La historia reciente de Pavoncito es similar a la de otros penales de Guatemala: en 2002 un motín terminó con 28 muertos; otro en 2005 con 14, y uno más, en 2008, con siete. En 2010 los presos líderes decidieron cambiar el rumbo: formaron una cooperativa que dirige una decena de actividades empresariales y planes de educación y reinserción. Los reos incluso son responsables de controles para evitar el ingreso de armas o drogas que los custodios pudieran dejar pasar por descuido o corrupción. La Dirección de Centros Penales de Guatemala la considera una cárcel modelo y pretende que otras penitenciarías del país sigan su ejemplo.
Martes, 11 de septiembre de 2012
Pau Coll
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