Ciudad Juárez, marzo 14. Una empleada del consulado estadounidense y su esposo fueron asesinados en esta ciudad, minutos después de que fuera baleado el marido de otra funcionaria consular y sus dos hijos quedaran heridos, dijeron este domingo autoridades policiales mexicanas.
El presidente estadounidense Barack Obama expresó su indignación por los homicidios, y su colega mexicano Felipe Calderón se comprometió a investigar el caso con rapidez.
Fred Lash, vocero del Departamento de Estado estadounidense, dijo que las tres personas asesinadas habían asistido al mismo evento social antes de los ataques el sábado. Sin embargo, la policía mexicana no dio información adicional sobre un posible móvil.
La empleada del consulado y su esposo fueron muertos a tiros dentro de su automóvil el sábado en la tarde cerca del puente Internacional Santa Fe que vincula a Ciudad Juárez con El Paso, Texas, dijo Vladimir Tuexi, portavoz de la procuraduría del estado de Chihuahua.
La mujer recibió un balazo en la cabeza, mientras que su esposo tenía heridas de bala en el cuello y un brazo. Su bebé de aproximadamente un año de edad fue hallado ileso en el asiento trasero. El bebé está bajo la custodia de los servicios mexicanos de atención a la familia.
Robert Cason identificó a la pareja como la empleada consular Lesley A. Enríquez, de 35 años, y su esposo Arthur H. Redelfs, de 34. Cason, padrastro de Redelfs, dijo también que este trabajó como custodio en la cárcel del condado de El Paso. No quiso hablar sobre quién se hará cargo de su nieto. “No quiero dar nada de información adicional a los sicóticos que andan allá afuera”, señaló.
El gobierno estadounidense no había descrito cuál era la labor de Enríquez en el consulado, y Cason dijo que tampoco estaba al tanto de su trabajo allí. Una vecina de la empleada consular, Zonia Rivas, indicó que lo único que sabía es que había vuelto a trabajar hace unos tres meses tras cumplirse su permiso por maternidad.
10 minutos antes del homicidio de Enríquez y su esposo, la policía encontró el cadáver del marido de una empleada mexicana del consulado. Jorge Alberto Salcido Ceniceros, de 37 años, fue muerto a tiros en su automóvil, mientras que sus dos hijos, de 4 y 7 años, resultaron heridos, de acuerdo con la procuraduría. Los niños fueron hospitalizados.
Se cree que los pistoleros pertenecen a un grupo de mercenarios vinculados con el cártel de Juárez, de acuerdo con un comunicado de la misión conjunta de soldados y la policía federal que supervisa la seguridad en Ciudad Juárez. La información estaría basada en insumos brindados con agencias federales estadounidenses, que cooperan en las investigaciones.
Obama está “profundamente entristecido e indignado” por los asesinatos, indicó un comunicado de la Casa Blanca. El mandatario “extiende sus condolencias a las familias y condena estos ataques contra el personal consular y diplomático que presta servicio en nuestras misiones extranjeras”, agregó el comunicado. “De concierto con las autoridades mexicanas, trabajaremos incansablemente para llevar a sus asesinos ante la justicia”.
La secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que los ataques son espantosos. 'Son, tristemente, parte de una creciente tragedia que agobia a muchas comunidades en México”. Agregó: 'Estos hechos sacan a la luz la necesidad de nuestro compromiso continuo para trabajar de cerca con el gobierno del presidente Calderón con el fin de acabar con la influencia de las organizaciones traficantes que trabajan en México… Esta es una responsabilidad que debemos enfrentar juntos”.
El Departamento de Estado informó el domingo que autorizó a empleados del gobierno en seis consulados estadounidenses del norte de México a sacar a sus familiares de la zona debido a temores por el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico. El Departamento dijo que los familiares están autorizados a abandonar las ciudades fronterizas de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros.
Por lo menos 18 mil personas han muerto desde que Calderón lanzó una ofensiva contra los narcotraficantes en diciembre de 2006, poco después de asumir el poder. La sangrienta guerra contra el tráfico de drogas ha plagado la zona fronteriza de México con Estados Unidos desde hace años y las calles alguna vez activas lucen vacías al oscurecer. El gobierno mexicano ha despachado más de 45 mil soldados para luchar contra los carteles.
Los asesinatos se dan durante un fin de semana especialmente sangriento en México, con casi 50 asesinatos en hechos aparentemente vinculados con el narcotráfico. Nueve personas, ocho pistoleros y una mujer de 23 años que se vio inmersa en el fuego cruzado mientras viajaba en un taxi, fueron asesinadas el domingo en la madrugada en un tiroteo en la ciudad turística de Acapulco, en el Pacífico.