Doce años después de la publicación de “Prohibido vivir” (Istmo Editores, 2000), Salvador Canjura regresa al mundo editorial con una serie de cuentos hasta ahora aislados que se condensan en 96 páginas. El tiempo transcurrido entre sus dos publicaciones no parece preocuparle al autor, quien dice sentirse a gusto con la espera y el resultado, al mismo tiempo que se confiesa “lento y sin volumen de escritura amplio”. No omite mencionar que la falta de oportunidades para publicar es uno de los principales obstáculos para cualquier escritor y que estas “contribuyen al silencio”.
En un ambiente de camaradería y con un público repleto de amigos artistas y escritores, Jacinta Escudos acompañó a Canjura en un conversatorio el jueves 14 para ampliar sobre el proceso creativo de los cuentos, el origen de sus referencias y sus principales referentes narrativos. El título de la selección, que toma prestado el nombre del último cuento del tomo, luce acompañado de la obra de Agustín Crespín ‘Barriada y aeropuerto’, diseñada por petición personal del escritor e inspirada en el “Vuelo 7096”.
Canjura es comúnmente etiquetado, junto a Horacio Castellanos Moya, Claudia Hernández y la misma Escudos como parte de la 'Generación del cinismo', por hacer de este recurso su vehículo principal para manifestar su desencanto por 'utopías no alcanzadas'. Al respecto, él zanja la clasificación tildándolas de etiquetas vacías: 'Las etiquetas le sirven a los académicos porque les encanta resumir a un grupo de escritores en ciertas casillas'.
Narraciones de encuentros causales y efímeros, peculiares rutinas, y descripciones gráficas de situaciones grotescas que juegan con la credulidad del lector son algunos rasgos de la pluma del escritor salvadoreño que se desprenden de “La mano blanca”, “Voyeur”, “Un niño muy latoso con sesos de tomate” y “Las moscas están fritas”.
A pesar de los 12 años de trabajo y autoedición, los cuentos ya habían figurado en el suplemento cultural 'Tres Mil', del diario CoLatino, la revista digital 'En plural', de la UCA, y en diversas antologías alemanas, españolas y en la centroamericana 'Puertos Abiertos', del Fondo de Cultura Económica, recientemente compilada por Sergio Ramírez.
Respecto a su coqueteo con la ciencia ficción en algunos de los relatos, como “La identidad de Mr. Gilbert”, Canjura cuenta que lo motivaron a explorar con el género escritores como el recién fallecido Ray Bradbury, Arthur C. Clarke y Stanislaw Lem.
“Siempre hay alguien que te dice ‘tenés que leer este libro, es el mejor que he leído’ o ‘este libro me cambió la vida’”, revela entre bromas las recomendaciones de libros hechas por amigos, de las cuales muchas han terminado siendo importantes insumos para su quehacer literario.
El proceso con la DPI para la publicación inició en octubre del año pasado, cuando el ex editor general, Pablo Menacho, lo contactó para confirmarle el interés de la casa editora en sus textos. El proceso lo cierra Róger Lindo, quien dio continuidad al proyecto tras su ingreso como director en enero de este año, con la impresión de mil ejemplares y con la presentación oficial. Este libro sucede a “La dama de los velos”, de Mauricio Orellana, primer libro presentado, durante 2012, dentro de la colección Ficciones.
