Guillermo Alvarado (29 años) y Jennifer Rodriguez (26) asistieron a cuatro manifestaciones en la Plaza de la Constitución. Ambos aseguran que se animaron a salir a las calles al ver que la exvicepresidenta Roxana Baldetti renunciaba el 6 de mayo. Para ellos fue una muestra de que el movimiento de protesta estaba teniendo resultados. También los motivó, dicen, la forma pacifica en que los ciudadanos guatemaltecos se han manifestado en estos meses.
Lucía Mendizabal (53 años) es empresaria en bienes y raíces. El 17 de abril, un día después de que se diera a conocer la investigación de la CICIG sobre el caso la Línea, publicó en su cuenta personal de Facebook y en la del grupo Políticamente Incorrecto: 'A ver si ahora todos los que están hablando del voto nulo hacen algo realmente contundente'. Un miembro del grupo respondió de inmediato: '¿A que horas y en donde?' 'Mañana a las 3 de la tarde', respondió en un primer momento Mendizabal. Por consejo de su amigo Gabriel Wer decidió postergar la manifestación para el sábado 25 de abril para dar tiempo a que más gente se sumara y creó la etiqueta #Renunciaya, dedicada al ya expresidente Otto Pérez Molina. El 25 de abril asistieron a su convocatoria más de 30,000 personas. Mendizábal abandonó el movimiento después de la segunda manifestación. Asegura que su experiencia previa como activista se limitaba a asistir a dos manifestaciones, una en 1982 y otra en 2012.
Alberto Nuñez (53 años) llegó a la Plaza de la Constitución el 25 de agosto para exigir la renuncia de Pérez Molina. 'El presidente escogió el camino de la estupidez y de la indignidad, con su discurso solo confronta a Guatemala, su estrategia es atrincherarse en la presidencia queriendo provocar un golpe de estado para salir como perseguido político y no como un delincuente. Eso es lo que es él. Ningún estado ningún país le va dar asilo político a un ladrón, a un delincuente', decía Nuñez diez días antes de la renuncia de exmandatario.
Rafael Mora (23 años), Glenda López (37) y Gabriel Wer (33) son tres de cinco integrantes de la plataforma Justicia Ya. En la fotografía faltan Álvaro Montenegro (27) y Andrés Quezada (23). Con nula experiencia previa en activismo, estos jóvenes se convirtieron en el referente del movimiento de protesta en las redes sociales. Más de 35,000 seguidores en Facebook y 12,500 en Twitter se mantienen informados a través suya de las diferentes convocatorias a manifestaciones en la ciudad de Guatemala. Justicia Ya nació el 25 de abril con el nombre de Renuncia Ya, pero tras la renuncia de la exvicepresidenta Roxana Baldetti ampliaron su objetivo y cambiaron su nombre por Justicia Ya.
Regina Solis (23 años) es estudiante de la Universidad del Valle de Guatemala, y miembro de la Coordinadora Estudiantil Universitaria de Guatemala (CEUG), que incluye a la universidades San Carlos, Francisco Marroquín, Rafael Landívar, Del Itsmo y Del Valle. La CEUG nació a mitad de mayo de 2015 ante la necesidad de organizar la hasta entonces expontanea participación estudiantil en las manifestaciones. A excepción de la San Carlos, el resto de universidades que conforman la Coordinadora son privadas. Es la primera vez que universidades privadas salen a las calles a manifestarse de forma organizada en Guatemala. Se estima que el 27 de agosto, durante el paro nacional, aproximadamente 55,000 jóvenes (50,000 estudiantes de la Universidad San Carlos y 5,000 del resto, se sumaron a la huelga. Fotografía de la galería 'La primavera chapina en 14 retratos' http://bit.ly/1Tm5IpW
La noche del 2 de agosto Jackelin Bustamante (17 años) y Daira Paniagua (15) recorrieron 38 kilómetros desde el municipio de Palín, Escuintla, para unirse a la celebración expontánea que se formó en la Plaza de la Constitución de la constitución al conocerse la renuncia de Otto Pérez Molina. Dicen que es un momento histórico que no querían perderse.
Julio Prado (36 años) lleva 14 años como fiscal del Ministerio Publico de Guatemala. Prado, que también es escritor y ha sido columnista en varios medios digitales, forma parte del equipo de fiscales que actualmente llevan el caso La Línea y fue el encargado de presentar personalmente al Congreso la solicitud de antejuicio contra el entonces presidente Otto Pérez Molina. 'Es importante el respaldo popular porque es un voto de confianza en la Justicia. Nosotros lo valoramos como un apoyo emocional, que tuvo especial incidencia en la transparencia del proceso. Sin embargo, no hay que apartarse del hecho de que trabajamos con evidencias y pruebas, que son las que han hecho que los jueces tomen decisiones como las que han tomado. Y sobre ellas no influye nada', dice Prado
Ingrid Medina (37 años) es maestra y abogada. Nunca había sentido la necesidad de manifestarse hasta que vio el informe del caso La Línea que presentó la CICIG el 16 de mayo. La seriedad de la investigación la convenció de que el expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti estaban involucrados en una red de contrabando en las aduanas guatemaltecas. Medina también exigió en las calles la reforma de la ley de partidos políticos para evitar la continuidad de algunos diputados y magistrados, y pidió sin éxito que se permitiera la inclusión de nuevas candidaturas a la presidencia en las elecciones del pasado 6 de septiembre.
Alejando Pineda, Pamela Saravia y Óscar Aranda son tres de los 17 integrantes de La Batucada del Pueblo, como la bautizó la revista digital El Salmón. Por 21 semanas consecutivas han acompañado con música y consigas las diferentes manifestaciones que siguieron a la investigación de la CICIG. El 20 de abril hicieron su debut frente a Casa Presidencial, en la Zona 1 de la ciudad de Guatemala, con cacerolas, cumbos de plástico y un termo de café metálico, pero gracias a las donaciones de los manifestantes han ido comprando instrumentos. Aranda asegura que la música ha sido clave en el desarrollo de las protestas, tanto para alegrar el ambiente con consignas como 'Lo decimos con firmeza: ¡Esto apenas empieza!' como para calmarlo al grito de 'Pueblo, ¿dónde estás? ¡Manifestando en paz!'. Aranda dice que fur una decisión consciente tocar música moderna en vez de canciones protesta de los Guaraguao y grupos similares, habitual por años en otras manifestaciones.
Emilio Méndez es empresario y propietario de los restaurantes, cafés y tiendas de ropa Saúl E. Méndez, una empresa familiar de 62 años con 28 puntos de venta. Saúl E. Méndez fue una de las primeras empresas destacadas que decidieron apoyar el paro nacional del 27 de agosto. Méndez asegura que la decisión de fue tomada desde la certeza de que Guatemala vivía un momento histórico y no podían quedarse con los brazos cruzados. Pese a que la poderosa gremial del CACIF se opuso inicialmente al paro, más de 400 empresas e instituciones se unieron finalmente a la huelga en el área metropolitana.
Helen Mack (63 años) es una de las activistas y defensoras de Derechos Humanos más conocida y respetada en Guatemala, con más de 35 años de trabajo desde la sociedad civil y puestos públicos. Desde hace cinco meses ha participado brindado consejos ha varias organizaciones juveniles, pero asegura que desde él inicio fue consciente de que el movimiento les pertenencía a ellos. Mack les dio dos consejos que ahora considera clave para que el movimiento fuera exitoso; el primero fue que debían tener convergencias y un denominador común: la lucha contra la corrupción. El segundo fue que no debían tener protagonismo para mantener la autenticidad del movimiento. Mack revela que personalmente solicitó a Felipe A. Bosch Gutiérrez, uno de los propietarios de Pollo Campero, que se uniera al paro nacional del 27 de agosto.
May Arriola (55 años) asegura que la renuncia de Otto Pérez Molina fue un triunfo ciudadano y tiene la esperanza de que Guatemala siga luchando de la misma manera. Dice que salió a las calles para dar a la CICIG una muestra de apoyo por el trabajo realizado en la investigación del caso La Línea.
Daniel Pascual es coordinador del Comité de Unidad Campesina (CUC), una de las organizaciones sociales de mayor incidencia en Guatemala. Asegura que después de la primera manifestación del 25 de abril convocó a una Asamblea Social y Popular, a la que llegaron aproximadamente 300 personas de 60 organizaciones de todo el país, para discutir la participación que debían tener las comunidades campesinas e indígenas en las protestas. A partir del 1° de mayo participaron en diferentes manifestaciones tanto en la capital como en otras ciudades, pero según Pascual se debía dar 'un siguiente paso'. Convocó a una segunda Asamblea Social y Popular el 16 de junio y allí se decidió realizar una semana de movilizaciones que debía culminar en un paro nacional el 27 de agosto. Pascual asegura que en todo el país aproximadamente 500,000 personas exigieron la renuncia de Pérez Molina. Solo en dos de los 22 departamentos de Guatemala no hubo manifestaciones ese día.
Gabriela Chaulon (28 años) es miembro de la organización Otra Guatemala Ya, que se presenta como un grupo de ciudadanos contra la corrupción y la impunidad. En la fotografía, Chaulon participa en un 'funeral electoral', organizado por Otra Guatemala Ya la jornada de la elección presidencial para dar el mensaje de que la democracia guatemateca, por la falta de reformas antes de los comicios, había muerto ese día.