Estimada Elena Salamanca:
Dado que me has nombrado en el prestigioso periódico digital El Faro y usando mi derecho a respuesta, deseo aclarar algunos puntos de tu escrito que considero bastante incoherentes, siendo únicamente a estos a los que haré alusión. Lo demás del artículo no merece mi atareado tiempo, porque es palabrería torpe, infecunda para los salvadoreños con sentimientos humanitarios, que son mayoría aquí.
Antes que nada, el asunto religión lo has metido tú en tu enunciado, porque yo, siendo activista pro-vida, no pro-muerte, jamás menciono la religión para defender la vida, solo incluyo el sentido común, la compasión, la clemencia, el humanismo y justicia hacia las víctimas inocentes, sea niño como el bebé por nacer o el ya nacido, como el individuo adulto. Entonces, aunque mis escritos son defender la vida de cualquier ser humano, aún la del mayor criminal, debes conocer que el primer derecho plasmado en la Carta Universal de los Derechos Humanos, redactados por verdaderos sabios, es el derecho a la vida, pues sin este no existen los demás, y aunque se palpa el desprecio a tu religión que tanto mencionas y aunque te disguste, este derecho emana del 5° mandamiento “No mataras”. Por tanto, MATAR ES ASESINATO y el asesinato es penado en el mundo entero. Así, matar un bebé nacido o no nacido ES PEOR ASESINATO, por ser un ser indefenso.
Incoherente decir que la pobreza no debe criminalizarse y que el-o-la criminal pobres “son víctimas”, entendiendo por esto que según tú, la pobreza concede el derecho a asesinar. Entonces debes recordar que todos los pandilleros, sin excepción, surgen de la pobreza. Coherencia por favor.
El descuartizamiento del bebé por el aborto, al que se le arrancan las piernitas primero y luego sus otros miembros hasta destriparle la cabeza para sacarlo, o el asesinato de bebés ya nacidos, como el caso que nos ocupa, matándolos cruelmente al nacer, destrozándoles su cráneo con una piedra, o acuchillándolos o asfixiándolos o ahorcándolos como hicieron las mujeres que defiendes por ser pobres, no tiene nada de diferencia en descuartizar y matar de esas mimas formas a sus víctimas, como hacen las pandillas que TAMBIÉN SON POBRES.
Para finalizar esta pequeña reseña, dándola a la vez por terminada con esta mi única intervención, deseo esclarecerte que ser católica no se declara del diente al labio, es por eso que te agrego aquí la imagen y un mensaje compactado ¡de un verdadero católico!
“Ojalá me estuvieran escuchando hombres que tienen manchadas sus manos de homicidio. ¡Son muchos por desgracia! Porque también es homicida el que tortura. Hemos visto víctimas de torturas, llevados a morir a un hospital. Son asesinos también, son homicidas, no respetan lo sagrado de la vida. Nadie puede poner la mano sobre otro hombre, porque el hombre es imagen de Dios ¡No matarás! Yo quisiera llevar también esa palabra a ese mar inmenso de ignominia, que mata hasta en las entrañas de la madre. El aborto, crimen abominable, también es matar. Y pensar que la que tortura, la que asesina, es su propia madre……¡No matarás!Cuando Cristo perfeccionaba este mandamiento decía: ‘Ya cuando comienzas a odiar, has comenzado también a matar’. (Buscar en Internet, en Solidaridad.net y en PortaLuz.org, “El Quinto Mandamiento” Monseñor Romero) es indigno que te compares, por favor.
¡Ofensivo que te compares, por favor!