de decidir a los demás y el voto en blanco se puede prestar para fraudes', comentó el estudiante Frank Rodríguez, quien a sus 20 años votará por primera vez en elecciones nacionales.
Además de la reconfiguración del escenario político, los comicios del domingo también traen una novedad: habrá un hito si resulta ganadora la candidata oficialista Laura Chinchilla, quien se coloca como la primera mujer con la posibilidad real de llegar a la presidencia.
'Soy consciente de que estoy aquí por la lucha de muchas mujeres, y de muchos hombres también', resaltó Chinchilla, una politóloga de 50 años de edad, casada en segundas nupcias y madre de un adolescente de 13 años, quien lidera las últimas encuestas con poco más del 40%.
Para Montserrat Sagot, la candidatura de Chinchilla 'es un fenómeno político importante, ya que provoca cambios en el imaginario y la forma de ver a las mujeres, especialmente para las niñas, pues se modifican los significados sociales de género'.
En una entrevista a la AP dijo que no obstante una representación efectiva solo se dará en tanto que 'una mujer presidenta se comprometa a promover un cambio social y políticas de equidad'.
Las mujeres costarricenses empezaron a votar hace casi 61 años y aunque superan por algunos miles a los votantes masculinos en un padrón de 2.8 millones de costarricenses, les ha tomado más tiempo lograr equidad en los cargos públicos.
Datos del Tribunal Supremo de Elecciones indican que para esta elección, las féminas representan alrededor del 20% de candidaturas presidenciales, pues de nueve aspirantes, dos son mujeres y solo una, Chinchilla, pelea de primera mano la elección.