Años después de estar al margen de las decisiones partidarias... ¿Su candidatura a la vicepresidencia es un regreso del exilio a la primera línea de la política del FMLN?
Reafirmo algo. Siempre he estado en el FMLN, en la primera línea. Posiblemente no en los principales cargos institucionales del partido, pero siempre he estado a lo largo de toda la trancisión política del país, desde que se firmaron los acuerdos de paz, desde que tomamos las primeras elecciones, 1994, histórica esa elección. Nosotros fuimos parte de la primera fracción legislativa del FMLN. También hemos asumido otras importantes responsabilidades. El caso de la presidencia de Comures, el FMLN nos dio la oportunidad de participar como coordinador nacional de alcaldes, en el 2003 participé en las primarias, el partido me dio la oportunidad.
No me refiero a su figura pública, ni al cargo de alcalde. Desde el 2003, desde ese momento usted ha estado marginado de la toma de decisiones de la dirigencia del FMLN.
En el tema político como en el desarrollo de aquellas por las cuales vos trabajás luchás y soñás, siempre tiene que ver con un proceso. Ese proceso tiene que ver de cómo asumís las responsabilidades, más que de cargos. No soy de cargos, soy de responsabilidades. Nunca me ha llamado la atención andar peleando por cargos formales, que son importantes.
Usted hizo una campaña interna por ganar la silla de secretario general que ahora ocupa Medardo González.
En la historia de mi práctica política yo le doy más importancia a la responsabilidad. Si asumís una responsabilidad debés ser capaz de responder. En el partido, siempre he dicho que es un proceso. Hay gente que me decía: Óscar por qué no te has ido del FMLN, yo les digo: ¿Por qué me voy a ir del FMLN?. Es que nunca te van a dar oportunidad de hacer. ¿De hacer qué? -les digo-, si estoy de alcalde ahora, he sido presidente de Comures.
Yo me sentí orgulloso de haber participado en las dos contiendas internas del partido, dicho sea de paso, son parte de la historia y fortalecimiento institucional de un partido como el nuestro. El aporte nuestro siempre ha tratado de ser buscando imprimirle dinamismo, de proponer nuevas ideas, refrescar planteamientos...
La última vez que hubo internas, la ahora dirección del partido se etiquetó como la Corriente Revolucionaria Socialista. Es la actual dirección y Óscar Ortiz estaba en la contraparte.
Incluso en aquellos tiempos de elecciones internas dije: esas son viñetas, lo que la gente llama clichés que se pusieron para tratar de identificar de manera simplista lo que estaba pasando en el partido. No quiere decir que no reflejo cierta dinámica de la realidad que estaba pasando.
Esa 'identificación simplista' estaba en la cabeza de altos dirigentes del FMLN. José Luis Merino dijo: 'Ese muchacho debe ordenar su pensamiento, corregirlo'.
En aquel momento yo respondí que nosotros permanentemente estabámos corrigiendo nuestro pensamiento. Y ese era parte del debate de aquel momento. Es un debate que debe estimularse en los partidos.
¿Y corrigió usted su pensamiento?
Es que yo siempre corrijo mi pensamiento, no puedes estancarte en el desarrollo de las ideas, en el desarrollo del conocimiento, en el desarrollo de las búsqueda de la innovación, de las nuevas respuestas, nuevos retos... no puedes estar de una forma estancada.
De otra forma: en este un reencuentro de Óscar Ortiz con esos dirigentes que se referían de esa forma...
Sí.
¿Quién tuvo que corregir más su pensamiento: Óscar Ortiz o ellos?
Nadie ha corregido algo en lo cual haya estado mecánicamente en lo correcto o incorrecto. Simple y sencillamente en los procesos políticos se llegan a determinados puntos donde tú tienes que tomar determinadas decisiones a partir de determinados análisis. Ahí te encontrás con lo siguiente: o tomas las decisiones más audaces e inteligentes o tomás las decisiones más adecuadas, acertadas... o simple y sencillamente te equivocas. Nosotros somos un partido que hemos cometido errores, nos hemos equivocado en varias cosas. Hemos tenido la capacidad de corregir, la posibilidad de replantearnos, repensarnos. La gente no lo ve con tanto detenimiento, posiblemente, pero cuando analiza cómo es que el partido llega al ejercicio del gobierno, uno dice: cualquier gente hubiera creído que nunca el FMLN iba a optar por Mauricio Funes. Una candidatura que no era interna, de la estructura del partido, y la dirección del partido que se mantiene ahora en un buen porcetaje, tomaron esa de decisión audaz, inteligente y adecuada.
Tú no puedes ver el FMLN como tres o cuatro partes. Siempre hubo en el partido, es normal y no va a dejar de haber, dinámicas, corrientes, estilos, enfoques, análisis de estrategia. No todos pensamos igual.
La dirección del FMLN había puesto barreras para evitar que usted se acercara.
Lo que hace 5 años parecía que posiblemente no era lo más indicado, lo más adecuado... el proceso te va a demostrando cosas distintas, te vas dando cuenta que ahora quizá sea lo mejor. Ningún liderazgo del FMLN ha dejado de trabajar, cada quien lo ha hecho con ciertos estilos, con ciertos rasgos, dentro del partido siempre he dicho que tenemos un estilo para hacer determinadas cosas. Esa es parte de la riqueza que el partido tiene como marca.
Cuando lanzaron de manera temprana y sorpresiva la candidatura de Sánchez Cerén, entre otras cosas, alguna gente en el Frente decía que una de las razones evaluadas para tirar antes de tiempo el nombre de Sánchez Cerén era para frenarle a usted antes de que comenzara a hacer precampaña. Eso no es hace cinco años.
El estatuto del partido cambió. Legalmente, a quien le corresponde de acuerdo al estatuto proponer las candidaturas a la fórmula presidencial es a la Comisión Política para que el Consejo Nacional pueda considerar y votar y después la Convención Nacional lo pueda ratificar. De hecho, la comisión hizo uso de esa facultad. ¿Cuál es la diferencia? En un análisis que hace la dirección del partido, decide que en lugar de esperar, adelantarse. Esa es una consideración que hace la dirección política del partido. Incluso ellos tienen una explicación muy completa sobre el tema, que tendrán ustedes que explorarlarla con ellos. Que es de tratar de ponerse al frente del proceso primero.
¿El FMLN puso condiciones para cederle el espacio o usted puso condiciones para aceptar la candidatura a vicepresidente?
La decisión de ahora se toma por parte de la dirección de partido, se decide presentar la fórmula el 11 de noviembre, una fórmula interna, una fórmula que integra totalmente el partido y lo integra en entusiasmo, no solo desde su perpectiva de convocarlo a un evento, también de conectarlo con todo el gran proceso que estamos iniciando ahora.
¿Qué margen de maniobra tiene Óscar Ortiz para hablar en nombre del partido?
No creo que sea el tema ahora de si es el partido o el candidato o la fórmula. Aquí todo se resume en esto: el partido tiene ya una fortaleza establecida que no creo que sea punto de debate ahora, lo que sí te puedo decir es que yo estoy consciente de la enorme responsabilidad y enorme confianza que el partido te está endosando para convertirte en uno de los principales voceros.
Al final todo esto se va a resumir en que tanto Salvador como tu servidor tendrán que ser capaces de comunicar de la manera más clara las ideas, las propuestas, los planteamientos ante el gran elector para aspirar a ganar, pero también para que la gente entienda perfectamente como queremos gobernar.
¿Entonces hoy Óscar Ortiz también se convirtió en uno de los grandes voceros del FMLN?
Cada cosa está en su contexto. Cuando fue la campaña de 2009, de hecho nosotros endosamos una enorme en confianza en dos liderazgos que les tocó prácticamente ser los principales voceros de los planteamientos de la izquierda y del partido: Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, que es nuestro actual candidato. El hecho de que escojas a 2 personas para que puedan sintentizar toda esa convocatoria del partido y de todas aquellas fuerzas con las que logremos pactar, concertar. Esa gran convocatoria de confianza resumidas en dos personas que están vendiendo un proyecto junto a una fuerza política.
La diferencia es que Mauricio Funes nunca fue vocero del FMLN.
Formalmente no, pero políticamente sí. Yo no me puedo comparar con Mauricio Funes, él no era militante. Yo soy un fundador del FMLN.
A Mauricio Funes no tenía sentido hacerle esta pregunta. ¿Ahora Óscar Ortiz puede representar al partido?
No podría no representar otra cosa que no fuera el FMLN. Es el FMLN el que nos ha mandatado a cumplir esta reponsabilidad, de ganar por segunda vez la presidencia del país. No hay por qué hacer una división o diferencia entre el FMLN y Óscar Ortiz. Ni una mínima distancia, somos uno solo. Los que estamos en el equipo de trabajo llamado fórmula presidencial hemos sido electos y representamos al FMLN en ese gran esfuerzo. Por supuesto que en los próximos meses iremos a la búsqueda de un amplio bloque de izquierda más amplia y de sectores progresistas del conjunto de fuerzas que estén dispuestas a seguir adelante con esta transición democrática comenzada en 2009. Ese va a ser nuestro principal reto.
Fuerzas de izquierda...
Tú tienes que saber que nosotros como tres elementos positivos ahora, ya habíamos construido un programa de gobierno para 2009, hay un programa en ejecución. Es la primera plataforma de cambios en el país. tenemos que establecer entonces una combinación entre lo que ya habíamos construido, lo que se ha avanzado con esta primera plataforma de gobierno y aquellos grandes temas que requieren replantearse, redimensionarse, reorientarse o priorizarse de cara a los nuevos retos que vamos a enfrentar de 2014 a 2019. Eso lo tenemos que hacer juntos, no hay otra forma de hacerlo.
¿Cuáles fuerzas de izquierda?
Las estructuradas y no estructuradas. Lo cierto es que nosotros no nos vamos a cerrar absolutamente a ninguna posibilidad. De hecho una de las cosas más importantes que logramos en esta última Convención fue la resolución que mandataba al partido y a la fórmula a buscar los pactos, alianzas, las coaliciones de la manera más amplia. El punto de partido de partida es identificar al conjunto de fuerzas que están determinadas a seguir adelante con este proceso de transformación.
De izquierda y progresistas, dijo.
Exacto.
¿Y Gana entra en esta categoría?
Mmmmm... en el caso de Gana no he escuchado yo que sea una fuerza política que hemos dicho que se integra como estructura.
¿Le parece una fuerza de izquierda?
No, no es una fuerza de izquierda.
¿Progresista?
Mmmmm. A mí lo que me parece más claro en el tema de los partidos es que hay bloques. Hay partidos de derecha y los partidos de izquierda. También partidos que se están tratando de mover electoralmente al llamado centro. Es una cuestión discutible. En ese término Arena y Gana representan una opción denominada claramente desde la derecha. Gana buscando elector distinto al del partido Arena, pero igual en la izquierda tenemos el mismo contexto. Tenemos un partido como el nuestro que ha ocupado un escenario importantisímo, pero también hay otras fuerzas políticas buscando un espacio bajo esa visión. Quizá el más claro es Cambio Democrático. Están naciendo fuerzas como el Partido...
Socialdemócrata.
Socialdemócrata. La nueva expresión que está construyendo nuestro amigo y compañero Dagoberto Gutiérrez y otras expresiones no estructuradas que han venido trabajando y construyendo iniciativas desde una perspectiva de izquierda amplia, de izquierda democrática. Yo veo que es positivo eso para el proceso democrático. Definir quién es o quién no es, no nos corresponde.
Tiene que corresponderles, ustedes son los que van a buscar alianzas.
Por eso te digo. No he dicho nada de PCN y PDC, fuerzas políticas más flexibles, haciendo de bisagra, pasadores. No digo que esto sea negativo, juegan un papel a partir de su acumulación como un resultado electoral. Ese es un componente importante en el parlamento. Si nos referimos ya a cómo establecer alianzas, pactos, no es lo mismo hablar del parlamento, que del gobierno. Son dos dinámicas distintas.
¿Por qué?
El Parlamento está ahí como centro de debate de los principales temas del país, para legislar. La diferencia con el Ejecutivo es que este tiene la facultad de proponer iniciativas de leyes para que la Asamblea las pueda concretar. Respetando las autonomías, pero el Ejecutivo tiene la enorme responsabilidad de ejecutar, ejecutar bien.
¿Qué tanta distancia hay entre el FMLN que tiene usted ahora y el que quisiera tener?
Siempre entre lo que tengo y quiero hay una distancia. Yo quiero siempre que el FMLN se proyecte como un partido fuerte, un partido abierto, un partido dinámico, un partido que conecta con los jóvenes, con un partido que entiende perfectamente los nuevos desafíos que va a enfrentar como instrumento político para tratar de responder de mejor manera a las aspiraciones que la gente necesita. Siempre hay un aspiracional.
De otra forma. ¿Qué distancia tienen el proyecto político personal en la cabeza de Óscar Ortiz del que tiene la bandera del partido ahora?
No tiene ninguna distancia más que un factor de oportunidad. Hay que tener cuidado con los conceptos. El factor de oportunidad es que si vos has nacido con una bandera de tanta historia como la del FMLN y con un partido de tanto protagonismo de los grandes cambios que el país ha tenido... y el partido cuenta con unos liderazgos con determinadas trayectorias y sobre unos importantes niveles de credibilidad. Ahí lo que se produce es una fusión de oportunidad.
¿De qué?
De enlazar ambas cosas, para posibilitar asumir con una visión mucho más amplia y sobre todo con una visión, yo digo con más ambición de aquellas cosas que el partido quiere hacer realidad. Aquí hemos ganado todos, creo, gana el partido, ganan los liderazgos que tienen la posibilidad de aportar toda su energía, experiencia y todo lo que ha sido capaz de demostrar en las distintas responsabilidades que has asumido.
El FMLN gana, y en el caso de Óscar Ortiz es una gran orgullo con esa bandera, servir de la mejor manera.
Violeta Menjívar dice que Óscar Ortiz y Sánchez Cerén representan dos contrapartes de una misma unidad, el FMLN.
Somos dos liderazgos distintos que el partido necesita. Cualquier fuerza política que fuera necesitaría liderazgos de estas características. En la trayectoria de Salvador es innegable que tienes unos atributos difíciles de encontrar en muchos políticos. Luchador de toda la vida, un hombre con mucha credibilidad, ganada a pulso de trabajo, Salvador tiene otra característica de las más apreciadas en el partido: su modestia. Modestia es que sin importar el cargo que representás nunca dejás de poner los pies sobre la tierra. Es un persona de palabra, directa, sincera.
Óscar Ortiz agrega otra cantidad de fortalezas, representamos una segunda generación en el partido. Digo esto es por que somos los que tenemos 10 o 15 años menos, eso no quiere decir hemos vivido este proceso con menos intensidad. La intensidad ha sido bastante igual como la ha vivido Salvador, ambos somos fundadores del partido, estuvimos en primera línea en el momento del conflicto, quizá en la transición... Salvador por sus responsabilidad siempre ha tenido posicionamiento en la toma de decisiones.
Eso puede entenderse como el relevo generacional que exigió Óscar Ortiz hace muchos años.
De la primera y segunda generación, vamos a tener la enorme responsabilidad de ir creando un gran puente con esos jóvenes políticos del FMLN y cercanos al FMLN que se viene abriendo paso. Yo ya me considero parte de esa generación junto a Salvador, la primera y segunda generación del partido debe preparar las condiciones para ir abriendo paso a esas generaciones que vienen abriendo brecha en la izquierda y el FMLN. Así debe ser.
¿Qué condiciones puso al FMLN para aceptar la candidatura?
Más que condiciones, hablamos con Salvador. Hablamos de que esto debía ser un gran equipo, para dejar atrás esto de que el vicepresidente debía ser una decoración, hablamos de que si nos metíamos en esto, con la determinación que lo hicimos hoy, lo importante es trabajar en equipo. Ese equipo debía servir para ganar y gobernar. Sin dejar de atender que el presidente ya tiene facultades constitucionales, pero nada prohíbe que un cargo electo como la vicepresidencia pueda asumir importantes tareas dentro del Ejecutivo.
¿Cómo qué?
Es muy temprano. Es muy temprano.
Pero supongo que eso lo dejó claro antes de aceptar.
No, no, no es cuestión de reparto. Lo primero es apostar en trabajar como equipo y eso se consolide para luego gobernar como equipo. Al final no se trata de a quién beneficiar con menos o más cargos, sino lograr que este equipo logre conducir bien el país. Entonces tenés que aprovechar al máximo las capacidades que tenés en ese equipo.
Hoy, a pesar del entusiasmo mostrado el domingo en la nonimación en el estadio, las encuestas dicen que están 10 puntos abajo que Arena. Si hoy fueran las elecciones pierden.
Pero no van a ser ahora.
Si fueran hoy, perderían...
Te voy a contestar...
Aún no he hecho la pregunta.
Pero quiero decir que siempre hay posibilidad de ganar y perder. Esta campaña apenas está iniciando cerrando los procesos internos de los partidos. Comenzamos una nueva etapa. Agrego algo: nunca antes la izquierda y el FMLN habían tenido tantas posibilidades para continuar este ejercicio de cambios que comenzamos en 2009.
Hay varios factores, el primero: partido fuerte, integrado y entusiasmado. Ese es un valor agregado que ahorita no tienen otros partidos. Segundo, partido con un ejercicio en el gobierno. Por primera vez en la historia, aquellos que estuvieron por 20 años están en una competencia sin estar en el ejercicio del gobierno, eso es una diferencia.
Claro, claro.
No me refiero a que te vas a aprovechar del gobierno, es un hecho político. No es lo mismo estar el gobierno a no estar. Lo tercero: haber construido una fórmula presidencial, equipo, que cierra con una perspectiva de trabajo muy sólida, muy distinto al resto de los demás partidos. Hace cinco años el mayor problema para acceder al gobierno eran unos terribles temores que se había creado de una campaña de 20 años, que se iban a romper relaciones con Estados Unidos, iba a huir todo el capital, que se le iba confiscar todo a los empresarios, que a los campesinos se le iba a quitar la tierra. Eso parece sencillo, pero eso es una de las cosas que la gente reconoce, el nivel de certidumbre de esta trancisión.
Le llaman a Óscar Ortiz para correr por la vicepresidencia. Como todo político hábil, contempla la posibilidad de ganar o perder. Si gano, no quiero un presidente decorativo y dice las cosas que se han dicho. ¿Y si pierde?, ¿qué gana?
Si perdemos, perdemos todos. Si ganamos, gana el país y ganamos todos. Ahora, en el plano más del partido, si en un dado caso, por la casualidad o circunstancia no ganáramos esta elección, tendríamos que asumir como partido y el equipo: asumir que es parte del proceso democrático.
Me refería a Óscar Ortiz, no al partido.
No me puedo separar de una posibilidad de victoria o de una posibilidad de que no ganar. Yo voy a ser una de las figuras más protagónicas de ese proceso. Siempre lo decía en Santa Tecla: espero que la gente...
No me ha respondido.
Ya sé por dónde vas... ¿Que si perdemos quién pierde más?
Óscar Ortiz había estado en Santa Tecla, ahora entra a primera línea del partido. Si pierde las elecciones...
Es que no, es que no.
Ya, está en campaña y no quiere hablar de eso.
Es difícil, es difícil.
Busquemos otra manera: ¿El ingreso de Óscar Ortiz por la puerta grande al liderazgo nacional del partido es para esta elección o es para quedarse?
El espacio que ha abierto el partido para que yo me incorpore a un nivel de responsabilidad mucho más nacional como la puesta en marcha, eso te da a ti la posibilidad de estar en el escenario político de manera más consistente. De lo que pueda pasar el 2014, del 2014 en adelante será otra historia, tendremos que sentarnos, reflexionar qué pasará con la alcaldía y otras responsabilidades que uno tiene. De esos resultados es que uno se siente y ve lo que sigue. No es solo tema personal, es tema de proyecto político.
Salvador Sánchez Cerén dijo en abril pasado que este gobierno, el del presidente Funes, no representaba los cambios prometidos en la campaña de 2009. Ahora, el partido entero nos dice que venderán la viñeta del Cambio. ¿Eso explica un reconciliación del partido con el presidente Funes?
Salvador Sánchez Cerén dijo que quería imitar el modelo de Nicaragua. Algunos, dijeron, quieren imitar el modelo sandinista. Pero no, Salvador Sánchez Cerén se refería a la forma de atraer inversión a Nicaragua, y a través de la inversión aumentar el nivel de crecimiento. Muchos empresarios salvadoreños están llegando a invertir a Nicaragua, a eso se refería. Lo mismo en el tema de los cambios, Salvador es un protagonista de los cambios de 2009 para acá. Cuando habla de que se requiere imprimir mayor velocidad a determinados temas en determinados momentos, esa es otra cosa. Salvador no ha estado renegando, nunca lo he escuchado de esa manera.
Dijo en abril: 'Este país no ha visto lo que se prometió del proceso de cambios, no se ha llevado adelante el cambio'.
También te podría decir que yo lo he escuchado hablar del reconocimiento y enorme labor del gobierno del presidente Funes. Los planteamientos más sólidos y válidos son aquellos que se asumen frente a una audiencia de aquel 11 de noviembre. También dijo que no todo se puede hacer en 5 años, y hay retos pendientes...
¿El FMLN y el presidente se han acercado?
El presidente marcó un estilo desde el principio, se respeta y reconoce. Dijo: yo vengo a gobernar para todos los salvadoreños. Tomó distancias de todos los partidos. El FMLN siempre ha tenido una cuota importante en el gobierno del presidente Funes. Ahora, hay temas en los que no necesariamente vas a estar 100% de acuerdo, es parte de la democracia que debe existir entre el ejercicio del gobierno y del partido, son competencias distintas. Desde la Asamblea hemos estado acompañando las iniciativas del presidente.