El Ágora /

'A las amenazas de que me van a matar ni caso les hago ya'

A uno de sus compañeros de lucha lo mataron cuando su hija cumplía años. Francisco Pineda, ganador del más prestigioso galardón mundial en materia ambiental, está convencido de que los homicidas con toda intención perpetraron el asesinato el día en que él quería compartir con su hija. Pineda atribuye el retiro de la minera Pacific Rim a la presión del Comité Ambiental de Cabañas que él fundó y cuenta que ahora él se embarca en otra empresa: concienciar a las comunidades sobre el riesgo para la salud de beber desmedidamente Coca Cola.

Jueves, 9 de junio de 2011
Gabriel Labrador y Frederick Meza / Fotografías: The World Environmental Goldman Prize

 

La comunidad no va a permitir la minería metálica en Cabañas, dice Pineda. Ya boicotearon en el pasado el trabajo de Pacific Rim en la mina El Dorado, en San Isidro.
La comunidad no va a permitir la minería metálica en Cabañas, dice Pineda. Ya boicotearon en el pasado el trabajo de Pacific Rim en la mina El Dorado, en San Isidro.

¿Entonces es un mito eso de la minería verde y la minería ambientalmente sostenible?
No, no puede darse. Podemos ver en la internet y podemos ir a otros países y vemos que eso no existe. Yo he tenido la oportunidad de ir a Perú, que es uno de los países más antiguos en eso de la exportación minera y ahí la población vive en pobreza extrema. Si quienes tienen pisto son los que se llevan el oro, pero la gente de las comunidades está amolada.

Usted es opositor a la minería metálica. ¿Y qué pensó cuando supo lo de los mineros en Chile?
Mire, por malo que se escuche, nosotros nos alegramos porque para nosotros la vida es importante y le aseguro que si platicamos con alguno de los que estuvo ahí, ellos dicen que no vuelven a trabajar en una mina. Los medios y la empresa tienen el derecho de agarrar el tema para decir que tienen tecnología y que los podían sacar. Pero si vemos la historia de todas las minerías, bueno, en México, en China, no han tenido esa suerte los que han quedado soterrados. O sea que es uno entre 100 los que han tenido esa suerte. Y en Estados Unidos es el trabajo considerado como de mayor riesgo.

Mire, ¿cuál es la diferencia entre los ambientalistas asesinados y usted? Si estaban en el mismo nivel de actividad, de jerarquía, ¿es que usted ha sabido manejar las cosas o que siga vivo es circunstancial?
Mire, cuando intentan atacar a Ramiro, en el primer atentado al compañero Ramiro, que era el que estaba más cerca del Comité, hicimos una evaluación de lo que estaba pasando y ahí es donde decimos 'Miren, aquí no sabemos a quién le va a tocar primero, lo que tenemos que hacer es cuidarnos', porque nos habían informado de que andaban buscando a cualquiera del Comité. Entonces, ese día hicimos un pacto y dijimos que el que quedara de pie era el que iba a seguir luchando pasara lo que pasara. Sin embargo, el compañero Ramiro recibe los ocho impactos de bala en la espalda y se empieza a recuperar. Y todavía baleado en una actividad se levantó y dijo: “A mí me van a detener hasta el día que me maten”. Es que entre nosotros hay una decisión: si aprobaran una ley a favor de la minería, no va a haber minería porque nosotros no vamos a ceder, repito, minería no va a haber, haya o no haya ley. Nosotros en las comunidades no vamos a permitirlo.

¿Y usted tiene personal de seguridad asignado?
Sí, debido a eso fue que denunciamos en la Procuraduría de los Derechos Humanos y todo eso, que le exigíamos al gobierno que nos diera protección. Yo no sé ni cómo pero de repente llegaron y nos dijeron que querían darnos seguridad.

Supongo que más de alguno habrá combatido en la guerra y que entonces ya sabía cómo protegerse mejor.
Hay algunos compañeros que sí. Pero hay compañeros, como el compañero Ramiro, que venía de la defensa civil, todo lo contrario a lo que uno esperaría.

¿Y usted?
Bueno, yo más que todo de las organizaciones de base. Mi papá fue uno de los fundadores de la UNTS, Unión Nacional de Trabajadores Salvadoreños.

(En este punto entendemos que la soltura con la que Francisco habla de luchas y protestas puede ser en parte consecuencia de una herencia de familia.)

Antes de que entremos a esa parte, ¿cómo es tener vigilancia permanente? ¿Son 24 horas al día con incomodidad?
Mire, es duro porque yo no estaba preparado. Tuve que decirle a mi hija que teníamos que acomodarnos a un solo cuarto para dejarles el cuarto a ellos. O sea, es duro, además uno se pregunta quiénes son en realidad esas personas. Incluso mi esposa me dijo que no se sentía bien compartiendo la casa. Hemos tenido una vida donde siempre hemos tenido nuestras comodidades y solo estar viendo a alguien que tenga armas rondar la casa, eso da incomodidad. Mis hijas me preguntaban que por qué los señores andaban pistolas.

¿Y sus hijas están pequeñas?
Una tiene 17 años. La chiquita era la que preguntaba que por qué andaba una pistola ese señor…

“¿Por qué no anda metralleta, mejor?”, ja, ja, ja...
ja, ja, ja. Entonces incluso con mi hija grande entramos en conflictos porque a veces quiere una fiesta o algo, es un relajo ir a las fiestas patronales o del cantón. Es duro, por el riesgo que se corre. Pero yo no ando protección porque soy testigo criteriado ni nada de eso, simplemente porque estoy defendiendo los derechos humanos y el ambiente, por eso ando protección.

Ya. Nos decía que su papá fue fundador de la UNTS.
Es que en realidad mi papá todo el tiempo fue líder en la comunidad, porque yo nací en el cantón Achapuco, de Ahuachapán. En mi casa siempre había reuniones de diferentes organizaciones. Yo siempre veía que llegaban en moto, y cuando estaba cipote yo siempre dije que algún día iba a andar en una moto e iba a ser igual que estos señores. Ya cuando fui adquiriendo conocimiento le preguntaba a mi papá qué era esa organización y él me dijo que era parte de la UNTS. Yo todavía tengo el carné de él. Llegó un día en el que dijo que se iba a dar la primera etapa de la reforma agraria y dijo que se iba a ir un tiempo a una capacitación, y fue que empezaron a tomar las haciendas con la Fuerza Armada. Mi papá formó parte de las tomas de las haciendas Zacamil, Los Horcones, San Raymundo y todas esas. Además organizó a la gente para que se formaran las cooperativas, él quedó como promotor de cooperativas.

¿Y sobrevivió al conflicto?
Pues mire... A mi papá le tocaba viajar de una cooperativa a otra y para llegar al cantón había que pasar cerca de una canaleta de aguas calientes que va desde Los Ausoles hasta Garita Palmera. Él tenía que cruzarse esa parte para llegar a la casa. Un día ya no llegó y todos buscándolo. Hasta que lo fuimos a encontrar en un parte de la canaleta. Había quedado trabado y lo reconocimos solo por la dentadura y unas coronas que él tenía, porque toda su carne se había chamuscado.

¿Fue un accidente?
No, no, para nosotros fueron los escuadrones de la muerte que lo mataron. Bueno en realidad nosotros creemos que lo metieron a la fuerza. La canaleta lo más que tenía eran 30 centímetros de ancho y alrededor de un metro de alto, pero en la superficie había lugares en los que se había quebrado las tapaderas y ahí es donde había quedado trabado el cuerpo, porque ya no había podido pasar. Eso fue en el 83.

¿Y usted cuántos años tenía?
Yo en esa época tenía 14 años, para mí fue un cambio duro.

¿Cómo quedaron sus ideas clandestinas?
Bueno, eso es fregado porque es donde toma decisiones uno. Yo estaba estudiando en ese entonces primer año en el (Instituto) Jefferson, de Sonsonate. La muerte de mi papá me preocupó. Y anteriormente, cuando yo estaba en octavo grado me habían matado a un novia mía, la mamá echaba pupusas en la entrada de Atiquizaya y en ese momento estaba de moda la canción esta de Pink Floyd 'Un ladrillo más sobre la pared', que ella la ponía mucho. Entonces iban pasando unos policías y se la cuentiaron y ella les dijo que no quería perros, entonces por eso la llegaron a matar en la noche. Por todo eso fui creándome un cierto resentimiento y desconfianza a las autoridades. Marisol se llamaba. Ella era simpatizante del movimiento.

Pero no creo que solo por la novia haya decidido ser un luchador social. ¿Usted perteneció al Movimiento Estudiantil Revolucionario de Secundaria (MERS)?
Ja, ja, ja… Sí, anduvimos por ahí.

Cuéntenos.
Mire, solo me recuerdo de uno de los líderes, uno que le decían “El Vaca”, la mayoría tenía apodos, era parte de una ética entre nosotros. La cosa fue que el Vaca y otro que le decían el Mula, me dijeron: “Mirá, vamos a una reunión”, y ahí fue donde comencé. Ahí fue donde comencé a conocer todo ese mundo.

¿Y usted logró graduarse?
Sí, de bachiller agrícola.

¿Y se fue a la UES?
Me incorporé pero ya no terminé, solo hice dos años.

¿Por qué?
Primero salí del país por las situaciones que se estaban dando…

¿A dónde se fue?
A Nicaragua…

(A Francisco le gusta hablar de la lucha ambiental pero en este punto de la plática, en la que ya tenemos algunos minutos insistiendo en su pasado como activista, se torna esquivo y se limita a decir que su familia no quería que lo mataran.)

¿Y sus hermanos?
Uno está en Estados Unidos, y el que se fue a México, que ahora está en Estados Unidos.

¿Cuántos hermanos eran?
Fuimos cinco. Dos hembras, tres varones. Uno de ellos agarró el vicio de tomar, murió tomando, y otro murió ahogado en el río Paz, de Ahuachapán. En cuanto a las mujeres, una está en Estados Unidos, y otra en Ahuachapán, ellas en realidad eran más pegadas a la iglesia. Y déjeme contarle algo más de mi familia. Bueno, en 1932, Ahuachapán fue uno de los lugares en donde arrasaron con todo, y mi abuelo sobrevivió porque en ese conflicto él se metió en un servicio. Era una fosa y ahí se metió y ahí pasó cinco días y ellos solo le llevaban agua azucarada que por una manguera se la bajaban, porque él estaba hasta la quijada con heces. Y ahí pasó porque ahí andaban matando a todo aquel cipote que tenía de 12 años para arriba, a menos que los papás consiguieran una nota de la gente de pisto de Ahuachapán, diciendo que los conocían y que no habían andado metiéndose en nada.

Ya con todos los matices que usted pone, no sabemos si entonces se considera rebelde.
Sí, yo por eso es que digo que desde que venía en el estómago yo venía rebelde ya.

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