La Corte de Inmigración de Orlando, en Florida, Estados Unidos, suspendió temporalmente el juicio de deportación contra el ex ministro de Defensa, general Carlos Eugenio Vides Casanova, acusado de violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil salvadoreña.
El juicio comenzó el lunes y su primera etapa concluyó hoy con el testimonio del ex embajador de los Estados Unidos en El Salvador, Edwin Corr, un testigo propuesto por la defensa, quien aseguró que nunca había escuchado las críticas al militar por violaciones a los derechos humanos.
Corr, un diplomático conservador del gobierno de Ronald Reagan, contradice la declaración de Robert White, ex embajador del gobierno demócrata de Jimmy Carter. White aseguró que los cables diplomáticos de 1980-1981 señalaban con nombre y apellido a varios militares que cometieron abusos, entre ellos Vides Casanova.
El gobierno de los Estados Unidos y el Center for Justice and Accountability (CJA) hacen eco de la declaración de White para pedir la deportación del ex ministro de Defensa, quien en el año 2002 fue condenado al pago de 54.6 millones de dólares por las torturas que sufrieron tres salvadoreños durante la guerra civil.
Corr no fue interrogado por los representantes del gobierno estadounidense porque la defensa pidió más tiempo para preparar el interrogatorio de otro testigo. El tribunal accedió a la petición y ordenó que el juicio continúe el próximo 24 de mayo.
Vides Casanova, quien recibió el premio de la Legión de Mérito por sus destacados servicios para el gobierno de los Estados Unidos, también ha pedido que se tome la declaración de David Passage, el exencargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, entre 1985 y 1986.
Passage es un experto en el tema de guerrillas insurgentes en varias partes del mundo y podría complementar la estrategia de defensa de Vides Casanova, quien alega que centró su trabajo en impedir la propagación del comunismo en la región.
Con la declaración de los ex funcionarios propuestos por la defensa concluyen las pruebas testimoniales del caso. Durante la semana, declaró el médico salvadoreño Juan Romagoza y el estudiante Daniel Alvarado, quienes fueron torturados por el ejército, y que son las pruebas directas por las cuales el Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) ha solicitado la deportación del exfuncionario salvadoreño.
En el juicio migratorio también se ha cuestionado a Vides Casanova por el asesinato de cuatro religiosas estadounidenses. Maura Clarke, Dorothy Kazel, Ita Ford y de la misionera seglar Jean Donovan, que fueron secuestradas, violadas y asesinadas por guardias nacionales en diciembre de 1980. Vides Casanova era el comandante de ese cuerpo de seguridad.
En el año 2000 fue demandado por esos crímenes, pero un tribunal de Florida lo exoneró. Sin embargo, los acusadores insisten que esos asesinatos y las torturas que sufrieron los otros testigos eran parte de una política avalada por las altas autoridades militares. Vides Casanova, quien reside desde hace 22 años en los Estados Unidos, dijo a una agencia de noticias que es inocente. “Para mí es muy difícil escuchar todos esos testimonios sobre atrocidades y cosas malas que yo nunca cometí”, aseguró.
El 24 de mayo, cuando concluya la declaración de los testigos, Vides Casanova podría rendir su declaración. Una vez terminado el juicio, el CJA estima que el fallo se podría conocer en la siguiente semana.
Si Vides Casanova es encontrado culpable de violaciones a los derechos humanos, podría ser deportado a El Salvador, donde su llegada no tendría consecuencias judiciales porque una Ley de Amnistía de 1993 perdonó los crímenes políticos y los comunes vinculados con políticos ocurridos durante la guerra civil.