Debajo de un toldo blanco, frente a las oficinas de la Fiscalía General de la República, tres vendedoras informales del centro de San Salvador sostienen unas pancartas que llevan esta leyenda: “#TodosSomosTroles”. Cuando se les pregunta qué significa ese cartel, Evelyn de Sánchez, una mujer con el pelo rubio-teñido, responde:
—Yo no sé qué significa, no… ¿me lo puede decir usted?
—Trol es alguien que molesta en Internet, en las redes sociales.
—¡Uuuuuuy!
Las tres mujeres parecen avergonzadas y se carcajean.
—A pues no, solo ella es trol -dice Evelyn.
—¿Y qué opina del caso de Nayib?
—¡Inocente!
Las tres vendedoras, junto a un millar y a un poco más de personas (los seguidores de Nayib Bukele dicen que llegó un 'mar' de pueblo, pero lo cierto es que desfilaron frente a la fiscalía entre 1 mil 500 y 2 mil personas) acompañaron al alcalde para reclamarle al fiscal General, Douglas Meléndez, que investigue cosas más importantes para el país, pero no su caso. Según el alcalde estrella del FMLN, el suyo es un caso inventado por la derecha política y la oligarquía para desprestigiarlo.
A las 2 de la tarde y al ritmo de una canción que dice “no pasarán”, unas 50 personas de la Corporación de Comunidades por la Cooperación y Solidaridad (Cordecom) llegaron, ordenados en bloque, hasta la fachada de la FGR en Antiguo Cuscatlán. '¡Ordénense, que nos filmen a todos!”, dijo uno de los líderes, cuando se percató de la presencia de los camarógrafos. En la campaña electoral que llevó a Bukele hasta la silla de San Salvador, Cordecom fue una de varias oenegés que firmaron una alianza con el entonces candidato Nayib Bukele.
La marcha, convocada por el propio Bukele, ocurre dos semanas después de que La Prensa Gráfica (LPG) revelara información que lo perfila como el mandamás que ordenó a un grupo de programadores informáticos una serie de ataques en Internet contra los periódicos LPG, El Diario de Hoy; su contendiente en las elecciones de 2015, el hoy concejal Edwin Zamora; y el intento de hackeo a una aplicación de la alcaldía de Santa Tecla, regida por Roberto d'Abuisson, del partido Arena.
Una hora antes de la llegada del alcalde, cerca de un redondel se vendieron sombreros, por tres dólares, adornados con este mensaje: “solidaridad con Nayib”. Nayib Bukele, quien en su campaña quiso desligarse del color rojo del partido que lo ha impulsado para ganar dos alcaldías, ha estampado en todas sus comunicaciones, camisetas y eventos un distintivo color aqua. De ese color abundaban muchas camisas en concentración. A las 2:30 de la tarde, frente a la fachada de la FGR, un grupo de técnicos montaban una tarima con bocinas que anunciaban un nuevo mitin político. En el cielo sobrevolaban drones conducidos desde tierra por personal de su equipo de comunicaciones, y otros más por algunos medios de comunicación.
La marcha de este miércoles es el más reciente capítulo de un caso que comenzó en julio de 2015, cuando LPG denunció que alguien había “clonado” su página web y estaba colgando noticias falsas que denigraban la imagen del periódico y sus dueños. Más tarde en el caso, en noviembre, la FGR dirigida por el exfiscal Luis Martínez desmanteló un 'trolcenter' en la urbanización Santa Elena de Antiguo Cuscatlán. El supuesto 'trolcenter' resultó ser una agencia de publicidad llamada Bunker, vinculada a la alcaldía de San Salvador a través del desarrollo de una aplicación descargable llamada 'Sivar'. En aquella redada, cayó Ricardo Ortiz, un joven programador de 27 años.
El proceso avanzó, y a principios de febrero de 2016, luego de que el juzgado que ve la causa levantara la reserva del caso, LPG publicó que el alcalde Bukele era la persona que ordenó a programadores de la empresa Bunker hacer el espejo de su página web. Como pruebas, LPG presentó conversaciones internas de whatsapp entre los empleados de Bunker y un número de celular desde donde, se presume, se comunicaba Bukele con ellos. Ese número de celular está registrado a nombre del esposo de la alcaldesa de Nuevo Cuscatlán, Michelle Sol, impulsada por el propio Bukele como su relevo en ese municipio. Las conversaciones fueron conseguidas a través de los peritajes que la FGR hizo al celular decomisado al programador Ortiz, durante el allanamiento de Bunker.
En el sistema judicial, junto al joven programador Ortiz, están procesados Juan Carlos Navarro, Mayra Morán y Óscar Dominguez, todos empleados de la agencia de publicidad Bunker. Se le acusa de violación de distintivos comerciales, violación a derechos de autor, falsedad material y asociaciones ilícitas. En las redes sociales salvadoreñas, este caso es mejor conocido como el #trolcenter o el #trolgate. LPG y la cuenta institucional de la FGR lo han llamado el caso del 'ciberfraude' o el 'ataque cibernético', respectivamente. En las publicaciones de LPG se destaca, además, que la ofensiva de los programadores ocurrió después de que ese periódico sacara un artículo en el que se informaba que Bukele había puesto a miembros de su familia en cargos clave de la comuna capitalina.
La marcha de este miércoles ocurrió un día después de que la alcaldía de San Salvador comunicara a través de sus redes sociales que personal de la Fiscalía y Policía Nacional Civil (PNC) hizo el registro de un cubículo, pero que no ”no se ha encontrado indicio de que tenga relación con el delito”.
Bukele aprovechó la oportunidad. A través de redes sociales, donde el ciberalcalde de San Salvador se perfila como una especie de rockstar salvadoreño con más de 224 mil seguidores en Twitter, Bukele pidió a sus seguidores unirse a la excursión hacia la Fiscalía para preguntar qué pasa, de qué se le acusa. Bukele, que en su cuenta oficial de Twitter se autodenomina como el “líder del Ejército de Troles”, hasta este miércoles siempre había evadido hablar del caso. Las respuestas que daba cuando se le preguntaba eran bastante elaboradas: evadía las preguntas respondiendo con tangentes. Él no dice que no ha ordenado los ataques, dice que a la derecha del país no le gusta que el alcalde denuncie corrupción. Él no dice que no tenga relación con los programadores procesados, dice que a LPG y EDH no les gusta que él exija que paguen impuestos. Él no dice que el 'Bukele' que aparece en los chats no sea él. Él dice que los poderes fácticos -como le gusta llamarlos- intentan utilizar a la Fiscalía para que lo persigan y lo silencien. “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, ha tuiteado.
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Los drones capturaron las imágenes de la concentración y los técnicos no tardaron mucho en distribuirlas en redes sociales. En la concentración había muchos campesinos y gente movilizada por el FMLN. Al evento llegó Medardo González, secretario general del partido, para acuerpar al alcalde con una foto que habla de reconciliación. Desde el segundo semestre de 2015 corría el rumor de un alcalde divorciado de su partido, y el rumor cobró más fuerza cuando en diciembre de 2015, Nayib amenazó al FMLN con renunciar al partido si este apoyaba la reelección del exfiscal Luis Martínez. Según Bukele, Martínez lo había amenazado con perseguirlo con el caso de los troles si él no le ayudaba a que votaran por su reelección.
El miércoles, cuando Bukele hizo subir a González a su tarima, bromeó con la idea de darle un beso al secretario general para demostrar que las relaciones entre él y su partido siguen en buen estado. Una estampa que el FMLN también ayudó a diseñar enviando gente a la concentración.
Ángel Alvarenga, un anciano de la playa Garita Palmera, en Ahuachapán, era uno de ellos. Allá, a 114 kilómetros a la distancia, trabaja como pescador pero dice que la pesca hoy en día está mala. Su esposa y su nuera asienten y dicen que hoy está difícil porque “no hay nada en el mar”. Ángel y su familia no entendían del todo de qué iba la concentración, pero agradecieron que les hayan regalado un almuerzo por haber apoyado al 'presidente de El Salvador'.
—¿Usted qué opina del caso que se ha formado? -preguntamos.
—Lo que necesitamos es que se arreglen bien todas estas cosas porque está jodido -respondió Ángel Alvarenga.
—¿Usted sabe por qué es que Nayib vendrá a pedir explicaciones?
—Yo no sé de esas cosas.
—¿Pero lo apoya?
—Ah, eso sí. No es nuestro presidente, pues.
—¿Lo quiere para presidente?
—¿Y no es el presidente, pues? ¿Cómo no lo vamos a apoyar?
La familia de Ángel cayeron en cuenta de que quizás estaban equivocados. Su nuera, de unos treinta años, hizo una pregunta tímida: '¿del frente es Nayib él?'.
—¿Ha escuchado lo que dicen? Supuestamente él pidió que se hiciera una copia de La Prensa Gráfica.
—Yo no he oído. Es que las noticias nosotros no las miramos –responde la nuera.
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Nayib Bukele convocó a sus fieles para las tres de la tarde. A esa hora, la calle Cortez Blanco ya estaba llena de mujeres oficinistas que caminaron dos kilómetros en tacones para ver a su político favorito; y de empleados uniformados de la alcaldía de Cuscatancingo que cubrían el logo de la alcaldía cuando se les preguntaba por qué andaban en una marcha en horas laborales, y de empleados de la alcaldía de San Salvador; y de representantes del Sindicato del ISSS (STISS); y de veteranos de guerra; y de vendedores del centro histórico de San Salvador; y de campesinos traídos desde el interior del país y de jóvenes con camisetas aqua, con el lema #TeamNayib estampado en el pecho.
La concentración no se organizó de manera espontánea. El equipo del alcalde capitalino y el FMLN hicieron un pinino de organización para jalar gente. De camiones iban saliendo poco a poco cientos de carteles con la etiqueta “todos somos troles”; buses del occidente del país se parquearon cerca de la FGR, y mientras la gente se bajaba de los buses, dos motoristas de la empresa “las estrellas de occidente”, discutían si sus pasajeros sabían o no a lo que iban.
“ Fijate que no saben”, le decía un motorista a otro. “Yo les pregunté a qué fin los llevan a ustedes ahí y la señora dijo: ‘si a nosotros no nos han dicho nada’. Y yo digo que nombre, deberían preguntar con qué fin”.
De unos buses que transportaron a estudiantes de la Universidad de El Salvador, se bajaron jóvenes que se pusieron camisas nuevas del #TeamNayib. La organización, según el alcalde, fue un éxito, aunque se queda corta si se toma en cuenta que la concentración ni siquiera llegó a la diferencia de votos con las cuales Bukele ganó la alcaldía a su principal adversario, en marzo de 2015 (7 mil).
Pero Bukele solo habla de éxitos: “con solo un día de convocatoria, día de semana, al mismo tiempo del partido del Real Madrid, ni pagándole a nadie, el pueblo salvadoreño salió a decirle al Fiscal que es hora de que trabaje para ellos y no para un par de grandes empresarios”.
Bukele llegó 50 minutos después de lo previsto, a las 3:50. Subió a la tarima y tomó un cartel creativo de uno de sus seguidores. “Mi alcalde tiene…” decía el cartel, que completaba la frase con la imagen de un cartón de huevos. En su discurso, Bukele habló de los poderes fácticos y a las 4 de la tarde con seis minutos minutos firmó una carta donde, según expresó, exigía a la fiscalía le hicieran saber si él era sujeto de investigación. Ese documento, también se entregó fuera de horario oficial de labores.
Nayib no se presentó solo a su tarima. Llegó acompañado del abogado Fabio Castillo; la abogada Bertha María Deleón, querellante en el caso Flores-Taiwán; Medardo González; y Marcos Rodríguez, secretario de Participación Ciudadana, Transparencia y Anticorrupción.
—¿Dentro de sus funciones está contemplado acompañar al alcalde de San Salvador? -le pregunta El Faro a Rodríguez.
—No, no, no... Esta es una acción particular que no está dentro de mis funciones.
—¿Cree que no hay ningún motivo para juzgar a Nayib Bukele?
—Lo que creo es que no hay proporción entre la eventual clonación de una web y los casos de corrupción que están presentados ante la Fiscalía. Es una desproporción exagerada.
—Si hubiera sucedido que Nayib Bukele está detrás de este caso, ¿lo seguiría apoyando?
—No tengo por qué responder preguntas hipotéticas. Creo que lo importante hoy es dejar claro que hay varios casos significativos que hay que investigar y no hay que estar capturando a tres o cuatro muchachos.
El secretario amaga con irse y luego bromea: “No vaya a ser que usted por jovencita se vaya en algo así”.
En su discurso, de alrededor de treinta minutos, Bukele dijo poco de los cuatro jóvenes programadores procesados, y tampoco desmintió que tenga una vinculación con ellos o con la agencia Bunker. Al menos, por primera vez, Bukele respondió que él nada tiene que ver con lo que le acusan, aunque esta haya sido una respuesta que sonó a trabalenguas.
“Si alguien lo hizo no fui yo, pero quienes lo hicieron, o si fui yo -que no lo he hecho- a quién le importa”, dijo Bukele, quien además dijo otras cosas que no son ciertas, como cuando dijo que el caso era un caso de persecución contra unos “tuiteros” por “tuitear”, cuando en realidad el caso es un caso donde se persigue a programadores informáticos por “clonar” a dos periódicos y atacar en Internet a dos políticos del partido Arena.
Quizá el punto culmen de la diatriba de Bukele haya sido cuando se dirigió al fiscal general, que para esas horas hacía una visita a las sedes fiscales de Santa Ana y Ahuachapán, según reveló la cuenta oficial de Twitter de la prensa de la FGR. Desde la tarima, apuntando hacia las oficinas ubicadas en lo alto de la sede principal de la Fiscalía, Bukele soltó unas frases que sonaron a amenaza, o cuanto menos a advertencias o retos:
“Yo se lo repito ahorita, fiscal, cuente con nosotros si usted va a luchar en favor del pueblo. Ahora, ¿cómo lo va a demostrar el fiscal? Bueno, puede bajar si quiere… Si usted, señor fiscal, va a trabajar por este pueblo, este pueblo va a estar con usted. Si usted, señor fiscal, va a trabajar para La Prensa Gráfica, este pueblo lo va a ir a sacar de la oficina”.
Las oficinas administrativas de la Fiscalía cierran oficialmente, todos los días, a las 4 de la tarde. Es decir, que un ciudadano común y corriente que llegue después a dejar un escrito quizá tenga pocas probabilidades para que se lo reciban. A Nayib Bukele, el alcalde, sí se lo recibieron.