Eduardo Zablah dice que no es arenero, pero trabajó en el Fondo Social para la Vivienda con Alfredo Cristiani, sirvió de ministro de Economía con Armando Calderón Sol y fue secretario técnico de Antonio Saca. Además, fue miembro del Coena, la dirigencia del partido, en 2003. También pudo ser candidato a la presidencia en 2004, pero rechazó la oferta que le hicieron, en una reunión a puerta cerrada, Cristiani, Calderón y Francisco Flores. A cambio, se comprometió a elaborar el plan de gobierno de Saca, que acabaría siendo presidente los cinco años siguientes. Dice que no es arenero, pero en su despacho de la distribuidora Diszasa, que dirige junto a sus hermanos, Zablah tiene enmarcada una caricatura en la que aparece como un jugador de baloncesto con el uniforme y la bandera tricolor.
Esta entrevista es para él, más que un pulso con el entrevistador, un desahogo y un dilema íntimo: en cada respuesta se debate entre hablar o callar, entre dar una palabra más o matizar la anterior, entre su deseo de agitar el debate en el partido y el país y el evidente temor -quién sabe si estratégico o debido a la norma social- a levantar polémica. Aun así, este empresario, que ha logrado la gesta de mantener fama de íntegro pese a su paso por tres gobiernos, critica la elección de Norman Quijano como candidato a la presidencia. Denuncia que el entorno del alcalde de San Salvador hizo maniobras para impedir una competencia justa en la pugna por la candidatura, insinúa que Quijano no está preparado para ser un buen presidente en 2014 y admite que en Arena es ya tradición callar las discrepancias o incluso ocultar corrupción para no perjudicar al partido. Él mismo prefirió renunciar al gobierno de Saca alegando motivos personales, cuando ahora admite que lo hizo porque tenía muy mala relación con el entorno del presidente y no le gustaban ciertas prácticas de otros funcionarios.
Algunas de esas quejas ya las ha vertido en público durante los últimos dos meses, a través de su cuenta de twitter @ezablaht. En varias partes de esta charla le pediremos que aclare frases que él mismo lanzó por internet.
Desde que tiene usted twitter habla de política más que cuando estaba en el gobierno o en el Coena.
Bueno, estuve poco tiempo en el Coena, rápidamente salí para ocuparme del plan de gobierno. Estuve poco tiempo en una función política.
¿Insinúa que no se consideró nunca un arenero?
Nunca me consideré un político partidario. Todos tenemos algo político, pero partidario no, y ahora menos.
¿Es que está renunciando a Arena?
No renuncio a Arena. Renuncio a ponerme cualquier color. Apoyaré a quien tenga programas que crea que pueden ayudar al desarrollo del país. Y creeme que no voy a apoyar ni identificarme con los programas que no crea que son beneficiosos para el país.
Pero por sus tweets parece decepcionado con esta Arena.
Me decepciona cómo se eligió el candidato. Me decepciona la prisa que se inventaron para hacerlo. Y me decepciona la treta de nombrar al candidato y después voltear a ver y decir “unámonos detrás de él”. Creo que esto no respeta a los partidarios, sus derechos, y no solo a los militantes, sino a los ciudadanos, porque un candidato al final un candidato que pretende ser funcionario debe responder a todos los ciudadanos.
¿Qué le sorprende? Arena siempre ha operado así, por dedazo.
Y siempre me ha molestado. La diferencia es que ahora lo hago público.
Así fue con Tony Saca, y usted trabajó en su plan de gobierno y su gabinete.
No, con Tony Saca hubo un intento de primarias que fue un fracaso, porque la calidad humana de los que se presentaron, salvo el vicepresidente Quintanilla, no recogía un insumo potable.
¿Incluido Tony Saca?
La generalidad era así.
Pero insisto: aceptó hacer su plan de gobierno y fue parte de su gabinete.
Para mí tenía una carga emocional especial evitar que ganara el Frente, porque me habían ofrecido la candidatura y al rechazarla me había comprometido a hacer todo lo posible para que Arena ganara.
¿Por qué dijo que no a aquella candidatura?
Porque no me gusta, porque no está en mi agenda, porque no creo que yo sea el candidato correcto. No está en mis planes.
¿Cómo le propusieron ser candidato?
Me la propusieron el presidente en ese momento, Francisco Flores, el presidente Cristiani, el presidente Calderón, el presidente del partido, que era José Antonio Salaverría, y nos acompañaba en esa reunión Roberto Murray. Primero me lo había ofrecido Paco, perdón, el presidente Flores, en casa presidencial. Después me llamaron a la residencia presidencial los cinco.
Si hubiera dicho que sí hubiera sido usted un candidato de dedazo.
Sí, hubiera sido por dedazo.
Pero eso no le molestaba.
No llegué a considerar ese aspecto. Simplemente no estuvo ni está hoy en mi agenda.
¿Y por qué esta vez sí le molesta la forma en que Arena ha elegido candidato? ¿Esperaba algo diferente?
No quiero menospreciar a personas. El proceso se apresuró innecesariamente. Eso expone al candidato -un candidato que además es funcionario- a un desgaste innecesario. Pero además, aunque nunca se haya dado, a estas alturas en todos los partidos deberíamos aplicar ya el instrumento de la consulta ciudadana a la hora de elegir candidato. Que la cúpula tome la decisión y después pida lealtad conlleva una dosis de cinismo.
¿Qué falló esta vez en el proceso de discusión interna en Arena?
Hubo un poco de matonería en la forma, en tratar de nombrar candidato antes de que pudieran darse otros procesos internos. Se debería haber dado oportunidad a que en el partido hubiera otro tipo de procesos que hubieran podido enriquecer la elección. Y no se dieron. Simplemente se elige, se pone candado y se exige lealtad. No me gusta.
Y tampoco le gusta el candidato.
Con el doctor Norman Quijano tengo buen trato. Ha dedicado su vida a la política. No tengo idea de cómo sería en la presidencia, pero quiero dejar claro que mi crítica al proceso no tiene nada que ver con Norman.
Habla de matonería. ¿Sugiere que alguien impuso al candidato por la fuerza?
No, no.
¿Que alguien abusó de su autoridad?
Cómo decirlo... Hubo una treta de un equipo de campaña para precipitar el proceso, cerrar las puertas lo más pronto posible y evitar cualquier posibilidad de competencia.
Dice que gente que trabaja para Norman Quijano o que quería que Quijano fuera candidato cerró la posibilidad de una verdadera discusión en el partido.
Precipitando el nombramiento. Esa es mi impresión.
Para eso hay que tener fuerza en el partido. Hay que tener correlación de fuerzas.
Desde luego, hay que tener la habilidad para movilizar o ejecutar decisiones, o manipular la opinión pública, para forzar decisiones.
¿Cree que alguien ha engañado a Arena?
No es engañar la palabra. Creo que han utilizado tácticas que yo llamo de matonería, para cerrar las posibilidades de competencia.
¿El presidente Cristiani se vio sorprendido o fue cómplice de ello?
Me gustaría saberlo.
¿Esa percepción cree que es solo suya o que es común en parte del partido?
Creo que está extendida, pero que como se está exigiendo lealtad no vamos a tener la oportunidad de comprobarlo. Es común en todos los partidos que una vez definido el candidato todo el mundo cierre filas detrás de él.
Pero usted y otros ya pensaban esto antes de que se anunciara el candidato, y tampoco hablaron. Tenían la impresión de que alguien estaba haciendo trampa y callaron. Y no es la primera vez.
No, no lo es. Ya pasó en el proceso anterior.
Y en el anterior al anterior. Después de aquellas primarias que ganó Saca hubo quien acusó al partido de haber forzado la máquina a su favor. De hecho no hay muchas elecciones democráticas en las que alguien gane con el 99% de los votos como él lo hizo. Era un resultado, como mínimo, sospechoso. Y en la elección de Rodrigo Ávila nadie habló durante el proceso y una vez perdidas las elecciones de 2009 casi todos los precandidatos denunciaron que no había sido un proceso justo. En Arena, el partido que presume de defender la libertad, ¿nadie se siente libre de hablar?
Así parece. Incluso los precandidatos, cuando entran a un proceso como este, si saben a lo que se están exponiendo, dejan de ser víctimas y se convierten en cómplices. Y en 2008 fue más evidente que ahora.
Descríbanos las prácticas de matonería de las que habla.
Se pedía que todo el mundo guardara la compostura, pero al mismo tiempo se precipitaban apariciones públicas, se planificaban eventos de lanzamiento del candidato, se filtraban fechas de nombramiento y proclamación que no eran oficiales... y veíamos al Coena desmintiendo periódicamente estos eventos, que no se daban expontáneamente, sino que estaban destinados a aumentar la presión sobre la dirigencia.
¿Y no cree que la dirección nacional del partido estaba involucrada en algunas de estas actividades?
En algunas puede que sí.
Por ejemplo, los mitines que hacía Norman Quijano en distintos puntos del país. Muchas de esas actividades estaban convocadas y eran organizadas desde la dirección del partido.
Y hubo problemas con algunos precandidatos por eso.
Parecía que había un aval oficial a acciones que favorecían a Quijano.
Otros precandidatos se quejaban de la presencia de miembros del Coena en mítines del alcalde. Y después de eso los suspendía, y volvían a poner fechas, y volvía el Coena a desmentirlas... Creo que el Coena cometió un error al decir que se iba a elegir candidato en agosto. Pero era muy fácil de subsanar: bastaba con anunciar oficialmente una nueva fecha.
Hay fuentes de Arena que nos aseguran que fue Armando Calderón Sol quien, con su peso dentro del partido, desbalanceó el proceso a favor de Norman Quijano. ¿Fue así?
No puedo más que especular al respecto. Oficialmente, la decisión fue tomada por una comisión en la que estaban los tres expresidentes.
De nuevo: si coincidimos en que los dedazos no son una novedad en Arena, ¿por qué cree que el partido debía actuar esta vez de manera diferente? ¿No le gusta el candidato?
Repito: no hablo del candidato sino del proceso. Simplemente me parece que no es correcto, que el país merece algo más, que el período presidencial que nos viene va a ser muy complejo políticamente, económicamente como para no tener los mejores cañones en su puesto, como para no tener al pueblo detrás de su gobernante... va a ser muy muy difícil. Yo hubiera diseñado un proceso de elección de candidato en el que se pensara en las necesidades del país y en el que de forma más pública se eligiera al candidato que puede enfrentar esas necesidades. Es decir, qué candidato necesita el país para tener el presidente que necesita el país. Es el dilema entre el candidato que puede ganar y el presidente que puede gobernar. A veces no son lo mismo.
¿Cree que Arena eligió un candidato que puede ganar en lugar del presidente que podría gobernar?
Eso lo vamos a saber si gana Norman y cuando gobierne.
¿Cuál fue su reacción el 11 de marzo al escuchar a Norman Quijano haciendo un discurso que parecía corresponder al de un presidente del partido Arena?
Sentí que era un discurso que iba a traer bastantes conflictos dentro de Arena.
¿Por qué?
Porque se estaban atribuyendo, no solo él... salieron otro par de diputados también después de las elecciones dando declaraciones que parecían denotar una autoridad que nadie les había conferido.
Explíquenos otro tweet que usted escribió: “Estamos mal cuando nos preocupa que nuestro candidato no gane, pero también cuando nos preocupa que gane”.
Yo hubiera querido... hubiera tratado de hacer las cosas de manera diferente.
En el tweet se está refiriendo a Norman Quijano.
Me estoy refiriendo al proceso para escoger al candidato. De nuevo, no desacredito al doctor Quijano en su persona, en su trabajo, en su accionar, pero fue un proceso que no sabemos si responde a las necesidades que vamos a tener. No sabemos qué cara le vamos a plantar a las necesidades de 2014 en adelante.
Hay otro tweet suyo, del 26 de agosto, con Norman Quijano ya proclamado candidato, que dice: “Dudo de las capacidades de los posibles candidatos”. Eso incluye a Quijano.
Las discusiones en este país llevan al tema de las personas y a mí me parece que hay que mantenerse en el tema de las ideas. En 2014, como país, vamos a necesitar nuestras mejores capacidades y no creo que ninguno de los tres candidatos que se mencionan en este momento -dos y uno que anda por ahí- tengan la capacidad o la experiencia para poder enfrentar lo que se viene.
Bueno, Antonio Saca algo de experiencia tiene...
Mirá los últimos dos años de gobierno de Saca: fueron tan malos como los tres actuales. El tema de la negociación con las agencias de riesgo, con las multilaterales, con los bancos, con los tenedores de la deuda, el tema político interno... El país va a necesitar el trabajo de los mejores cerebros, y las negociaciones internas políticas... Preveo cinco años bien complicados.
Quijano fue diputado varios años, había trabajado en la alcaldía de San Salvador, y ahora ya lleva cuatro años de alcalde... Tiene una carrera política. Salvador Sánchez Cerén tiene una carrera larguísima como diputado y ha ejercido como ministro y vicepresidente. Es más experiencia que la que tenían Alfredo Cristiani, Francisco Flores o Antonio Saca al llegar al cargo.
Tanto Flores como Cristiani habían sido diputados.
En períodos cortísimos.
La misma experiencia que están adjudicando a los demás. De nuevo: en 2014 vamos a enfrentar una situación que no se ha enfrentado antes. El país no resiste improvisaciones. Lo que he expresado lo sostengo, aunque es mi duda personal y puede no ser correcta.
Su duda coincide con la de los fundadores, que públicamente pidieron al Coena paciencia, o con la del sector empresarial de Arena, que sabemos que impulsaba la candidatura de José Ángel Quirós. ¿Usted se engloba en alguna de esas dos corrientes?
No. Yo no tengo ningún favorito ni me he sentado con nadie de esas tendencias.
¿Quirós le hubiera parecido mejor candidato?
No lo sé. Yo habría hecho un ejercicio para ver cuáles son las necesidades. Ojo, no para ver qué quiere la población o por quién quiere votar la población, sino para ver cuáles son las necesidades del país. En cambio, Arena hizo una encuesta en la que se preguntaba “¿por quién quisiera votar usted?”, sin hablar de capacidades.
¿Por qué cree que Arena o los areneros tienen miedo al debate público?
Creo que cada elección es un caso diferente. En algunos casos se consideraba que iban adelante y cualquier traspié era regalar puntos...
La idea de que la discusión pública debilitaba al partido.
Si te iba bien no te favorecía, y si te iba mal te podía dañar. Eso en algunos casos; en otros fue porque se dudaba de la capacidad del candidato propio frente al candidato de la oposición, y era preferible no exponerlo.
¿A qué candidato de Arena se refiere?
Estoy especulando, yo no...
Perdón, pero no le creo, cuando pone ese ejemplo tiene un nombre en mente...
Ja ja ja ja.
A mí me vienen nombres a la cabeza.
No, eso es de todas las elecciones... Nunca me tocó tomar una decisión de esas, de esconder a alguien.
¿De verdad cree que son coyunturas o Arena limita la crítica pública y los areneros se autocensuran de manera sistemática?
Me has dejado pensando... Creo que hay algo de eso. Los simpatizantes de los gobiernos anteriores se callaron muchas cosas porque no querían hacer daño al partido para no favorecer posibilidades de que gobernara otro partido, lo cual -todos estamos aprendiendo- es parte de la cultura.
¿De la cultura del partido?
La cultura de la sociedad. Y la cultura del partido, por supuesto.
¿Está diciendo que Arena le perdonó cosas a Saca porque era el presidente del partido? ¿Que Arena se calló cosas que sabía del gobierno de Saca?
Digamos que en los 20 años de Arena ha habido cosas muy buenas y ha habido cosas muy malas. Y las cosas muy malas se trataron de callar para no perjudicar al partido, sin duda.
¿Corrupción, por ejemplo?
Sin tratar de llegar a una acusación de la que no pueda presentar pruebas, sí, así fue.
¿Eso ocurrió también en el gobierno de Saca?
En los cuatro gobiernos.
¿Y Arena no ha aprendido de eso?
Espero que haya gente que sí haya aprendido algo. No estoy seguro de que el partido lo haya hecho. Cuando Manuel Enrique Hinds fue nombrado miembro honorario de Fusades dijo exactamente eso en su discurso: hemos permitido muchas cosas porque ahí vienen y no vaya a ser que ganen, y ya ganaron, y como que todavía no aprendemos.
¿Usted se calló cosas estando en el gobierno de Saca?
He hablado bastante... Pero hablar es un problema cuando uno no tiene pruebas en la mano para poder sustentar.
Cristiani, cuando el año pasado se rumoreó que usted podría regresar al Coena, destacó que es una persona con la entereza moral de renunciar cuando algo no le gusta. Y pareció que se refería a su renuncia al gobierno de Saca. ¿Se fue porque no le gustaba lo que estaba pasando?
Me fui porque no podía trabajar en ese gobierno... No me gustaba lo que pasaba adentro, no me gustaba la manera en que se estaban tomando las decisiones. Ya había temas de política económica que estaba siendo muy difícil llevar adelante y, por supuesto, me fui porque tuve una relación muy áspera con el entorno del entonces presidente.
¿Por qué no lo dijo en ese momento?
¿Qué podía decir? No tenía ninguna prueba en mi mano.
¿Prueba? ¿Está hablando de indicios o sospechas de corrupción?
De cosas que a mí no me gustaban.
No es lo mismo no compartir decisiones que ver cosas que rayen con la ilegalidad...
Había cosas con las que yo no podía trabajar. No tenía ninguna cosa para enseñarle a nadie a la hora de irme y tampoco podía decir simplemente me voy porque no me gusta.
Sí podía.
Sí, pero un funcionario que renuncia porque no le gusta...
Parece una gran razón.
Ja ja ja ja.
¿Y llegó a tener indicios o sospechas de que algunas cosas se hacían al margen de la ley?
Digamos que es difícil probar muchas cosas...
Por eso pregunto si llegó a sospechar.
Había cosas que no me gustaban.
Bueno. Veamos otro tweet suyo: “Primero el dedazo, y luego el llamado a la unidad”.
Es que me parece...
¿No se supone que es natural que se necesite unido el partido?
Sí, es natural que una vez se llega a la convención donde se ratifica al candidato, todo mundo cierre filas alrededor del candidato. Lo que creo es que precipitar una elección 19 meses antes de la fecha de elecciones, y después decir “únanse”. A mí me molesta, a mí me molesta.
Ante estas situaciones, ¿qué puede ocurrir en un partido que se ha caracterizado por la disciplina?
Al ser ahora partido de oposición y pretender recuperar la presidencia, vamos a ver mucha disciplina.
Entonces lo que ha ocurrido no es demasiado grave para la unidad del partido.
No lo creo. Van a tener mucha disciplina.
Justo ahora Arena parece temer que algunos de sus diputados deserten.
Parece que las tentaciones son grandes y difíciles de resistir.
¿Habla de tentaciones económicas o...?
Lo que se escucha es que hay ofrecimientos monetarios muy grandes, pero uno no tiene manera de saber si eso es cierto o no.
La cuestión sería: ¿eso es algo totalmente ajeno al proceso de elección del candidato?
Nada que ver. Son dinámicas diferentes.
Dice que cree que la unidad no se verá afectada, sobre todo que ya se entrará en campaña, pero en estas circunstancias, ¿qué es lo que usted cree que debería pasar en Arena: que todos se unan alrededor del candidato o qué cosa?
Ahora va a pasar que se van a unir todos detrás del candidato y...
¿Cree que eso debe pasar en Arena?
No, pero creo que es lo que va a pasar. A estas alturas creo que no hay mucho margen de maniobra. Lo que debería pasar es que consigan el mejor candidato a vicepresidente, que tengan un muy buen equipo para hacer un buen plan de gobierno que no sea populista ni lleve promesas falsas ni promesas vacías, y que tenga la posibilidad de atraer a los mejores profesionales posibles a ese gabinete.
En un esquema en que los tres candidatos sean Norman Quijano, Tony Saca y Salvador Sánchez Cerén, ¿usted piensa que la mejor opción es votar por Norman Quijano?
Entre esos candidatos la mejor opción es Arena y Norman Quijano.
Entonces parece que la jugada salió bien, ¿no?
Si la mayoría de gente piensa como yo, sí. Y si Quijano llega a ser presidente y lo hace bien. Si no, respondeme tú a mí: ¿la jugada salió bien para quién?