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Dos toneladas de Hugo Chávez

En su taller en las afueras de Caracas, Julio Briceño moldea la imponente estatua de un Hugo Chávez erguido en impecable atuendo presidencial, una de las más grandes de un político latinoamericano del siglo XX. Seis meses después de la muerte del líder, el mito se sigue construyendo.

Lunes, 2 de septiembre de 2013
Valeria Pacheco (AFP) / El Faro

El escultor venezolano Julio Briceño, de 63 años, trabaja en la estatua de 3.2 metros de altura que enaltecerá la figura del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. Foto Leo Ramírez (AFP).
El escultor venezolano Julio Briceño, de 63 años, trabaja en la estatua de 3.2 metros de altura que enaltecerá la figura del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. Foto Leo Ramírez (AFP).

Caracas, VENEZUELA. “El presidente merece una estatua para que sea un ícono en la historia de Venezuela y del mundo, y rememore que fue el hombre que logró la integración de Latinoamérica”, dice Julio Briceño, el escultor de 63 años que elabora una estatura de bronce de Hugo Chávez que medirá más de tres metros de altura y pesaráunos 2,000 kilos.

Poco después de que Chávez falleciera el 5 de marzo de cáncer, Briceño empezó la obra a pedido de un gobernador local, pero el lugar donde será instalada aún no ha sido anunciado. Sus primeros bocetos fueron tres pequeños bustos, que ahora están en el taller entre decenas de figuras de próceres venezolanos.

“Al morir indudablemente entró en la historia nacional y universal, por no decir astral. En algún lado tiene que quedar, así sea en imagen o en escultura”, afirma el artista, quien entró en contacto con el arte en Francia, donde vivió 13 años, apoyado por su padre, también escultor.

Guiado por fotografías, Briceño fue moldeando al enorme Chávez que mira al horizonte, porta la banda y el collar presidencial y en sus manos ‒frente al pecho‒, la espada de Simón Bolívar, a quien admiró intensamente.

“Es difícil saber cuándo estará lista. Hay que sacarlo de la nada, y él poco a poco va apareciendo”, explica, mientras sube con esfuerzo los andamios para retocar la estatua antes de desarmarla para sacar moldes y fundirla en bronce, por lo que pesará unas dos toneladas.

Omnipresente en las calles

Para el artista, de cabello y barba revueltos y entrecanos, su esfuerzo vale la pena: “Queramos o no, Chávez está dentro del inconsciente colectivo venezolano y universal”.

Con la muerte del carismático presidente, quien gobernó 14 años e impulsó una revolución “bolivariana” y “socialista” entre el fervor de sus seguidores, se acentuó el culto a su personalidad.

El Gobierno de Nicolás Maduro bautizó con el nombre de su mentor un gran parque que será construido en el suroeste de Caracas, canchas deportivas y un hospital, y creó un instituto para estudiar el legado del líder. En las calles, especialmente en el centro histórico de Caracas, el rostro de Chávez se reproduce en enormes pancartas en edificios estatales, en coloridos murales y afiches que lo muestran de niño y de joven, cuando ingresó a la Academia Militar.

“La pérdida del presidente fue tan repentina que mucha gente, al ver esas imágenes, siente su presencia; a mí me gustan”, dice Nilson Pineda, ingeniero mecánico, en una avenida en el este de Caracas.

Pero Jéssica, una secretaria que prefiere reservar su apellido, se queja de que usen la imagen de Chávez “para hacer campaña”: “¿Por qué tienen que ponerlas si ya se murió? Fue lo peor que nos pasó”.

Briceño está consciente de que fue “muy criticado” por unos. “Tengo 38 años haciendo estatuas, no entiendo por qué ha causado tanto revuelo, no soy yo, es el personaje. No ven la parte artística sino la política”, justifica.

Esta no la van a tumbar”

El artista es consciente de que Chávez dejó una Venezuela dividida en dos y admite que la estatua, como ocurrió con la de Lenin tras la caída del muro de Berlín, se puede tumbar.

“Muchos políticos quieren hacer estatuas y lo primero que me dicen es 'quisiéramos hacer algo pero que no lo vayan a tumbar'. Todos estamos expuestos a que nos tumben... pero esta no la van a tumbar”, dice optimista.

Los homenajes a Chávez se han replicado en países como Rusia, Senegal, Cuba y Nicaragua. En julio, cuando se celebró su 58 cumpleaños, se develó un busto en la Sierra Maestra, en el oriente cubano, y un colorido retablo de más de 10 metros en Managua.

En la región no hay muchas estatuas de líderes latinoamericanos del siglo XX tan grandes como la de Briceño. En Argentina están las de Evita Perón, Néstor Kirchner y Ernesto Guevara “Ché”, quien también tiene una gigante en Cuba. En Uruguay, entre otros, está la del expresidente José Batlle y Ordóñez.

“El presidente Chávez fue un hombre único, un gran líder, hay que reconocerlo. Si estuvo equivocado o no, la historia lo dirá”, concluye el veterano escultor.

© Agence France-Presse

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