Atenas (AP) — Cientos de jóvenes en Grecia lanzaron piedras y bombas incendiarias a la policía antidisturbios en diversas refriegas suscitadas el miércoles en Atenas durante una protesta multitudinaria, parte de una huelga general que interrumpió servicios públicos y paralizó el transporte en el país.
La movilización fue en protesta contra las medidas de austeridad que ha impuesto el gobierno debido a los problemas financieros por los que atraviesa Grecia y que obligaron a Europa y el FMI a concertar un rescate para salvar a la nación de la insolvencia por su abultada deuda.
La policía lanzó a los manifestantes granadas lacrimógenas y bombas aturdidoras, mientras un manto asfixiante se extendía por el centro de la ciudad. Miles de manifestantes que protestaban de manera pacífica huyeron de inmediato hacia calles aledañas.
Un agente de la unidad de la policía en motocicleta fue alcanzado por una bomba incendiaria y su uniforme se prendió en llamas en la plaza Syntagma, la principal de la ciudad. Un compañero del agente lo auxilió pero la motocicleta quedó destruida.
Los manifestantes que gritaban a coro 'No obedezcan a los ricos, resistan' marcharon hacia el parlamento en medio de la intensa vigilancia policial en la ciudad.
Una banda musical, tractores y ciclistas se sumaron a la movilización que convocaron los comunistas.
Diversos grupos de jóvenes rompieron adoquines, dañaron fachadas de mármol de edificios y barandillas de mármol blanco afuera de las estaciones del metro. Los jóvenes utilizaron los fragmentos como proyectiles contra la policía. Numerosos jóvenes cubrían sus rostros con capuchas y pasamontañas.
Unos 15 policías resultaron heridos en tanto que nueve sospechosos fueron detenidos, entre ellos un individuo que supuestamente portaba un arco, flechas y un hacha, dijo la policía.
La manifestación fue la primera mayor protesta sindical del año en Grecia en momentos en que el gobierno del primer ministro George Papandreou afronta demandas del exterior para que achique su gasto.
Estas exigencias resultaron del plan que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional concertaron para salvar de la insolvencia a Grecia.
Según la policía, unos 33 mil manifestantes asistieron a la movilización en Atenas. Los organizadores establecieron la cifra en unos 100 mil participantes.
Stathis Anestis, el dirigente adjunto del mayor sindicato de Grecia, el GSEE, dijo que 'un pequeño grupo de revoltosos' empañó la protesta que se pretendía fuera pacífica.
'Por desgracia, algunas personas no quieren entender que esa conducta, intencional o no, socava la lucha de los trabajadores y sólo sirve a los designios de los gobiernos, empleadores y todos aquellos que desean que se reprima a los trabajadores', dijo Anestis.
Los enfrentamientos esporádicos duraron más de tres horas. Cientos de manifestantes se congregaron afuera del parlamento al término de la marcha y dijeron que permanecerían en el lugar hasta que el gobierno hiciera concesiones, pero los retiraron los policías antidisturbios.
Los organizadores de la protesta dijeron en el lugar que seguían el ejemplo de las actuales revueltas populares en varios países del norte de Africa.
El primer ministro George Papandreu, quien se encuentra de visita en Finlandia, dijo que simpatizaba con las personas que se manifiestan de manera pacífica.
'La situación económica en Grecia es muy difícil, y a veces yo mismo siento el impulso de sumarme a las filas de los manifestantes', afirmó Papandreou citado por la difusora nacional finlandesa YLE.
'Pero sólo protestar por protestar no conduce a nada. Necesitamos decisiones que puedan contribuir a la solución de los problemas', apuntó.
La huelga de 24 horas paralizó trenes, transbordadores y la mayoría del transporte público, y causó la cancelación de más de 100 vuelos en el Aeropuerto Internacional de Atenas. La huelga también causó el cierre de la Acrópolis y otros principales sitios turísticos.
En las protestas participan médicos de hospitales estatales, conductores de ambulancias, farmacéuticos, abogados y cobradores de impuestos que se unieron a los maestros de escuela, periodistas y miles de pequeños empresarios en un giro de las protestas que ha ampliado su base a grupos de clase media.
El principal distrito comercial de Atenas estaba casi vacío, debido a que muchos de los negociantes cerraron sus puertas.