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Rebelión en Libia pone en jaque a Gadafi

Unas 200 personas han muerto en Libia en seis días de protestas, según médicos y organizaciones civiles. Las manifestaciones en favor de reformas pro democracia también ganan fuerza en Marruecos y Yemen.

Domingo, 20 de febrero de 2011
AP

El Cairo, Rabat y Saná, febrero 20. El hijo del líder Moamar Gadafi advirtió que las protestas que han paralizado seis días a Libia podrían derivar en una guerra civil que pudiera generar incendios en los pozos petroleros del país, en tanto que las fuerzas del gobierno parecían ir cediendo poco a poco ante los rebeldes, que exigen democracia.

En declaraciones ante la televisión estatal libia el lunes en la madrugada, Seif al-Islam Gadafi dijo que el ejército aún respalda a su padre, que encabeza la lucha, aunque reconoció que los insurgentes han capturado algunas bases militares, tanques y armas. 'No somos Túnez ni Egipto', afirmó Gadafi hijo, refiriéndose a las exitosas rebeliones que derrocaron a los largos regímenes en los vecinos de Libia.

Luego de que las revueltas contra el gobierno se esparcieran por la capital, el hijo de Gadafi proclamó que su padre continúa al mando con el apoyo del ejército y que 'combatirá hasta el último hombre, la última mujer, la última bala'.

Las declaraciones de Seif al-Islam son las primeras del régimen tras seis días de manifestaciones. Su discurso surgió luego de la fuerte represión de las fuerzas de seguridad, que dispararon contra miles de manifestantes y asistentes a funerales en la ciudad de Bengasi, en el este del país, lo cual llevó a la muerte de 60 personas tan sólo el domingo, según un médico en uno de los hospitales de la ciudad.

En total más de 200 personas han muerto desde que comenzaron las revueltas, según médicos, grupos activistas por los derechos humanos y disidentes exiliados.

La respuesta en Libia ha sido la más dura entre los países árabes que han efectuado protestas populares similares a las que derrocaron a los líderes de Túnez y Egipto.

El hijo de Gadafi dijo en su discurso que su padre se mantendría en el poder.

'Moamar Gadafi, nuestro líder, encabeza la batalla en Trípoli, y estamos con él', agregó.

'Las fuerzas armadas están con él y decenas de miles vienen en camino para estar con él. Combatiremos hasta el último hombre, la última mujer, la última bala', dijo en su mensaje de 40 minutos de duración, en ocasiones confuso y divagado.

Seif al-Islam, quien es la cara de la reforma del régimen, aceptó que el ejército cometió algunos errores durante las protestas, pues los efectivos no estaban entrenados para luchar contra los manifestantes. Dijo también que el número de muertos había sido exagerado y que la cifra correcta es de 84.

Los países occidentales han expresado su preocupación por el aumento de la violencia en Libia. El secretario del exterior británico William Hague indicó que habló con Seif al-Islam Gadafi por teléfono y que le dijo que el país debe comenzar el diálogo e implementar reformas, informó la cancillería británica.

En su discurso, el hijo de Gadafi ofreció avanzar en las reformas en cuestión de días en lo que describió como 'una iniciativa nacional histórica', y dijo que el régimen está dispuesto a retirar algunas restricciones y comenzar las negociaciones para una Constitución.

Además ofreció cambiar algunas leyes, incluyendo aquellas concernientes a los medios de comunicación y el código penal.

Los manifestantes han capturado algunas bases militares, tanques y otras armas, señaló Gadafi hijo, culpando de ello a los islamistas, los medios de comunicación, matones, alcohólicos y drogadictos, así como a los extranjeros, incluyendo a tunecinos y egipcios.

También admitió que el descontento se ha esparcido a Trípoli, donde han ocurrido tiroteos en la Plaza Verde, en el centro.

Miles exigen reformas en Marruecos y Yemen

Miles de personas marcharon el domingo en varias ciudades de Marruecos en demanda de una mayor democratización mediante cambios a la carta magna, en momentos en que una oleada de movilizaciones populares sacude diversas naciones del mundo árabe.

En su desplazamiento por la avenida Hassan II en la capital, Rabat, los manifestantes gritaron lemas en los que exigían oportunidades económicas, una reforma educativa, mejoras a los servicios de salud y subvenciones ante las carestías.

Marruecos se convirtió el domingo en otro país que registra movilizaciones en el norte de África y el mundo árabe, después de las que causaron la caída de los gobernantes autocráticos en Túnez y Egipto.

Las manifestaciones en Marruecos estuvieron dirigidas principalmente contra el Parlamento, en el que a decir de muchos marroquíes su voz no es tomada en cuenta.

Las protestas con seguridad suponen un mensaje para el rey Mohammed VI, quien es considerado un reformista en comparación con su padre Hassan II, quien ejerce la autoridad absoluta con puño de hierro en el reino.

Un mar de banderas cubrieron la plaza Mohammed V, a la que cubría la lluvia, en Casablanca, donde se reunieron hombres jóvenes con gorras y rompevientos, así como mujeres jóvenes con pañoletas islámicas y otras de mediana edad que llevaban anteojos oscuros y aretes.

Agentes vestidos de civil se mezclaron entre los manifestantes en Rabat, aunque la Policía tuvo una presencia discreta. La mayoría de las marchas fueron pacíficas, dijeron las autoridades.

Sin embargo, en la ciudad de Marrakech, en el centro de Marruecos, individuos asediaron un restaurante Mcdonald's y una tienda de ropa en desórdenes que tendían a propagarse, dijo un funcionario de seguridad que solicitó el anonimato.

En la ciudad norteña de Larache, diversos grupos escenificaron plantones frente a la casa del gobernador regional e incendiaron una gasolinera, lo cual obligó la intervención de los bomberos, dijo la fuente.

Las protestas callejeras también inundaron la capital de Yemen, donde unos 3 mil estudiantes protestaron el domingo en la Universidad de Saná, la capital de Yemen, en demanda de que dimita el presidente Alí Abdulá Salé, un aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra los terroristas de al-Qaida y quien ha gobernado el país durante 32 años.

El domingo fue el undécimo día consecutivo de manifestaciones antigubernamentales en Yemen. El sábado, la Policía antidisturbios disparó contra manifestantes que efectuaban una marcha, con resultado de un muerto y cinco heridos. Siete personas han muerto desde el inicio de la agitación política en el país.

Inspirados en las revueltas populares en Egipto y Túnez, los manifestantes pretenden la salida del presidente Salé.

El acosado presidente buscó el domingo una salida a la crisis política en su empobrecida nación árabe, ofreciendo supervisar un diálogo entre su partido y la oposición para desactivar el actual enfrentamiento con los manifestantes que exigen su destitución.

'El diálogo es el mejor medio, no el sabotaje o el bloqueo de carreteras', dijo Salé en una conferencia de prensa. 'Estoy dispuesto a sentarme en la mesa de negociaciones y cumplir con sus demandas si son legítimas', dijo el líder yemení, quien denunció la presunta presencia de 'infiltrados' que, dijo, buscan dividir a los yemeníes y sabotear al país.

Los estudiantes, en su marcha, coreaban lemas antigubernamentales y portaban carteles que decían 'fuera Alí por el bien de las futuras generaciones'.

Policías antidisturbios observaron la marcha pero no intervinieron. Simpatizantes del gobierno han atacado a menudo anteriores protestas, en acciones que han suscitado disturbios.

Además de una población descontenta, Salé enfrenta la amenaza de los milicianos de Al Qaeda, que tratan de derrocarlo, un movimiento secesionista en el sur del país y una esporádica rebelión armada en el norte.

Para tratar de sofocar las nuevos brotes de disidencia, Salé se comprometió a cumplir con algunas de las demandas de los manifestantes y se ha acercado a los jefes tribales, que son una base importante de apoyo para él.

Sin embargo, un jefe influyente de la propia tribu de Salé ha criticado sus políticas y ha amenazado con unirse a los manifestantes, en un aparente intento de presionar al asediado líder del país más pobre del mundo árabe.

Por ahora, la mayoría de los manifestantes son estudiantes, profesionales con estudios y activistas que utilizan redes sociales como Facebook y Twitter para convocar a la gente a protestar en las calles.

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