Boris Eserski, el patriarca de la Telecorporación Salvadoreña (TCS), creó una sociedad en Islas Vírgenes Británicas que le vendió entre 2011 y 2012 a YSUTV Canal 4 la transmisión de medio centenar de partidos de fútbol de la Copa América, la Copa Brasil y de la selección de Inglaterra. Un documento público en poder del Registro de Comercio salvadoreño confirma una transacción comercial en la que los principales socios de TCS El Salvador se compraron a sí mismos (a TCS INC. de Islas Vírgenes) programación deportiva que luego fue difundida a través de la señal del canal 'tradición en deportes' de El Salvador.
Documentos internos de la firma legal Mossack Fonseca, el bufete panameño utilizado para la constitución de estas empresas, evidencian además que los Esersky crearon otras seis sociedades en Panamá en las que Boris, su hijo Juan Carlos Ernesto Eserski, uno de sus yernos, Carlos Francisco Aguilar Calderón —vicepresidente de TCS— y Salvador Gadala María —apoderado—, comparten la junta directiva.
Tres de esas compañías tenían como intención, según consta explícitamente en comunicaciones internas entre los abogados de los Eserski, comprar 'a cualquier proveedor del mundo, para posteriormente comercializar, Material Televisivo (...) para televisión abierta en el área de Centroamérica'
En una octava sociedad en Panamá, PROMDESA, inscrita en el registro público, los Eserski comparten junta directiva con las familias propietarias de los dos mayores periódicos impresos de El Salvador —El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica— y con otros dos empresarios salvadoreños, uno de ellos Mario Villacorta, el principal promotor de espectáculos del país.
La relación entre los Eserski, un bufete intermediario en El Salvador y la firma especializada en la creación de empresas offshore Mossack Fonseca, se pone de manifiesto en una serie de documentos filtrados al diario alemán Süddeutsche Zeitung y analizados por más de 100 medios de comunicación de todo el mundo, entre ellos El Faro, como parte de una investigación de casi un año coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Empresas en Panamá desde 1976
Un documento del registro mercantil de Panamá consigna la creación de AMERICAN TELE-DISTRIBUTORS, S.A., una sociedad anónima de la provincia de Panamá, con fecha 20 de octubre de 1976. En la junta directiva de la sociedad, Boris Eserski figura como presidente. Según la autoridad panameña, Mossack Fonseca es en la actualidad el 'Agente residente' de esa sociedad creada hace casi 40 años.
A partir de 2003, según la documentación en poder de El Faro, los Eserski utilizaron como intermediaria a una firma de abogados salvadoreña, Rusconi y Medina Asociados, para que esta se entendiera a su vez con el bufete panameño.
La oficina de Rusconi y Medina se encuentra en una zona de oficinas de Santa Elena, en el municipio de Antiguo Cuscatlán, en la segunda planta del edificio Interlalia. En las comunicaciones internas por correo electrónico con sus pares panameños, los abogados Sandra Cabezas y Luis Medina, representantes de los Eserski, firman como 'Mossack Fonseca & Co. (El Salvador Representative)' o como 'MOSSACK FONSECA EL SALVADOR'.
Rusconi y Medina, parte de la firma regional de abogados Central Law, gestionó hasta 2015 el mantenimiento de los trámites legales y de pagos con el bufete panameño para que las sociedades de los Eserski y compañía continuasen activas.
El proceso de creación de empresas en Panamá a través de un bufete intermediario local puede completarse en apenas unos días. Por ejemplo, el 29 de octubre de 2008 la abogada Sandra Cabezas se comunicó mediante un correo etiquetado como “URGENTE” con Mossack Fonseca en Panamá. “Necesitamos constituir una Sociedad en Panamá que se llame ARGUETA S.A. Favor indagar sobre la disponibilidad del nombre, estaré pendiente de su amable respuesta. Gracias”, escribió. Un día después volvió a reiterar “es urgente” y solicitó conocer si ese nombre estaba disponible para ofrecerlo a su cliente en El Salvador. Ese cliente en El Salvador era Carlos Francisco Aguilar Calderón, el vicepresidente corporativo de TCS y yerno de Boris Eserski, fundador del principal conglomerado televisivo de El Salvador.
Al día siguiente de haber hecho su recordatorio, la abogada Cabezas envió a Panamá los formularios y los pasaportes de los tres directivos que debían aparecen en el acta notarial de creación de la empresa. “Los directores serán Boris Eserski, Juan Carlos Eserski, Carlos Francisco Aguilar”, decía el escrito. Además, la abogada solicitó la inscripción, como la propietaria de Argueta S.A, de una sociedad anónima registrada el 6 de febrero de 2004 en las Islas Vírgenes Británicas: Telecorporación Salvadoreña Inc.
El 31 de octubre de 2008, Cabezas dio más indicaciones a Mossack Fonseca Panamá sobre los propietarios. “El propietario será Telecorporación Salvadoreña Inc., que puede abreviarse TCS Inc., accionista”, dijo. Añadió que si era necesario incluir a otro socio, que fuera incluido T.V. & Entertainment. “De ambas sociedades ustedes tienen los datos”, concluyó.
Argueta S.A fue inscrita el 12 de noviembre de 2008 como una sociedad anónima y como una fundación de interés privado, según un documento del Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá. El bufete panameño completó con prestanombres la lista de directivos de la empresa.
Jacqueline Alexander, de oficio secretaria, y Verna de Nelson, oficinista y empleada de Mossack Fonseca, ambas de origen panameño, fueron inscritas como suscriptoras y miembros de la directiva junto a los Eserski y a Aguilar. Alexander ha prestado su nombre para la creación de más de 8 mil 258 empresas y Nelson ha aparecido en más de 16 mil empresas activas e inactivas. El domicilio de esas empresas suele ser el mismo: las oficinas de Mossack Fonseca en Panamá. Jacqueline y Verna aparecen como directivas, además, en una empresa offshore vinculada a Miguel Menéndez, Mecafé, financista de la campaña presidencial de Mauricio Funes, contratista en el rubro de seguridad del primer gobierno del FMLN y amigo personal del expresidente.
La sociedad anónima Argueta S.A fue creada, según los documentos internos de Mossack Fonseca, con varios objetivos que incluyen la compra, construcción, fletamento, posesión en dominio, operación, manejo y administración de buques y naves de cualquier clase y sus pertenencias, así como la posesión en dominio, operación, manejo y administración de líneas de navegación y agencias marítimas en general, entre otros. El acta notarial estableció la emisión de 100 acciones, cuyo costo iba a ser de $100 cada una. La sociedad fue inscrita el 12 de noviembre de 2008, y Boris Eserski Gómez aparece como su representante legal.
El negocio de comprarte programas a ti mismo
El 6 de febrero de 2004 Boris Eserski, Juan Carlos Eserski, Carlos Francisco Aguilar Calderón y Salvador Gadala María fundaron con la intermediación del bufete Rusconi y Medina una empresa en las Islas Vírgenes Británicas que se llamó International Leasing, Rental & Investment, Corp. De no ser por la fliltración de los documentos internos del bufete Mossack Fonseca en Panamá, sería imposible saber esto, a pesar de que los cuatro aparecen como directivos de la nueva compañía. El registro de comercio de Islas Vírgenes Británicas no es de acceso público -es una de las ventajas que los bufetes que ofrecen la creación de compañías offshore allí suelen destacar en su publicidad- por lo que para mantener la opacidad, tanto de la existencia de las empresas como de la identidad de sus directivos, en este paraiso fiscal no es necesario recurrir a prestanombres.
Un año más tarde, el 26 de abril de 2005, con el apoyo de una sucursal de Mossack Fonseca en esa isla, que alberga el 40% de las empresas offshore del planeta, le cambiaron el nombre por Telecorporación Salvadoreña Inc, que se abrevia TCS Inc.
Socios de esta nueva sociedad anónima fueron también otras dos empresas creadas —también en 2004— en Panamá y en Islas Vírgenes: Global Business Enterprises S.A y TV & Entertainment Corp, respectivamente. En los #PanamáPapers no hay constancia sobre quiénes son los accionistas ni directivos en estas dos sociedades, pero el 16 de agosto de 2010, luego de una petición de información para una auditoría interna de TCS Inc, Sandra Cabezas le envía a Mossack Fonseca “documentos que recibí del cliente para enviar a Mossack”. En el documento se menciona un balance de “25,000.00 mil” (sic) de Global Business.
TCS Inc ha hecho negocios en Islas Vírgenes Británicas y también en El Salvador. Según balances presentados para los años 2011 y 2012 por YSUTV CANAL 4 ante el Registro de Comercio de El Salvador, este canal de la Telecorporación Salvadoreña le compró a TCS Inc los derechos de transmisión de 26 partidos de fútbol de la Copa América edición 2011, de 25 partidos de la copa Brasil 2011 y 2012 y de once partidos que jugó de local la selección de Inglaterra. El monto que Canal 4 pagó a la sociedad de los Eserski en Islas Vírgenes por esos derechos de transmisión fue de 30 mil dólares, según consta en el Registro de Comercio.
Los documentos filtrados del bufete Mossack Fonseca permiten por tanto saber que en esa transacción los socios de la principal red de canales de televisión de El Salvador se estaban refacturando derechos televisivos a sí mismos a través de una empresa en las Islas Vírgenes.
Lo que la información disponible en los archivos de Mossack Fonseca no permite saber es si TCS sacó o no algún beneficio de esta práctica o si la usó para evadir impuestos. Pero resulta evidente que la Telecorporación controla el precio al que compra derechos a su propia empresa offshore, y eso abre la puerta a que lo haga por un monto mayor al original y de esa manera reduzca los beneficios declarados en El Salvador, por los que cada año paga impuestos en el país. La refacturación en el extranjero es una práctica habitual que usan algunas empresas para evadir.
El pasado domingo 3 de abril, El Faro contactó por vía telefónica a Carlos Francisco Aguilar Calderón para pedirle una explicación sobre el papel de estas empresas offshore panameñas en las operaciones de Telecorporación Salvadoreña, y sobre su compra de derechos a empresas propias en las Islas Vírgenes. “No tengo nada que comentar. No sé de qué me está hablando”, se limitó a decir, y luego colgó el teléfono.
Esta práctica, la utilización de empresas offshore para la compra de derechos televisivos destinados a sus canales en El Salvador, parece ser habitual en TCS, a la luz de lo declarado por su bufete en El Salvador acerca de la finalidad de tres de las empresas que abrió para la corporación en Panamá.
El 28 de octubre de 2013, la abogada Cabezas solicitó a Mossack Fonseca certificados de vigencia de tres sociedades que están a nombre de los accionistas de TCS en Panamá: American Tele-Distributors S.A, International Television & Telecommunictions Inc y Latin Televisións Inc.
Tres días más tarde, el 31 de octubre, Mossack Fonseca Panamá dio por recibido el mensaje y ese mismo día respondió a Cabezas solicitándole información sobre los objetivos que persiguen esas sociedades y en qué países ejercen sus actividades. “Le agradecemos que confirme las actividades que llevan a cabo las sociedades como también el país donde las realizan. Es para actualizar nuestros registros, puesto que esta información es obligatoria que la conoza el Agente Registrado de acuerdo a la ley”, escribió Shahani Logan, representante de Mossack Fonseca Panamá.
Pocas horas después, Cabezas le respondió: “Nos entrevistamos con el cliente y su respuesta a la pregunta que me enviaron es la siguiente: Estas compañías se dedican a la compra de cualquier proveedor del mundo, para posteriormente comercializar, Material Televisivo, programas variados de deporte, películas, shows musicales, educativos, etc, para Televisión Abierta en el área de Centroamérica...”
El Faro ha publicado en ocasiones anteriores reportajes que sugieren que la Telecorporación Salvadoreña ha recurrido a compañías o personas fachada para ocultar sus estrategias empresariales. En el primero, publicado en 2010, se hablaba del abogado Luis Francisco Adalberto Pinto García, ya fallecido, amigo desde la universidad del vicepresidente de TCS, Carlos Francisco Aguilar Calderón , que de la noche a la mañana se convirtió en 2009 en el nuevo magnate de la televisión salvadoreña, con ocho frecuencias en señal abierta adjudicadas a su nombre. Aquel abogado creó en El Salvador tres sociedades para administrar y ser dueñas de las frecuencias junto a una socia, una secretaria que vive en una barriada de clase media baja del municipio de Mejicanos, en San Salvador. En 2014, El Faro descubrió que Juan Carlos Eserski había donado a la iglesia católica salvadoreña, en 2012, una de esas ocho frecuencias que en teoría no eran suyas, sino que pertenecían al amigo de Aguilar Calderón.
'No tenemos nada que ver con eso'
Según los documentos internos de Mossack Fonseca, el bufete Rusconi y Medina ha facilitado desde 2003, la creación o el mantenimiento de las siete empresas panameñas de los directivos de TCS —Argueta S.A, ORAD Associates Corp., Lynx Equities Corp, Promotora de Espectáculos (PROMDESA), Latin Television Sales Inc, American Tele-Distributor y Tarmasol S.A— y fue el encargado de tramitar desde El Salvador la creación de la sociedad gemela de TCS en Islas Vírgenes TCS Inc.
Desde el 1 de abril, El Faro intentó obtener declaraciones de los abogados de Rusconi y Medina vía correo eletrónico, vía telefónica y en una visita a sus oficinas. La tarde del 2 de abril se pidió en las instalaciones del bufete en Santa Elena hablar con los responsables de la firma, pero una asistente de Luis Medina dijo que su jefe se encontraba fuera de San Salvador y que los abogados Sandra Cabezas y Piero Rusconi tampoco podían atender las preguntas de este periódico.
En la tarde del martes 5, El Faro llamó por teléfono a las oficinas de Rusconi y Medina y conversó con una mujer que se identificó como Carolina Martínez, empleada de la firma.
—Estamos por publicar una historia y queremos tener la versión de los señores Rusconi o Medina, o de la señora Cabezas.
—¿En relación a qué?
—Es sobre los Panamá Papers y las empresas que ustedes ayudaron a crear en paraísos fiscales a través de Mossack Fonseca.
—No, caballero. Nosotros no tenemos nada que ver en esto.
—¿Es usted asistente de los señores Rusconi, Medina y de la señora Cabezas?
—Sí, caballero. Que le baste con saber que nosotros no tenemos nada que ver. No le puedo dar más información al respecto.
La tarde del miércoles 6 de abril, Luis Alonso Medina López envió un comunicado a esta redacción en el que dice no dará declaraciones a periódicos. Fundamentó su respuesta en el artículo 205 del Código Procesal Penal y el artículo 187 del Código Penal. El primero prohíbe revelar secretos en razón de la profesión y el segundo establece pena de prisión de seis meses a dos años e inhabilitación del oficio. Dijo que está dispuesto a colaborar con las autoridades si se inicia una investigación. “Estoy completamente a la disposición de las instituciones competentes para colaborar en cualquier tipo de diligencia que tengan a bien iniciar”, dijo Medina.
*Nota de la redacción: la versión inicial de este artículo no incluía el detalle de que el registro comercial de las Islas Vírgenes Británicas no es de acceso público. En una actualización hecha el viernes 8 a las 13:00 horas se añadió también un párrafo que explica que la refacturación entre empresas asociadas se usa en algunos casos como herramienta para evadir impuestos.