El miércoles 11 de noviembre, a las 6:00 pm, el escritor Jorge Galán acudió a la presentación de su nueva novela, Noviembre, en el auditorium ICAS de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, que lució casi lleno. Galán, salvadoreño y uno de los poetas en español de mayor prestigio internacional en los últimos años, regresaba a la prosa con una ficción repleta de hechos reales, centrada en el asesinato de los jesuitas por parte del ejército salvadoreño durante la ofensiva guerrillera de finales de 1989, y para la que había entrevistado a un buen número de protagonistas de la historia. En el evento compartió la mesa con uno de ellos, el también jesuita José María Tojeira, amigo de las víctimas y exrector de la UCA, quien aparece con su propio nombre como un protagonista de la novela, y con Fernando Fajardo, director del Centro Cultural de España y amigo personal de Galán. La presentación discurrió con la normalidad de este tipo de actos: palabras de los anfitriones, valoraciones literarias, detalles de contexto de los 26 años que lleva abierto el caso jesuitas, y venta y firma de libros que se prolongó más allá de las 8:30 de la noche.
Apenas dos horas después, a las 10:47 de la noche, el poeta español Fernando Valverde envió desde Estados Unidos, donde reside temporalmente, un correo electrónico a varios destinatarios en El Salvador. El correo incluía una breve indicación: “Ahí va el comunicado y el manifiesto para su difusión”. La difusión empezó a la mañana siguiente, el 12 de noviembre, mediante reenvíos del correo original que contenía un documento titulado 'Manifiesto en apoyo al escritor Jorge Galán' –con las primeras 120 firmas de prominentes artistas e intelectuales de diversos orígenes–, una fotografía de Galán y un comunicado que relata escuetamente los hechos que motivaban esa acción de denuncia y solidaridad con Galán:
“El pasado 1 de noviembre el escritor Jorge Galán fue atacado cuando se dirigía a su casa de San Salvador. En torno al mediodía, dos hombres armados le dieron el alto desde un vehículo y le insultaron antes de sacar una pistola. Este hecho se suma a una serie continuada de insultos y amenazas que el escritor ha recibido tras la publicación de su novela Noviembre, en la que reconstruye el asesinato de los jesuitas en San Salvador en 1989 y aporta información que podría implicar a los autores materiales e intelectuales del crimen, que está siendo investigado por la justicia española y estadounidense”, reza el primer párrafo del comunicado. Luego detalla que “Jorge Galán se ha visto obligado a abandonar su país a causa del hostigamiento y el riesgo que corre su vida. Por ese motivo ha solicitado asilo político en España, país del que eran originarios cinco de los jesuitas asesinados”. Cierra poniendo en contexto los hechos que relata la novela y el estado judicial en que se encuentra ahora: “La masacre sigue en la impunidad, ya que los militares salvadoreños involucrados no han sido juzgados en El Salvador, aunque se enfrentan a una causa abierta en la Audiencia Nacional de España. Por ahora la Corte Suprema de Justicia de El Salvador se ha negado a la extradición de los militares implicados”.
En el evento de lanzamiento de Noviembre no se había hecho mención pública alguna de las amenazas al escritor. La situación se hizo pública cuando circuló la información que contenía el correo de Valverde. El correo electrónico con el manifiesto y el comunicado llegó a El Faro a las 7:33 de la mañana del jueves 12 de noviembre. Según el comunicado, el escritor había tenido que abandonar el país sin decir con qué destino.
El 4 de noviembre, ocho días antes de que se presentara la novela en la UCA y de que se publicara el manifiesto de apoyo, Jorge Galán, presentó en la embajada de España de El Salvador una solicitud formal de refugio y asilo argumentando lo mismo que dice el comunicado, pero agregando que los mensajes privados recibidos en la página de Facebook de la novela y en su teléfono celular le advertían que no querían ver su libro en El Salvador.
La casa editorial Planeta, con sede en México, publicó la novela el 15 de octubre e hizo un primer envío de 150 ejemplares a El Salvador para que se pusieran a la venta en la presentación pública del 11 de noviembre. Los que no se vendieran esa noche se distribuirían entre algunas librerías, pero durante el evento se agotaron los 150 ejemplares –entre ventas y regalos de cortesía–, razón por la cual, a esta fecha, es imposible conseguir Noviembre en una librería salvadoreña. Al llamar a la librería de la UCA y a Editoriales La Ceiba la promesa es un mínimo de dos semanas para poner en sus estantes un nuevo lote de ejemplares. Sí puede comprarse la versión electrónica vía internet. Para obtener un adelanto, la editorial autorizó a El Faro la publicación de las primeras 50 páginas de la novela Noviembre que pueden leerse en este enlace.
A las pocas horas de conocerse la salida de Galán del país, el mismo 12 de noviembre, otro escritor salvadoreño, Jorge Ávalos, lanzó sospechas sobre la denuncia del poeta. En su blog Imaginador, Ávalos escribió: “No se puede tomar a la ligera ninguna denuncia de amenazas a la libertad de expresión, sobre todo si también está bajo amenaza la vida de un autor. En este caso, la vaguedad de la información y la coincidencia de que la difusión de este caso acompañe al mismo tiempo la publicidad de la presentación de la novela esa misma noche por el autor en la UCA, el pasado 11 de noviembre, está generando respuestas de sospecha por parte de algunos intelectuales. Por ello, urge que el autor mismo, Jorge Galán, se pronuncie cuanto antes sobre este tema”.
En su blog, Ávalos afirmaba equivocadamente que Galán no había pedido asilo a España. 'Sé que es falsa la aseveración que hacen de que Galán haya pedido asilo político a España. De manera personal solicité este día información a la Embajada de España sobre el caso y se me aseguró que España no había recibido ninguna petición de asilo político”. Como ya se dijo antes, esa afirmación pública de Jorge Ávalos es falsa: la Embajada de España en El Salvador recibió la solicitud de refugio y asilo por parte de Jorge Alexander Portillo, el verdadero nombre del autor, el día 4 de noviembre, cuatro días después de la amenaza que detalla el comunicado.
Ávalos no daba en su texto, ni ha ofrecido posteriormente, detalles de quiénes son los intelectuales a los que se refiere, pero su recelo encontró rápido eco en el ámbito cultural salvadoreño. La principal razón es que no existe registro de que algunos de los defensores de Derechos Humanos, peritos o litigantes involucrados en el caso jesuitas haya recibido amenazas recientes como las que ha sufrido Galán. Tampoco los periodistas que han publicado investigaciones reveladoras sobre el caso, incluidos algunos de El Faro, han sido objeto de amedrentamientos directos.
El Faro consultó con ocho artistas e intelectuales su opinión sobre la situación denunciada en el Manifiesto. Todos, sin excepción, pusieron en primer plano la solidaridad y la necesidad de primero exigir el resguardo del novelista y luego indagar, pero ninguno quiso que su nombre apareciera en esta nota. Mientras la lista de quienes se solidarizan desde otros países crece, el Caso Galán se ha convertido en El Salvador en suelo resbaladizo.
Silencio del autor
Este periódico había establecido comunicación con Jorge Galán vía correo electrónico el miércoles 28 de octubre como parte de la cobertura del lanzamiento de Noviembre, y le había pedido una entrevista. La respuesta del autor fue favorable y se pactó la cita para el jueves 5 de noviembre. El viernes 30 de octubre, Galán entregó personalmente un ejemplar de la novela a la redacción de El Faro. El día 4 Galán canceló la cita y pidió que la entrevista se realizara por correo electrónico. Como política editorial de este periódico, siempre se agotan las posibilidades de tener una entrevista cara a cara antes de aceptar otras fórmulas, por lo que se le insistió en tener un encuentro presencial, pero el autor reafirmó su deseo de que el diálogo fuera por correo. El 12 de noviembre, tras darse a conocer su salida del país, se le enviaron algunas preguntas para iniciar una entrevista por esa vía. Galán respondió: “Han sucedido ciertos hechos en los últimos días que me obligan a no poder responder, de momento, estas preguntas. Luego te explicaré por qué, pero me lo ha pedido así un abogado que sigue este caso”. Luego no volvió a responder ningún mensaje.
También se buscó a Fernando Valverde, quien empujó la iniciativa del manifiesto en apoyo a Galán, que a esta fecha ha conseguido 635 firmas –encabezadas por las de Mario Vargas Llosa, Luis García Montero, Almudena Grandes, Ernesto Cardenal, Charles Simic, Joan Manuel Serrat, Sergio Ramírez, y Joaquín Sabina–, pero Valverde respondió en la misma línea de Galán: “dada la gravedad de la situación de Jorge, los abogados nos han pedido no hablar con nadie. Imagino que lo entenderás. Espero que en unos días la situación mejore y podamos comunicarnos con normalidad”.
Quien sí respondió la preguntas, fue la casa editorial Planeta, a través de Myriam Vidriales, Directora de Comunicación y Marketing del Grupo Planeta en México, que afirma que no supieron de las amenazas por Galán sino a través de Fernando Valverde y que no conocen más detalles de lo sucedido que lo incluido en el comunicado. 'Estamos consternados, como siempre que una persona es amenazada por sus ideas', dijo Vidriales. Respecto a la sospecha arrojada por Ávalos sobre una posible estrategia comercial vinculada a la denuncia, la portavoz de la editorial responde: 'Para nosotros el tema con Jorge no es un tema de ventas, ni entra en la ecuación en este momento. La prioridad es la seguridad de una persona que está siendo amenazada y eso es lo único que nos preocupa.'
El 14 de noviembre, el escritor español Luis García Montero publicó una columna sobre el caso en el periódico digital www.infolibre.es, en la que homenajea y defiende a Galán. También da trazos de su personalidad: “Jorge Galán es un buen poeta salvadoreño mucho más diestro en hacer versos que en defenderse de las cosas de la vida”, dice. Y poco más delante agrega que “sus amigos cuentan mil anécdotas que ejemplifican a la vez su valentía literaria y la tímida desorientación con la que se enfrenta a la burocracia de los acontecimientos normales”.
“Pareciera que ser escritor no es una profesión de riesgo pero sí lo es”, dice Claudia Rivera, directora de SAFE, una iniciativa regional de entrenamiento de seguridad para periodistas. En casos de amenazas a la vida, Rivera atribuye relevancia a la personalidad de los invididuos: “Entrás en el terreno de la subjetividad, en el que habrá quién diga ‘ese no tiene motivos’, pero la percepción de riesgo es bien personal, solo vos sabés en que los zapatos que estás calzando, solo vos sabés el miedo y la angustia que sentís'. 'Es algo psicosocial, solo vos sabés si lo podés manejar o no, y ahí es donde se validan las decisiones personales que a unos les podrán parecer muy lógicas y a otros no”, apunta.
Desde este punto de vista, es una decisión personal usar los mecanismo objetivos para consignar la situación, como por ejemplo, acudir a la policía (PNC), a la Fiscalía General de la República (FGR) o a la Procuraduría de Derechos Humanos (PDDH) para interponer una denuncia. Ninguna de estas instituciones, consultadas por El Faro, tiene registro de la denuncia por parte de Galán.
El magistrado Guillermo Arévalo, de la Cámara primera de lo penal, explica que las amenazas y sus agravantes están recogidas en los artículos 154 y 155 del capítulo II del Código Penal, y en el 27 del Código Procesal Penal, que contemplan en este caso penas de tres a seis años según la descripción que ha sido publicada en el manifiesto a favor de Galán. Este magistrado también señala que se trata de un delito de acción pública previa instancia particular, es decir que para que la FGR inicie una investigación o gire medidas de protección se requiere una denuncia del afectado, un familiar o un representante legal.
En el caso de la PDDH, César Monterrosa, jefe de prensa, dice que no hay denuncia formal pero que sí están al tanto del caso por lo publicado en medios de comunicación, y señala que este caso tiene las características necesarias para que la institución emprenda acciones de oficio, como un pronunciamiento o investigación. La PDDH aún no lo ha hecho.
Petición de asilo
Solicitar refugio y asilo es un derecho que tienen todos los ciudadanos de cualquiera de los países miembros de la ONU, pero es decisión soberana de cada Estado concederlo o no según sus propias normativas y criterios. El asilo es una figura jurídica complicada por diversas variables políticas y diplomáticas: cuando un Estado concede refugio o asilo a un ciudadano extranjero está reconociendo que el Estado de origen no ha protegido los derechos humanos del solicitante. En documentación de acceso público, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, explica que no es requisito indispensable en estos trámites haber realizado una denuncia formal ante las instituciones del Estado, aunque la existencia de estas puede ayudar a fortalecer la solicitud y el solicitante deberá, si es el caso, justificar por qué no presentó denuncias en su país de residencia u origen.
Al revisar el formulario de la Solicitud de Asilo en España, no figura como requisito haber presentado denuncias, pero sí exige una descripción cronológica de los hechos que motivan la solicitud y mucha información personal y familiar. En el formulario también están detallados los beneficios que recibirá el solicitante: 1) No ser rechazado, expulsado o devuelto, según el caso, hasta tanto se haya decidido sobre la admisión o inadmisión a trámite de la petición de asilo. 2) Comunicar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la petición de asilo. 3) Asistencia de abogado, que se proporcionará gratuitamente por el Estado Español cuando se carezca de recursos económicos suficientes. 4) Asistencia de intérprete, en caso de no comprender el idioma español. 5) Asistencia médico-sanitaria, en caso de necesidad. 6) A la suspensión de cualquier proceso de extradición que afecta al interesado y se encuentre pendiente, así como la ejecución del mismo, mientras no recaiga resolución sobre la petición de asilo.
Los datos actualizados de ACNUR dicen que 1,620 salvadoreños solicitaron asilo a otras naciones durante 2012; 5,970 lo hicieron en 2013; y 10,556 en 2014. Del las presentadas en 2014, 59 fueron hechas a España. La búsqueda de “protección internacional” es más a Estados Unidos, Canadá y México, aunque también hay un aumento de las solicitudes dirigidas a Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Las principales causas de solicitudes de asilo originadas en El Salvador son, en orden cuantitativo, pandillas, crimen organizado y narcotráfico.
El Faro consultó con el ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador qué papel juega esa instancia en un proceso de solicitud de refugio o asilo de un ciudadano salvadoreño en general y en el caso de Galán en particular. Marissel Ávalos, de la oficina de prensa, respondió que no es precisa notificación al país de origen y recordó que conceder el asilo es prerrogativa exclusiva del Estado receptor. Solo es obligatorio que ese Estado informe a ACNUR.
El último caso conocido sobre un escritor salvadoreño que recibió amenazas originadas por la publicación de un libro se dio entre 1999 y 2002, cuando Horacio Castellanos Moya publicó su novela El Asco (1997). Castellanos Moya se fue a vivir un tiempo a España en 1999 cuando recibió las primeras amenazas, pero no en calidad de asilado, y asegura que nunca ha pedido asilo a ningún país. Luego, en 2001, se trasladó a México, desde donde hizo su solicitud para la beca del programa Cities of Refuge de la ciudad de Fráncfort en 2002, un programa que acoge a escritores perseguidos o que no pueden dedicarse a la escritura en sus países de origen por condiciones adversas. La beca no se le concedió al escritor hasta 2004. El caso tampoco estuvo exento de polémica, a raíz de declaraciones del también escritor David Hernández, que acusó de mentiroso a Castellanos Moya e incluso dirigió una carta a los responsables del programa Cities of Refuge para que le retirarán la beca. En aquella ocasión también figuró Jorge Ávalos defendiendo a Castellanos Moya con una detallada respuesta a Hernández.
El gobierno de España no ha respondido todavía a la solicitud de Jorge Galán.
*Con reportes de Efren Lemus.
FE DE ERRATA: En esta nota por error se dice que Jorge Ávalos, al hacer alusión en su blog al caso Galán, no mencionaba nombres de los intelectuales en quienes 'la vaguedad de la información y la coincidencia de que la difusión de este caso acompañe al mismo tiempo la publicidad de la presentación de la novela' generaba respuestas de sospecha sobre las amenazas. Ávalos sí precisó los nombres de Rafael Francisco Góchez y Evelyn Galindo.