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Los familiares del náufrago dicen sentirse “agobiados” por los periodistas salvadoreños

El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga, cuya historia de sobrevivencia captó la atención mundial, está en ruta a su país tras abandonar las Islas Marshall, adonde apareció el 30 de enero luego tras permanecer a la deriva en el océano Pacífico por más de un año.

Martes, 11 de febrero de 2014
Carlos Mario Márquez (AFP) / El Faro

El náufrago salvadoreño, José Salvador Alvarenga, habla con el presidente de Islas Marshalls, Christopher Loeak, momentos antes de tomar un avión en el aeropuerto de la capital, Majuro. Foto Hilary Hosia (AFP).
El náufrago salvadoreño, José Salvador Alvarenga, habla con el presidente de Islas Marshalls, Christopher Loeak, momentos antes de tomar un avión en el aeropuerto de la capital, Majuro. Foto Hilary Hosia (AFP).

San Salvador, EL SALVADOR. El regreso a su país del náufrago salvadoreño, José Salvador Alvarenga, quien se encontraba la tarde del lunes en Hawai, Estados Unidos, depende de que los análisis médicos que se le practicaron en esa isla determinen que su estado de salud le permite continuar su viaje.

“Esperamos que él (José Salvador) retorne al país el día de mañana (por hoy, martes), pero por supuesto que su retorno y su vuelo mismo dependen de su estado de salud”, declaró el canciller salvadoreño Jaime Miranda, en rueda de prensa la noche de este lunes.

Para su llegada, según Miranda, no tienen previsto ningún programa oficial pues se concentran “en la parte humana” y, explicó, ofrecer una declaración ante la prensa “será una decisión muy personal” que tomé Alvarenga. Las expectativas del retorno del náufrago mantiene ansioso al pueblito costero de Garita Palmera, en Ahuachapán.

“Estamos preparándonos para recibirlo, es una alegría para todos nosotros”, declaró a la agencia AFP Ricardo Orelllana, padre de José Salvador, quien aguarda en su casa la llegada de su hijo.

Abrazados por una fresca brisa marina y bajo la oscuridad de la noche, decenas de periodistas, sin mayor vigilancia policial, montaban guardia para trasmitir el esperado reencuentro de José Salvador con sus padres.

Agobiados por la prensa

El náufrago, de 37 años, abandonó el lunes en avión las Islas Marshall –adonde había llegado el 30 de enero–, tenía escala en Hawai y debe seguir, según lo previsto, camino a Estados Unidos para de ahí tomar vuelo a El Salvador.

Alvarenga tiene una visa de tránsito de Estados Unidos y puede permanecer en ese país el tiempo que sea necesario, precisó el vicecanciller Juan José García, también presente en la rueda de prensa con el canciller.

Miranda insistió en que a pesar de estar prevista su llegada “podría ser que en el marco de la escala en Estados Unidos tenga algún problema de salud y tengamos que esperar para que él pueda volver a volar de regreso”.

Los funcionarios dijeron desconocer los resultados de los exámenes practicados en Hawai y prefirieron no precisar ningún posible itinerario de vuelos o el aeropuerto donde haría escala en Estados Unidos.

El canciller agradeció la colaboración para la repatriación de Alvarenga de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y los gobiernos de México, Estados Unidos y de Islas Marshall. Miranda insistió en que lo que se busca garantizar es que sea “una repatriación de forma segura, pero además ordenada y digna”.

El funcionario añadió que a su llegada a El Salvador un equipo del Ministerio de Salud realizará otra evaluación para determinar las condiciones en que se encuentra.

“Ellos han planteado, tanto la familia como él mismo, que se sienten agobiados por las constantes llamadas, consultas de los medios de comunicación y nos pidieron que traslademos su petición (de privacidad)”, comentó.

El náufrago, según explicó el canciller, llegará a tierras salvadoreñas para reponerse de su estado de salud, mientras que otras instituciones de gobierno podrán evaluar ayudarle para que pueda rehacer su vida laboral.

Alvarenga, que salió a pescar tiburones en la costa mexicana del Pacífico en diciembre de 2012, apareció en las Marshall, situadas a una distancia de 12,500 kilómetros.

Allí estuvo varias veces en el hospital por problemas de deshidratación y para recuperarse de las consecuencias de haber estado meses, según relató, comiendo pájaros y pescado crudos y bebiendo sangre de tortuga y su propia orina.

Su compañero de pesca, Ezequiel Córdoba, de 23 años, murió cuatro meses después de haber salido de la costa mexicana, incapaz de soportar esa dieta, según explicó Alvarenga a la AFP la semana pasada.

© Agence France-Presse

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