El mismo día en el que el diputado por San Salvador Johnny Wright Sol se convirtió en el único diputado que se abstuvo de votar a favor del nuevo fiscal general, Douglas Meléndez, sus compañeros en Arena se le tiraron encima con reclamos y regaños. Ese miércoles 6 de enero estaban molestos con su actitud en la sesión plenaria extraordinaria en la que todos los grupos parlamentarios, se suponía, apoyarían sin titubeos la elección del abogado Douglas Meléndez como nuevo fiscal general, pero vino Wright y en lugar de apoyar la decisión de sus compañeros hizo un discurso público en que reivindicó la importancia del voto por conciencia, pero de paso sugirió que algunos de sus compañeros de partido estaban votando por Meléndez solamente porque así lo decidió el partido. Ese día, durante la tarde, en una sesión en el cuartel central del partido, algunos de sus colegas le llamaron inexperto y le pidieron retractarse, mientras el jefe de la bancada legislativa, Alberto Romero, lo acusó de 'deslealtad'.
Para Arena, en particular, aquella votación para fiscal general había sido una oportunidad para mostrar unidad y desmitificar así los rumores de división y de una nueva “compra” de diputados que persistieron hasta el último momento. Pero Wright pulverizó esa aspiración: se apartó de la postura de su partido, rompió el protocolo arenero y, sin anunciarlo previamente en la reunión de diputados –como acostumbran algunos en la fracción- sorprendió a propios y extraños cuando dijo: “Mi conciencia me dicta que no puedo acompañar con mi voto favorable o desfavorable a un proceso poco transparente e irregular en sus procedimientos”.
Así fue el proceso para elegir al nuevo fiscal general
El 10 de septiembre de 2015, la Asamblea Legislativa abre el proceso para sustituir al fiscal general Luis Martínez que termina su mandato el 3 de diciembre.
El 6 de octubre, la Comisión Política de la Asamblea nombra una subcomisión para que entreviste a los 72 candidatos a fiscal general.
El 2 de diciembre, la subcomisión remite un informe de las entrevistas a la Comisión Política. También quedan fuera 12 candidatos por deudas con Hacienda o con cuotas pendientes en la Procuraduría General de la República.
En la tarde y la noche del 2 de diciembre, los diputados de Arena se reúnen y aun debaten si reelegir al fiscal general Luis Martínez, entre otros temas.
El 9 de diciembre, Alberto Romero, jefe de los diputados de Arena, presenta a la bancada 18 nombres de los que mejor se desempeñaron en las entrevistas y justifica por qué ha sacado al resto. Se le pide a los diputados que agreguen candidatos si lo consideran pertinente y que lo justifiquen.
Entre el 9 y el 16 de diciembre, un buen grupo de diputados y miembros del Consejo Ejecutivo Nacional (Coena) como Jorge Velado y Roberto d'Aubuisson y Juan José Guerrero, estudian todos los nombres de candidatos. En el FMLN aun no tenían lista definida.
El miércoles 15 de diciembre, diputados de Arena expulsan de lista a Luis Martínez y seleccionan 10 candidatos, entre ellos, el que más goza de respaldo es Douglas Arquímides Meléndez Ruiz.
El 16 de diciembre, el FMLN deja plantado a Arena en una reunión bilateral que tenían prevista para ese mismo día.
Después de navidad, Arena y FMLN sostienen primera reunión bilateral. El Frente revela que aun no tiene lista de candidatos. Arena dice que sí tiene su lista, pero que la darán a conocer hasta que el FMLN tenga la suya.
El lunes 4 de enero, la diputada del FMLN Jackeline Rivera se comunica con la fracción de Arena para explicar que no podrán reunirse bilateralmente porque la coordinadora de bancada del Frente, Norma Guevara, se encuentra enferma.
Martes 5 de enero, al mediodía, la Comisión Política de la Asamblea tiene previsto reunirse. La expectativa es que haya avances por el tema del fiscal. El FMLN pide una hora más de tiempo para que puedan reunirse bilateralmente.
Finalmente, aproximadamente a la 1:30 pm, los partidos políticos, incluyendo Arena y FMLN, se reúnen para discutir elección del fiscal general. Arena lee su lista de candidatos, luego el FMLN, y luego los partidos Gana, PCN y PDC. Coinciden en el nombre de Douglas Arquímides Meléndez Ruiz.
Miércoles 6 de enero, la Comisión Política lee el informe que entregó el 2 de diciembre la subcomisión que entrevistó a los candidatos y prepara dictamen para presentarlo a sesión plenaria extraordinaria.
Mientras tanto, ese miércoles, los diputados de Arena se reunían para conocer cómo había sido el proceso de elección del nuevo fiscal. El diputado Johnny Wright Sol ya tenía decidido que se iba abstener de votar por el nuevo fiscal por considerar el proceso poco transparente.
Ese mismo miércoles, a las 10 de la mañana, se desarrolla la sesión plenaria extraordinaria en la que se juramente a Douglas Meléndez como el nuevo fiscal general.
Wright sigue sosteniendo que el proceso para elegir al fiscal Meléndez fue irregular y eso le ha valido críticas de prominentes miembros de su partido, incluso del presidente de Arena, Jorge Velado, que en una entrevista televisiva dijo: 'No comparto la opinión de Johnny, nos dejó desconcertados a todos en Arena'. Ahora hay quienes amenazan con denunciarlo en las instancias disciplinarias de Arena y hasta le insinúan que debe marcharse si no está a gusto en ese partido.
Aunque Velado apareció esta semana en una entrevista en televisión jactándose de la tolerancia al disenso, las palabras de una exvicepresidenta del partido van en sentido contrario.
Wright, lejos de retractarse, mantiene sus reservas sobre el proceso de elección de Meléndez. Aunque detalla que la mayor incomodidad se la provocó la etapa deliberativa de la Comisión Política de la Asamblea, es decir, las discusiones entre partidos políticos que ocurrieron a partir del 2 de diciembre, cuando una subcomisión de diputados había terminado de entrevistar a unos 70 aspirantes a fiscal general. Desde el 2 de diciembre, se esperaba que los dos grandes partidos, Arena y FMLN, fueran los que se pusieran de acuerdo, puesto que los 56 votos mínimos necesarios para elegir funcionarios de segundo grado solo son posibles con el concurso de las dos bancadas.
Después de la sesión plenaria extraordinaria, los diputados de Arena sesionaron para preparar la sesión plenaria ordinaria del siguiente día, pero el primer punto en agenda fue el exabrupto del diputado primerizo. La preparación de la agenda corresponde al jefe de la bancada, Alberto Romero, quien en la sesión para elegir a Meléndez había dado muestras de que no iba a tolerar ninguna sorpresa. Había frenado a los diputados areneros para que cesaran de pronunciarse sobre la votación por Meléndez. “Acordamos que la postura oficial del partido la iba a dar yo”, les reclamó, en micrófono abierto, antes de la votación. Y vino Wright y no solo fijó su propia posición, sino que dio a entender que entre sus compañeros había quienes no podían justificar su voto. Los acusó de seguir la corriente, de dejarse llevar, de alinearse con 'la forma tradicional de hacer las cosas”.
Por eso Romero puso como primer punto de agenda en la reunión entre areneros el episodio de Wright. Enumeró cada una de las etapas que él y los diputados Carmen Elena Calderón de Escalón y Ernesto Muyshondt siguieron en las discusiones con el resto de partidos y de cara a los diputados areneros para desembocar en que había que votar por Meléndez. 'Lo que has hecho es un acto de deslealtad, yo me siento ofendido', dijo Romero. Wright se mantuvo callado. Le reclamó que ni siquiera le hubiera hecho saber antes de la sesión plenaria que tenía previsto disentir en público.
Este fue el tercer episodio en tres meses que Wright aparece, sonoro, con un discurso en que aun sin señalamientos directos a sus colegas, los deja mal parados o favorece posturas tradicionalmente contrarias a las de Arena. En octubre, por ejemplo, dijo estar en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. En diciembre advirtió con ruptura si sus compañeros de bancada votaban por la reelección de Luis Martínez como fiscal general y dijo que quienes votan por un corrupto son también corruptos. Wright dijo que no podría trabajar con quienes estaban dispuestos a votar por Martínez para un segundo mandato. Por eso el jefe de los diputados areneros le insinuó que no era primera vez que mostraba una actitud disidente.
Siete diputados más pidieron la palabra. El segundo en hablar fue Muyshondt. Dijo que el camino para acordar que Meléndez era quien iba a recibir el apoyo de Arena nunca en la historia de la bancada se había recorrido con ese nivel de transparencia. Pidió a Wright que precisara dónde había déficit de transparencia en el proceso. Luego le pidió que pidiera disculpas en público. 'Todavía se puede rectificar, hay tiempo', dijo Muydhondt. Le mencionó también que así como había hablado en público, haciendo uso de la palabra en el pleno, y frente a todas las cámaras, de la misma manera debía corregir lo que había dicho. Muyshondt dijo a El Faro que Wright seguramente estaba mal informado y que por eso había criticado el proceso. 'El proceso nunca fue tan transparente y nunca habíamos discutido tanto entre nosotros para elegir al candidato más idóneo', sostiene Muyshondt.
Un tercer legislador hizo referencia al oficio que Wright desempeñó en Estados Unidos, donde vivió algún tiempo. 'Los bomberos trabajan en cuerpo, haciendo equipo', comentó.
Otra de las quejas era que Wright había sugerido que quienes apoyaron a Meléndez actuaban como borregos, sin criterio propio. 'Resulta que la mejor manera de llevarse bien en la Asamblea Legislativa es dejarse llevar. Lo más fácil es alinearse a la forma tradicional de hacer las cosas', dijo Wright en la sesión plenaria al anunciar que se abstendría de votar por Meléndez. “Yo no acepto jamás que me digan que venimos como chivos a votar”, dice la legisladora Carmen Elena Calderón de Escalón, exvicepresidenta de Organización del partido. Dice que le parece tan grave la actuación de Wright que el tribunal de ética de Arena debería pronunciarse. Cuestionada sobre qué regulación interna cree que ha violado el legislador, dice que no sabe precisarlo, pero que le parece inaceptable porque dañó la imagen de Arena.
Calderón de Escalón tiene 25 años de ser diputada propietaria y admite que antes a los fiscales generales los definían unas pocas personas en reuniones rápidas. “Debemos felicitarnos, esto ha sido de la manera más transparente. En otras veces, siempre hay algo oculto, a lo mejor ya te reuniste atrás (del Salón Azul) y dijeron ‘mirá, a este elegí’… esta vez no hubo tiempo ni de eso”, dice la diputada. 'Lo de Johnny es por falta de experiencia', dice.
Él, en cambio, no solo mantiene sus dudas, sino que ironiza sobre ellas. '¿Cómo es que el 2 de diciembre se prepara un informe, el 3 se vence el plazo del fiscal Luis Martínez, nos atrasamos, nos vamos de vacaciones, regresamos e inmediatamente como que Santa Claus nos puso el nombre de esta persona en la lista de cada quién, como si fuera una bonita sorpresa? Y luego vimos la urgencia con la cual se dictaminó”, dice Wright.
Por ahora, Arena pareciera encontrarse estancada en sus reflexiones internas de hace casi seis años. Después de su primera derrota presidencial en 20 años, Arena pretendía replantear su ideario y reflexionaba sobre su democracia interna. En aquel momento, consultores contratados por Roberto Murray Meza, empresario y miembro del consejo consultivo del partido, recomendaron que Arena revisara si debía seguir siendo un partido lejos de los extremos, con mayor apertura a nuevas ideas.
El caso Wright, no obstante, a pesar de que la esencia de su último episodio fue un discurso en favor de que los legisladores voten con autonomía y según sus convicciones, queda resumido internamente a una presunta deslealtad. “Estos procesos deben ser más transparentes y deben incluir más a la ciudadanía en forma de consultas. Definitivamente, tienen que ser procesos más abiertos en los que se vea claramente que no ha habido una negociación política, sobre todo en los tiempos que estamos atravesando ahorita”, dice Wright a El Faro.
En la sesión plenaria en que la Asamblea nombró a Meléndez, Wright dijo que él no tenía información suficiente como para poder defender personalmente un voto en favor del nuevo fiscal. Y sugirió que lo mismo sucedía con sus colegas. La diputada Calderón de Escalón valida las sospechas de Wright, pero defiende la razón por la cual votó: “Yo a Douglas Meléndez no lo conocía, pero estaba entre los 10 que la bancada había escogido y habíamos comprobado su idoneidad de distintas maneras: preguntándole a gente, excompañeros de trabajo, abogados que lo conocían, hubo alguien que le preguntó a Hugo Barrera (exvicepresidenta de Arena), y tenía buena referencia, y así con montón de referencias. Johnny pudo haberse reunido con cada uno de los 10 antes de la votación para conocerlos”, dice la diputada. “Yo soy de la opinión de que el tribunal de ética tiene que actuar en algún momento'.
El código de ética arenero tiene nueve artículos. El octavo establece que las diferencias internas se resuelven adentro: “(…) abordamos nuestras diferencias utilizando los mecanismos internos establecidos”. Arena se encuentra ante el dilema de definir si el episodio Wright es un asunto de formas o de fondo. De si se trata de un asunto meramente disciplinario o de si se trata de un asunto de democracia y de derechos políticos: aplacar la disidencia y neutralizar su expresión en sesiones plenarias de la Asamblea.
Para Calderón de Escalón está claro que es solo una indisciplina. 'No me parece que no lo haya dicho en la reunión previa, porque si tú tomas una decisión así, no venís a sorprender, sino que lo dices en la reunión que tuvimos antes de bajar a la sesión plenaria', explica. Luego, lo que procedería, -según explica- es privar al diputado disidente de participar en la sesión plenaria y votar divergente. 'Ya hemos tenido otros casos donde les decimos que se abstengan, o se retiren o lo que sea”, dice la diputada. En una entrevista con el diario La Página, insinuó que Wright podía dejar Arena.
Un ejemplo de la situación que describe Calderón de Escalón ocurrió en junio de 2011, cuando Arena aprobó junto a Gana, PCN y PDC el decreto 743 que buscaba amarrar a la Sala de lo Constitucional. Para el momento de la votación, un diputado de Arena, Guillermo Ávila Qüehl, rechazaba el decreto, pero en lugar de votar en contra o abstenerse abandonó la sesión plenaria con semblante de enfado. 'No puedo traicionar mis principios jurídicos, dijo a El Faro. Pese a su desacuerdo, Ávila Qüehl tenía prohibido votar en aquel tema y por eso la bancada lo sustituyó. 'Cuando vi que iban a pedir esa dispensa de trámites e iban a votar por el fondo de lo solicitado, me presenté a mi jefe de fracción, y le dije que no votaría por eso, no me podría quedar callado en el pleno, tendría que pedir la palabra para evitar esa situación”, dijo Ávila Qüehl.
En la sesión vespertina del 6 de enero, Wright no respondió a ninguno de los señalamientos. Al final pidió la palabra solo para decir que necesitaba tiempo y que explicaría sus razones a cada quien.
Semana y media más tarde, no piensa rectificar y argumenta que él no se debe tanto a sus compañeros como a los votantes. Además, rechaza la idea de que deba abandonar la organización. 'A mí nadie me invitó a llegar al partido y nadie me puede invitar a salir del partido, porque yo no fui invitado a donde estoy ahorita, yo fui elegido por mis votantes y me debo a ellos, y al pueblo entero y las decisiones que tomo las hago en base a lo que me dicta mi experiencia y mi conciencia de lo que es la mejor decisión”, responde Wright.
'Yo en ningún momento acepté o manifesté mi deseo de retractarme. No tengo nada que esconder y no tengo nada en contra de nadie. Afortunadamente, vivimos en un país libre y cada quién es responsable de su propio futuro político', dice Wright.
Admite, sí, que violó el acuerdo de bancada de votar en bloque, y se justifica en que sus dudas no están resueltas. 'A lo largo del proceso yo dije que creía importante que la facción se mantuviese unida y que al ser una decisión de nación, de gran envergadura y trascendencia, pudiéramos ponernos todos de acuerdo y votar como una sola unidad. Y seré el primero en reconocer que he violado ese acuerdo, lo he roto, pero esa decisión se debe a mi responsabilidad. Al final, aunque se vote en bloque, cada diputado es responsable de su voto. Yo no me sentía cómodo dado el proceso que se dio', dice Wright.
Señala, en primer lugar, que el único informe de acceso público que contiene parte de la información con la que se eligió al fiscal Meléndez es muy insuficiente. “No fue un informe que cualquier diputado o ciudadano pueda leer para conocer, verdaderamente, cómo se dio, cómo se tomó esta decisión”, dice.
Wright se refiere al informe que entregó la subcomisión que estudió las candidaturas a fiscal general a la Comisión Política de la Asamblea, que tiene fecha 2 de diciembre. El documento contiene un punteo de las diligencias que hizo la subcomisión, la lista de candidatos inscritos y las preguntas que la subcomisión les hizo. Y nada más, porque la Comisión Política no le dio más atribuciones.
Wright sostiene que el espíritu del artículo 100 del Reglamento interior de la Asamblea, que habla del informe, es que se elabore un documento que refleje, una a una, las etapas deliberativas hasta alcanzar el nombre del fiscal Meléndez.
El diputado se justifica diciendo que votó conforme a su conciencia, y recuerda que por algo la elección de funcionarios de segundo grado se da mediante una votación nominal y pública de cada uno de los 84 legisladores. “La rapidez con la cual todos los partidos políticos se pusieron de acuerdo, que la urgencia con la cual se ejecutó y se llegó a la sesión extraordinaria para votar, todo eso se dio de una forma tan fugaz que realmente no me dejó a mí meditar lo suficiente y convencerme de que votar de manera favorable o desfavorable era una opción para mí”, dice Wright. “Parece que entre el 2 de diciembre y el 6 de enero no pasó nada, pues no se actualizó el informe, y que de pronto se tomó una decisión. El informe no me satisface porque no me dice a mí ‘esta es la decisión que la Comisión Política cree que es la mejor’'.
El legislador añade que no hay una justificación alguna para que la Asamblea no eligiera al sucesor del fiscal Luis Martínez dentro del plazo legal que concluyó el 3 de diciembre. “Antes que comenzara la legislatura sabíamos que los nuevos diputados debíamos elegir un fiscal general de la República, es algo que se sabe. Excederse del tiempo establecido es una falta muy grave, es inaceptable”, dice.
Wright estuvo en la mayoría de reuniones de fracción en las que discutieron el tema, inclusive, cuando el 15 de diciembre decidieron que la lista de candidatos con la que negociarían con el resto de partidos se redujo a 10 nombres. Todos los diputados nombraron a sus favoritos y el que tuvo más votos fue Douglas Meléndez, y eso lo supieron todos los diputados de Arena, quienes prometieron mantener la lista en secreto. A partir de entonces, los delegados de Arena en las negociaciones tenían carta abierta para negociar con esos nombres, con Meléndez a la cabeza.
Wright también estuvo de acuerdo con el proceso, o al menos no dijo lo contrario en público en ese momento, y también aclaró que confiaba en sus compañeros Romero, Muyshondt y Calderón de Escalón. ¿Qué faltó, entonces? “A veces me pareció que la forma en la cual se elaboran esas listas... y estoy seguro de que todos los partidos políticos lo hacen… es pensando, en primer lugar, en el beneficio partidario, es decir, la política de siempre. Yo pensé que en esta ocasión íbamos a poder romper con eso”, dice Wright. El Faro le preguntó si tenía la certeza de que los nombres propuestos por sus compañeros diputados habían sido elegidos porque buscaban beneficios personales: “No necesariamente, porque al final hubo acuerdo unánime de todos los partidos”.
El diputado cree que el problema no es que se haya nombrado a Meléndez, sino el proceso. “¿Por qué no se pueden dar a conocer esas listas de candidatos? ¿Por qué no nos podemos abrir un poco más? ¿Por qué el pueblo no puede conocer un poco más de estas personas?”, se pregunta. Meléndez es el resultado de un pacto político más que de un ejercicio en el que los partidos eligieron al fiscal que merece el país, añade.
'Hay que hacer un análisis también y reflexionar sobre aquellos candidatos que fueron vetados por los partidos políticos, aquellos que le generaron a los partidos políticos un poquito de anticuerpos. Creo que también ese sería un ejercicio valioso', concluyó.
¿Y por qué no avisó que votaría diferente? “Era una convocatoria para conocer la decisión tomada, no para discutirla, no para cuestionarla. No sé si hice bien o no hice bien, pero al final di la cara, y estoy dando la cara y la voy a continuar dando”, dice.