Amenazas de las pandillas y el asesinato de siete empleados del transporte público de pasajeros han provocado un paro que ya va en su tercer día. Entre el lunes 27 y miércoles 29 de julio, en El Salvador, alrededor de mil unidades de 45 diferentes rutas han dejado de circular afectando a más de 1 millón 300 mil usuarios solo en el área metropolitana de San Salvador, la capital del país. El Gobierno ha lanzado mensajes contra las pandillas, diciendo que no serán doblegados por criminales, pero lo cierto es que el golpe al transporte público ha sido efectivo y contundente. En las horas pico -en las mañanas y al finalizar la jornada laboral- el gobierno y las alcaldías han sacado flotillas de microbuses, buses y camiones nacionales para transportar a la población, mientras que el ejército ha sacado camiones blindados a patrullar las calles. Este es el segundo paro provocado por las pandillas en seis años de gobierno del FMLN.