Londres, mayo 11. El líder conservador David Cameron se convirtió este martes en el primer ministro más joven de Gran Bretaña en casi 200 años, después de que la renuncia de Gordon Brown pusiera fin a 13 años de gobiernos a cargo del Partido Laborista.
Cameron dijo que busca formar una coalición de gobierno con los liberales-demócratas, que quedaron terceros en las elecciones. El Partido Conservador de Cameron ganó la mayoría de los escaños pero sin obtener una mayoría la semana pasada, en las elecciones nacionales.
Funcionarios del Partido Conservador dijeron a The Associated Press que el líder liberal-demócrata Nick Clegg será el viceprimer ministro. Los dos funcionarios, quienes solicitaron permanecer anónimos para hablar de los nombramientos antes del anuncio oficial, dijeron que Clegg y otros cuatro miembros del Partido Liberal-Demócrata obtuvieron puestos en el gabinete.
El ex líder del Partido Conservador, William Hague, será ministro del exterior, y el legislador de ese mismo partido George Osborne fue nombrado jefe del Tesoro, de acuerdo con los conservadores.
Un tercer funcionario partidista dijo a la AP que el legislador Liam Fox será el secretario de la defensa.
Fox ha mostrado una postura inflexible en la controversia por el programa nuclear de Irán, y es un firme defensor de que Gran Bretaña conserve un factor de disuasión basado en armas atómicas.
Cameron, de 43 años, dijo que será 'una tarea difícil' la de gobernar como una coalición, pero añadió que Gran Bretaña tenía problemas severos que atender. Cameron visitó el Palacio de Buckhingham, donde la reina Isabel II le pidió que formara un gobierno, menos de una hora después de que Brown presentara a la monarca su renuncia.
El pacto entre Cameron y Clegg representa el primer gobierno de coalición en el país desde la Segunda Guerra Mundial.
A su llegada a la Calle de Downing, en Londres, tomado de la mano con su esposa Samantha, Cameron confió en que están 'por llegar días mejores' para Gran Bretaña.
Cientos de curiosos, algunos de los cuales abuchearon a Cameron, se concentraron ante las rejas de la residencia del primer ministro para ver su llegada. Cameron llegó a su nueva casa menos de 90 minutos después de que Brown pronunciara un emotivo discurso de despedida, y de inmediato perfiló por dónde piensa empujar su administración.
'Tenemos algunos problemas profundos y demandantes, un gran déficit, profundos problemas sociales y un sistema político que necesita reformarse', dijo Cameron. 'Por esas razones busco formar una coalición apropiada y plena entre los conservadores y los liberales-demócratas'.
'Nick Clegg y yo somos líderes políticos que queremos dejar atrás las diferencias partidistas y trabajar duro por el bien común y por los intereses nacionales', dijo Cameron.
El presidente estadounidense Barack Obama llamó por teléfono a Cameron y lo invitó a que realice una visita en julio. Ambos hablaron sobre Afganistán, Irán y el proceso de paz en Medio Oriente, de acuerdo con un comunicado difundido por la oficina del nuevo primer ministro.
Cameron recibió también una llamada de la canciller alemana Angela Merkel, con quien conversó acerca de la economía mundial.
De pie, frente a la puerta del número 10 de la calle de Downing, Brown deseó suerte a Cameron. 'Le deseo éxito al próximo primer ministro en su tarea de tomar decisiones para el futuro', dijo Brown. 'Sólo quienes han ejercido el cargo de primer ministro conocen el verdadero peso de sus responsabilidades y su enorme potencial para hacer el bien', agregó. 'Me encantó el trabajo, no por su prestigio ni por su pompa y ceremonia, sino por su potencial de hacer de este país un país mejor, más tolerante, más respetuoso del ambiente, más democrático, más próspero, más justo, una Gran Bretaña realmente mejor', añadió.
Tras su breve declaración, Brown, de 59 años, caminó con su esposa Sarah y sus hijos John y Fraser por la calle Downing hasta que abordó un vehículo rumbo al palacio.
Brown estuvo unos 15 minutos en la sede de la monarquía y después fue llevado en su vehículo, ya sin ser líder de Gran Bretaña. Minutos después llegó a la sede del Partido Laborista, donde fue recibido con aplausos y vivas.
Poco después, como establece el antiguo protocolo inglés, Cameron llegó al palacio.
La renuncia de Brown pone fin a cinco días de incertidumbre tras un resultado electoral indefinido: los conservadores ganaron la mayor cantidad de escaños pero no alcanzaron una mayoría, por lo que tuvieron que competir con los laboristas por el afecto de los liberales-demócratas para formar gobierno.
Los liberales-demócratas tienen una ideología más parecida a la de los laboristas, pero las negociaciones entre los dos fracasaron. Muchos dirigentes del laborismo opinaban que era hora de ser oposición ya que quedaron en un lejano segundo lugar en la votación.