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Los cincos hitos de Contempo para la industria del diseño salvadoreño

Los diseñadores salvadoreños ya saben dónde está la puerta para entrar a la industria internacional de mobiliario. También saben que a pesar de las dificultades que han tenido que enfrentar, ya no se vale la queja ni la historia de sus sacrificios: lo único que importa es la calidad del producto terminado. El Wall Street Journal ha calificado como diseño de clase mundial algunas piezas. Todo empezó en Marte, con Contempo.

Lunes, 21 de octubre de 2013
María Luz Nóchez

Desde la primera edición de Contempo en 2007, El Salvador ha logrado hacerse ver como un centro emergente de diseño. Desde entonces, los diseñadores salvadoreños han sometido su creatividad y destreza técnica al escrutinio de un jurado internacional con el fin de conseguir un pase al mercado global de mobiliario y diseño de superficies. 

Esto solo ha sido posible gracias a un cambio de paradigmas en el quehacer y actitud del sector de diseñadores y fabricantes. En este cambio ha sido clave la Bienal de Diseño Contempo, una actividad coordinada por la Fundación Comparta, el Museo de Arte de El Salvador (Marte) y la asociación salvadoreña de diseñadores Croma con financiamiento del programa de USAID para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. La lista de involucrados permite ver las especialidades que se conjugan en esta nueva visión que ha permitido potenciar el talento local retando a los participantes año tras año a fabricar piezas de alta calidad para la exportación. La validación de representantes de firmas internacionales y de reconocida trayectoria en la industria ha permitido, además, la valorización del gremio de diseñadores ante el público nacional.

Con el cierre de la quinta edición, cuya selección se exhibió en el Marte del 22 de agosto al 13 de octubre, El Faro hace un repaso por las experiencias de los organizadores, los jurados y los participantes para presentar las lecciones que Contempo ha legado a la competencia y a las generaciones de diseñadores que han sido y serán parte de la bienal.


Muestra de la selección de Contempo 2009. Durante las primeras 4 ediciones, los participantes presentaban una colección de 2 o 3 piezas. Para este año, en cambio, se solicitó que enfocaran sus esfuerzos en una sola pieza. | Foto Cortesía Museo de Arte.
Muestra de la selección de Contempo 2009. Durante las primeras 4 ediciones, los participantes presentaban una colección de 2 o 3 piezas. Para este año, en cambio, se solicitó que enfocaran sus esfuerzos en una sola pieza. | Foto Cortesía Museo de Arte.

1. Ha nacido una nueva escuela

La convocatoria de Contempo ha recibido desde 2007 a estudiantes y profesionales del diseño; sin embargo, la práctica de enfrentar a los participantes con un mercado meta específico y encarar las dificultades de no contar con proveedores de materiales para crear piezas que deben cumplir con estándares internacionales de calidad es lo que les ha permitido mejorar sus técnicas de desarrollo de diseños a un producto. El progreso ha sido tal que, para esta edición, los jurados nacionales José Roberto Paredes y Harry Washington coincidieron en que por primera vez la muestra incluía una serie de prototipos que sin excepción eran elegibles como ganadores. En cinco ediciones, la convocatoria ha ido aumentando en casi 10 participantes desde 2007 hasta la fecha en mobiliario, y tres en superficie. 


En 2011 se introdujo la categoría de superficies a Contempo y los diseñadores tenían que presentar propuestas inspiradas en el árbol, el ave o la flor nacional. La propuesta de Manuel Panameño inspirada en el Maquilishuat le valió el primer lugar. | Foto Cortesía Museo de Arte.
En 2011 se introdujo la categoría de superficies a Contempo y los diseñadores tenían que presentar propuestas inspiradas en el árbol, el ave o la flor nacional. La propuesta de Manuel Panameño inspirada en el Maquilishuat le valió el primer lugar. | Foto Cortesía Museo de Arte.

2. Una nueva y sutil marca país

Por medio del diseño de mobiliario y superficies, El Salvador ha dejado una huella con los conceptos en los que está basado el prototipo que se presenta a evaluación, y lo ha logrado superando el cliché de que para que sea representativo tiene que tener un toque tribal o folclórico. Así lo expresó el jurado de la categoría de superficies Mark Woodman, quien se declaró sorprendido por la evolución en la sofisticación de los diseños, que esta vez presentaban una gama de colores adaptables a público de mercados estadounidenses y europeos. De hecho, la idea de incluir la categoría de superficies surgió del interés de que, valiéndose de la facilidad de exportación del diseño digital, la exportación hacia otros países fuera más rápida y de mayor alcance. 


Vista panorámica a la exhibición de mobiliario de Contempo 2011. | Foto Cortesía Museo de Arte
Vista panorámica a la exhibición de mobiliario de Contempo 2011. | Foto Cortesía Museo de Arte

3. Evolución en la proyección hacia el mercado internacional

Parte del proceso de concurso al que se someten los participantes es la creación de un racional que defienda el concepto bajo el que fue creada la pieza que presentan en la exhibición. Previo a la elección de los ganadores, cada diseñador expone a los jurados el proceso de creación del diseño. Este filtro es fundamental para la deliberación, ya que les permite a los participantes explicar en qué está inspirado y cómo se desarrolló la aplicación en el producto. Y en el caso de los jurados sirve para evaluar la cohesión entre la idea y la colección. Will Arriaga, otro de los jurados en la categoría de superficies, explica que este ejercicio les permitió crearse una segunda opinión de cada colección, ya que en muchos casos la inspiración y la historia detrás de los productos era muy buena, pero la traducción de estas en el producto no funcionaba: 'Cuando eres un diseñador emergente no puedes confiar en que la historia detrás de tu producto va a hacer que funcione. Eso solo te puedes dar el lujo de hacerlo cuando tu marca ya está establecida en el mercado'.


Guillermo Altamirano, Claudia y Harry Washington, Josefina Álvarez, José Roberto Paredes y Roberto Dumont son los fundadores de The Carrot Concept, plataforma que ha funcionado como catapulta para comercializar el diseño de mobiliario salvadoreño a nivel local e internacional. | Foto Cortesía de TCC
Guillermo Altamirano, Claudia y Harry Washington, Josefina Álvarez, José Roberto Paredes y Roberto Dumont son los fundadores de The Carrot Concept, plataforma que ha funcionado como catapulta para comercializar el diseño de mobiliario salvadoreño a nivel local e internacional. | Foto Cortesía de TCC

4. Se gestó un nuevo gremio

Como en toda competencia, los participantes manejaban los proyectos a exhibirse en medio del secretismo, con el afán de colarse entre los primeros tres lugares del concurso. Todos los participantes lograron instalarse en el mercado y siguieron trabajando por separado. Pero con el paso de los años, ante las dificultades que todos se encontraban en el camino con los proveedores de materiales para fabricar los prototipos, decidieron unir fuerzas. 'Necesitábamos unirnos para proponer una idea, un camino, una misma línea de comunicación', explicó Roberto Dumont, de The Carrot Concept, al periódico estadounidense The Wall Street Journal. Coleman Gutshall, Director de Proyectos Estratégicos de Bernhardt Design, firma que desde la primera edición de Contempo ha sido parte del jurado, se dijo 'complacido de que esto (la participación en Contempo) haya pasado de un grupo cerrado', y que se hayan concentrado en la idea de educar en diseño contemporáneo y el impacto comercial de este. La aceptación en el mercado local ahora se puede encontrar mobiliario diseñado en El Salvador, y de clase mundial, entre los siguientes rangos de precio: accesorios de hogar, $40-$325; sillas de comedor, $185-$350; sillas lounge, $320-$420; mesas de centro, $350-$695; mesas auxiliares o de acento, $195-$485.


 

Muestra de los diseños a la venta en The Carrot Concept. La mitad de los fundadores de la tienda fueron ganadores en las primeras ediciones de Contempo y gracias a la experiencia adquirida ahora forman parte del jurado nacional que asesora a los nuevos participantes. | Foto Cortesía TCC.
Muestra de los diseños a la venta en The Carrot Concept. La mitad de los fundadores de la tienda fueron ganadores en las primeras ediciones de Contempo y gracias a la experiencia adquirida ahora forman parte del jurado nacional que asesora a los nuevos participantes. | Foto Cortesía TCC.

5. La conquista de nuevos mercados

Contempo ha servido como una catapulta de creación de plataformas para vender mobiliario, luminaria y accesorios, a las que se ha sumado el apoyo de asociaciones como Croma para que salvadoreños participen en ferias como la WantedDesign en Nueva York, a la que este 2013 arribaron 38 productos de 12 diseñadores. Esta vitrina ha permitido que el mercado empiece a abrirse no solo a nivel local, sino con exportaciones a Estados Unidos y Alemania. En el caso de superficie, las cosas aún se están moviendo un poco lento, y a pesar de que la diseñadora Emma Schonenberg reconoce que se ha dado un salto en la aplicación y el desarrollo de los diseños, cree que la confianza en el mercado de este tipo de productos aún no está desarrollada: 'El mercado aún no está listo para pagar por diseño aplicado, y no quiero que la rama se chotee', explicó a El Faro, aludiendo a que con el afán de abrirse espacios se acceda a vender a precios muy bajos.


Los ganadores de Contempo

2007: Roberto Dumont, José Roberto Paredes, Alfredo Guillén, Eugenio Menjívar, Claudia + Harry Washington.

2008: David Paredes Raful , Álvaro Guatemala + Hugo Zambrana, Claudia Segovia y Jenny Menjívar.

2009: Carlos López + Carlos García, Eugenio Menjívar, Jenny Menjívar + Claudia Segovia.

2011: SuperficieManuel Panameño, Óscar Velásquez, Raquel Arana. Mobiliario | Mario Sermeño,  Ernesto Pastore, Francisco Salazar.

2013: Superficie | Violeta Sandoval, Gerardo Flores, Danilo Machuca. Mobiliario | Alessia Sanabria y Rafael Campos, Karla Abrego y Gabriela Rubio, Roberto Juárez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vea además: Contempo 2011: Cuando los muebles van a museo

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