Sirte, Libia, octubre 20. Moamar Gadafi, quien gobernó Libia con mano de hierro durante 42 años hasta que fue depuesto en una sangrienta rebelión, murió el jueves cuando las fuerzas revolucionarias tomaron la ciudad de Sirte, el último bastión de resistencia dos meses después de que su régimen cayó.
'Hemos esperado este momento durante mucho tiempo. Han matado a Moamar Gadafi', dijo el primer ministro Mahmud Yibril en conferencia de prensa en Trípoli.
El gobierno de transición informó más tarde que uno de los hijos de Gadafi, Motassem, fue también muerto en Sirte y otro, su aparente heredero Seif al-Islam, fue capturado con un herida de bala en una pierna.
Gadafi es el primer gobernante que es muerto en la revolución árabe, una serie de levantamientos populares que recorrieron el Medio Oriente para exigir el fin de los regímenes autocráticos y el establecimiento de una mayor democracia.
La muerte de Gadafi marca el fin de un régimen que convirtió a Libia en un paria internacional y que dirigió al país petrolero con el capricho y la brutalidad de su líder, que era aparatosamente excéntrico.
Libia ingresa ahora a una nueva era, pero la turbulencia podría persistir. Los ex rebeldes que ahora gobiernan están desorganizados, enfrentan la reconstrucción de un país despojado de instituciones y ya han mostrado indicios de luchas internas por diferencias entre zonas geográficas, áreas islamistas e ideologías más seculares.
Hubo versiones contradictorias acerca de las últimas horas de Gadafi. El gobierno interino dijo que fue capturado ileso y luego herido de muerte en el fuego cruzado entre ambos bandos. Una segunda versión describe la forma en que ya estaba herido en el pecho cuando fue capturado y luego sufrió las otras heridas.
Un video difundido por la televisora árabe Al-Yazira mostró que Gadafi, de 69 años, fue capturado herido, pero vivo, en Sirte. Con barbilla y calvo, Gadafi se ve de pie con el rostro y la camisa ensangrentados mientras es empujado por revolucionarios, y parece tropezar, gritar y forcejear con sus captores.
Un video posterior muestra a revolucionarios que giran el cuerpo de Gadafi en el pavimento, con el torso desnudo y la cabeza sangrante.
Mientras aún está con vida, los combatientes lo llevan en el capó de un camioneta, quizás para exhibirlo en público.
Mientras se mantiene erguido, combatientes que cantan 'Dios es grande' lo empujan en una carretera de Sirte. Gadafi parece luchar contra ellos, tambaleándose y gritando.
'Lo queremos con vida. Lo queremos con vida', grita un hombre antes de que se lleven a Gadafi. Algunos combatientes lo arrastran del cabello hacia una ambulancia.
La mayoría de los relatos coinciden en que Gadafi había estado atrincherado con sus últimos leales bien armados en edificios que retenían en el puerto mediterráneo de Sirte, donde combatían encarnizadamente a los revolucionarios que los cercaban. La batalla por Sirte llevaba más de un mes.
En determinado momento, una caravana intentó huir de la zona y fue atacada por aviones franceses de la OTAN. El ministro de defensa francés Gerard Longuet dijo que la caravana de 80 vehículos llevaba a Gadafi e intentaba huir de la ciudad. Los ataques detuvieron a la caravana, pero no la destruyeron, y después los combatientes revolucionarios avanzaron sobre el vehículo que llevaba a Gadafi.
Un combatiente que aseguró haber estado en la batalla le dijo a AP Television News que el último combate ocurrió en un opulento complejo. Adel Busamir dijo que la caravana intentó escapar, pero que después del ataque aéreo regresó al complejo. Varios cientos de combatientes atacaron el lugar.
'Lo combatimos ahí', dijo Busamir sobre Gadafi. 'Los vimos golpeándolo (a Gadafi) y alguien le disparó con una pistola de nueve milímetros... Después se lo llevaron'.
El portavoz militar, el coronel Ahmed Bani, le dijo en Trípoli a Al-Yazira TV que Gadafi, herido, 'intentó resistirse (a las fuerzas revolucionarias), así que ellos lo abatieron'.
Fathi Bashaga, portavoz del consejo militar de Misrata, cuyas fuerzas participaron en el ataque, dijo que los combatientes rodearon la caravana e intercambiaron fuego. En un vehículo, encontraron a Gadafi, herido en el cuello, y lo llevaron a una ambulancia. '¿Que quieren?', les preguntó Gadafi a los revolucionarios, señaló Bashga, citando a testigos.
Gadafi se desangró hasta la muerte por las heridas una media hora después, dijo. Los combatientes aseguraron que murió en la ambulancia, en la ruta hacia Misrata, a casi 200 kilómetros de Sirte.
Abdel-Yalil Abdel-Aziz, un médico que acompañó el cuerpo en la ambulancia y lo examinó, dijo que Gadafi murió de dos balazos, en la cabeza y el pecho.
'Ustedes no pueden imaginar mi felicidad. No puedo describir mi felicidad', dijo Abdel-Aziz a The Associated Press. 'La tiranía se ha ido. El pueblo libio puede descansar'.
El ministro de Información, Mahmud Shammam, informó a The Associated Press vía telefónica sobre la muerte de Motassem Gadafi, que fue asesor de seguridad nacional durante el gobierno de su padre.
El ministro de información Mahmud Shamam le dijo a AP que Motassem Gadafi fue muerto en Sirte. Abdel-Aziz, el doctor que acompañó al cuerpo de Gadafi en la ambulancia, dijo que Motassem recibió un disparo en el pecho.
El ministro de Justicia dijo que otro hijo de Gadafi y su otrora posible sucesor, Seif al-Islam, fue herido en una pierna y se encontraba capturado por combatientes revolucionarios en un hospital en la ciudad de Zlitan, al noroeste de Sirte. Dijo que Seif fue capturado en Sirte.
El cadáver de Gadafi fue llevado por las calles de la ciudad vecina de Misrata en la parte superior de un vehículo rodeado de numerosas personas que coreaban 'la sangre de los mártires no será en vano', de acuerdo con imágenes transmitidas por el canal Al-Arabiya. Al parecer, los revolucionarios que le dieron muerte provenían de Misrata, una ciudad que sufrió un brutal sitio de varios meses por las fuerzas de Gadafi durante la guerra civil de ocho meses.
Disparos al aire y clamores de 'Allahu Akbar' (Dios es grande) resonaban por Trípoli al correr la noticia. Sonaban bocinas y la gente se abrazaba en las calles. En Sirte, los jubilosos ex rebeldes festejaban la caída de la ciudad tras semanas de asedio sangriento, blandiendo fusiles, cuchillos y hasta alguna cuchilla de carnicero mientras entonaban el himno nacional.
Los nuevos gobernantes del país habían dicho que proclamarían la 'liberación' tras la caída de Sirte. La muerte o captura de Gadafi consolida esa declaración.
Con esto se descarta una hipótesis que muchos temían: que Gadafi huiría a los vastos desiertos del sur del país para encabezar la resistencia al nuevo gobierno. Se desconoce la suerte de otras importantes personalidades del régimen derrocado, pero la muerte de Gadafi les resta en gran medida su capacidad de convocar a los leales.
Amnistia Internacional urgió a los combatientes revolucionarios a reportar todos los hechos relacionados con la muerte de Gadafi, y aseguró que todos los miembros del antiguo régimen deben ser tratados con compasión.
Celebración y cautela en el mundo
Líderes europeos la calificaron como una victoria, los exiliados libios celebraron en las calles y la madre de una de las muchas víctimas de Moamar Gadafi dijo que compraría una botella de champán.
Pero el júbilo por la caída del añejo gobernante de Libia es atenuado por las circunstancias que rodearon su muerte, y la incertidumbre sobre el futuro del país.
Hubo cantos y lágrimas de alegría afuera de la embajada libia en Londres, donde un manifestante pisoteo un cartel con la imagen del difunto líder.
'Lloré, grité, sonreí', dijo Najwa Creui, una profesora de 40 años de edad que vivió los últimos 16 en Gran Bretaña. 'Es el día que los libios han estado esperando por el tiempo que yo tengo de vida'.
Pero Amani Deghayes, de 37 años, dijo que aunque comparte la celebración, el anárquico derramamiento de sangre que siguió al derrocamiento del dictador iraquí Saddam Hussein le causa temor por lo que podría pasar.
'Espero que haya democracia verdadera, no otro loco régimen', dijo.
En Europa, los mandatarios hicieron una evaluación optimista.
'Finalmente está libre el camino para un renacimiento político por la paz', manifestó el jueves la canciller alemana Angela Merkel, quien se dijo 'aliviada y muy feliz' por la noticia.
Gran Bretaña y Francia, las potencias que asumieron el liderazgo en la campaña militar que selló el destino de Gadafi, dijeron que esperaban que su muerte abriera un nuevo capítulo —más democrático— en la historia de Libia.
El presidente francés Nicolás Sarkozy calificó la muerte de Gadafi como un logro en la lucha del pueblo libio para 'liberarse a sí mismos de un régimen dictatorial y violento que les fue impuesto por más de 40 años', un mensaje que fue repetido por el líder británico David Cameron y otros aliados de la OTAN.
El Vaticano, que dijo que ahora considera a los dirigentes interinos de Libia como el gobierno legítimo del país, describió la muerte de Gadafi como el fin de una lucha 'larga y trágica' para aplastar a un régimen opresivo. Y el secretario general de la ONU Ban Ki-moon habló por muchos cuando dijo que 'este es apenas el fin del comienzo'.
'El camino por recorrer será difícil y plagado de retos para Libia y su pueblo', dijo. 'Este es un momento para sanar las heridas y reconstruirse, para generosidad del espíritu, no para vengarse'.
El presidente venezolano Hugo Chávez consideró como lamentable la muerte de Gadafi, y dijo que es 'un atropello más a la vida', según reseñó la cadena regional de noticias Telesur en una nota de prensa.
Chávez, quien calificó al líder libio como su amigo, afirmó que recodaría a Gadafi como 'un gran luchador, un revolucionario y un mártir'.
'Esa historia en Libia está apenas comenzando ahora... El imperio yanqui...no podrá dominar este mundo', agregó.
En Nicaragua, un diputado oficialista consideró que los nuevos hechos en Libia reflejaban un 'retroceso' contra la razón y la justicia.
'Lo que está pasando en Libia no es ninguna fortaleza a la democracia ni al estado de derecho mundial; es por el contrario un retroceso a la barbarie, un retroceso a la imposición de la fuerza, por encima de la razón y por encima de la justicia', dijo el diputado Edwin Castro, jefe de los legisladores del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En declaraciones al Canal 12 de la televisión nicaragüense, Castro dijo que en Libia se impuso 'la fuerza de las armas en vez de la fuerza de la razón' y se preguntó: '¿Por qué hay algunos que se alegran con este tipo de noticias?'
En tanto, la presidenta brasileña Dilma Rousseff dijo que la prioridad ahora debe ser la reconstrucción de Libia.
'Brasil viene diciendo que la gran cuestión es, justamente, la reconstrucción. Brasil ha hecho todos los esfuerzos para que haya una reconstrucción dentro de un clima de paz', expresó Rousseff en Luanda, Angola, donde concluyó una gira por Africa.
Afirmó que 'Libia está pasando por un proceso de transformación democrática' y aclaró: 'Eso no significa que conmemoremos la muerte de un líder, cualquiera que sea. El hecho de estar en un proceso democrático es algo que todo el mundo debe apoyar'.
Las víctimas de Gadafi —de las cuales acumuló muchas en sus cuatro décadas de gobierno— tuvieron reacciones mixtas.
'Simplemente voy a comprar una cara botella de champán para celebrar', dijo Susan Cohen, cuya hija de 20 años murió en el ataque explosivo contra un avión comercial en Lockerbie en 1988, una atrocidad presuntamente realizada por órdenes de Gadafi.
Zdravko Georgiev, uno de varios médicos detenidos por autoridades libias y torturado para confesar un improbable complot para infectar a cientos de niños con VIH, dijo que la muerte del dictador no lo hace feliz.
'¿Por qué debería estar satisfecho?', dijo. 'Nadie me devolverá los años que pasé en prisión o deshará las torturas a las que fui sometido'.
También había preocupación sobre la manera como murió Gadafi. Los revolucionarios libios habían prometido llevar a Gadafi a juicio por las atrocidades cometidas, y las estaciones de televisión árabes han transmitido imágenes de un video que muestra que el ex hombre fuerte de Libia fue capturado con vida por sus oponentes.
El ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, dijo que su país hubiera preferido que Gadafi fuera 'capturado vivo para que se le pudiera llevar ante la justicia'.
El sentimiento fue compartido por el grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional, el cual ha dicho que es indispensable realizar 'una investigación plena e imparcial para establecer las circunstancias de la muerte del coronel Gadafi'.
Pero algunos insinuaron que, a fin de cuentas, la muerte de Gadafi podría haber tenido un efecto más grande que su captura.
Shashank Joshi, becario del centro de estudios Royal United Services Institute de Londres, dijo que aunque los revolucionarios quizá lo querían vivo, 'un juicio le hubiera dado la oportunidad de encumbrarse. Así que, en cierta manera, su muerte es más catártica'.
El canciller británico reconoció en varias entrevistas que había inquietud por la muerte de Gadafi.
'No aprobamos las muertes extrajudiciales', dijo William Hague a la televisora Sky News, 'pero no vamos a guardarle luto'.